#bañador y mono dos por uno

[gabbyfluffy]

por ser tan buena amiga

“Has averiguado algo?” Lilo preguntó, viendo como su amiga se sentaba al lado suya con cara angustiada. “Hermione?”

“Que? Ah si, perdón” respondió rápidamente “No mucho, le he deseado suerte y eso, y la Rita Seeker esa nos ha sacado una foto, lo cual es un poco extraño...”

“Y... no habrás visto por casualidad a...” Lilo tosió “Livvia?”

“Le he preguntado a Cedric y me ha dicho que no quiso venir, por que le parecía maltrato lo de los dragones”

“Ahm” las dos chicas se quedaron el silencio. El primer participante salió, y Lilo se fijó en quien estaba una fila más abajo. “Fred!” El chico se giró sonriendo. “Hola! No te había visto! Que tal?”

“Hola Lilo” la saludó una voz alegre. Ella cerró los ojos, inspiró hondo, los abrió y puso una sonrisa falsa. “Hola Angelina! Me alegro mucho de verte”

“Yo también me alegro, Lilo. Que tal va todo?” Lilo se fijó en el brazo de Fred rodeándola la cintura. Pero que la pasaba? “Muy bien, gracias por preguntar... que tal vosotros?”

La pareja se miró y se sonrieron felices. “Genial”contestaron a la vez, y estallaron en risitas. Lilo apartó la mirada, molesta, y Hermione la miró extrañada. <<Que pasa?>> la preguntó silenciosamente, moviendo los labios.

Lilo negó con la cabeza y se miró las manos. Fred y Angelina habían dejado de mirarlas y estaban concentrados en el torneo. Ahora estaba Fleur, la francesa. 

“Eh Lilo” Hermione la miró con el ceño fruncido “estás enfadada con Angelina?”

“Yo... no, no es eso, es que tampoco me parece bien que estén tan cariñosos en público... pero ella no me cae mal ni nada...”

“Seguro que es eso?”

“No... no lo sé... Mira, es el turno de Harry!” Hermione, Lilo y otros de Hogwarts se levantaron y animaron a sus compañeros.

“Tu puedes Harry!”

                                                        ———

“Y entonces de repente caía de un tejado, pero agarré mi escoba a tiempo, aunque el dragón me seguía persiguiendo, así que volví al estadio y-“

“Si, Harry, a partir de ahí lo vimos” rio Hermione.

“Estuviste estupendo” lo felicitó Lilo, y todos asintieron. Un grupo de Gryffindors cogió a Harry y lo alzaron al aire, este sujetando un huevo de oro. Todos gritaban y reían de felicidad, y Harry se veía más contento que nunca.

Entraron en la sala común, donde se había organizado una enorme fiesta. “Bailaría conmigo, bella dama?” Fred la cogió la mano y empezaron a dar vueltas riendo, más haciendo el tonto que bailando. Después de un rato de risas y burlas cariñosas, Lilo se lo preguntó.

“Con quien vas a ir al baile?” Siguieron girando, aunque disminuyeron el ritmo. “Ay, se me había olvidado decírtelo!” Los ojos de Fred se iluminaron de ilusión “Angelina me lo pidió ayer!” 

Lilo puso su mejor cara feliz “me alegro muchísimo por vosotros!”

“Gracias Lilo” pararon de girar y Fred la abrazó “por ser tan buena amiga.”

“Es... Es para lo que estoy... debería ir a ver que tal está Harry...”

“Vale, te veo mañana!” Se despidió  él con una gran sonrisa.

“Buena amiga?” Murmuró Lilo para si misma “amiga? Enserio? Y Angelina que, oh si, Angelina es geni-“

“Lilo?” Ella levantó la cabeza y miró sorprendida al chico de delante. “Harry! Em... que tal?”

“Con quien hablabas?”

“Con nadie, solo estaba pensando en alto.”

“Ah... bueno, Ron y yo nos hemos perdonado!” Lilo sonrió, una sonrisa sincera por fin “Me alegro mucho por vosotros!”

“Tu has hablado con...?”

“No. Ahora que lo pienso, hace mucho que no veo a Liv...”

                                                        ———

“Livvia” ella levantó la mirada, molesta, y vio a los dos guardaespaldas de Draco. Se sintió tentada a huir, pero sentía mucha curiosidad de lo que la iban a decir.

“Que queréis?” Respondió con sequedad, y los dos chicos intercambiaron miradas. “Es Draco” el cuerpo de ella se tensó y cerró su libro lentamente. “Está bien...?”

“Si, pero está... ejem, como decirlo... bueno, es mejor que lo veas por ti misma” ella intercambió la mirada entre los dos chicos. “Bueno, no tengo nada mejor que hacer...”

Fuera hacia un frío terrible, con vientos que calaban hasta los huesos y una fina lluvia que mojaba más de lo que parecía. Se acercaron a una figura sentada, con la espalda contra la pared. “Me habéis traído a Liv?” Ella reconoció la voz de Draco, pero era como... rara.

“Estoy aquí, que te pasa?” Se agacho a su lado y arrugó la nariz. Apestaba  a alcohol. “Draco, estás borracho?” El frunció el ceño, luego cerró los ojos y sonrió “bueeeeeno, más o menos. Un poquito. Bastante. Mucho” tuvo un hipido y luego soltó una risita.

Liv se giró para ver si los dos amigos de Draco la ayudaban, pero estos habían desaparecido. “Draco, tenemos que entrar ya, está anocheciendo.”

Le ayudó a levantarse mientras el murmuraba cosas sin sentido. Estaba lleno de barro y olía a whisky. “Por que eres tan tonto? Que has bebido?”

Él se quedó en blanco unos segundos. “Liv! Que haces aquí?” Ella suspiró, pasó su brazo por sus hombros y empezaron a caminar.

“Me haces feliz” Liv se giró hacia el sorprendida. “Que... que has dicho?”

“Hmm no me cuerdo... algo sobre una perdiz? Eso es una especie de hipopótamo o que...” Draco estaba totalmente ido. Liv rodó los ojos, irritada. Anduvieron un rato en silencio, hasta que llegaron a la entrada del colegio. Le dejó ahí sentado para descansar, Draco pesaba más de lo que parecía. 

“Por que no me has hablado?” Liv le dio la espalda y no respondió, con el corazón latiéndole a mil por hora.

“Liv?” Ella se giró hacia el. Llevaba una camisa elegante, manchada de bebida y barro, que aún así le sentaba genial; unos pantalones de los que Liv no pudo sacar el color original y unas botas que parecían bloques de arcilla. “Livvia?”

“Que pasa?” Preguntó con cariño. El siempre sería su debilidad. Se agachó y le tocó la mejilla suavemente. “Creo que voy a vomitar”

Liv pestañeó sorprendida, y luego le puso de pie. “Espera, espérate hasta el baño, imbécil!”

Entraron en el baño de los chicos y le llevó a un cubículo, donde le agachó frente al retrete. “Shh, no pasa nada” Liv le quitó el pelo de la cara y le daba palmaditas en la espalda mientras el devolvía. 

Draco acabó y se apoyó contra la pared, temblando. “Tranquilo...” Draco dejó de temblar y pestañeó con lentitud. “Que tal si te das una ducha?”

“Juntos? Si porfa” Liv se sonrojó hasta las orejas pero se lo dejó pasar, Draco no parecía estar totalmente sobrio. Enserio, cuanto había tomado?

“No Draco, tu solo.” Le ayudó a levantarse, le sacó del cubículo y se aseguró de que no hubiese nadie en el baño.

“Donde tienes la ropa?”

“En mi armario?”

“No, Draco, no tienes una mochila tan en una taquilla o algo?”

“Ahh, si! En la taquilla 2. Tengo la llave en el cuello” se sacó una cadena de la camiseta, la miró y se partió de la risa. “Las llaves son graciosas!”

“Ay Draco, por favor...” se acercó a él y se puso a desengancharle la cadena con las llaves. “Me vas a a dar un beso?” Liv se paró en seco. “Que?”

“Quiero que me des un beso. Por favooor”

“Pero el otro día en el lago... te apartaste.”

“Ya pero eso no fue... hmmm no fue por ti” Liv consiguió quitarle la cadena, pero no se movió. “Y por que fue?”

“El que?” Preguntó confundido. 

“Por que no me besaste?”

“Si”

“Si, que, Draco?!” Se estaba empezando a impacientar. Parecía que Draco estaba fingiendo, esto ya era demasiado ridículo. “Mira, no importa.”

Abrió su taquilla bruscamente y sacó una mochila, con jabón, ropa de cambio cómoda y una toalla. “Ahora entras en la ducha y te callas la b- DRACO!” 

Dejó caer la mochila y se tapó los ojos. “Por favor! Ponte algo!” 

“Tengo algo! Los calzoncillos!”

Liv murmuró una maldición. “Livvy, puedes mirar, si quieres. Es como verme en bañador, tampoco lo veo taaaan importante” dijo el riéndose, todavía bajo los efectos del alcohol.

Liv se quitó las manos de los ojos y miró al suelo. “Toma, coge esta mochila y dúchate.”

“Valep” contestó alegremente, e hizo lo que ella dijo. Cuando la puerta de la ducha se cerró, Liv pudo relajarse. Tenía una tormenta de emociones: vergüenza, enfado, pero también ternura, amor y cariño. Era un imbécil, pero era SU imbécil. “Venga Draco, no tengo toda la noche”

Se fijó entonces en que él estaba tarareando una canción. Liv se mordió el labio e intentó ocultar una sonrisa. Por que era tan mono?

“Un segundo” la puerta de la ducha se abrió y Draco salió con una toalla alrededor de su cadera. Liv esta vez no se tapó la cara. Si ves una estatua perfecta, la pararías de mirar?

“También lávate los dientes”

El la sonrió, divertido. “Si mamáaa”

“Calla” los dos rieron y se quedaron en silencio. “No te vas a poner ropa?”

“Ahm, si, es que no me podía cambiar en la ducha”

Una vez cambiado, volvió a salir del cubículo para lavarse los dientes. “Y ahora a dormir” dijo Liv, y Draco la miró con pena. “No podemos dormir juntos?”

“Draco... no podemos”

“Pero por que! Te subes a mi habitación, y echamos a todos, o vamos a la sala de los menesteres...”

Liv se levantó y se acercó a él. “Draco. No podemos.”

El se enfurruñó e hizo un puchero. “No me quieres!”

“Perdona? Soy yo la que intentó dar un paso contigo, y tu el que me rechazaste! Si algo, tu no me quieres!” Dijo cabreándose.

El se terminó de enjuagar la boca. Parecía que la tontería de la borrachera se le había pasado ya casi del todo.

“Te he dicho que no fue por eso!” Draco también estaba cabreado. “Lo intenté hablar contigo! Explicártelo, pero huiste! Siempre acabas huyendo de mí!” Gritó. Se quedaron en silencio varios minutos, mirándose el uno al otro, con expresiones dolidas.

“Perdón” se disculparon exactamente a la vez, y luego rieron nerviosos. “Deberíamos irnos ya...” Salieron del baño y caminaron de la mano hasta donde sus direcciones se separaban. “Sigues borracho?”

“No estoy borracho, tu estás borrosa!” Contestó con una sonrisa tonta. 

“Ay, Draco...” Liv negó con cabeza y una gran sonrisa pintada en el rostro. “Buenas noches, príncipe”

“Mejores noches a ti, princesa”

Colaboración con @carol-friki-06

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Consigue en Revolve los looks de tus bloggers e instagramers favoritas en el Festival de Coachella

Este fin de semana hemos seguido muy de cerca lo que ocurría en el Festival de Coachella, gracias en parte a las cuentas de Instagram que os recomendamos para estar al día de lo que se cocía no sólo en el recinto, sino fuera de él con las 1001 fiestas que las marcas de moda organizan con motivo de este evento. Una de ellas ha sido Revolve Clothing que ha reunido a la crème de la crème en su #RevolveFestival particular, vistiendo a modelos, celebrities, bloggers, it-girls y demás influencers como Chiara Ferragni, Alessandra Ambrosio, Emily Ratajowski, Sara Sampaio, Kristina Bazan, Dulceida, Collage Vintage, Emma Roberts, Vanessa Hudgens y muchas más. Todas ellas con looks de streetstyle festivalero de lo más estilosos por lo que merece la pena tomar nota de las tendencias que han apuntado para copiarles el look.

Ale by Alessandra Ambrosio, la marca festivalera favorita de las bloggers, entre ellas Collage Vintage

Alessandra Ambrosio nos ha inspirado en más de una ocasión con sus looks de streetstyle y en Coachella siempre destaca por su estilo impecable con lo que parece natural que la modelo haya lanzado su propia firma de moda con prendas perfectas para el festival de música, como el vestido que luce Collage Vintage:

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Consigue el vestido con mangas anudadas pinchando aquí.

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Crop tops estilo bandeau con los hombros al aire y manga larga, la elección de Emitaz

Para las que prefieren las dos piezas, un top holgado con el toque chic de los hombros descubiertos es la mejor opción. Pero cuidado porque para equilibrar tanta carne al aire, presumiendo de abdominales, se llevan de manga larga, perfecto para cuando refresca un poco al caer el sol en pleno desierto…

Ludi Delfino, BFF de Alessandra Ambrosio y modelo brasileña como ella, escogió el mismo top de Majorelle que la Youtuber Negin Mirsalehi:

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Es de House of Harlow 1960, la firma de Nicole Richie, y puedes conseguirlo pinchando aquí.

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La clave está en el denim, lo saben las tops como Emily Ratajkowski y Sara Sampaio

Para combinar estos tops, nada mejor que unos jeans o, si quieres andar más fresquita, unos shorts vaqueros (de tiro alto) o, para un look más chic: minifalda. De hecho, el denim es un básico tan versátil que va con todo, así que puedes optar también por una cazadora vaquera, la mejor chaqueta de entretiempo de todos los tiempos. Y la más trendy ahora, sobre todo si optas por una customizada, siguiendo las tendenciasde la temporada, como hace Sara Sampaio con su nombre marcado en la espalda o Tess Christine con su cazadora de mangas rasgadas formando flecos.

Ya veis que Emitaz es muy fan de este tipo de tops, que dan un toque bien diferente a sus shorts vaqueros de color negro según si quiere un look más casual…

… O un poco más femenino y chic.

Emily Ratajkowski super chic con vaqueros largos y su top fruncido.

Camila Coelho opta por una mini falda vaquera.

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Conjuntos de dos piezas a juego, monos y micro monos, la opción de Aimee Song y Dulceida

Si no os queréis complicar la vida, lo mejor es optar por tops a juego con una falda o pantalón, una tendencia que convierte a los vestidos en dos piezas que ya vimos el verano pasado con un resultado de lo más sofisticado como muestra Aimee Song. Si preferís algo más (f)estival y juvenil, los mini monos de estilo boho han sido la opción favorita de Dulceida estos días en Coachella.

Con falda o pantalón largo conseguirás un toque más urbano y chic. Si prefieres el toque bohemio, opta por unos shorts cortitos:

Consigue el micro mono de Tularosa que luce Dulceida pinchando aquí.

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Vestidos románticos, con estampado floral o volantes, los favoritos de Kristina Bazan

Aunque lo más sencillo, sobre todo de cara al veranito, son los vestidos, maxi o mini, un poco holgados (ahora se lleva el corte babydoll). Son de lo más práctico, fesquito y favorecedor sin requerir más complicación y parafernalia que algún complemento y sandalias de tu elección. No requieren de más para estar PER-FEC-TA.

Kristina Bazan se ha pasado los días en Coachella cambiando de vestidos…

Consigue su maxi vestido floral con cuerpo ajustado y hombros al aire pinchando aquí.

Su vestido es de la marca Tularosa, la misma firma del mono de Dulceida y de este vestido que hemos visto llevar a Collage Vintage:

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Cuadro Vichy, la elección de Emma Roberts y Vanessa Hudgens

Si buscas una alternativa a los vestidos de estampado floral, este año el cuadro Vichy pega fuerte, como hemos podido ver en los looks más chic de las pool parties que se han organizado con motivo del Festival de Coachella. Entre sus adeptas, las actrices Emma Roberts y Vanessa Hudgens.

Consigue el vestido de la protagonista de Scream Queens pinchando aquí.

Consigue el top de la cantante Jessi Malay pinchando aquí.

Y este conjunto de falda + blusa cropped con los hombros al aire a continuación:

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A base de crochet y transparencias festivaleras como Chanel Iman y Camila Coelho

Otra opción básica y muy (f)estival son las prendas de crochet en tops multicolor para dar un toque alegre y hippie a tu outfit o con un toque sexy en negro como Camila Coelho o más taimado si optas por matizarlo con un tono blanco o crudo como Chanel Iman o Negin Mirsalehi.

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Días con estrella en Coachella para Andy Torres

Sip, Andy Torres también ha estado en Coachella (no estaba muerta, estaba de parranda) y ha optado por un print de lo más rock para sus looks festivaleros gracias al estampado de estrellas.

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Este atrevido mono de House of Harlow 1960 se lo ha puesto más de una estos días.

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Chiara Ferragni Collection

Muchas estrellas tenían también los prendas de la nueva colección de moda de baño que Chiara Ferragni ha presentado durante estos días de #RevolveFestival.

Bañadores a modo de body

Como la colección más veraniega de Chiara Ferragni todavía no está a la venta, nos hemos fijado en el resto de bañadores que han lucido las invitadas a la pool party de Revolve, que todas han llevado a modo de body con unos shorts vaqueros para conseguir un aire super (f)estival. Eso sí, la mayoría ha optado por los colores nude porque ya sabéis que este año los bañadores y bikinis más trendy parecen ropa interior.

Pincha aquí para conseguir el bañador lencero de Tess Christine, en Coachella con Collage Vintage.

Con volantes en nude o con un toque de color gracias a este delicioso estampado floral:

Consigue aquí el bañador tropical de Lovers + Friends.

Consigue aquí este modelo sexy y elegante con aperturas laterales trenzadas.

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Girl Power y la moda de las prendas feministas

Y por último, pero no por ello menos importante, la moda de los mensajes feministas que ya os anunciamos que este año tendría un gran peso en Coachella. Al fin y al cabo, hay que seguir las tendencias. Y si éstas sirven para empoderar a la mujer, mejor que mejor.

Consigue la bomber Baby Girl pinchando aquí.

Consigue aquí tu camiseta Girl Gang.

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CAPÍTULO 10

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Unos toquecitos en la puerta bajaron a Alice de las nubes.

Alice se encontraba tirada en la cama junto a su portátil viendo gameplays aleatorios de diferentes juegos. El cuarto estaba bastante oscuro, únicamente la luz de la lámpara de la mesita de noche dejaba ver a duras penas parte de su alrededor.

Alice se incorporó sentándose sobre la cama preguntándose quién podría ser la persona que había irrumpido su descanso.

¿Alyssa? No. Ella esa noche iba a salir con Todoroki. ¿Katsuki? No, tampoco, tenía ensayo con su grupo.

La chica seguía en la misma postura, sin articular palabra o hacer movimiento alguno, fuera quién fuese no tenía ganas de abrir. Se encontraba cansada, tanto física como mentalmente, y en ese mismo instante no le apetecía tener que fingir estar bien o tener el mínimo contacto con alguien. Solo quería quedarse en su cama, con su portátil y su infinita oscuridad.

“¿A-Alice?”

La voz sonó bastante lejana y era apenas audible, pero lo suficiente como para que Alice lo escuchase y supiese de quién se trataba.

Alice se volvió a tumbar en su cama, esta vez haciéndose la dormida y unos minutos más tarde todo volvió a quedarse en completo silencio. Un incómodo silencio.

Por fin llegó el tan ansiado día para la clase de 1-A (o quizás no tan ansiado para algunos). Katsuki, estaba protestando mientras terminaba de revisar su maleta sentado en el sofá: gafas de buceo, dos bañadores, ropa para dos días y varios artículos más de playa. Todoroki, que ya había preparado y revisado con mucho cuidado su equipaje la noche anterior andaba a su lado sentado entreteniéndose mientras jugaba a un estúpido juego en su móvil.

Mina llevaba ya desde altas horas de la mañana dando grititos y yendo de un lado a otro nerviosa y de habitación en habitación despertando a la gente.

Alyssa y Alice eran las últimas que quedaban puesto que andaban poniéndose su eyeliner waterproof y Alyssa había tenido algunos “problemillas técnicos” y su amiga estaba intentando ayudar el desastre que había creado.

A la media hora ya andaban todos sentados en el tren rumbo a la playa de Shirahama.

Esta era una pequeñita playa bastante famosa por su arena blanca y el color turquesa del agua. Además, se podía disfrutar de unos baños termales mixtos con vistas a la playa en los que obviamente, era obligatorio el uso del bañador.

La clase iba a pasar dos noches y tres días en aquel acogedor lugar, en unas casitas en la playa que habían reservado para ellos.

La U.A pensaba que los chicos merecían desconectar un tiempo por corto que fuese después de todos los acontecimientos ocurridos y así es como acabaron yendo a ese remoto lugar.

A las horas llegaron, algunos se habían quedado dormidos en el camino (Alyssa incluso quedó muerta encima del hombro de Todoroki babeándoselo entero), otros habían pasado el viaje viendo películas en la pequeña pantallita que tenía cada asiento incorporado, otros escuchaban música y otros simplemente charlaban.

Al llegar los chicos suspiraron aliviados ya que al fin podían estirar sus piernas.

“Por fin” dijo Alice mientras se desperezaba.

“Pero si has estado durmiendo todo el rato como un bebé” Katsuki apareció por detrás de la chica bostezando.

“Eso díselo a Alyssa que no paraba de babear” esta se acercó a su amiga y le metió un codazo leve. “¿En qué pensabas, eh? Pervertida” Alice arqueó una ceja y su amiga se fue corriendo a toda pastilla sonrojada, no sin antes soltarle un sonoro “Mineta”.

Alice se fue detrás de su amiga soltando grandes carcajadas.

El lugar donde iban a pasar los próximos tres días eran unas pequeñitas cabañas de maderas cerca del mar. Estas estaban provistas de las cosas básicas como cuarto de baño y plato de ducha, también tenía un pequeño televisor y dos camas literas, por lo que, el número máximo de personas por cabaña era de cuatro. El comedor era una zona común que se encontraba a unos escasos metros de allí.

Alyssa y Alice entrelazaron sus brazos haciéndoles ver a los demás que iban en pack y tenían que estar en la misma cabaña sí o sí.

Al final la distribución de las cabañas fue tal que Alyssa, Alice, Uraraka y Tsuyu quedaron en dormir juntas, cosa que no acabó de convencer del todo a Alice. En la cabaña de al lado se encontraban Katsuki, Todoroki, Kirishima e Izuku.

“Que pena, Katsuki se moría de ganas de dormir con su niña” dijo Kirishima burlón.

“¡¡Tú!! ¡¡Calla maldito!!” Katsuki se puso a gritar muy alterado y sonrojado cosa que hizo que todos estallaran riéndose, todos menos Alice que también se puso roja como un tomate ante el pensamiento de poder dormir con Katsuki. Aunque la cara se le cambió completamente al recordar de pronto los rumores que habían estado circulando desde hace poco, ahora lucía algo más pálida y triste.

Los chicos dejaron sus maletas en sus respectivas cabañas y corrieron a cambiarse para poder aprovechar lo que quedaba de día en la playa.

Alice se puso su espectacular biquini a rayas color azul a juego con el bañador también a rayas pero color rosa de Alyssa.

Uraraka se puso un biquini bastante mono con la parte de abajo en forma de falda y unos colores pastel preciosos. Tsuyu usó un bañador que le llegaba hasta por encima de las rodillas blanco con lunares verdes.

Los chicos parecían que iban a quedarse en la playa un mes, llevaban todo tipo de cosas, un gran número de sombrillas, pelotas, raquetas, neveras hasta arriba de comida y bebidas, flotadores…

Ninguno se había puesto de acuerdo en qué iba a traer cada uno y finalmente acabaron trayendo demasiadas cosas.

“¡La playa! ¡Hacía mucho tiempo que no la pisaba!” Kirishima salió corriendo rumbo a la orilla y Mina le seguía de cerca.

Los dos chicos no tardaron ni un segundo en quitarse la ropa de encima y acomodar las cosas para lanzarse rápidamente al agua. Kirishima se lanzó en plancha y se puso a nadar como loco hasta el fondo y Mina se puso a hacer la croqueta en la orilla.

Los demás colocaron las cosas cuidadosamente y en un cerrar de ojos se habían unido a sus dos amigos en el agua, todos menos Alyssa, Alice y Katsuki.

Alyssa se sentó en su toalla debajo de la sombrilla para que no le diese mucho el sol ya que lo odiaba y prefería evitar cualquier quemadura.

Katsuki y Alice simplemente habían decidido dar una pequeña vuelta por la orilla y ver cómo era el lugar en el que iban a pasar los siguientes días. Conforme iban alejándose del grupo pudieron oír a su amiga Mina gritarle desde lejos a Katsuki que dejase de ser un rancio y le cogiese la mano a Alice, con las consecuentes risas de los demás.

Katsuki se puso rojo como un tomate y apretó los puños aligerando la marcha.

“Oye, no vayas tan rápido que no puedo seguirte” protestó Alice.

Katsuki se dio cuenta de que con los nervios había acelerado y se disculpó volviendo al paso normal.

Alice pudo ver al chico mirándole de reojo algo nervioso como si quisiera hacer o decirle algo.

La chica sonrió para sí y le extendió la mano para que se la diese. Katsuki se volvió a sonrojar ante aquello. ¿Tan fácil era de ver que se estaba muriendo de ganas de agarrarle la mano?

Este apretó la mano con fuerza entrelazando sus dedos con los de la chica.

Alice iba super feliz dando saltitos de la emoción y canturreando alguna que otra canción mientras que Katsuki no paraba de protestar diciendo que parase ya que le estaba empezando a doler la cabeza cuando, en verdad, amaba verla así de feliz.

Al otro lado de la playa…

Alyssa se había quedado dormida leyendo un libro aburrido sobre alienígenas, parece que había escogido el libro más muermo de la biblioteca particular de su padre.

Alguien se acercó lentamente hasta la chica y le quitó el libro que reposaba encima de su cara, lo que hizo que la chica se despertase alarmada.

“Tranquila, soy yo. Te habías quedado dormida con el libro encima de la cara” Todoroki se rió.

Alyssa se quería morir, no solo se había quedado dormida antes en su hombro de una forma super estúpida babeándole, sino que ahora también esto.

Todoroki le revolvió el pelo al verle la cara sonrojada mientras le sonreía amablemente.

“¿Por qué no te vienes un rato al agua? Los demás han dicho de jugar con el balón” dijo sentándose a su lado mientras cogía una bebida fría de la nevera.

“Es que...no tengo ganas” Alyssa se movió inquieta en su sitio.

“¿Y eso? ¿Por qué?” Todoroki puso la lata de melon soda en la mejilla de la chica lo que hizo que esta se estremeciese y apartase la cara rápidamente protestando.

“La verdad es que hoy no me encuentro muy bien, me duele el estómago” dijo dándole una patada intentando devolverle lo de la bebida.

“Eres experta en ponerte enferma, eh” Todoroki empezó a rebuscar algo entre sus pertenencias y al rato sacó una especie de reproductor mp3. Este desenrolló unos auriculares y delicadamente puso uno en unos de los oídos de Alyssa y él se colocó otro.

“Escucha esto”.

De pronto empezó a sonar una canción que Alyssa había escuchado millones de veces y que no paraba de cantar cuando era más pequeña.

En el aparato sonaba “wish you were here” de Avril Lavigne.

Alyssa miró atentamente a Todoroki, a sus preciosos ojos, su fina y perfecta boca, su sonrisa, aquella sonrisa que mostraba tan poco ante todos pero que ella había tenido el privilegio de presenciar tantísimas veces. De pronto tuvo la necesidad de saber más y más de él y de ser más cercanos.

“No sabía que te gustaba Avril Lavigne”

Todoroki se rió.

“Y muchas más cosas que todavía no sabes de mí”.

Por otra parte…

Katsuki y Alice habían llegado a una parte algo desierta de la playa, era como una especie de cala rodeada de grandes rocas.

Estos dejaron las toallas y los bolsos en la arena y no tardaron ni medio segundo en meterse en el agua. Alice, quizá lo dudo un poco, puesto que el agua estaba bastante fría, pero en cuanto Katsuki le tendió la mano se metió de cabeza.

Alice abrazó fuertemente a su amigo para sentir su calor corporal y así contrarrestar el frío del agua.

Katsuki, rojo como un tomate, simplemente se dejaba abrazar, a lo que Alice aprovechó para agarrarle fuertemente y darle una gran zambullida.

“¡Toma tirano! ¡Sufre mi ira!” Alice empezó a reír como loca y Katsuki emergió del agua todo empapado y con cara de pocos amigos.

“¿¡QUÉ HACES!? ¡QUE ESTO ESTÁ CONGELADO, MALDITA!”

Alice intentó ir rápidamente hacia la orilla seguida de Katsuki que no paraba de gritarle “maldita” y que si la cogía iba a sufrir un terrible ataque de cosquillas.

Alice hizo un movimiento raro lo que provocó que se le desabrochase la parte de atrás del biquini cayéndose este y dejándole completamente desnuda por arriba.

Katsuki, el cual tenía muy buenos reflejos, cogió a la chica y la abrazó fuertemente contra sí al ver que una parejita se acercaba de lejos.

Ambos estaban debajo del agua, piel desnuda contra piel desnuda, Katsuki podía notar los pechos de Alice contra él. Aquella sensación era muy peligrosa.

En cuanto la pareja quedó completamente fuera del alcance de la vista de ambos Katsuki soltó a la chica y se giró completamente para que esta pudiese ponerse el bañador tranquilamente.

Alice, todavía bastante nerviosa y alterada, cogió el bañador y se lo ajustó llamando a Katsuki algo avergonzada para que este se lo abrochase bien por detrás.

“N-No mires, eh...” susurró Alice.

“No he visto nada ni voy a mirar nada” Katsuki parecía más nervioso de lo normal.

Este abrochó las tiras del bañador ágilmente.

“¿Ya está?”

“No, espera, aún falta algo”. Katsuki apartó delicadamente el pelo de Alice con sus manos y agachándose plantó un suave pero picante beso en la nuca de la chica lo que hizo que esta se sacudiese.

“Ahora sí” sonrió Katsuki pícaramente.

Ya estaba oscureciendo por lo que Katsuki y Alice habían decidido volver a reunirse junto a sus amigos.

Cuando llegaron a las cabañas únicamente se encontraron con Todoroki y Alyssa, los cuales habían comentado algo de que los demás habían salido a una especie de festival que estaba teniendo lugar ese fin de semana en aquel pueblo y que volverían tarde.

No quisieron interrumpir mucho a esos dos puesto que se veían más acaramelados de lo normal y Alice decidió irse con Katsuki a su cabaña (no sabía si estaba haciendo bien yendo allí después de lo ocurrido esta tarde…).

“Cariños, usad protección” soltó antes de cerrar la puerta dejando a los otros dos chicos muy sobresaltados.

La cabaña de los chicos estaba bastante desorganizada, con un montón de cosas tiradas en el suelo y encima de las camas, solo había una que permanecía completamente impecable. “Seguro que es la de Todoroki”, pensó Alice.

Katsuki intentó recoger un poco por encima pero fue todo en vano.

Este se quitó la camiseta algo acalorado y se sentó delante del ventilador para que le diese el aire.

Alice se quedó fijamente mirando su torso desnudo, este tenía los músculos bastante marcados y trabajados. La chica se sonrojó levemente, no podía apartar la vista del chico que tenía delante de ella. ¿Qué le pasaba? Hoy estaba más alterada que de costumbre.

Katsuki pudo notar como la chica no le quitaba ojo, cosa que hizo que empezara a ponerse nervioso.

“¿Quieres...ducharte conmigo?” soltó casi sin pensar.

La chica pensaba que estaba vacilándole o que aquello era una especie de broma. ¿Ducharse? ¿Juntos? De pronto se imaginó a Katsuki completamente desnudo y a ella, frente a él, acercándose lentamente, tocándose bajo el agua caliente de la ducha, rozando sus cuerpos mojados y excitados, descendiendo y ascendiendo las infinitas caricias por todas las partes de su cuerpo, besándose lengua contra lengua.

“En los baños termales quería decir” corrigió al rato Katsuki que se había dado cuenta de lo que acababa de decir.

La chica de pronto suspiró aliviada. ¿Aliviada? Bueno, quizás no tanto.

Alice asintió y al poco llegaron allí.

En los baños termales se estaba de lujo y era una gozada para relajar el cuerpo. Estos eran mixtos pero estabas obligado a meterte con bañador.

Katsuki y Alice se metieron en uno que tenía vistas para unos montes bastante agradables.

La luna se podía ver firmemente esa noche en el cielo y este estaba completo de estrellas.

“¡Qué bonito! Nunca imaginé poder ver el cielo estrellado así, dentro de unos baños termales”.

Katsuki sonrió al ver a Alice tan emocionada y se acercó a ella proporcionándole pequeños besitos por todo el cuerpo. La chica protestó sonrojada pero en el fondo se estaba muriendo por dentro.

“¡Tonto!”

Y así, la noche terminó feliz(calurosa)mente para ambos.

Los días en el mar pasaron volando y finalmente llegó el día de volver de nuevo a la U.A.

Todos estaban bastante desanimados puesto que se lo habían pasado muy bien y no querían irse tan pronto.

Alice ya andaba montada en su asiento del bus, al lado de la ventana, con la cabeza apoyada y bastante cansada. No habían parado esos tres últimos días.

De pronto una voz interrumpió en su cabeza.

“¿P-Perdona? ¿Puedo sentarme contigo?”

Era Uraraka. Esta parecía bastante nerviosa y algo distinta a como solía ser siempre.

Alice asintió con la cabeza, aunque en verdad no quería sentarse con ella, pero no le salía decirle que no rotundamente.

Estos últimos días, a pesar de haber compartido cabaña, apenas se habían dirigido la palabra. El ambiente entre ellas estaba bastante tenso y pesado.

El autobús estaba aún vacío porque la gente se había retrasado muchísimo y habían apurado hasta el último segundo.

Uraraka se movía inquieta en su sitio, mirando a Alice cada dos por tres de reojo, cosa que notó la chica inmediatamente. Parecía que quería hablar de algo.

“Alice, llevo varios días queriendo hablar contigo. Incluso me he presentado varias veces en tu cuarto y no me has abierto la puerta” soltó finalmente.

Alice suspiró inconscientemente.

“Estos días atrás no he tenido realmente muchas ganas de hablar, ya sabes” dijo mirando por la ventana.

“Solo quería que supieses que a mí Katsuki no...me gusta, es solo un gran amigo. Y esos rumores...me gustaría cortarle la cabeza al que empezó a divulgarlos” miró enfurecida al frente.

Alice giró la cabeza sorprendida. “Cortarle la cabeza”. Era la primera vez que había escuchado a su compañera decir algo así y se echó a reír a lo que Uraraka reaccionó sonriendo, contenta de ver a Alice finalmente de esa forma.

“No te preocupes, al principio me sentía bastante mal por algunas cosas que escuché pero ya...estoy bien. Tú no tienes la culpa de nada”. Alice sonrió ampliamente. “Pero necesitaba tiempo para estar sola y pensar...”

Uraraka abrazó fuertemente a Alice y esta le devolvió el cálido abrazo.

De pronto la chica se levantó al ver a Katsuki aproximándose junto a Izuku y Kirishima por detrás.

“Ahí viene tu novio” le guiñó un ojo a Alice. “Os dejo solitos” y se fue riéndose pícaramente hacia otro asiento.

A/N: DJADADJADJAD no me quedó como esperaba, i’m sorry. Aún así espero que te guste y si tengo alguna falta o incoherencia tAMBIÉN LO SIENTO PERO ES QUE ANDO REVISÁNDOLO DANDO CABEZAZOS. SOY REESTÚPIDA.

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¡ERES UN IDIOTA!

- ¡A comer! Bajé corriendo y empujé la puerta de la cocina. Jace estaba de espaldas, agachado en el horno. -Oh, Emmy, que bien que estés aquí. ¿Puedes poner la mesa, por favor? - Claro. – Cogí los platos y los cubiertos que estaban sobre la barra y los coloqué en la mesa. Cuando volví con Jace, le pregunté que había hecho de comer. -Pollo ala naranja. - Ummm, no me gusta el pollo. - Pues este te va a encantar. - Hola. -Entraron los chicos- ¿Qué hay de comer? - Pollo a la naranja. - No voy a comer nada de lo que cocines. Chau. -dijo Trent. Los demás asintieron y lo siguieron. - ¿Por qué se han ido todos? -Seth entró en la cocina, con una mueca de confusión. - Hice pollo a la naranja. - ¿Y? -Pregunté sin entender nada. - La última vez de Jace cocinó, todos nos pasamos tres días en el baño. -contestó Seth. - Oh vamos, no puede estar tan malo. -dije y, a pesar de odiarlo, lo probé. - ¿Te gusta? -me preguntó Seth. Negué con la cabeza con una mueca de desagrado. -Pediré comida china. -Jace cogió el teléfono y salió de ahí. - Ten Emmy, llévalo al contenedor verde y cuando lo abrí, algo salió de él. Grité con terror y tiré la bandeja de pollo al suelo. Al otro lado del muro de setos también se escuchó un grito. - ¿¡Qué pasa!? -Seth salió enseguida alarmado. Señalé un rincón del pequeño patio y vi que la criatura que me había asustado era una simple ardilla. Mi respiración se calmó, cuando alguien exclamó desde el otro lado del muro de setos que separaba la calle del patio de la casa. - ¡Casi me muero del susto, niña! Fruncí el ceño-. -Lo siento señora Andrews. Lo que pasa es que una ardilla salió del basurero y la asustó. -se disculpó Seth. Escuché un gruñido del otro lado de los arbustos. -Panda de monos inmaduros. -soltó, malhumorada y volvió a gruñir. Entramos a la casa y Seth me explicó que la señora Andrews era la gruñona vecina de al lado. Nos asomamos por la ventana de la cocina y la vimos en la casa, sentada en el salón. Un chico se acercó a ella con una bandeja de comida y cuando vi su cara, mi mandíbula cayó al suelo. Era Tyler, el chico guapo que me encontré en el centro comercial. Al parecer, él también nos vio y agitó su mano hacia mí en forma de saludo. Lo imité y volví con los chicos para comer. Justo en ese momento llamaron al timbre y obviamente tuve que abrir yo. Al abrir me quedé alucinada. - ¿¡Oriol!? ¿¡Eres tú!? - Ummm, ¿Quién eres? -preguntó dudoso. - Soy yo, ¡Emmy! ¡Emmy Lou! - ¡Oh dios mío! ¡No lo puedo creer! -exclamó mientras me abrazaba. Oriol me conoce desde que era un bichito con patas ya que cuando yo nací, él tenía cinco años. Siempre estábamos juntos ya que nuestros padres eran muy amigos. Hasta que los padres de Oriol decidieron mudarse a Los Ángeles y bueno, aquí estamos. - Toma. -le dije dándole el dinero que Seth dejó en la mesita de la entrada. - Muchas gracias. -me sonrió amablemente. Después de darme la comida nos quedamos hablando un poco, pero se tuvo que ir porque tenía que seguir trabajando. Me contó que está estudiando fotografía, le encanta grabar todo lo que ve y para pagarse los estudios tiene que trabajar repartiendo comida los fines de semana. Tiene la esperanza de que algún día pueda llegar a ser el cámara de algún director famoso. La verdad, me alegra habérmele visto después de tanto tiempo. Llegué a la cocina con la comida. Estaba deliciosa. Todos comimos con ansia hasta que vaciamos los platos. El resto del día lo pasamos en el jardín, nadando en la piscina y corriendo como locos. Yo me zambullía en el agua con Jace, mientras los demás jugaban al fútbol americano en bañador. Solté una carcajada cuando Caleb fue placado violentamente por Seth y Damen. Eran unos salvajes y era muy divertido verlos pegarse y tirarse al suelo. Cuando anocheció, cenamos cereales y galletas con leche al tiempo que veíamos la tele, en la sala de cine del tercer piso. La película de Asalto al Poder era proyectada en la pantalla, a petición de Seth. Como ya la había visto varias veces, estuve jugando al Candy Crush Soda de mi teléfono y escuchando música. Cuando se acabó, los chicos se levantaron del sofá y se estiraron. - Bueno, yo me caigo del sueño, así que me voy. -Seth se despidió y se fue. Todos hicieron lo mismo, mientras que yo me quedé inmóvil en el sillón. - Vamos Emms, a dormir. -me dijo Caleb. - Nah, dormiré aquí. - No puedes quedarte aquí. - ¿Dónde dice que no? -lo miré retándole. - Bien. Si no quieres bajar sola, te bajaré yo -bufó, me cogió en brazos y me llevó hasta mi habitación. Cuando llegamos, me acostó en la cama, me quitó las zapatillas y me tapó con la colcha. - Buenas noches, Cable. -dije con vos adormilada. Él sonrió con diversión por mi confusión con su nombre y contestó: - Buenas noches, Emmy. Apagó la luz y salió de allí cerrando la puerta con suavidad detrás de él. Cerré los ojos y me quedé dormida. […] Habían pasado varias semanas desde que había llegado a vivir a casa de mi tío. Durante ese tiempo, he establecido amistad con los seis chicos y me he encariñado tanto con ellos que estoy comenzando a considerarlos mis hermanos mayores. Aquella mañana me desperté gracias a la luz del sol que daba en mi cara. Puto sol. Gemí y me di la vuelta para poder seguir durmiendo. Estaba a punto de conseguirlo cuando la puerta se abrió escandalosamente. - ¡Emmy, levántate ya! ¡Hoy tienes que ir a la escuela y tenemos que darnos prisa si no quieres llegar tarde! -Trent me sacudió, pero yo solo gruñí y me tapé con las mantas. - Emms, vamos. -me destapó y lo que consiguió fue una patada en el estómago. - ¡Emmy Lou Greene Benet, levántate ahora! -exclamó Jace, al entrar y ver el escándalo que armaba. Bufé y me levanté mirándolos con odio. - Gracias. Ahora peina esos pelos de loca y prepárate porque nos vamos en media hora. -sentenció el rubio y se fue. - Sí, hazle caso, pelos de loca. -se burló Trent, soltando una risita. Entonces me abalancé sobre él, lo tiré sobre la cama para luego intentar ahogarlo con la almohada. - ¡Emmy suéltame! ¡Me estás ahogan…! -gritó. - ¡EMILIA! -la voz de Jace retumbó en el piso de abajo. - ¡Ya ya, lo siento! -exclamé y dejé a Trent en paz. Me metí en el baño y me duché mientras escuchaba música. Terminé y salí para cambiarme, aun bailando. Entré al armario, el cual estaba casi lleno gracias a todos los regalos que me habían comprado los chicos. Me vestí con algo sencillo y salí del armario. Me peiné y me hice una coleta, mientras pensaba en cómo sería el instituto. Para ser sincera, estaba un poco nerviosa. ¿un poco nerviosa? Niña, casi vomitas en el lavabo. De acuerdo, estaba MUY nerviosa. - - Buenos días princesa. -Damen besó mi cabeza cuando entré en la cocina. - Buenos días. -sonreí y me senté junto a él e la barra. - Eres una tonta. -Trent pasó por mi lado tocándose el estómago. Le dediqué una sonrisita malévola y me eché los cereales. Cuando terminé de desayunar, me levanté y subí a lavarme los dientes. Estaba de espaldas a la puerta y al espejo, revisando Instragram en mi teléfono. Suspiré al ver la foto de uno de mis actores favoritos. ¿Por qué Dylan O’Brien tenía que ser tan guapo?   - ¡HOLA! Grité asustada, causando que toda la saliva con parta que estaba en mi boca se escurriera por mi barbilla hasta el suelo. Trent reía a carcajadas apoyado en el marco de la puerta., sosteniendo su estómago. - ¡ERES UN IDIOTA! -grité y le tiré un zapato e cual dio de llenos en su cabeza. Soltó un quejido de dolor y corrió a su habitación. Volví al baño, limpié el suelo y terminé de lavarme los dientes para luego bajar con los demás. - Adiós, pequeña. -todos se despidieron de mi con un beso en la mejilla. Corrí al Porsche rojo donde me esperaba Damen y arrancamos. Estuvimos quince minutos hablando de cosas sin importancia, hasta que llegamos. Observé los tres edificios blancos, rodeados de áreas verdes y muchos estudiantes de secundaria. El edificio de la derecha tenía dos pisos, el del medio tenía cinco y el ultimo el auditorio. - Bueno enana, hasta aquí llegó el tour. Bienvenida al instituto.  -Damen se paró en la entrada. - Más bien al infierno, -farfullé y cogí mi mochila del asiento de atrás- - Vamos Emm, no es tan malo. - Es fácil decirlo sino eres tú el que estará encerrado por ocho horas. – repliqué molesta. Él suspiró y besó mi cabeza. - Buena suerte. Procura no mandar a nadie al hospital ya sabes, controla tu genio y haz amigos. Te quiero. -se despidió al tiempo que yo cerraba la puerta. - Ajá. -contesté con voz aburrida y me alejé del coche no sin antes escuchar la carcajada burlona de Damen. Entré al edificio principal y me encontré con un enorme pasillo con casilleros naranjas y rojos, contagiado de chicos y chicas de secundaria. Algunos me miraban con curiosidad, mientras que otros ni siquiera me notaban y me empujaban. Bufé molesta y me dispuse a reclamarles, pero recodé las palabras de Damen, así que respiré hondo y caminé hasta la oficina del director. Me detuve frente a una puerta de cristal transparente que tenía escrito “Dirección” en letras negras. Cogí el picaporte y entré. Después de diez horribles minutos con la directora Perry dándome la bienvenida a la secundaria de Wellington, salí de su oficina para dirigirme a mi primera clase. Miré mi horario y gruñí. Tenía clase de Química la cual, por cierto, llegaba tarde. Encontré el aula después de cinco minutos de búsqueda. Genial, el primer día de escuela y ya llegaba quince minutos de retraso. Toqué la puerta y luego la abrí. Unos veinte pares de ojos se posaron en mí. - ¿Qué horas son estas para llegar, señorita…? -el profesor me regañó, mirándome a través de sus gafas redondas. - Greene. Lo lamento, es que soy nueva y usted sabe… -me callé esperando que me entendiera. - Oh, por su puesto. Discúlpeme señorita Greene, adelante. -se hizo a un lado y me dejó entrar. Me quedé parada en frente. - Preséntese al grupo, por favor. –pidió el hombre. ¿Por qué siempre tienen que torturar al chico nuevo de esta manera? - Claro…mi nombre es Emmy Lou Greene, tengo catorce años y me acabo de mudar a California. - Muchas gracias. Puedes sentarte con el señor Harries. -el profesor e indicó al fondo de la clase y continuó dando clase. Me senté junto al chico y saqué mi cuaderno. - Hola, soy Aarón -me miró y me sonrió. - Hola, soy Emmy. - Si, lo sé. -se acercó a mi oído y susurró – intenta no quedarte dormida, los apuntes que hay que escribir son muy largos. – sacó la lengua, disgustado. Sonreí por su acción. - Entonces, ¿me puedes dejar tu cuaderno para copiar los apuntes anteriores? - Claro. Te los doy cuando salgamos. – asintió y volvimos a prestar atención. Había pasado tres clases y yo ya quería irme. Por suerte, en todas las clases me había tocado con Aarón. Era muy bueno conmigo y siempre me sonreía, generándome una sensación de confianza. Tenía el pelo negro en un flequillo levantado, sus ojos eran azules y era un poco más alto que yo. - Señorita Greene, ya que está muy entretenida con el señor Harries, ¿podría repetirme lo que acabo de decir? – la profesora de Química me miró enfadada. - Que la tercera ley de Newton propone que toda fuerza posee otra fuerza de igual magnitud que va en dirección contraria. – contesté sin inmutarme por su mirada asesina al haber respondido correctamente. ¡Así se hace Emmy! Por fin haces algo bien. - Bien, por favor, deje de hablar con su compañero y ponga atención. -dijo la maestra con los dientes apretados. Sonreí con inocencia, causando carcajadas ahogadas de mis compañeros. Al salir, Aarón me dio unas palmaditas en el hombro. - No puedo creer que le hayas respondido a la señora esa. Le cerras la boca. -señaló con entusiasmo mientras saltaba a mi lado. Reí y negué divertida con la cabeza. Caminamos hasta la cafetería y nos pusimos en la fila para que nos diesen la comida. Cuando nuestras bandejas estaban llenas seguí a Aarón hasta una mesa donde estaban dos chicas sentadas, una rubia y otra castaña. - Hola chicas. Quiero presentaros a mi amiga Emmy Lou. Emmy, ella es Alix. – señaló a la rubia. – y ella es Sienna. – la otra chica me saludó agitando su mano. Ambas me sonrieron cálidamente, así que respondí igual. - Así que tú eres la chica de la que hablan todos. – dijo Alix. Abrí los ojos alarmada. ¿Y ahora qué has hecho, monstruo? - ¿Yo?, ¿Por qué? - Porque has llegado en un Audi descapotable ultimo modelo con un chico guapísimo. Además, has contestado a la profesora de Química. – sonrió graciosa. Me sorprendí de lo rápido que había corrido mi pequeño incidente con la profesora de Física. - Entonces, ¿Quién es el chofer sexy que te ha traído? -Alix subió y bajó sus cejas rubias con rapidez pícaramente. - Es Damen, uno de mis hermanos. Tiene dieciocho años y no, no tiene novia. – recalqué. Eso Emmy, prostituye a tu hermano. El sarcasmo no te queda bien, graciosa. Ellas soltaron un chillido de emoción que me causó gracia y reí. Al fin y al cabo, mi día no iba tan mal, salvo por un libro de lengua que me mandaron leer sobre un inspector de policía muy perezoso llamado Telmo o algo así.