#Martin D'Richet
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Bayou Sangriento: Prólogo (Parte 2)
Anteriormente...
Lunes 9 de noviembre de 2020. Casa abandonada de los Winchester. Shreveport, Luisiana.
El ex-sacerdote buscando respuestas (y venganza)
Dean Winchester, ex-pastor protestante (Credo: Marcial; Determinación: Venganza.)
Dean Winchester había regresado recientemente a su vieja casa. Estaba abandonada tras más de dos años fuera, sin luz ni agua corriente, había conseguido habilitar el pequeño garaje familiar como una especie de trastero y almacén para su equipo.
Estaba a punto de meterse en su catre desmontable cuando alguien llamó con fuerza a la puerta de la casa. Desde el garaje podía acceder rápidamente a la casa y eso hizo, llevando consigo su Colt 1873 Single Action Army Peacemaker del calibre .45. Miró por la puerta de cristal, apartando levemente la roída cortinilla y vio a un empleado de una agencia de transporte esperando, con su furgoneta atrás con las luces encendidas y el motor arrancado. Dean miró su reloj, ¡eran casi las 00:00 horas! Abrió lo suficiente la puerta mientras mantenía el arma preparada en su otra mano, oculta a la vista del transportista. Tras identificarse a petición del hombre, le entregó un sobre y le hizo firmar en su libreta. Tras un chascarrillo sobre el estado ruinoso de la casa y del vecindario, se marchó.
Dean comprobó que la carta no tenía remitente, pero iba dirigida a él y a esa dirección en particular. La abrió y vio que dentro había un trozo de papel garabateado con bolígrafo negro que decía:
Ve al café “Josie's” en Nueva Orleans a las 6 AM de hoy día 9. Van a hacer una redada y podrían necesitarte. Mi contacto me habló de posibles “cuerpos neutros” involucrados. FBI+DEA+Policía local+”expertos”. Les he hablado de ti a los coordinadores. No te vas a arrepentir de ir... Suerte. J.
Dean sabía perfectamente quién era ese “J.”, su contacto en el cuerpo de Policía y colega de caza John Carpenter. Sabía que podía fiarse de él, a pesar de hacer tiempo que no coincidían. Había usado los medios adecuados para comunicarse con él, así que estaba seguro al 98% de que el mensaje provenía realmente de él.
Comprobó su reloj y corrió hacia el garaje, preparando su equipo en una pequeña mochila (una muda de ropa, un pequeño neceser con lo básico para el aseo personal, balas del .45, una vieja biblia y su documentación.) Se puso su ropa de pastor y el revólver en su funda sobaquera dentro de la chaqueta y un abrigo marrón largo encima. ¡Tenía el tiempo justo para coger el autobús que salía a Nueva Orleans si corría!
Llegó justo a tiempo, pagó el billete y se sentó en uno de los muchos asientos libres. Solo había 7 pasajeros, contándole a él, de un total de 45 plazas en el bus. El conductor se puso en camino prácticamente cuando él se acomodó en su sillón. Tenía algo más de 5 horas por delante, por lo que podría dormir un rato...
Sobre las 5:45 horas llegó a la estación de autobuses y tuvo que andar unos cuantos minutos hasta que finalmente, usando su navegador gps del móvil, encontró el lugar de la reunión, el Café "Josie's".
"Josie's", el lugar de reunión...
La reunión.
Dean comprobó que habían varios coches aparcados. Pese a ser poco más de las 6:10 horas ya había gente desayunando. El día estaba poco a poco abriéndose paso, en el horizonte el sol intentaba aparecer pese a las nubes de aquella mañana de noviembre. Hacía un poco de aire y bastante humedad, por los charcos del suelo no haría mucho que habría llovido. Estaban en plena temporada de huracanes, las lluvias eran marca de la casa en Nueva Orleans prácticamente todo el año.
Entró y vio que habían en la barra un par de camioneros disfrutando de un copioso desayuno grasiento bañado en café aguado, un par de mesas estaban también ocupadas por trabajadores de la zona e incluso un tipo trajeado que desayunaba mientras consultaba algo en su portátil. Una mujer de cabello canoso y gesto serio estaba detrás de la barra. Al ver a Dean se dirigió a él con voz grave y modales algo bruscos. Le preguntó si iba a tomar algo y Dean pidió un par de huevos fritos con bacon y café. Mientras esperaba que se lo trajeran miró por la sala, viendo que más allá de donde comían en las mesas había una mesa de billar y una diana de dardos. Por allí estaban los cuartos de baño y finalmente una puerta cerrada con un tipo enorme apoyado delante de ella...
Josie Galagher, la propietaria del Café "Josie's".
Pocos minutos después llegó el desayuno, un par de huevos bien fritos pero no excesivamente grasientos, con dos lonchas de beicon crujiente y dos triangulitos de pan tostado con mantequilla para acompañar. Le llenó la taza con café y el indicó que había crema y azúcar o edulcorante al gusto. Tras desayunar, Dean siguió mirando unos minutos a su alrededor. Josie regresó y le preguntó si quería más café. El ex-pastor le dijo que sí, que fuera rellenándolo porque estaba esperando a unos amigos con los que se tenía que reunir... Josie le dijo que en el reservado había unas personas esperando a alguien. Le animó a que preguntara a su sobrino Bill, el enorme tipo que hacía guardia en la puerta del fondo. Si era él a quién esperaban los de dentro, le dejaría pasar. Si no, pues probablemente le daría un puñetazo y lo tiraría del local...
Dean se dio cuenta que quizás era la mejor de las alternativas. Se bebió su segunda taza de café y se dirigió al encuentro del enorme tipo vestido con una camisa de cuadros, con barba rojiza y ojos azules. Le dijo que creía que le estaban esperando los de dentro... Bill corroboró que él era Dean Winchester y le abrió la puerta del reservado, dejándolo pasar y cerrando tras él.
Bill Galagher, el brazo fuerte del Café Josie's.
El reservado era donde normalmente se llevaban a cabo las timbas de póker en el lugar. Había una gran mesa redonda con un tapete verde gastado, varias sillas de madera, una lámpara de luz blanca justo sobre la mesa. Ahora habían multitud de documentos, un par de tablets, fotografías, teléfonos móviles, varias tazas vacías y una jarra de cristal con los restos de café que denotaban que habían estado un buen rato allí dentro.
Había 4 personas allí, que dieron la bienvenida a Dean tras éste presentarse al entrar. La voz cantante parecía llevarla una mujer de unos 40 años con el cabello castaño largo, vestía traje de chaqueta y llevaba una pistolera muy evidente sobre su blusa blanca. Para Dean apestaba a FBI (no les tenía demasiado aprecio). Se presentó como Samantha Gordons y a su vez fue presentando al resto de los presentes. Había otra señorita de ascendencia asiática vestida de negro, se la presentó como Ming Naan, de la DEA. Un caballero afroamericano calvo vestido con los colores de la Policía de Nueva Orleans fue presentado como Jerome Doubois, del Departamento de Policía de Nueva Orleans. Y por último un tipo vestido con ropa cara, traje de chaqueta, bastante alto y corpulento, pelo castaño oscuro con canas y barba que enseguida le dio a Dean una extraña sensación que en alguna otra ocasión había sentido durante sus tiempos de Cazador en China, que fue presentado como Martin D'Richet, un experto en ocultismo. Éste último parecía bastante serio y casi no saludó a Dean.
Samantha "Sam" Gordons, agente del FBI.
Como ya estaban todos, podían comenzar con los datos de la operativa que iban a llevar a cabo y por la que Dean había sido llamado. Samantha comenzará diciendo que sabe que Dean es alguien de fiar, ha sido recomendado por John Carpenter (a quien ella conoce bastante bien)
Se va a llevar a cabo una redada en una nave industrial abandonada. Habría sospechas de que se usaría para fabricar, almacenar y probablemente ser el centro de distribución de un potente narcótico muy de moda en Nueva Orleans y sus alrededores conocido como "Polvo Zombie". El FBI estará en esa operación porque se habrían encontrado muestras de dicha droga en algunas poblaciones cercanas a la frontera de Texas con Luisiana. Se trata de una operación conjunta entre la DEA, el FBI y la policía local de la ciudad.
Ming Naan, oficial de la DEA.
Ming Naan tomará la palabra y comenzará a decir que en esa nave un cártel haitiano conocido como "Los colmillos de Damballah", muy peligrosos y agresivos, una banda de narcosatánicos por cómo actúan, se están encargando de producir dicha droga y moverla por la ciudad y sus alrededores. Jerome corregirá ese concepto de "narcosatánico" tan extendido entre los blancos protestantes, son haitianos y veneran el vudú. No tiene nada que ver con lo satánico, aunque puedan ser tan crueles e inhumanos si se lo proponen.
Jerome Doubois, detective de la Policía de Nueva Orleans.
Tras esta aclaración, Ming continuó con su disertación sobre el cartel. En efecto, usan el vudú contra la población autóctona que sigue esas creencias y tradiciones y conseguir lo que precisen de ellos (de ahí que en los últimos meses se hayan hecho con el mercado de las drogas de diseño en la ciudad, eliminando a toda su competencia) Son especialmente violentos en sus actos y se cree que su líder ideológico sería un tal Raoul "Machete" Lorde (Dean tuvo claro cuál era su arma preferida con tan solo oírlo) El tipo estaba condenado por varios delitos de tráfico de estupefacientes, soborno, extorsión, inducción a la prostitución, y al menos 3 cargos de asesinato. Actualmente estaba en paradero desconocido después de que regresara a la cárcel tras una vista por otra causa judicial que tenía pendiente, momento que aprovecharon para liberarlo y huir con ellos. Los rumores indicaban que podría estar en Nueva Orleans de nuevo, quizás al cargo de la operación de la distribución de esa droga. Ming mostró una foto de Raoul, de cuando fue fichado poco antes de entrar en prisión.
Foto de Raoul "Machete" Lorde, supuesto líder de "los Colmillos de Damballah".
Comentó de nuevo Ming que la DEA, con ayuda de la Policía de Nueva Orleans, habían mantenido cierta vigilancia en esa nave indutrial supuestamente abandonada. La zona estaba bastante mal después de las inundaciones del Katrina, una barriada cercana de casas estilo "Shotgun" permanecían vacías y sin arreglar desde agosto de 2005. Recientemente, un corredor y su perro encontraron en una de ellas un cadáver reciente de un hombre asesinado por un hachazo en la cabeza... Algunas de las naves cercanas se habían reconvertido en locales de ocio, trasteros, etc. pero era una zona poco recomendable para visitar por la noche. Consideraban que no habría más de media docena de personas actualmente allí, entre vigilancia y "cocineros" de droga.
Martin D'Richet, experto en asuntos "extraños".
Samantha comentó que el hombre de la barba canosa y la mirada furibunda, Martin D'Richet, estaba allí en calidad de experto en cosas extrañas. Podría ser de gran utilidad en el caso de "los Colmillos de Damballah" usara otros medios de protección para su mercancía dentro de aquel lugar... A parte de esto, estaba buscando a su hija, Marie, sobre la que se sabía que a veces se involucraba en los asuntos de los bajos fondos de la ciudad para sus "amos". La forma en que la agente del FBI había dicho esa última palabra no le gustó nada a Dean. Sobre la mesa había también una fotografía de una hermosa mujer de cabello moreno y ojos claros. Sin duda era la hija de Martin...
Fotografía de Maria D'Richet, la hija de Martin. ¿Trabajando para "Cuerpos Neutros", quizás?
Ming comentó que la DEA estaba en disposición de detener y poner a disposición judicial a cualquier miembro del cartel que se encontraran en esa nave. Pero si había resistencia armada, responderían en consecuencia... La idea inicial era usar fuerza no letal contra los vigilantes, intentando no alertar a los del interior de la nave, pero si había un tiroteo estaban más que preparados para devolver el fuego.
Sobre Dean, Samantha comentó a los presentes que ella sabía que él era un experto cazador, sospechaban que pudiera haber algún "Cuerpo Neutro" aprovechándose de la operación de drogas, incluso quizás dirigiéndola...
Había dos operativos fuertemente armados listos para intervenir, pero primero entraría un grupo menor: 3 agentes de la DEA junto a Ming Naan (ella dirigiría el operativo táctico); Jerome Dubois y su compañero Michael Sutton de la Policía de Nueva Orleans; Steven Holden del FBI, Martin D'Richet y Dean Winchester. Samantha se quedaría como enlace con el resto del operativo, preparados para entrar como refuerzos si el asunto se ponía más difícil o había alguna sorpresa. Tras esto, sabiendo cada uno su cometido, fueron abandonando la habitación para reunirse con el resto del equipo fuera del local.
Antes de salir, Samantha pidió a Dean que se esperara un momento. El ex-pastor así lo hizo. Una vez solos, le dijo que conocía a John Carpenter desde hacía varios años, confiaba plenamente en su criterio pero había hecho sus deberes sobre Dean: sabía lo ocurrido con su esposa y su hijo, y como junto a John y otros cazadores después ha ido investigando y cazando a criaturas de la noche. Samantha le explicó que ella sabía bien de todo aquello, pertenecía a una rama del FBI, la División de Asuntos Extraños (o SAD), que cazaba "Cuerpos Neutros" (vampiros) y a veces empleaban a otros Cazadores autónomos para misiones menores. Si aquella operación salía bien, quizás podrían afianzar una posible relación a largo plazo entre su organización y Dean. Tras esto, ambos salieron de la habitación.
Bill ya estaba con sus quehaceres normales, limpiando las mesas. Samantha le digo a Josie que todo era de cuenta suya, que ya arreglarían lo que se debía en breve. La mujer asintió, parecía contenta de tenerles allí. Mientras salían, Samantha le comentó a Dean que Josie había sido agente de la ley, pero que al jubilarse había abierto ese local y ahora podían dejarse caer por allí para tomar algo o descansar. Era muy amigable pese a ese aspecto tan rudo y las formas que tenía.
En la entrada estaban esperando junto a una furgoneta negra con lunas tintadas a Dean 3 operativos de la DEA con sus uniformes de intervención, incluyendo chalecos antibala pesados, cascos y pasamontañas, armados con subfusiles Hecker & Kock MP5K-PDW de 9mm. Ming Naan estaba sentada ya en el asiento del conductor. A su lado estaba Jerome. También estaba por allí el agente del FBI Steven Holden y otro detective de la Policía de Nueva Orleans, Michael Sutton. Con Martin y Dean, el grupo estaba completo. Uno de los agentes de la DEA le preguntó a Dean si necesitaba algo de equipo adicional mientras dejaban la mochila que llevaba el ex-pastor dentro de la furgoneta. Dean les pidió un chaleco antibalas. Le pasaron uno, se lo colocó sobre su ropa de pastor, y encima su chaquetón largo. Subieron a la parte trasera de la furgoneta y se fueron sentando y colocando los cinturones de seguridad. Martin llevaba en las manos lo que parecía ser una especie de gafas de visión nocturna, aunque su diseño era algo totalmente desconocido para Dean. Samantha estará en todo momento comunicada por radio con el equipo de la DEA, su compañero del FBI y los dos policías.
Los 3 agentes de la DEA.
Tras despedirse de Samantha, Ming arrancó el motor y salió a toda velocidad por las calles de Nueva Orleans. Eran casi las 7 de la mañana. De camino, comprobando las comunicaciones que podrían tener entre ellos (no solo con Samantha y el resto del operativo), Dean le preguntó sutilmente a Martin si había alguna opción de que éste pudiera hacer que todos los presentes en aquella furgoneta pudieran comunicarse entre ellos... El hombre sonrió, estaba claro que Dean sabía lo que él era en realidad, un Mago de las Tradiciones. Probablemente el ex-pastor habría conocido a alguno durante sus últimos viajes cazando monstruos. Le respondió que podría enlazarlos a todos con él mismo y actuar como una especie de centralita entre todos. Se colocó las gafas de visión nocturna, sacó su teléfono móvil y tecleó algo en él. Tras esto tocó la frente de Dean y la del resto de agentes que estaban dentro de la furgoneta...
La furgoneta negra circulando a toda velocidad.
Sobre las 7:15 horas llegaron al barrio, el aspecto era bastante deprimente, con todas aquellas casas idénticas abandonadas (muchas en estado ruinoso y aún con las pinturas de los buscadores de supervivientes de los días posteriores al Huracán Katrina) No tardaron en ver las naves industriales. Pasaron por delante de una que llamó la atención de Dean: parecía como si una carpa de circo roja colocado sobre un edificio de 3 plantas. Un cartel de neón rojo anunciaba su nombre a toda la zona: "The Asylum Circus". Era curioso que siendo prácticamente de día, el lugar estuviera aún abierto.
"The Asylum Circus", aún abierto a las 7 de la mañana...
Finalmente alcanzaron la manzana donde estaba la nave industrial abandonada. Toda la zona estaba sucia y ruinosa. Aparcaron a una cierta distancia ya que tenían la completa seguridad de que allí estaría algún guardia vigilando la entrada.
La fachada de la nave industrial abandonada.
Comienza la redada.
Desde la furgoneta pudieron comprobar que solo había un par de tipos, haitianos con gorras rojas, vigilando el oscuro callejón al que aún tardaría un rato en llegar los rayos del sol matinal, aunque el cielo nublado de esa mañana podría ponérselo aún más difícil.
Los dos guardias a la entrada de la nave.
Ming Naan les comentó que la idea era usar tásers contra aquellos guardias e intentar que no armaran demasiado revuelo que pudiera atraer la atención de otras personas que pudieran estar dentro de la nave. Aunque por supuesto, estaban autorizados a emplear fuerza letal si las circunstancias así lo forzaban.
MIchael Sutton de la Policía de Nueva Orleans y Steven Holden del FBI se encargarían de reducir a aquel par de tipos. Salieron de la furgoneta y se acercaron usando las sombras del callejón para pasar desapercibidos. Pero uno de los guardias les vio y se dirigió contra ellos, seguido por su compañero. Comenzó una pelea en la que inicialmente fue prácticamente imposible usar los tásers de primeras.
Michael Sutton, detective de la Policía de Nueva Orleans.
El primero en morder el polvo fue Steven Holden, que fue golpeado repetidamente en la cara por uno de los haitianos. Mientras que Michael Sutton conseguía al fin dejar aturdido de un calambrazo de táser al otro tipo, el que se enfrentaba al agente del FBI disfrutó dándole patadas durante unos instantes, hasta que por fin lo pudo aturdir con su táser. Entre los dos los maniataron y amordazaron usando bridas y mordazas y los arrastraron hasta la furgoneta donde les dejaron encerrados.
Steven Holden, agente del FBI (y del SAD)
El equipo al completo se dirigió hacia la puerta de entrada de la nave. No fue demasiado complicado abrir la puerta para poder entrar. Delante iban en posición táctica Ming con sus 3 hombres de la DEA. A continuación Jerome y Michael. Después Martin y Dean. Cerraba la comitiva Steven Holden. Se movieron intentando no hacer demasiado ruido allí dentro. Todo estaba sucio. Había una capa de polvo en el suelo y múltiples pisadas que entraban y salían de la nave, bastante recientes ya que el polvo no se había vuelto a asentar sobre ellas.
Había gente allí dentro, tumbados o acostados sobre jergones o viejos colchones malolientes. El hedor era insoportable, una mezcla de humedad, orines, heces humanas y a saber qué otras cosas. Dean se percató de que era gente bastante joven, adolescentes o adultos de no más de 25 o 30 años. Sin duda estaban drogados, durmiendo su particular borrachera de opiáceos u otras drogas. No parecían percatarse de su presencia por allí. Habría perfectamente una treintena de ellos.
El interior de la nave, con gente drogada durmiendo.
Al fondo parecía haber algún tipo de sala cerrada con ventanales sucios . Se dirigieron hacia allá con cuidado de no hacer demasiado ruido al moverse.
Casi llegando a las puertas dobles que conectaban con otra parte de la nave, vieron sobre unas tablas de madera a modo de tarima varias velas encendidas, entre otras consumidas, botellas rotas, y un extraño dibujo trazado con tiza. Dean estuvo observándolo durante un rato.
El altar vudú improvisado.
Recordó haber visto algo parecido en otras ocasiones, era un Veve, un dibujo realizado para identificar a un tipo de Loa o espíritu en el vudú. Éste en particular era el Veve de Damballah... No era un experto en religiones africanas, pero recordaba que Damballah era uno de los primeros Loa creados por Bondyé (Dios), y que de él surgió el cielo, las estrellas y la vida en la Tierra. Se le representaba normalmente como una gran serpiente blanca o negra, o como un arcoiris. Como la mayoría de los Loa, estaba sincretizado en algún santo cristiano, como era San Patricio (que erradicó las serpientes de Irlanda) o Moisés. Además recordó que en algunos lugares se le relacionaba como un avatar de Set, el dios egipcio... Quizás tendría algo que ver con las ceremonias que el cartel de "los Colmillos de Damballah" hacían allí. Esos veve se usaban en los intentos de que la Loa poseyera al sacerdote o a algún fiel durante sus ofrendas. Luego había que intentar convencer a la Loa que abandonara el cuerpo que estaba "cabalgando", o bien dándole cosas que le gustaban (en el caso de Damballah la leche, flores blancas, alimentos blancos como el arroz o la carne de coco, o un huevo crudo blanco en un soporte de harina...) o borrando el veve, aunque de esta manera se garantizaba la enemistad con la Loa seguramente de por vida.
Le pasó aquella información a Martin usando su enlace mental con él, el mago miró el altar y el veve y asintió. Sin decir nada en voz alta pero parecía estar de acuerdo con lo que Dean le había comentado sobre aquello.
El Veve de Damballah.
Abrieron las puertas dobles con facilidad. Aquella zona estaba un poco más limpia, aunque seguía habiendo polvo y suciedad por todas partes. Encontraron mesas metálicas sucias con tubos de ensayo, matraces, mecheros Bunsen, y un líquido rojizo oscuro y grandes cantidades de un polvo rojizo oscuro de textura arenosa que estaban guardando en bolsitas de plástico. Sin lugar a dudas que aquello era el "Polvo Zombie" del que todos habían oído hablar y aquello era el laboratorio que debían usar para su preparación.
El laboratorio de drogas.
Ming dio la orden de que sus 3 hombre fueran requisando todo aquello rápidamente. Sacaron unas bolsas y empezaron a meter todo en su interior. Mientras esto sucedía, Dean con cierto disimulo se llevó un pequeño vial con una muestra de aquel líquido rojo oscuro. Esperaba encontrar a alguien que pudiera analizarlo más tarde, sospechaba que aquella droga podría contener algo poco natural...
El "Polvo Zombie".
Dean siguió observando aquella zona y vio que correspondía con la parte trasera de la nave. En una de las paredes encontró un mural de corcho con varios documentos y fotografías clavados en su superficie. Estuvo un rato observándolo, encontró un recorte de prensa de un periódico local del día 6 de noviembre en el que se hablaba que había pasado una semana y no había ni rastro del autobús escolar desaparecido. Estuvo leyendo la noticia: el 31 de octubre un autobús escolar de un colegio de Nueva Orleans para niños con problemas emocionales y de aprendizaje fueron a pasar una noche de Halloween diferente en el territorio Cajún. Pero el autobús nunca llegó a su destino. La Guardia Nacional, el Ejército, la Policía de las Parroquias cercanas estuvieron varios días peinando la zona y por el momento no habían encontrado ni rastro del vehículo ni de los 25 niños, su profesora y el conductor que iban dentro.
También encontró cerca unos "flyers" anunciando la excursión, en exclusiva para los padres de los niños del colegio St. Michael Special School, para esa noche de Halloween en territorio Cajun. Lo llevaba a cabo una agencia de viajes llamada "Damballah Voodoo Tours"...
El mural con los flyers, los recortes de prensa y las fotos.
Dean se lo comentó a Martin, de nuevo usando el enlace mental entre ambos. El mago observó el recorte de periódico y los flyers. Le dijo que no eran los primeros que veía de esa agencia de viajes. El pasado día 31 de octubre hubo una visita guiada con una sesión de espiritismo en la Mansión Lalaurie en Nueva Orleans...
Parecía que Ming Naan y sus hombres habían acabado ya de recoger todas las pruebas del laboratorio y la droga preparada. Iba a marcharse hacia donde estaban los demás cuando le pareció ver debajo de unas hojas una fotografía que le pareció familiar. Regresó al mural, apartó las hojas y la encontró: una fotografía reciente de su hijo Samuel, que había desaparecido la misma noche que asesinaron a su esposa, un par de años atrás. Con emoción contenida, la cogió y la miró bien. Parecía reciente, su hijo tenía buen aspecto. Se la guardó en el interior de la chaqueta y usó su teléfono móvil para sacar unas cuantas fotografías del panel de corcho y de la zona donde estaba la fotografía de su hijo medio escondida.
Una fotografía reciente de Samuel Winchester, el hijo desaparecido de Dean.
Jerome avisó al resto que había escuchado pasos dentro de la nave. Parecía que venían del exterior. Todos se acercaron con cuidado a las puertas y miraron por las pequeñas ventanas redondeadas de las puertas dobles. A lo lejos parecía verse una figura moviéndose, iba hacia el interior.
Decidieron permanecer tranquilos y sin hacer ruido que pudiera alertar que estaban allí dentro, pero al no estar los guardianes en la puerta sin duda esto habría puesto en sobre aviso a alguien de la organización criminal. De improviso escucharon más ruido en la nave, Jerome y Michael miraron y no tardaron en anunciar a sus compañeros que toda la gente que estaba drogada se había levantado y avanzaban tambaleándose hacia el fondo de la nave. El recién llegado iba tras ellos.
Los drogadictos se levantan y empiezan a avanzar tambaleantes hacia el final de la nave industrial.
Dean sugirió a Ming que contactara con Samantha para informar de lo que estaba pasando. Las radios de todos los presentes no funcionaban, ni siquiera pillaban estática. Lo mismo sucedía con los teléfonos móviles, no había cobertura de ningún tipo allí. Martin comentó a Dean que algo extraño estaba pasando. Era como si hubiera algo, una presencia espiritual muy fuerte en la nave, y le impedía poder usar sus propias habilidades con el mundo espiritual o con su mente... No era algo natural, quizás tenía algo que ver con el recién llegado.
Dean se puso a revisar las paredes de la nave. Con herramientas adecuadas, tiempo y haciendo ruido podría intentar desmontar algún panel metálico para intentar salir de allí (no había salida trasera en aquella nave como le habían dicho durante la reunión en el Café "Josie's"), pero por desgracia no disponían de nada de eso.
Ming, al mando de la operación táctica, ordenó a Jeremiah y a Michael que abrieran ambas puertas de par en par a su señal mientras ella se posicionaba con sus 3 hombres con sus subfusiles listos para abrir fuego contra aquellas personas si seguían avanzando. Dean miró un instante por la ventana y se llevó un tremendo susto al ver el rostro de una jovencita con los ojos en blanco y babeando con gesto agresivo contra el cristal de una de las puertas dobles.
La chica con la mirada perdida aporreando las puertas dobles.
La masacre.
Ante la inminente llegada de todos aquellos individuos y desconociendo de quién se trataba el recién llegado, Ming dio la orden y los dos policías abrieron las puertas al máximo. Los cuatro oficiales de la DEA abrieron fuego contra aquella comitiva de personas renqueantes que parecían querer agarrarlos a todos ellos pese a la distancia que aún había para llegar a esas dos puertas abiertas. Vaciaron los cargadores de las armas automáticas, destrozando con sus proyectiles de 9mm carne, hueso, vísceras,... Cuando vaciaron el primer cargador, cambiaron a un segundo y también lo vaciaron. Al cabo de unos instantes, los cuerpos rotos y destrozados de una treintena de personas descansaban unos encima de otros mientras el humo de los disparos se iba disipando.
Por fin pudieron ver al recién llegado, un hombre alto y delgado, con rastas, con pintura blanca en su rostro simulando una calavera, con un collar del que colgaba una bolsita elaborada de tela con plumas y cuentas. En su mano empuñaba un enorme machete oxidado de aspecto muy amenazador.
El Bokor armado con un gran machete.
Parecía que estuviera preparado para salir corriendo enarbolando el enorme cuchillo contra ellos, por lo que Dean usó su Colt contra él, haciendo que una descarga de energía mística envolviera el proyectil que impactó contra el estómago del hombre, dejándole un boquete de lado a lado. Tras aquel disparo, el hombre cayó al suelo.
En ese preciso instante, Martin se llevó las manos a la cabeza, aullando de dolor. Estuvo así unos segundos hasta que cayó al suelo inconsciente.
Una risa siniestra empezó a oírse por toda la nave, rebotando en las paredes y amplificándose. Uno de los oficiales de la DEA no la pudo soportar y echó a correr con la intención de llegar a la calle cuanto antes. Tropezó al salir con uno de los cuerpos y cayó al suelo. Al instante, los cuerpos empezaron a moverse, a agarrarle en el suelo y a arrancarle poco a poco partes de su anatomía hasta que lo destrozaron en cuestión de meros segundos.
Dean tragó saliva. Aquello era otra cosa, no eran meros drogadictos con un mal viaje, ni aquello era veneno de pez globo que hiciera que otros dominaran su voluntad. Esa gente estaba muerta por decenas de balazos cada uno y ahora se estaban empezando a mover.
La risa empezó a hacerse más irritante, más alta en volumen y mucho más siniestra. Otro de los agentes de la DEA salió corriendo, pese a que Steven intentó detenerlo. Se lanzó contra la marea de cuerpos reanimados ensangrentados que lo acogieron en su seno, aplastándolo y desmembrándolo rápidamente entre gritos de dolor.
Dean, horrorizado vio como el hombre del machete se incorporaba. La risa procedía de él. No se lo pensó dos veces y volvió a disparar su arma contra él. Le dio de lleno en mitad del pecho, haciéndole un boquete a la altura de su corazón. Volvió a caer hacia atrás.
Pero la risa sigue incrementando su fuerza e intensidad. Cada vez es más difícil resistirse y en esta ocasión el tercer agente de la DEA y el agente de la Policía de Nueva Orleans Michael Sutton saltaron hacia los cuerpos reanimados que dieron buena cuenta de ellos en cuestión de segundos, ante la mirada horrorizada de Jerome, Ming y Steven.
El hombre de las rastas y el enorme machete volvió a incorporarse. Dean se dio cuenta que antes o después todos acabarían muertos si seguían allí pero tampoco podían huir con todos aquellos cuerpos reanimados esperándoles. Miró hacia un lateral y vio el altar con el Veve de Damballah dibujado con tiza en su superficie. Tomó aire y siguió una corazonada. Consiguió esquivar de un par de saltos a los reanimados más cercanos a la puerta y consiguió subirse al altar.
Dean en ese instante notó algo extraño. Sus movimientos dejaban de ser fluidos, era como si fuera a cámara lenta. Por el rabillo del ojo le pareció ver a un anciano negro muy delgado, con ropa raída, descalzo, con un banjo al hombro y apoyado en una rama de árbol tallada. Un enorme perro negro con ojos amarillos estaba sentado a su lado. Miraba con detenimiento al ex-pastor, como si quisiera saber qué iba a hacer. Al otro lado del altar, en el suelo, reptaba una enorme serpiente blanca.
La risa siguió escuchándose, tan aguda, tan fuerte, que en esta ocasión fueron Ming, Steven y Jerome los afectados que se lanzaron voluntariamente contra el amasijo de cuerpos reanimados...
Con esfuerzo, pero Dean consiguió borrar el Veve del suelo con sus pies. De repente, los cuerpos dejaron de moverse. Heridos por mordiscos y magulladuras varias, los tres habían sobrevivido.
El hombre negro de las rastas con los dos agujeros de bala en su cuerpo siguió avanzando pero ya su risa no se escuchaba. De repente se detuvo en seco y su cuerpo estalló en llamas. Fue una combustión tan fuerte que quedó reducido a cenizas en cuestión de segundos y su enorme machete fundido a sus pies. Dean se dio la vuelta, ya no había ni rastro del anciano, el perro o la serpiente blanca en el altar.
Martin cerró su puño y las llamas se extinguieron al instante. Él se había encargado del Bokor, un sacerdote vudú capaz de obrar encantamientos para fines perversos...
Ming comprobó que sus radios volvían a funcionar... Samantha no había escuchado nada, ni el tiroteo ni sus llamadas pidiendo refuerzos. La agente de la DEA le explicó lo sucedido en el interior de la nave. Un par de minutos más tarde un grupo armado de agentes del FBI y de la DEA entraban en la nave, acompañados por Samantha.
Despedida.
Los equipos estuvieron un rato inspeccionando todas las instalaciones, viendo los cadáveres cerca de la entrada al laboratorio, atendiendo las heridas de los otros supervivientes...
Martin se despidió de Dean cortando el enlace mental con todos los supervivientes. Le agradeció al ex-pastor todo lo que había hecho y esperaba que encontrara a... la persona de la fotografía que tanto atesoraba. Saludó a Samantha y se marchó de la nace.
Samantha también le dio las gracias a Dean. Por lo que le habían contado tanto Ming como Jerome y Steven, gracias a su actuación habían podido salir de aquello con vida. Dean le comentó a Samantha que había un pequeño asunto que precisaría que comprobara: los flyers del viaje al territorio Cajun y la portada del periódico hablando de la desaparición de los niños en el autobús escolar. Ella le dijo que no se había encontrado nada hasta el momento, pero se estaba intentando mantener el asunto un poco a bajo nivel, 25 niños de edades entre 8 y 14 años con problemas emocionales y de aprendizaje desaparecidos sin dejar rastro no era algo que se pudiera demorar en solucionar... Tenía un operativo con el que solía trabajar y aprovechando que ella estaba en Nueva Orleans iba a quedar con él esa misma mañana para ver si podía encargarse de investigar con algunas pistas que habían conseguido recientemente sobre el entorno de esos niños. En cuanto hablara con él, le avisaría para que quedara con él y lo conociera de cara a colaborar ambos en dicha investigación si lo veía interesante...
Dean aceptó, pero antes de marcharse quería que Samantha usara los medios que tenía el FBI (o el SAD) para buscar alguna pista sobre el paradero reciente de la persona de la fotografía que le estaba enseñando... Ella entendió enseguida que era su hijo desaparecido, le pareció extraño que hubiera encontrado esa foto en aquella nave... y más tras dos años sin saber nada de él. Cogió la foto y Dean le mandó las fotografías que había realizado al mural de los papeles que había a su alrededor cuando la retiró, por si pudieran ayudarle en algo.
Samantha se hizo cargo de todo. Le llamaría en breve con lo que supiera de ese otro operativo. Le recomendaba que fuera a comer algo mientras esperaba su llamada...
Continuará en el Prólogo parte 3...
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