#Magneto tenía razón
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recortesdemivida · 4 months ago
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“Magneto Tenía Razón”. “YA BASTA”. (Magneto Genera Un Pulso Electromagnético Masivo Dejando El Planeta A Oscuras).
Extraído De La Serie “X Men 97” 1x08. 2024. https://youtu.be/k86H-pA1ktc
Cinetelemaniacos #Serie #Xmen #Xmen97 #Marvel #Bastion #DoctoraCooper #Magneto #PulsoElectromagnetico #SilverSamurai #Spiderman #OmegaRojo #YaBasta
El Vídeo Pertenece A La Productora Y Distribuidora Y Ha Sido Subido Sin Ánimo De Lucro. (The Video Has Been Uploaded Without Profit).
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misticakalamity · 8 months ago
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Bueno... ahora queda más que claro porque Mr. Sinister esta obsesionado con estos genes.
El cápitulo 8 de X-Men 97 no solo ha demostrado de una vez por todas porque Magneto es un mutante nivel omega, sino tambien ha hecho que muchos se cuestionen si tenía razón, y de paso dejo claro que Bastion es un enemigo formidable.
Acopañanos en este nuevo episodio de Helado Fangirl Reacciona, dónde cuestionamos la condición de Rogue, si a Bishop debería confiarsele más niños o no, y... si Xavier mejorará o emporará la sitauación.
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leonsng · 5 months ago
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‘ hm... si lo fuéramos, mis poderes serían un poco lamentables, ¿no crees? yo era del grupo de los teóricos, ¿combato el mal con el poder del conocimiento? ’ frunció el ceño, poco convencido con la idea. ‘ mis superpoderes serían la empatía, la persuasión... ’ ahí, una pequeña sonrisa apareció en su expresión. quizás en un contexto menos ordinario y humano, serían buenos poderes para tener... ‘ ¿te gustan los hérores? ’ le sonaba a que sí, por la forma en que había relacionado sus palabras con eso, tan fácilmente.
‘ uf, cien por ciento físico, no me equivocaba ’ comentó, con una pequeña sonrisa, mientras dejaba su vaso de té en el césped para ser capaz de dedicarse a abrir uno de los muffins. ‘ ¿siempre fuiste más de ese tipo de actividades? ’ se interesó por saber, con la intención de conocer un poco más del perfil contrario. ¿sería deportista? ¿o alguien con muchas energías? se distrajo cuando riku le presumió su brazo, la sonrisa en su rostro, que no se había borrado del todo, recobró fuerza, y le pinchó levemente con el índice. ‘ tsk, con razón pareces relajado. cuando el profesor steele te vea, reconocerá que también estás hecho de acero ’ bromeó, aprovechando al apellido del profesor para hacer un mal chiste. ‘ y me gusta la idea del dúo —— el superpoder de la empatía hace que tenga más chances de ofrecerle un abrazo a los villanos que de intentar darles una lección con mis puños... ’ llevó el muffin hasta su boca, para probar un bocado, y mientras se encargaba de comerlo, pensaba en dúos de superhéroes que pudieran encajar con ellos. cuando acabó de comerlo, se limpió las comisuras con la yema de sus dedos. ‘ no hay muchos superhéroes con los que me sienta identificado. ¿tal vez el profesor xavier, de x-men? pero si tú eres magneto, significaría que vas a atravesar tu arco de villano, eventualmente ’ bromeó, observándolo con curiosidad, como si realmente se lo estuviera imaginando.
‘ es atractivo, pero no comparto el fanatismo —— pienso que, tal vez, se trata del aburrimiento y la necesidad de tener un crush en alguien imposible ’ sonrió tras compartir opinión, porque encontraba graciosa la idea de que aquello pudiera ser real.
asintió al escuchar su teoría, encontrando difícil no concordar con él. ‘ es demasiada coincidencia, a menos que estuviera planeado desde principio de año que algo como esto sucediera ’ que también podía ser el caso. tal vez la situación tenía poco o nada que ver con la traición del profesor. ‘ creo que es evidente que no. hace no mucho me interrogaron, y a varios otros también, por estar fuera de las habitaciones durante el último ataque de la legión ’ le compartió. no estaba seguro de habérselo comentado a nadie, porque no le pareció relevante, pero... quizás para aquella conversación, lo era. ‘ no habrían interrogado alumnos si no sospecharan de nosotros también —— yo salí limpio, pero no fue el caso de todes... ’ no creía que la investigación hubiese avanzado demasiado, comoquiera.
‘ ¿crees que reverie sea una institución corrupta o... que haya razones de peso que justifiquen las acciones de piers, o de la legión en general? ’ se le ocurrió preguntar, curioso, mientras veía las cosas que riku había depositado entre los dos, para elegirse un bocadillo. ‘ yo pienso que habría ocurrido algo ya, que dejara a reverie mal parado, si ese fuera el caso —— alguna denuncia, o... ¿por qué la legión no dejó ningún mensaje, cuando vinieron a iniciar fuego contra todes? ’ sólo habían conseguido quedar mal parados, en aquella oportunidad.
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          no pudo evitar la risa suave que se le escapó al escucharle. “ por la forma en que lo dices, lo haces parecer como si fuéramos héroes con especialidades distintas ” sus palabras hacían referencia a un anime que había empezado mientras aun estaba en territorio nipón, por lo que no esperaba que entendiera la gracia que el comentario le había provocado, pero de todos modos decidió hablar. 
          “ fuerza, combate cuerpo a cuerpo, manejo de armas y agilidad ” respondió. le observó tomar asiento, y cuando el espacio entre ambos se llenó de las ofrendas ajenas, depositó las propias, dejando que las botanas en su bolsa se desparramaran sobre el césped. “ nos completamos, tú y yo, entonces ” una sonrisa envolvió su rostro mientras se giraba a mirarlo. “ podríamos hacer un buen dúo. serías el cerebro de la operación y yo me encargo del trabajo pesado ” no pudo evitar flexionar el brazo en ese momento, sacando a relucir el bíceps trabajado con esfuerzo y dedicación. quizás podría haber elegido al menos una habilidad teórica para refinar, algo que no le dejara tan en desventaja ante un tipo de persona como leon, pero su filosofía dictaba que no valía la pena enfocarse en lo que, a la larga, le daría problemas. mejor orientarse en aquello en lo que destacaría de todos modos.
           “ no si te da vergüenza admitirlo. sé respetar los límites ” otra sonrisa engulló su respuesta, en lo que ponía su atención en uno de los muffins traídos por acompañante. se dedicó a abrir el paquete mientras contrario hablaba, sopesando sus palabras, hasta que terminó por apuntarle con el mismo panquecito que había sacado de envoltorio. “ es justo lo que yo pienso. quizás resulta extraño que les haya pasado desapercibido a todos los profesores lo que sucedía con piers y utilizan la oportunidad para determinar si sucede algo más ” su voz bajó hacia el final de la frase, como en un susurro conspiranoico. “ tal vez sospechen que el prófugo no sea el único traidor en la academia ” dijo, usando la misma palabra utilizada por genevieve para referirse al inglés desaparecido. “ lástima que nosotros seamos los perjudicados en toda la investigación ” para finalizar con su pequeño discurso, terminó por darle una mordida al muffin, llevando la mirada a la copa de los árboles que les rodeaban.
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secretinvasionsrol · 4 years ago
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Había perdido la cuenta de los días que llevaba allí; semanas, meses. No importaba. Para Arthur, encerrado en el habitáculo de cristal, habían dejado de existir los días y las noches con sus horas.
Desde que perdió a su familia en Polonia, no había tenido tiempo para regodearse en la pérdida. Ahora, sin nada que hacer, sus demonios le atacaban de golpe. Nina azotaba sus pensamientos una y otra y otra vez. Su pequeña. 
Pero aquel día todo dio un giro de 180 grados para Magneto.
De pronto la puerta de entrada a la sala se abrió. Como siempre, el visitante no llevaba nada de metal encima.
—Señor Lehsnerr, le veo bien.
Arthur frunció el ceño. La burla en las palabras contrarias no fueron un disimulo.
—He tenido días peores —se limitó a responder.
—Mucho me temo que eso se acabó.
Se puso en pie y se acercó hasta el cristal que lo rodeaba, brazo apoyado sobre el mismo. Un gesto desafiante se apoderó de él, rozando la soberbia. No les daría el gusto de verlo romperse.
—¿Y a qué se debe tal afirmación? ¿Acaso os queda algo más que quitarme?
—Sí. La esperanza. La voluntad. Las ganas de luchar.
Un nudo se instaló en su estómago, a pesar de que su expresión no varió. Por un segundo temió que le anunciaran la muerte de Kenzie o Brandon.
—Nos consta que tuvo una hija, ¿cómo era? Ah, sí, Nina Lehsherr. Perdone mi memoria. —El hombre se dio un toque sobre la frente, haciendo alusión a su comentario—. Murió, ¿no es así? En Polonia, cuando era una niña. Solo porque usted era mutante. Corríjame si me confundo.
Magneto contuvo la respiración, con la sangre helada. No sabía a razón de qué mencionaba a su hija fallecida.
—¿Nada? ¿Ni una corrección? Entonces es cierto. Se estará preguntando cómo sabemos de ella. Paciencia. Ahora se lo explicaré. Seré el primero en darle la noticia. 
La cólera de Arthur no tardó en hacer acto de presencia, golpeando el cristal a puño cerrado con tanta fuerza que tembló.
—Ahorre fuerzas, ya le he dicho que todavía quedan más sorpresas. Quizás le convenga esperar hasta el final.
Abrió el expediente que tenía en la mano y lo pegó contra el cristal, tres fotografías. Una mujer, un hombre y un niño; no conocía a ninguno de ellos.
—¿Recuerda los años en el centro de experimentación? Seguro que sí, es algo difícil de olvidar. Tranquilo, ni sus padres ni su melliza están vivos. No que sepamos. Pero algo interesante surgió de ahí… ¿Los ve? Pietro y Wanda Maximoff. Desconocemos el nombre del tercero. Probablemente muerto. Enhorabuena, señor Lehnsherr, fue usted padre de trillizos. Extrajeron muestras de su ADN y formó una preciosa familia de la que nunca tuvo constancia. Pietro y Wanda quedaron huérfanos, sin familia, solos. El tercero desapareció durante los bombardeos de Sokovia. De ahí la sospecha de su muerte. Piénselo. Muerto. Al igual que Nina.
Durante los siguientes segundos, lo único que Arthur pudo escuchar fue su corazón bombearle con fuerza las sienes. Acelerado. Un sudor frío bañó su cuerpo. Tres hijos. Uno de ellos muertos. Tanta información hizo flaquear sus piernas.
—Tiene usted un ADN poderoso, nada que nos sorprenda de un mutante de rango Alpha. Pero parece que viene junto con una maldición familiar. Y esa no es tan siquiera la peor parte. No vaya a pensar, ni por un solo segundo, que les quedó el consuelo de permanecer juntos. ¿Conoce Hydra? ¿Y a los Vengadores? Estoy seguro de que sí. Los dos hermanos, separados y utilizados. Admito que Wanda corrió mejor suerte, fue acogida por Los Vengadores. Pero Pietro… Supongo que la locura también viene explícita en el ADN de los Lehnsherr. Una lástima. En su último avistamiento se apreciaba en él al lunático retorcido que Hydra siempre buscó entre sus filas. ¿Cómo se siente, Magneto? ¿Cómo se siente al saber que todos estos años ha luchado por los derechos mutantes cuando la verdadera lucha llevaba su sangre y apellido? Debió quedarse ahí para protegerlos. Falló. Falló estrepitosamente como padre.
Aquel golpe dejó al alemán hundido, en cuestión de segundos. No conocía a ninguno de ellos tres, pero eran sus hijos. Sus pequeños. Y los había condenado a la miseria sin sospecha alguna. Todos sus hijos, desprotegidos, cuando él siempre tuvo en sus manos el poder de regalarles cientos de oportunidades de una vida mejor.
—¿Qué queréis de mí?
—Ya se lo he dicho. Quitarle la voluntad. La fuerza. Las ganas de luchar. Tranquilo, le dejo a solas con sus pensamientos. Entiendo que tiene mucho sobre lo que meditar. —El hombre se dirigió hacia la puerta para salir, sin embargo, se detuvo y se giró hacia él—. Por cierto, casi lo olvido. Ya se lo he dicho. La memoria. Recuerdos de Alec Hunter.
MENCIONES:
Wanda Maximoff; @lullabysxng
Pietro Maximoff; @freezrbvrn​​
Trillizo desaparecido; xxxx
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renegadx · 4 years ago
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— Tenemos que hablar.
— ¿Qué ocurre?
— He descubierto algo. Algo horrible.
— Es mejor que lo digas de una vez.
— Alec está secuestrando y experimentando con humanos.
— ¿Qué? Debe de ser un error.
— Te aseguro que no lo es. Desde hace un tiempo lleva un discurso radical si te fijas en algunos detalles. Y tengo pruebas de la experimentación, Arthur.
— Sé que Alec es más drástico que nosotros y que si por él fuera algunas cosas aquí serían diferentes. Pero de ahí a experimentar con seres humanos hay un paso muy grande.Déjame ver qué tienes ahí.
— Lo sé, si yo fuera tú tampoco me creería. Pero... Mira. — En seguida dejó a su disposición el móvil con las pertinentes pruebas.
— No puede ser... No puede... ¿Cuándo has descubierto todo esto? ¿Desde cuándo lleva Alec trabajando a mis espaldas? Nunca mencionó los experimentos. Ni mucho menos las torturas. ¿Sabe él algo?
— He venido a contártelo en cuanto he podido. No sé desde cuándo pero me dio la sensación de que tenía experiencia en ello. La verdad es que... Se me encoge el estómago de pensarlo. Creo que él no sabe ni sospecha nada. Si no creo que me habría hecho algo a mí también.
— Apenas puedo creerlo. No puedo creer que se haya estado riendo del Hellfire y de nosotros de este modo.
— Lo sé, yo sigo sin poder creerme que haya podido hacer algo así. Lo siento mucho, Arthur. Sé que era de tu confianza.
— Eso ahora no importa. Hay que hacer algo, ya. Antes de que sea demasiado tarde, eso ha ido demasiado lejos.
— ¿Y qué se puede hacer?
— Delatar Horizon.
— ¿Y quedar expuestos?
— No puedo dejar que siga haciendo esto en nombre de la hermandad.
— Vale pues... ¿Qué hacemos?
— Avisar a las autoridades, que intervengan.
— ¿A las autoridades? Os van a encerrar de por vida, Arthur. Mira lo que me hicieron a mí en la balsa. Para ellos no somos personas, somos animales.
— ¿Y dejar que siga dándoles la razón sobre nosotros? Por actos como el de Alec, el gobierno nos trata como una especie a eliminar. No merecería seguir siendo el líder si no hiciera nada al respecto.
— Vale, está bien. Es honorable por tu parte. Pero eso no quita que te van a encerrar por algo que no has hecho. ¿Hay plan B donde eso no lo incluya?
— Un plan B implicaría dar muchas oportunidades a Alec para que escape.
— ¿Cómo estás pensando hacerlo? Delatarle.
— Voy a mandar estas mismas pruebas al jefe de policía de la ciudad. Tengo contactos.
— ¿Y después?
— Me aseguraré de que lo pillan.
— Está bien. Te apoyaré en todo. Qué más hay que hacer.
— Kenzie... A partir de ahora, tú serás la responsable de la hermandad.
— ¿Qué?
— Eres la persona en la que más confío para ello, has seguido de cerca mis pasos, conoces mis planes sobre Genosha. Todo está guardado a buen recaudo en casa. Sabrás hacerlo.
(...)
Extendió los brazos en dirección a Kenzie hasta coger sus manos, agachando la cabeza y suspirando de forma pesada. Esta se dejó hacer, girando la cabeza para poder mirarle con los labios apretados.
— Me has devuelto algo que creía haber perdido mucho tiempo.
— No pienso darme por vencida. Espero que lo sepas. Y haré todo lo que sea necesario.
— Lo sé, desde que te conocí he sabido que no eres de las que se conforman. Todo saldrá bien.
— No, no lo hará.
| Polaris + Magneto @brookskala |
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heroesbynature · 4 years ago
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(...) Alicia fue la primera en abrir sus ojos, examinando la sala con suma curiosidad aunque aún seguía con la cabeza un poco ida, ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba ocurriendo? No recordaba cómo había llegado allí, cosa que la ponía nerviosa... Pero al mirar a su prima todos los recuerdos volvieron a su mente de golpe. 
- ¿Rocío? ¡Rocío! - Le gritó a la prima.
Esta no tuvo tanta paciencia como Alicia para llegar a sus recuerdos, sino que empezó a intentar levantarse y quitarse aquellas correas como pudiera, gritando por el miedo y sin llegar a caer en la presencia de su prima hasta que esta no volvió a gritar su nombre. Aún así no paró de intentar quitarse las correas.
— ¿DÓNDE COJONES ESTAMOS, ALI? Esto es culpa tuya, joder. Joder. Joder.
Alec, por supuesto, no aguardó en la sala hasta que despertaran, su tiempo valía oro y tenía múltiples cosas que hacer. No obstante, cuando ambas chicas comenzaron a gritar, varios enfermeros avisaron al mutante de que estaban "listas", por lo que volvió a colocarse la máscara y se adentró en la sala. 
—"Esto es culpa tuya" —parafraseó a una de ellas, como todo saludo—, en parte. Dos no discuten si uno no quiere. Así que, si mueres, lo cual es bastante probable, también será tu responsabilidad. Irónico, ¿verdad? Un no suicida que firma su propia sentencia de muerte.
Se situó entre ambas, de modo que pudiera mirarlas con facilidad. Cada una tenía una vía que conectaba a una máquina solo que, por ahora, no les estaban introduciendo nada en sus organismos.
—Dejad que os explique qué va a pasar aquí en las próximas semanas, ¿de acuerdo? El mundo está plagado de miserables humanos que, a mi parecer, no merecen vivir. No al menos en el mismo rango que mi especie, por supuesto. Y eso solo nos deja dos alternativas: exterminarlos o hacerles dar un paso adelante en la escala evolutiva. Porque el tema de la esclavitud, por supuesto, está ya muy visto. —Rió brevemente, cruzando los brazos—. Por supuesto, no todos sois dignos de evolucionar, lo cual nos lleva a este lugar. Un sitio donde ofreceros las mismas posibilidades de mejorar o morir. Si sois lo suficientemente fuertes, saldréis por esa puerta siendo alguien distinto, alguien mejor. Y si no... —Esbozó una mueca fingida de desagrado que se perdió bajo la máscara—. Bueno, mala suerte. Creo que queda lo suficientemente claro, ¿no?     Caminó hacia la máquina conectada a las vías de sus brazos, activando sin más una pequeña palanca que dio paso a la circulación de un fármaco. Un líquido de color verde, espeso, que comenzó a deslizarse por los tubos hasta alcanzar el torrente sanguíneo de ambas chicas.   — Seré breve, ¿de acuerdo? El gen X no es algo que se pueda implantar en un organismo, así que si ninguna de vosotras lo posee todo esto será en vano. Sin embargo, si por algún casual, hay un ápice de él en vuestra genética, con ese suero podría salir de su estado latente y activarse. Pero no es tan sencillo como eso. Todos nosotros, los mutantes, hemos tenido que experimentar ansiedad, miedo o dolor para manifestar naturalmente nuestros poderes. Con vosotras no va a ser de menos. Cada vez que ese suero entre en contacto con vuestro torrente sanguíneo tendremos que aumentar vuestros niveles de estrés. Si tenéis suerte, una habilidad superior se manifestará pronto en vosotras, sino tendremos que ir aplicando nuevas medidas, cada vez más extremas hasta que, o finalmente despierte, o vuestro cuerpo no pueda más. Sea como sea, buena suerte con el proceso.
Clavó su mirada entonces en Rocío quien, a pesar de haberse mostrado en silencio, fue la primera víctima de las torturas que podía aplicar con una simple mirada. Solo para advertir a Alicia de lo que estaba a punto de venirsele encima a ella también.
 (...)
Habían pasado unos días, las cosas seguían más o menos igual, Alicia no dejaba de gritar que la soltasen, que no quería estar allí y que aquello era de locos, que jamás podrían hacer nada, que lo que decían no existía, por mucho que pudiera ver como Alec hacía uso de sus poderes sobre ella día sí y día también. Aquel día sí que hubo un cambio, cuando Alec empezó a usar su poder contra Rocío, esta empezó a reaccionar y soltó un grito, aquella vez no solo de dolor, sino que era acompañado de sorpresa, porque el tubo comenzó a congelarse hasta que pudo partirse y, por lo tanto, dejar de entrar en su vía aquel líquido verdoso.
- ¿Qué...?
Se escuchó decir a Alicia, que comenzó a mirar toda la sala mientras esta se cubría de hielo, haciendo que el aliento de todos se pudiera notar. Rocío, en cambio, entrecerró los ojos mientras lo miraba todo, volviendo la mirada ante sus amarres y luego hacia aquel hombre que la había torturado durante días.
- Suéltame, ya tienes lo que quieres. 
Ella no había dicho en ningún momento si creía o no, no había hablado y había aceptado lo que le ponían por delante, por mucho que doliese, ahora era consciente de que se había ganado aquel poder, que provenía de ella aunque no supiese usarlo bien, de ahí que estuvieran todas las paredes con escarcha. Ahora podía ser libre y este no debía ponerle impedimentos.
—Vaya, vaya, y yo pensando que no había nada que hacer con este pajarillo... —Se acercó hasta Rocío y comenzó a comprobar sus constantes vitales, hasta que soltó una carcajada tras oírla—. ¿Ah, sí? ¿Ya lo tengo? Dime, ¿y ahora qué? ¿Te suelto por ahí, en el mundo, y dejo que desates tu caos sin más? Podría ser una opción, bastante divertida además. Pero... no sobrevivirías demasiado tiempo ahí sola. Cariño, siento tener que decírtelo, me necesitas. O a mi equipo al menos. Tranquila, son más simpáticos que yo. Y el dolor ha acabado... para ti. Para ella no tanto. Lástima. 
Hizo un gesto al personal de seguridad que rápidamente se acercó a por Rocío para librarla de sus ataduras e incorporarla con cuidado; había sido sometida a demasiado en poco tiempo, era normal que estuviese desorientada e incluso falta de fuerzas, razón por la que Alec ordenó que la trasladasen a una habitación donde pudiera acomodarse. 
—Magneto irá a verte pronto, querida. Sin embargo tú... —Una mueca de desprecio se hizo con sus labios y bastó una segunda señal para que cogieran a Alicia, pero sin cuidado alguno, arrastrandola por la fuerza por uno de los pasillos hasta una habitación completamente vacía. Alec se plantó frente a ella y sacó una pistola, encañonándola directamente contra su frente—. Lo hemos intentado, de veras preciosa, pero no ha servido. Por un momento creí que tú serías la elegida, ya sabes, has plantado cara pero... En fin, la vida. ¿Algunas últimas palabras? No prometo transmitirlas, pero suena bien.   
Ver la pistola la hizo empezar a llorar durante unos momentos, obligándose a cerrar los ojos para dejar de hacerlo, respiró hondo antes de clavar sus ojos azules en los del chico.
- Eres un hijo de puta.
En cuanto dijo aquello, los dos guardias que la estaban sujetando se convirtieron en una especie de gelatina, dejando de sujetar a la chica que se quedó sorprendida de lo ocurrido mientras caía al suelo sin fuerzas. ¿Había sido ella? Se escuchaban ruidos emerger de las dos especies de charcos que había a su alrededor. 
- ¿Qué...? ¿Qué ha pasado? ¿Qué es esto?
No salía de su asombro buscando a su alrededor el por qué de aquello antes de mirar de nuevo a Alec en busca de una explicación porque ella no se la encontraba por ninguna parte.
—No tengo ni la menor idea de qué acabas de hacer, pero me parece que lo vamos a pasar muy bien tratando de averiguarlo. —Su sonrisa se extendió tanto que los característicos hoyuelos se marcaron en su rostro—. Bienvenida al Hellfire Club, preciosa. Quizás Magneto esté dispuesto a darte opción, pero yo no voy a perder a la joya de la corona sin pelear primero.
Se puso en pie y le extendió la mano para que la tomara.
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[ Con Magneto y Rorschach, @xxxmystique​
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you-moveme-kurt · 4 years ago
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Glee «The stupid invitation»
Diciembre de 2018
-Blaine Anderson-Hummel… necesito que dejes de hacer lo que estás haciendo...sea lo que sea… —dijo Kurt como primera cosa al entrar al pequeño departamento de la «Lenox Av.»— ¿Blaine?... —agrego dejando su bolso y lo demás que cargaba junto a la puerta incluida una bolsa de regalo, otra de la tienda de víveres y su ropa de abrigo— ¡Blaine!... —insistió caminando hacia la habitación sin obtener ninguna respuesta— sí Henry esta solo… te juro Blaine Anderson-Hummel que…  —agregó abriendo la puerta del cuarto de su hijo no encontrando a nadie dentro— pero… ¿me dijo que saldría?... —se auto preguntó sacando su teléfono desde el bolsillo de la chaqueta, desbloqueo un par de pantallas y busco el numero para llamarlo en el acto— ¿dónde estas?... —pregunto de inmediato. -¡Kurt!... ¿llegaste? -¿Dónde demonios estás?, llegue aquí y no hay nadie, ni siquiera nuestro hijo… -Es porque estamos aquí… -¿Aquí donde?... —quiso saber asomándose a una de las ventanas por si habían salido a una caminata y estaban al cruzar la calle. -Aquí, en el salón común… te deje una nota… -¿Nota?... —repitió girando en su propio pie para mirar a su alrededor— ¿y en qué lugar está esa nota? -Donde siempre dejamos los mensajes importantes… en la puerta del… -Refrigerador… la acabo de ver… perdón por las maldiciones… —respondió tomando el pequeño papel desde la puerta de la heladera, quito el magneto que lo tenía sujeto y sonrió al ver la carita sonriente y el corazón que había dibujados luego del «estamos en el salón común»
-No te preocupes… ¿llegaste recién? -Hace como cinco minutos, cuatro de los cuales me los pase abriendo puertas y diciendo tu nombre seguido de maldiciones… ¿por qué no me llamaste en vez de dejar una nota?, estamos en el 2018, la señal de los teléfonos móviles llega donde sea… -Sera porque me dijiste que estarías en reunión tras reunión todo el día…  —contesto Blaine en tono de pregunta. -Tienes razón… te debo una doble disculpa entonces… ¿ya terminaste?, ¿subirás luego?, quiero contarte algo… -¿Sobre la fiesta de Año Nuevo a la que querías asistir? -No… —contestó Kurt alargando la «o»— nadie me invitó, ¿puedes creerlo? -No… pero oye, faltan tres días, tal vez te inviten de aquí al lunes… -¡Pues al diablo con ellos si me invitan a última hora!…. ¿qué creen?, ¿qué no tengo nada más que hacer que esperar por su estúpida invitación?... -Kurt… -¡Ay esta bien!, no tengo nada más que hacer, pero ellos no lo saben… —agrego alzando una ceja, Blaine soltó una risa bien divertida— entonces… ¿estás por subir?... quiero darte algo también... —dijo Kurt sonriendo con travesura mientras le daba una mirada  a la bolsa que había dejado en el piso al lado de la puerta. -La verdad es que aun no, pero si quieres bajar a acompañarnos, no habría problema, Henry lo esta pasando de maravillas, tal vez tú también… -Ok… ¿necesitas algo de aquí? -No… pero si puedes traer una manta a nuestro hijo, creo y terminara por estar mas que feliz… -¿De nuevo cortaron temprano la calefacción?, ¿qué le pasa a este edificio? -Una comunidad en quiebra, eso es lo que le pasa… -¿Quieres dejar de decir eso?... no somos indigentes y este lugar no es un albergue… no es la Fith Av, pero estamos  a 7 minutos del Central Park y eso es algo que ni los engreídos de Soho pueden presumir… -Claro… ¿vienes entonces?... -Obvio que si… ¿es que estas a propósito?... —pregunto Kurt mientras se movía por la casa en busca de la manta de Henry. -Te cuento cuando vengas… -Ok… ¡oye! -¿Si? -Compre galletas, ¿quieres? -Siempre… —contestó Blaine sonriendo de maravillas como si su esposo pudiera verlo.
-¡Con un demonio si que hace frío!… —exclamó Kurt mientras atravesaba el lobby camino a la pequeña sala común del edificio, saludo a un par de personas incluyendo al portero y abrió la puerta del salón común. En efecto, Blaine estaba sentado al piano moviendo un lápiz en el aire como memorizando algo que ya había ejecutado, tenía el computador portátil encima y a Henry en su coche de paseo bien cerca de él, el pequeño estaba sentado de lo más compuesto y escuchaba con atención lo que Blaine le decía— vaya… creo que si digo algo, interrumpiré una conversación importante… —dijo parándose a un par de metros de ellos, Blaine y Henry dieron vuelta la cabeza al unísono y sonrieron a la par, Kurt soltó un suspiro de ternura al ver tal coordinación en los dos hombres que amaba. -¡Kurt!... —exclamó Blaine levantándose de inmediato— bienvenido  a casa… —agregó acercándose para darle el beso de bienvenida. -Gracias… —contestó saboreando aquella pequeña muestra de amor— aunque no estamos literalmente en la casa… —añadió caminando junto a él hacia el piano, dejó la bolsa de regalo en el piso, y la manta de Henry y la caja con galletas sobre el piano a un costado de la computadora, luego le hizo un par de caras al bebé que contesto de lo más feliz, moviéndose entero— vaya si estás feliz de verme bebé… —dijo tomándolo en sus brazos. -¿Qué tal tu día?... —preguntó su esposo sentándose nuevamente  frente al piano. -Bien… muy bien en realidad… aunque no tan entretenido como el de ustedes… ¿fueron a cazar osos polares o algo?... —pregunto haciendo notar que Henry estaba tan abrigado como para ir a una expedición al congelado polo norte. -Claro… —dijo Blaine soltando una risa— creo que exagere un poco, pero cuando llegue y deje esto aquí, este salón estaba congelado, así es que supuse que para evitar enfermedades respiratorias de nuestro recién nacido, debía abrigarlo… -Como si fueras al polo norte… entiendo… —dijo Kurt terminando la frase por su esposo, le quitó el gorro de lana y le bajó el cierre a la pequeña parka, acto seguido lo devolvió al coche y lo aseguro bien antes de darle un par de besos— ¿qué es todo esto?... —quiso saber parándose detrás de él, le puso las manos en los hombros y le dio un beso en los rizos. -Pues esto… —contesto Blaine señalando la computadora— es un comercial...—agregó poniendo en marcha el vídeo de algo y parecía ser de la historia de vida de la protagonista  o algo así. -Ok… ¿y eso tiene que ver contigo, por que…? -Porque… el maestro de composición que tuve en la NYU, me llamó para saber si estaba haciendo algo, le conté en que estaba y me dijo que si mientras salía mi álbum, podía hacer otras cosas, le dije que sí, previa comprobación con el sello por cierto, y me envió este comercial que necesita ser musicalizado...—agregó señalando el video. -¿En serio?... ¿cuán genial es eso?... y no quiero sonar interesado y materialista pero… ¿te van a pagar?... ¿verdad? -Me van a pagar… -¡Cuán genial es eso!... —repitió Kurt esta vez con más entusiasmo— estoy super orgulloso de ti y de todo lo que sabes hacer… —agregó sentándose junto a él— háblame de esto… ¿no es de alguna cosa deprimente? o si… porque esa señora que está mirando a lontananza… -De hecho es de seguros de vida… pero al parecer es de antes de necesitarlos, porque si observas… —Blaine estiró su mano y se inclinó un poco hacia la computadora para adelantar el comercial, Kurt sonrió complacido al sentir que el olor de su esposo lo llenaba por completo— aquí esta el marido y los dos hijos correspondientes… -Ah… claro, la familia feliz y estadounidense… ¿y ya compusiste algo? -Más que algo, con Henry aquí ya tenemos lo que creo y será el tema definitivo de seguros de vida «New York Life» -Y una marca reconocida y todo… Señor Anderson-Hummel, me excita usted con tanto talento que demuestra… —dijo Kurt moviendo sus cejas. -¿Si?... ¿cuanto? -Tanto como para olvidar todo lo que tenía que hacer, y ponerme a su total y completa disposición esta noche... -Te cobrare la palabra… -Cóbrala… —dijo Kurt mirándolo fijo y sexy. -Ok… —agrego Blaine tragando un poco de saliva— ok… —repitió como volviendo en sí— escucha… primero… —Blaine retrocedió el comercial hasta el comienzo y alisto las hojas de partituras en el atril del piano. -Maldición… —dijo Kurt sintiendo que vibraba su teléfono por una llamada entrante— es Lily… —agregó mirando la pantalla— tengo que contestarle… ¿me esperas un par de segundos? -Te espero lo que sea… —contestó su esposo sonriendo— pero oye… —añadió tomándolo del sweater— ¿no dijiste que me trajiste algo? -Así es… pero todo a su tiempo Señor Anderson-Hummel… todo a su tiempo… —terminó por decir Kurt levantándose para hablar con su amiga y colega en Broadway.
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thedarkestnightrol · 5 years ago
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Estaban resultando agónicos los días encerrada en aquella celda de reducido espacio, carga añadida gracias al collar que inhibía sus poderes. Kenzie había intentado usarlos en numerosas ocasiones; necesitaba salir de allí. Hacía semanas que no veía la luz del sol ya que no les permitían salir, aunque encontrándose donde se encontraban era claramente comprensible. Pero cada vez que tratara de poner en funcionamiento sus habilidades, aquel aparato emitía una descarga eléctrica lo suficientemente fuerte como para derribarla al suelo y hacerla sangrar, dejándola noqueada por unos segundos.  A pesar de ello, seguía intentándolo. Siempre pensó que el dolor era psicológico, y algún día conseguiría hacerse con el control de aquel instrumento y soportar su dolor.
No era malo solo por ello. Los golpes en su cuerpo eran representados por numerosos moratones que recorrían su piel en casi todas las zonas del mismo, incluso en la cara, junto a heridas provocadas por los mismísimos guardias. La sed de venganza recorría sus venas con mayor fluidez debido a lo minúscula que la estaban haciendo sentir en aquellas instalaciones. Por el contrario, su cabello fue recuperando su verde natural, cosa que hacía llamar aún más la atención.
— Vais a arder en el infierno. — Escupió las palabras con desprecio hacia uno de los guardias que acababa de golpearla contra la pared. En ese momento, un fuerte movimiento hizo que perdiera el equilibrio y se apoyase en los barrotes de su celda para no caer. Fue entonces cuando sintió que la corriente dejaba de pasar por su cuello; el collar se había desactivado, y ella no tenía tiempo que perder. Arrancó su propio collar y lo hizo levitar hacia el cuello del guardia que la miraba incrédulo, cortándole el aire que respiraba por unos segundos antes de comprender que era probable que tuviera poco tiempo, así que lo dejó ir y salió corriendo por los pasillos sin tener idea de a dónde se dirigía. 
Los pasos de Polaris se hacían cada vez más firmes y rápidos. No tenía tiempo que perder para salir de allí; no sabía qué estaba pasando exactamente, pero los cimientos de aquel edificio no parecían encontrarse del todo estables. Que los barrotes de todas las celdas y el consiguiente resquebrajo de la construcción le hizo confirmar sus pensamientos, además de llegar a la conclusión de quién era el causante de los mismos: Magneto. Era un mito entre los mutantes; todos le conocían pero solo unos pocos le habían visto en realidad. ¿Correría ella esa suerte? A penas ese pensamiento recorrió su mente cuando escuchó una vez justo tras de sí. 
—Creo que tú y yo tenemos en algo en común. Curioso, ¿no te parece?      
Sus ojos verdes le miraron de arriba abajo, tomándose unos segundos más antes de sonreír y responder.
— Al menos espero que no tengas el pelo verde. Creo que no te quedaría bien. Si quieres, podemos probar cómo te queda cuando me saques de aquí, ¿Qué me dices? — Los barrotes que levitaban en su espalda cayeron al suelo, haciendo un ruido estrepitoso, como señal de paz. — Me llamo Polaris, y no hace falta que te presentes. Ya sé quién eres.
Las palabras de la joven mutante fruncieron su ceño, aunque pasados unos segundos dibujaron una sonrisa apretada y ladeada en el rostro de Magneto. Muchas primeras palabras se habían cruzado con él, ninguna como aquella, lo que bastó para despertar cierto agrado hacia la chica. En cierto modo le recordó a sus años de juventud, cuando también se plantaba ante el mundo con ese descaro.
—Quizás cuando descubra por qué comparto mis dones con alguien por ahí. Cuento contigo para cubrirme las espaldas, Polaris.
Pocos eran los guardias que ya quedaban, algunos muertos bajo las manos de los presos y otros en plena huida, haciéndose cargo Alec de los que aún estaban dispuestos a plantar cara, razón por la que, al acceder hacia la puerta de salida, tuviesen vía libre. 
—Subidlos de dos en dos, no hay tiempo que perder —advirtió a su mano derecha—. Los que puedan subir gracias a sus habilidades que lo hagan, da la orden.
—¿Y que hay de ti?
—Esperaré a los rezagados. Vamos. —Por un segundo, su mirada buscó la de la chica que se hacía llamar Polaris, pendiente de que, en especial, ella saliese de allí—. He dicho que vamos.  
Esta vez, fue una sonrisa ladeada lo que iluminó su rostro, observando las facciones de aquel hombre con detenimiento durante unos segundos. No era tan malo si arriesgaba su vida para salvar a cientos de mutantes apresados de aquella forma en la ratonera, ¿No? Por un momento, su mirada pasó a formar parte de un gesto de admiración hacia el hombre, mirando cómo descolgaba el puente con ese simple gesto. Era poderoso, y Polaris lo sabía. Y eso era algo que le gustaba. Tomó aire despacio, permaneciendo allí, observando a aquellos hombres, sin subir las escaleras. Ni cuando Magneto pareció dirigirse directamente a ella.
— No. Me necesitas aquí, y hasta que no salgas tú, no lo haré yo. Y haciendo caso omiso a lo que aquel súper-mutante pudiera decirle o hacerle, cerró los ojos para concentrarse, mostrando la palma de sus manos, comenzando a mover los dedos, donde se estaba comenzando a formar una neblina verde y negra que se incrementaba conforme pasaban los segundos. Su rostro pasó a mostrar expresiones de dolor que trataba de reprimir, pero no le importaba. Trataba de sacar parte de la estructura metálica a flote para que pudiera darle tiempo a todos los demás a salir de allí y no hubiera más bajas de las que el gobierno ya se había hecho cargo.
Ser cuestionado no era algo a lo que Arthur acostumbraba y pronto sus expresiones faciales mostraron descontento. Sin embargo, no dijo nada. Agachó la mirada a tiempo de observar aquella extraña neblina que se formaba en ambas manos de la chica, entre maravillado y sorprendido, pero deduciendo qué pretendía hacer, y sin pasar por alto sus expresiones de dolor, se puso manos a la obra también.  
Los más rezagados, teniendo ahora más facilidad de movimiento al no verse con el agua al cuello, no tardaron en llegar y en ser evacuados, de modo que solo quedaron Magneto y Polaris sobre aquel amasijo metálico. Sin dudarlo, consciente del esfuerzo realizado, la tomó por la cintura para mantenerla firmemente agarrada y alteró los campos magnéticos para poder levitar juntos hasta llegar al helicóptero, donde estaban siendo esperados. 
—¿Podemos irnos ya o alguna hazaña más que realizar en conjunto? —murmuró Alec, junto a una sonrisa socarrona al haber presenciado desde las alturas parte de la escena—. Creo que te ha salido competencia, jefe. Arthur, sin entrar a aquellos juegos de su mano derecha que, en muchas ocasiones, colmaban su paciencia, simplemente miró a la chica con el rostro serio, tratando de contener su incertidumbre, y respondió: 
—Nos vamos a casa.
• Junto a Magneto @brookskala
• Ask.fm: @littlemutants
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El Rincón de la Reseña: Junio 2019
Por Sergio Osvaldo Valdés Arriaga, 01/07/19.
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Tras varios meses de ausencia, he decidido retomar este rincón para hablar de los últimos estrenos del momento pues bien saben que el catálogo del verano es muy diverso y no hay mejor manera que reunirlos todos en un mismo lugar. 
¡Empezamos!
Dark Phoenix
Un fénix que no va a resucitar 
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Desde su concepción, Dark Phoenix era una película que parecía destinada al fracaso. Tras la regular recepción de X-Men: Apocalypse (2016) y el recorrido de las otras películas de Marvel Studios hacia Avengers: Infinity War (2018), sumado con las nuevas apuestas del DCU —Aquaman (2018), Shazam! (2019) y proximamente Joker (2019)— y de Sony —Venom (2018) y Spiderman: Into the Spideverse (2018)—, además de la adquisición de 20th Century Fox por parte de Disney, Dark Phoenix fue quedando relegada hasta ser un pensamiento secundario y pronto, dejó de perfilarse como una película por la cual la gente esperaba con ansias. 
Los múltiples retrasos del estudio tampoco ayudaron y, por si esto no fuera suficiente, quién se hacía cargo de ella no era otro más que Simon Kinberg en su debut como director. Semejante decisión podría resultar controversial para algunos debido a su falta de experiencia en el ámbito directorial —sobre todo ante una producción de este calibre—, pero al mismo tiempo, resultaba una apuesta segura para los ejecutivos de Fox, puesto que Kinberg ha sido una pieza fundamental de la franquicia como productor y guionista en un par de ocasiones. 
Si nos detenemos a analizar su trayectoria, Kinberg ostenta un rol de productor en las películas de X-Men: First Class (2011), X-Men: Days of Future Past (2014), Deadpool (2016), Apocalypse, Logan (2017) y Deadpool 2 (2018), pero este también ha sido el responsable del guion de Apocalypse y de co-escribir la infame X-Men: The Last Stand (2006). En otras palabras, él ya había tenido la oportunidad de abarcar aquel épico arco del Fénix Oscuro en la pantalla grande, así como de haber terminado una trilogía, y fallado miserablemente. 
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Considerando todo esto, ¿en verdad era Kinberg la mejor opción para el trabajo? Pues Fox decidió que así lo era, dependiendo del elenco anterior para ofrecer un nuevo capítulo en la saga mutante que, se dice, pudo haber sido dividido en dos partes pero que, a final de cuentas, el estudio optó porque fuera solamente una última entrega. Según los detalles de la producción, Kinberg buscaba apegarse más a la fuente original de aquella historia en los cómics, además de intentar ofrecer algo radical y diferente, similar a lo que estaba sucediendo tras el éxito de Deadpool y Logan. 
Sin embargo, Dark Phoenix es el resultado de un proyecto saboteado por su propio estudio, debido a una falta de rumbo creativo sobre el qué hacer con la franquicia y una serie de decisiones mal hechas. Ni siquiera culpo a Kinberg del todo, pues si bien es notable su falta de experiencia, tampoco dudo que dio lo mejor de sí por el proyecto.
Como bien señalaron en Half in the Bag, el guion se siente más bien como el primer borrador de muchos otros que ya no hubieron y que, de haber sido supervisado por alguien más adecuado, pudieron desarrollarse con más calma las ideas que se tenían, además de las distintas dinámicas entre los personajes. Desafortunadamente, la trama se ve presa de la misma fórmula que bien ha encasillado la franquicia durante en los últimos años, además de incluir (o mejor dicho, desperdiciar) a Jessica Chastain y su horda de villanos extraterrestres CGI que están para el olvido. 
La nueva generación de jóvenes mutantes se ve seriamente desbalanceada contra la de los ya experimentados Charles Xavier (James McAvoy), Magneto (Michael Fassbender), Beast (Nicholas Hoult) y Mystique (Jennifer Lawrence), siendo que Dark Phoenix debió haber sido una historia que mantuviera su enfoque en los adolescentes para, ahora sí, pasarles la batuta de manera definitiva. 
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Desafortunadamente, Cyclops (Tye Sheridan) está insoportable y parece ser el peor dirigido de todo el reparto, además de mencionar que su relación con Jean Grey (Sophie Turner) existe únicamente porque en los cómics también se supone son pareja, en lugar de darse el tiempo de explorar los sentimientos de ambos y hacerle justicia a su relación. Cabe señalar que el hecho de que los dos actores tampoco tengan química no ayuda en lo absoluto, por eso cuando Jean muere (sí, otra vez), a nadie (sí, a nadie) le importa. 
Dark Phoenix parece que ni siquiera reconoce sus contrapartes del cómic, o al menos, distinguir lo que hace a cada uno de sus personajes interesante, sin mencionar que de nada sirve basarte en una saga popular como la del Fénix Oscuro, si no estás dispuesto a correr unos riesgos y darle una escala mayor. 
¿Por qué será que hoy en día las adaptaciones de cómics le tienen miedo a las metáforas? Claramente, la saga del Fénix Oscuro es un drama familiar con el personaje de Jean Grey al centro en una espiral de autodestrucción y violencia; Venom es una historia de drogadicción y dependencia, no la de dos perdedores que estaban destinados a unirse y ser la mejor versión de sí mismos... pero en fin, muy poco de esto, vimos en Dark Phoenix y lo que sí, no tuvo el impacto esperado. 
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Por último, no creo que Dark Phoenix sea igual de mala que The Last Stand por el simple hecho de que, en esta última, mataron a diestra y siniestra personajes muy queridos como Xavier, otros que no tuvieron tiempo de brillar como Cyclops, además de deshacerse de Mystique sin razón aparente, ofrecer uno de los finales más chafas de cualquier trilogía, desperdiciar a Ángel, al igual que, a Rogue, Kitty Pride y Iceman en un triangulo amoroso y de arruinar por primera vez la popular saga de los cómics, entre más cosas. 
Para esto punto, son pocos a los que verdaderamente les importan los X-Men en el cine, lo cual es, al mismo tiempo, una verdadera lástima y una postura bastante razonable, y por lo tanto, Dark Phoenix puede hacer lo que se le de la gana —como matar al Mystique de Jennifer Lawrence gracias a dios, o incluso cuestionar el rol de Xavier— sin que nos duela como la primera vez. 
La película no pudo escapar de los pecados de sus realizadores ni de sostenerse por su propia cuenta y no quedan ganas más que esperar que de las cenizas, algún otro día en un futuro no muy distante, podamos volver a ver a los mutantes en la gloria, como bien lo merecen. 
Aunque bueno, pensándolo bien, al menos The Last Stand sí tenía a Wolverine...
Calificación: **.
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Chernobyl
Otro tipo de terror
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Chernobyl es la pieza de ficción más importante del 2019. No sólo porque es una historia original basada en uno de los accidentes nucleares más peligrosos en la historia de la humanidad (y que por primera vez es llevada la pantalla chica bajo un excelente equipo de producción), sino precisamente porque es una historia acerca del sacrificio humano al borde de la catástrofe, del liderazgo y la importancia de los científicos en la sociedad, y sobretodo, de los pecados de un gobierno autoritario y negligente.
El terror de Chernobyl surge no del incidente como tal, sino más bien, de que este sucediera a manos de gente inepta, incompetente e irresponsable en las altas esferas del poder, misma razón por la cual la miniserie se vuelve tan relevante como nunca, en los tiempos de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, donde muy fácilmente este desmiente los efectos del calentamiento global mientras promueve discurso de intolerancia y segregación. 
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Por ello, Chernobyl nos hace temblar ante el poder que tienen aquellos que nos gobiernan y, especialmente, la influencia para ocasionar otra catástrofe de esta y cualquier otra magnitud; también nos invita a revalorar la comunidad científica, siendo una de las obras más humanistas de los últimos tiempos. 
Craig Mizanin, creador y guionista, en compañía del director, Johan Reck, y un espectacular elenco, entretejen en conjunto un devastador relato desde los acontecimientos más brutales, sin titubear nunca en contar las cosas tal y como sucedieron, por más increíbles que pudieran parecer, además de tomar sus propias libertades creativas como en el caso del personaje de Ulana Khomyuk (Emily Watson). 
Todas las mentiras tienen un costo y, en ocasiones, este puede llegar a ser uno irreparable pero, sin importar cuánto tiempo tome, la verdad siempre sale a la luz, incluso aunque tenga que ser por la fuerza. Ahora bien sabemos, aunque sea una pizca, del verdadero costo que tuvo el accidente de Chernobyl y este sigue siendo uno muy aterrador. 
Calificación: ****.
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Solteras
Mejor sola que mal acompañada
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En Solteras, Ana (Cassandra Ciangherotti) es una mujer que busca casarse desesperadamente y que termina asistiendo a un taller que pretende ayudarla a encontrar marido. Esta película es uno de esos pocos ejemplos de una comedia romántica mexicana decente y, en gran medida, se debe a que la historia sí es graciosa para empezar y a que también, Cassandra Ciangherotti hace un papel estupendo y sostiene por sí sola el filme.
Por el título y argumento, esperaba que la cinta fuera más bien una de ensamble y que, por lo mismo, el resto del elenco —las chicas del taller— tuviera mayor participación y desarrollo, pues además estos son los momentos a los que la película parece apuntar y sobresalirse, sin embargo, Solteras es la historia singular de Ana, siendo narrada desde su punto de vista de principio a fin. 
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La subtrama con el ex también es bastante divertida, aunque el interés romántico de Ana, Diego (Juan Pablo Medina), es quizás la parte más débil de todo el guion, pues su personaje es el arquetipo del “buen partido” y, por lo mismo, termina luciendo bastante plano a nivel escrito y de actuación. Con esto, las cosas pronto escalan a niveles inesperados cuando Ana decide mentirle a Diego para que este por fin se case con ella y, para por fin cuando llega la resolución, esta se siente muy floja y sin mayores consecuencias para la protagonista. 
En general, Solteras es una excelente inversión de tu tiempo, pues no sólo consigue causarnos gracia ante los prejuicios de la sociedad, sino que además, otorga un discurso positivo para las audiencias mexicanas: cuando de buscar parejas se trata, primero empieza por buscarte a ti. 
Calificación: ***.
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Toy Story 4
Adiós vaquero
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Pocos, si acaso nadie, esperábamos la arriesgada jugada de Disney de lanzar una nueva secuela a la ya perfecta trilogía de Toy Story, cuya complicada producción detrás de cámaras será historia para otro día, y aunque había un enorme interés por el resultado (mezclado con morbo y curiosidad), la pregunta seguía siendo la misma: ¿cómo sigues más allá del “y vivieron felices por siempre”? ¿Cómo y por qué razón te atreves a volver a una franquicia ya finalizada?
Pues bastante sencillo: creas un nuevo problema que justifique esta nueva aventura, y pues justo eso es lo que es Toy Story 4, una nueva aventura para los juguetes de Bonnie (Madeleine McGraw) pero, en particular para Woody (Tom Hanks), el vaquero al mando de todos ellos y que ahora enfrenta un nuevo dilema existencial que lo hará replantearse su situación como juguete por última vez. 
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La adición de Forky (Tony Hale), el juguete hecho de basura, es divertida pero también se vuelve repetitiva durante el primer tramo de la historia. Posterior a esta introducción, el guion arranca con mayor fuerza una vez que este se queda atrapado en la tienda de antigüedades y Woody se emprende a rescatarlo en compañía de Bo Peep (Annie Potts). 
De la misma manera, los momentos de comedia, si bien son graciosos, también se sienten en ocasiones fuera de lugar como lo son, por ejemplo, la breve subtrama de Buzz (Tim Allen) escuchando sus voces espaciales (que al igual que con Forky, se vuelve repetitiva y un poco fuera de personaje, ¿no les parece?) y en especial, la de Buttercup (Jeff Garlin), aquel unicornio salvaje que nomás quería que metieran a prisión al papá de Bonnie. Sí, me maté de risa igual todos ustedes porque ya se venía cantado desde antes pero, ¿no es raro que Pixar esté decidiendo desafiar la lógica de sus mundos por el simple hecho de causar gracia?
De hecho, los momentos más descabellados de Toy Story 4 me hicieron recordar el tercer acto de Buscando a Dory (2016) —¿alguien más se acuerda que existía esa película?— que es, por sí solo, toda una locura, pues al acercar los juguetes o la vida animal acuática con los humanos para crear situaciones chistosas nunca fue el sello de Pixar y siento que, por lo mismo, le resta cierto encanto a sus respectivos universos. 
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Fuera de eso, la película es entrañable y los nuevos juguetes que se unen son una excelente contribución a esta historia. Adoré a Bunny (Jordan Peele), Ducky (Keegan-Michael Key) y a Duke Caboom (Keanu Reeves), quien ejemplifica muy bien los temas de la película —un juguete atormentando por su pasado en busca de redención— que, por cierto, estos también recuerdan a los de otras películas de Disney como bien lo son Star Wars: The Last Jedi (2017) y Avengers: Endgame (2019). 
Estas tres películas por separado hablan de las segundas oportunidades (mismo nombre de la tienda de antigüedades en Toy Story 4) y del reconocer los errores y aciertos del pasado para abrazar y emprender un nuevo y próspero futuro. Muy interesante que una empresa tan poderosa como Disney se encuentre difundiendo semejantes discursos en largometrajes que le pertenecen a tres de las propiedades más reconocidas a nivel mundial. 
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Toy Story 4 concluye con una celebración y un cálido abrazo, con la reconciliación de un viejo romance y con la despedida de unos de los personajes animados más queridos por parte del público, reconociendo que todos merecemos una segunda oportunidad para no solamente darle un giro y propósito a nuestras vidas, sino para también ser felices. 
Abrazar el pasado es también abrirles las puertas al futuro y seguir adelante. 
Y, ahora sí, vivieron felices por siempre. 
Calificación: ****.
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Under the Silver Lake
En busca de significado
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¿Qué hay más allá de los que conocemos? ¿Existen fuerzas que rigen el control de nuestras vidas? ¿Y qué si todo lo que crees saber es falso? 
Estas son las preguntas que desatan la imaginación de Sam (Andrew Garfield), un perdedor sin rumbo que vive en un departamento de Silver Lake, Los Ángeles, barrio al este de Hollywood. La repentina aparición y desaparición de una chica (Riley Keough) en su vida suscitan en Sam un elaborado misterio a resolver pero, mientras más avance, más descubrirá que existe una red de conspiraciones bajo la fachada de su barrio, por lo que él estará dispuesto a lo que sea con tal de averiguar el paradero de su vecina. 
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Visualmente estimulante, Under the Silver Lake es una de las películas más ambiciosas, originales, divertidas, surreales y arriesgadas que hemos visto en los tiempos recientes. Pocos ejemplos pueden encapsular las muchas de sus cualidades, sobresaliendo tanto la dirección como la fotografía, pues sus imágenes son un deleite que nos atrapan desde muy pronto en este bello espiral sin retorno. 
Su argumento nos recuerda a The Big Lebowski (1998) de los hermanos Coen en la manera en la que cada cierto tiempo surge un nuevo personaje o situación con la que Sam tiene que lidiar que puede o no agregar una vertiente en el enorme rompecabezas. Narrativamente, es como entrar bajo la madriguera del conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas y sumergirse en un laberinto, luchando casi desesperadamente por encontrar una salida. Porque vaya que Sam está intentado encontrarle un sentido a todo esto pero bueno, ¿y quién no lo hace con su propia vida después de todo?
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La actuación de Andrew Garfield resulta espectacular y si bien la película podría sentirse más larga de lo que es debido a sus múltiples acontecimientos, nunca resulta del todo cansada debido principalmente a su personaje y las inverosimilitudes y disparates que se encuentra durante el camino. 
Under the Silver Lake no es una película para cualquiera, de eso no tengo dudas, pero el viaje valdrá la pena para aquellos que estén dispuestos a darle una oportunidad y mantener los ojos bien abiertos, o de lo contrario, estarán dejando escapar los múltiples mensajes y símbolos que se esconden a plena vista. 
Esténse atentos, porque hay quienes no quieren que los descubramos. 
Calificación: ***1/2.
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En la próxima edición del rincón estaremos al pendientes de Chicuarotes de Gael García (que, por cierto, vayan a verla) y Spider-Man: Far From Home, más alguna otra que de momento se nos escape. ¡Hasta entonces!
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el-amor-te-libera · 6 years ago
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#0396-0397 ANCLAJE EN EL CORAZÓN (Maestro Bob)
Comentario por Jorge Carrizo: Sale a la palestra una vez más el eterno conflicto entre intelecto y corazón. Por más que los Maestros aconsejan a "mirar con los ojos del corazón", nunca falta un aspirante a Estudiante que se deja "apantallar" por un fulano que "parece que sí sabe". Digo "parece" porque al preguntarles cómo se sintieron en o después de la clase/conferencia, me contestan que se sintieron como hormigas, brutos y con un sentimiento de culpa ida y vuelta a Beijing por no saber nada de este "conocimiento de altura". Obviamente que no se trataba de Enseñanza de los Maestros Ascendidos, porque ésta te genera exactamente lo opuesto. Digo todo esto a modo de preámbulo para algo fabuloso que, al respecto, nos ofrece el MAESTRO ASCENDIDO BOB:(tomado de "Discursos del YO SOY" del Maestro Bob):
.....Ahora, amados Míos, viendo que son tantos los que en realidad no comprenden lo que la Expansión de la Luz significa realmente --intelectualmente tratan de comprenderlo, pero en los sentimientos no hay la plena respuesta ni comprensión—. Aquí en su Centro Corazón donde está enfocada su "Magna Presencia YO SOY", siempre está el primer punto de Luz. Ustedes podrán pensar, aún viendo la Lámina, ¿por qué no el cerebro? ¿Por qué no habrá de ser iluminado este punto en la misma medida que el corazón? Pues, porque el anclaje de la Luz desde su "Presencia" está en su corazón, no en la cabeza. Éste atraviesa la cabeza, y esa es la razón de que el intelecto siempre se escapa consigo mismo; se engríe sin razón alguna. Y quiero decirles, amados Estudiantes, que tan seguramente como permitan que su intelecto los controle en cuanto a lo que acopia desde lo externo, tarde o temprano se encontrarán contra la pared. Ustedes no pueden darse el lujo de hacerlo en esta comprensión de la "Magna Presencia YO SOY". .....El Poder que actúa es tu corazón, y tu intelecto debe obedecerle. Si hay arrogancia o engaño en tu intelecto, entonces tu Corazón no descargará Su Luz. Ahora bien, la razón para esto ha sido el hábito acumulado de la humanidad al creer que tenía que operar a través del intelecto, porque estaba acopiando información desde el mundo externo. Pero, Amados Míos, eso es opinión humana, y, ¿acaso no ven que ese curso de acción ha cortado de la humanidad el flujo mayor de la Inteligencia desde su "Presencia" que conoce la Perfección de la Vida? Porque en ese flujo o río de Luz desde su "Presencia" entrando a su cuerpo físico está la Inteligencia del "Poderoso YO SOY" que sabe... ¡y el intelecto que acopia la información desde el exterior no puede saber! Es imposible.
SANGUIJUELA METAFÍSICA
.....Ustedes conocen la información que han acopiado, pero no conocen la verdad o qué parte de la Verdad está en ese intelecto y en la información que ha adquirido externamente. Es por eso que con toda amabilidad les digo —Me refiero a un caballero en Los Ángeles que ha estudiado por todo el mundo, quien cree contar con un fondo de información intelectual que es sorprendente, pero es incapaz de aplicar las Leyes siquiera para suministrar sus finanzas. .....Ahora bien, el poder intelectual que él ha acopiado desde lo externo no representa nada, porque sencillamente corta el poder de su Luz que fluye adelante a su mundo de acción para ser el magneto que atraerá las cosas que él desea y que debería tener para utilizar; pero, en vez, hoy se encuentra siendo una sanguijuela chupando a los Estudiantes, cuando debería ser lo suficientemente hombre —por el poder de su Aplicación— para invocar desde su propia Casa-del-Tesoro, desde su propia "Presencia", las cosas que requiere. .....Les digo que es vital, es importantísimo que los Estudiantes comprendan esto porque, Mis Amados, pronto llegarán al punto —ustedes no saben esto, pero Yo sí— en que van a confrontar esto. La Luz Cósmica, en Sus siempre-en-aumento impulsos o pulsaciones a la Tierra, va a compeler a la humanidad a ver dónde han estado sus errores.
ESTUDIANTES DE MENTIRA
.....Han habido muchos —en realidad no son Estudiantes, si bien aducen serlo— que, doquiera se les ha presentado la oportunidad, secretamente han difundido la siguiente idea entre los Estudiantes: "¡Vaya, yo sé más que los Mensajeros! ¡Vaya, yo he sido un viejo estudiante ocultista y sé más que eso!" Bueno, ése es un gran error de parte de ellos. Al Mensajero probablemente no le gustará esto, pero tengo que decirlo de todas maneras. Mi Gente Querida, este Mensajero que tienes en frente tiene una comprensión tanto mayor a la de cualquier persona en América hoy, que si fuera a descargarla, déjenme decirles que barrería el egotismo de la humanidad de la faz de esta Tierra. .....Y ustedes, amados Estudiantes y Líderes Grupales, considerando que valoran la expansión de su Luz, nunca salgan adelante a decir que saben mas que esta Información que Saint Germain ha puesto de manifiesto. Si lo hacen, lo lamentarán en tanto vivan, y al decir esto, quiero decir mucho más allá de esta encarnación. A los Mensajeros les tiene sin cuidado lo que ustedes puedan decir, pero a la propia Luz de ustedes sí le importa; y ni por un segundo vayan a pensar que pueden salirse con la suya con algo que esté en sus sentimientos. Eso está allí y hace un registro que cualquier Ser Ascendido ve y conoce. Para nada Nos importa lo que los labios dicen; pero sí Nos importa —y a ustedes también debería importarles— eso que está realizando el registro en su mundo emocional. Es precisamente de eso por lo cual tendrán que responder. Ustedes podrán decir de los labios para afuera cualquier cantidad de cosas que no representan nada, pero cuando con un profundo sentimiento descargan esa emoción, eso realiza el registro; y ésa es la cuestión por la cual tendrán que pagar. Es por eso que les digo hoy que sean humildes ante esta Gran Presencia de Vida, primero su propio "Poderoso YO SOY", y luego los Seres Ascendidos; pero sean absolutamente positivos hacia las fuerzas humanas discordantes. Y si alguien se les presenta y dice que ellos saben el doble que ustedes, asegúrense de que así es antes de aceptarlo. .....Vaya, es que encima de cada uno de ustedes está la más grande "Presencia" en este Universo, la más grande Inteligencia; y todo lo que requiere es que le sean humildes, que sean firmes ante las condiciones humanas externas y demás personas para mantener sus sentimientos tan armoniosos que el pleno poder fluirá rápidamente para instruirlos, y los haga comprender estas majestuosas instrucciones que Saint Germain ha puesto de manifiesto. Sólo porque son sencillas no vayan a pensar que no son importantes. .....Es por eso que les digo hoy que sean humildes ante esta Gran Presencia de Vida, primero su propio "Poderoso YO SOY", y luego los Seres Ascendidos; pero sean absolutamente positivos hacia las fuerzas humanas discordantes. Y si alguien se les presenta y dice que ellos saben el doble que ustedes, asegúrense de que así es antes de aceptarlo.
www.serapisbey.com
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recortesdemivida · 4 months ago
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“MAGNETO TENÍA RAZÓN”. (La Doctora Coopper Libera A Magneto).
Extraído De La Serie “X Men 97” 1x08. 2024.
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#Cinetelemaniacos #Serie #Xmen #Xmen97 #Marvel #Bastion #DoctoraCooper #Compasion #Perro #Futuro #Resistirse #Magneto #MagnetoTeniaRazon
El Vídeo Pertenece A La Productora Y Distribuidora Y Ha Sido Subido Sin Ánimo De Lucro.
(The Video Has Been Uploaded Without Profit).
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ao3feed-cherik · 6 years ago
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Linger (Cherik. Mpreg)
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by midhiel
Charles y Erik estaban enamorados y, a pesar de sus diferencias, sentían verdadero amor por el otro. Pero después de Cuba, Charles quedó destruido, sin esperanza y sin Erik. Por su parte, Magneto comprobó que Charles tenía razón: asesinar a Shaw no le traería paz sino que empeoraría las cosas. *Contiene mpreg*
Words: 1787, Chapters: 1/?, Language: Español
Fandoms: X-Men - All Media Types, X-Men (Movieverse), X-Men First Class - Fandom
Rating: Teen And Up Audiences
Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings
Categories: M/M
Characters: Charles Xavier, Erik Lehnsherr, Logan (X-Men)
Relationships: Erik Lehnsherr/Charles Xavier, Erik Lehnsherr & Charles Xavier
Additional Tags: Mpreg, Drama, Romance
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katecon2006 · 6 years ago
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Stan Lee el satanista creador y rey de los super héroes de MARVEL para adoctrinamiento de las masas #Katecon2006
Si conoces a los vengadores, Thor, los X Men, spider man, los 4 fantásticos, iron man, el hombre hormiga, pantera negra, Daredevil, Agente Carter, Nick Furia, los Inhumanos, Doctor Strange, la bruja escarlata o el propio concepto de SHIELD, entonces deberás conocer también a su “creado Stan Lee, quien falleció hace una semana supuestamente de neumonía. Apenas hace unos 7 meses en el mes de abril,  se daba a conocer que a los pocos meses de la muerte de su esposa, Lee se convirtió en víctima de malos tratos no solo de parte de su propia hija sino de su asistente y su abogado para despojarlo de su dinero Se conoció que Stan Lee estaba bajo control de esas tres personas que lo mantenían encerrado en su casa, sin poder hablar con nadie más, los únicos de confianza de Lee que eran el ama de llaves y el jardinero fueron echados a la calle para que no se enteraran de lo que harían con él.  Sus correos eran monitoreados y le cambiaron hasta el número telefónico para evitar que se comunicara con aliados, incluso malos tratos verbales y físicos… indirectamente sometido por villanos, y él sin su capa o poderes para defenderse, ningún súper héroe acudió en su ayuda mientras su hija y cómplices saqueaban lo que podían. A los 95 años Lee  dejó la esfera terrestre producto de una neumonía, su verdadero nombre era Stanley Martin Lieber, uno de los más importantes y reconocidos escritores de cómics, directores y productores de cine y quien deja una suculenta herencia no tanto para su familia sino para la humanidad y que es manejada a través de Disney, Sony, Fox y hasta Netflix, quienes seguirán adoctrinando a las masas con  los 179 villanos (entre ellos Magneto o el doctor muerte), 60 super héroes, 50 razas extraterrestres, 15 monstruos, 26 películas y 96 cameos ….. su aporte a la transición hacia el nuevo orden mundial.
Uno de sus cameos lo podemos ver en la película basada en uno de “sus” cómics, el Doctor Strange, donde podemos ver que porta en su mano un libro metafísico de Aldous Huxley para promocionar las prácticas esotéricas de la new age. Huxley un tipo que fué catalogado como una lumbrera , un genio, autor de varios libros metafísicos, pero quien provocara la mayor epidemia de LSD y otros alucinógenos como el peyote, jamás vista en los Estados Unidos inspirado en el MK ultra Carlos Castañeda y su satánico tutor, el famoso Aleister Crowley, (zoofílico, pedófilo y satanista profesional)
Sin embargo toda esa “herencia” no surgió de su mente brillante, que es como Lee fué catalogado en el mundo de la industria del entretenimiento, no era en realidad ese prolífico creador, cuyo nombre y fama se forjó traicionando y pisoteando a otros, como cuando se robó los derechos de todo lo que se conoce en torno a los héroes de Marvel, cuya verdadera mente brillante es Jack Kirby, el dibujante e ilustrador que inventó realmente a esos super héroes y villanos que dieron fama internacional a Lee a través de Marvel  Jack Kirby es el principal responsable de la mayoría de los cómics de X-Men, los Cuatro Fantásticos, y Hulk.… o como cuando se robó también los créditos a Steve Ditko quien realmente “creó” a Doctor Strange y Spider-Man.  Todos esos super héroes sino hubieran sido dibujados y animados como lo hicieron Kirby y Ditko, con un 5000% de seguridad que Stan Lee nunca hubiera obtenido la fama que Marvel le acreditó, estos chicos hacían todo el trabajo y Lee simplemente les sacó provecho enriqueciéndose de su trabajo.  Esa es la razón por la cual Lee vivió de lo que ambos le heredaron, luego de que ya Ditko murió y Kirby se alejó, Lee nunca más pudo llegar a producir nada de calidad después de que se desligó de ellos, su éxito se basó en los frutos robados. En varias de sus entrevistas a lo largo de su vida, siempre mostró gran inseguridad al dar explicaciones acerca de ese tema, de cómo hizo sus cómics porque él no era quien los hacía realmente, y mientras que para otros era más que claro que gente de poder le había ayudado en construirle esa historia de que era el gran genio.  Se sabe que llegó a Marvel como el que sirve los tintos porque su prima era esposa del director, es así como luego se convirtió en un jefe egocéntrico que humillaba a las personas que estaban por debajo de él, personas que siempre lo reportaron por ser un jefe abusivo. Lo de abusivo nunca se le quitó ya que hasta en esos días en que se supo que había sido internado por neumonía, hubo denuncias de enfermeras que estuvieron a su cuidado tanto en la clínica como en su casa, a quienes Stan les exigía sexo oral bajo la ducha y pidiéndoles sexo en su habitación para que lo complacieran, mientras el abogado controlador que junto a su hija habían empezado a robarlo, negaba dichos comportamientos.
el hijo de Satán, una de las “obras” de Stan Lee
PEro quiénes serían esos poderosos que hicieron de Stan un tipo tan reconocido a pesar de que por sí mismo nunca más volvió a hacer un cómic decente y de calidad?? la respuesta talvez la encontremos en sus proyectos, como cuando quiso hacer una serie que conjugaba con su nombre, marca de Satán (Stan),y que luego fué cambiado a hijo del diablo, otro de esos extraños cómics con trasfondo ocultista. En algunos episodios se narran hechos relacionados con familias satánicas, rituales, sacrificios y pactos satánicos.  “¡Las acciones de mis sujetos son leves en comparación con los planes que tengo para ti!”   – Satanás, Mystic Comics # 4 (agosto de 1940)
En ese sentido, es más que llamativa la�� discreta amistad que surgió entre Stan Lee y Timothy Wyllie, un autodenominado “reverendo” de la iglesia del proceso del juicio final y que se hacía llamar el “padre Micah” Los integrantes de dicho culto atraían fieles usando la figura de Cristo pero realmente adoraban a Satanás, una comunidad ocultista realmente aterradora, y quienes iban de negro por las calles con una cruz con una serpiente roja y un símbolo parecido a la cruz de los templarios.   Una peculiaridad que tenían era que usaban una finca de propiedad de los illuminati Rothschild  y que hacía las veces de iglesia donde se llevaban a cabo los rituales.  Esa religión tenía entre sus miembros a un pedófilo y necrófilo muy conocido en el Reino Unido, Jimmy Savile, entre otros personajes reportados por víctimas mk ultra de abuso sexual ritual.  Alec Baldwin uno de los actores al servicio de la agenda del nuevo orden mundial, afirmaba en una entrevista entre broma y broma que la iglesia del proceso había sido fundada realmente por Stan Lee, quien le había hecho con sus dioses antiguos y tan creíble como la religión creada por L Ron Hubbard, fundador de la cienciología.
el libro del satanista Wyllie donde se narran las primeras experiencias con extraterrestres delfines, que es uno de los temas del tipito que se hace llamar Kai de Sirio
Ese amigo de Stan Lee, el padre Micah, escribió además el libro el regreso de la serpiente del arco iris, según él la culminación de 30 años de trabajo investigando la realidad de las inteligencias no humanas…. osea.. .demonios.  En otro de sus libros comenta algunos detalles de su amistad con el “rey” de los cómics de Marvel. El padre satánico Micah, quien también escribía libros de la new age decía además comunicarse con delfines tal y como lo hacen chicos manipulados por entidades y que la gente cree que son niños índigo, como el tipito ese Kai de Sirio que dice venir de otro planeta, quien al igual que el satanista  Wyllie, habla con delfines, ballenas y ángeles extraterrestres… ángeles caídos. Precisamente en torno a “extraterrestres” y seres provenientes de otras dimensiones giran todas las historietas del rey de los cómics, adoctrinando a las masas con personajes con “súper poderes” que han obtenido gracias a la interacción y pactos con el mundo demoníaco como por ejemplo el doctor Strange, quien termina convirtiéndose en un mago metafísico que en las películas recientes, ha cautivado a niños, adolescentes e incluso adultos, llevándolos directo a la new age, atrayéndolos con saltos dimensionales, proyecciones y desdoblamientos astrales, el tercer ojo, etc para luego dejarlos a merced de programadores metafísicos que los introducirán en la más profunda oscuridad espiritual, aunque muchos creen ser “los despiertos”.
X men apocalipsis y el ojo de Horus en medio de la X
adivina de dónde salió spiderman
Ese anhelo de llegar a tener súper poderes como los del Doctor Strange,  o como los poderes telepáticos del profesor Xavier ha llevado a muchos a introducirse en la new age para poder desdoblarse, activar la kundalini para obtener esos anhelados poderes pero sin saber que terminará pactando y convirtiéndose en esclavos de entidades parásitas. Bueno, y ni hablar del adoctrinamiento a través de the avengers, los vengadores con su clara propaganda illuminati. O como en Thor, retornando al culto de los dioses nórdicos como con la historia de su hermano Loki aliado con los chitauri, que es como se conoce a los reptilianos, y quien de villano pasa a convertirse también en héroe, indiscutiblemente el cine ha contribuído para que el culto a los dioses antiguos haya regresado y con ello lógicamente rituales, pactos,ofrendas de sangre.  Para responder si Stan Lee era entonces uno de los miembros de las sociedades secretas conformadas por los integrantes de los satánicos de la secta de los illuminati no hay que escarbar o ahondar mucho
mudra mano cornuda
La respuesta se encuentra implícita en el mito creado en torno a  Stan Lee, convirtiéndolo en un falso héroe, el  ícono del cómic que ya deja entrever que la industria del entretenimiento lo impulsó y crearon ese halo de gran genio, aún sin serlo Sumado a eso su relación aparentemente indirecta con la iglesia del proceso, en la cual parece haber estado más involucrado de lo que parece ya que es por medio de la amistad de Stan Lee con el reverendo Micah, que se le autorizó o permitió a la iglesia del proceso, usar varios personajes de Marvel para propaganda religiosa para atraer público hacia Satán, en especial usando a Hulk, quien hace un papel importante en las películas de los vengadores, como un salvador…. lo que “el mundo necesita”….. De la iglesia del proceso tenían claro que muchos fans de los cómics de Marvel llegaban atraídos por la forma como la iglesia cristo-satánica usaba sus conocidas figuras con mensajes llamativos llevándolos a los pies de Satán… en eso contribuyeron los cómics de Stan Lee y creer que no era satánico sería un pensamiento muy inocente y en ese sentido encontramos una muy acertada frase  de  alguien ligado al culto del príncipe de las tinieblas, un famoso humorista que continuamente se burlaba del cristianismo. “Puede que no le hagamos reverencia a Satanás, porque eso sería indiscreto, pero al menos podemos respetar su talento”.   Mark Twain  (autor del forastero misterioso, basado en una novela cuyo protagonista es Satanás) Por lo demás unos de los primeros en hacer algún comentario-homenaje a Stan Lee tras su muerte, fué curiosamente la iglesia de Satán, quienes resaltaron el gran trabajo de Lee trayendo la mitología de culto a los antiguos dioses a través de los cómics y las películas que han servido para sembrar la semilla de la new age y el luciferismo a las multitudes y no solo a través de los cómics y el cine, sino también la televisión, dibujos animados y en especial los videojuegos Alan Moore, un reconocido satanista que pactó con Satanás para tener inspiración para sus cómics, también es una super estrella de los cómics y el cine, creador de Superman por ejemplo, ha manifestado agradecerle mucho a Stan Lee No es para menos que todas las películas relacionadas con los cómics de Stan Lee han sido de las más taquilleras en toda la historia del cine….las películas más plagadas de simbología esotérica y ocultista…  ya eso deja mucho a la imaginación de quién era en realidad este falso rey de los súper héroes
Publicado por Katecon2006.
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riseoftheimperfects-blog · 7 years ago
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Capítulo XXVIII: About War and Dead Men
“En la guerra los acontecimientos importantes son el resultado de causas triviales.”
— Julio César
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   Observó su herida fijamente. El corte en su mano que iba desde la palma hasta entrada la muñeca.
Los médicos habían dicho que no era nada grave. Que pudo ser mucho peor.
Que pudo morir.
Y sin embargo ella sentía que una parte lo había hecho en Seattle.
Sostuvo el agua oxigenada en sus manos, entre sus dedos ligeramente temblorosos. Colocó la palma abierta sobre el lavabo y vertió el agua.
Su piel se sintió arder a mil grados alrededor del corte.
Apretó los ojos y un alarido se despegó desde su garganta reseca. Alzó su mirada, una mirada teñida por las lágrimas, hacia el techo. Donde un ventilador de aspas giraba de manera perezosa mientras una canción de Bobby Vinton sonaba en su grabadora.
La lluvia cubría sus oídos. Los relámpagos. Una tormenta que sofocaba incluso sus propios gritos de dolor.
Cuando el pequeño bote de agua se terminó fue que bajó la mirada. Observando la sangre combinarse y rebajarse sobre la porcelana del lavabo.
Charlotte Quendi se miró en el espejo. Las líneas oscuras que se habían instalado bajo sus ojos hinchados. Se retiró hacia su cama donde tomó asiento.
Abrió el cajón y tomó una venda que enredó alrededor de la herida. La perforación de bala en su hombro ya había sido sanada.
Desde su escritorio un ojo le mira. Un gran ojo electrónico. Una cámara web ligeramente caída que refleja las imágenes sobre un capturador de video.
Charlotte miró hacia la pantalla. Se puso de pie y se sentó frente a la computadora. Cerró el capturador de video donde había grabado su reporte para ser enviado a los altos mandos.
Comenzó a teclear entonces. El sonido de sus dedos hundiéndose en el teclado se fundió con el constante repiquetear de la lluvia.
Muchos habían perecido en Seattle. De nuevo la ciudad se había convertido en un cementerio, en una oda a la desgracia. Como un magneto que llama a las maldiciones. Pero si iba a redactar los informes decidió comenzar por el nombre más importante.
El cursor parpadeó mientras las letras escapaban de su mente para plasmarse en esa hoja blanca e impersonal.
Conforme avanzaba, Charlotte sentía el peso de su alma volverse insoportable. Como una gran esfera de demolición sobre vidrio. Vidrio delgado que se rompería en cualquier instante. Tuvo que recordarse que ella no hacía eso, que ella no lloraba por soldados caídos. No era eso para lo que había sido entrenada.
Se mordió la comisura inferior y revisó su reporte terminado. Tan ensimismada en las palabras que ella misma había escrito que el teléfono que comenzó a sonar sobre la mesa junto a su cama le provocó un sobresalto. A las tres de la mañana.
Se despegó de la computadora lentamente. Intentando que al caminar no se cayeran los trozos dispersos de su espíritu.
Revisó el número. No le costó reconocerlo. Pocos tenían su número, aún más pocos le marcarían a esa hora. La voz de su mejor amiga del otro lado de la linea. Sonaba ronca, tan reflexiva como ella. Quizá un poco menos rota.
—Lottie…—dijo Allyson.—Hoy he tenido un día pesado… hoy ha sido…
—Allyson…
—Quise ayudar, Lottie. Quise hacer algo por Reed. Quise compensar lo que…
—Ally…
La cazadora del otro lado guardó silencio. Y cuando lo tuvo, cuando Charlotte tuvo ese espacio para decírselo simplemente no pudo hacerlo.
No tenía los nervios. No tenía el corazón.
Y en lugar de decírselo miró a la pantalla en blanco de la computadora. Esa donde el informe era luminiscente en contraste con la oscuridad de la habitación. Como si las palabras plasmadas pudieran susurrarle. Como si pudiesen darle una razón, una guía para romper el corazón de su mejor amiga una vez más…
 Las palabras eran claras. Eran frías e impersonales. Un simple informe. Pero Ally necesitaba algo más que eso. Merecía algo más que eso para recordarlo…
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 WOODGATE: Investigación por pérdida en cumplimiento de su deber.
Caso: 2543EA
 ASUNTO:  Paul Dutch
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 RISE OF THE IMPERFECTS:
ABOUT GODS AND DEAD MEN
 ♦
 Seattle, Washington…
3 horas antes…
 Y si le hubieran dicho que se encontraría ahí.
Y si alguien hubiese alzado su voz, lo hubiese detenido o incluso le hubiese disparado para que no emprendiera una cruzada suicida.
¿Habría sido distinto?
Paul Dutch no podía dejar de preguntárselo mientras una a una las rojas luces de los apuntadores laser se alzaban hacia Jason O’Mara que parecía levitar, el aire parecía evitarlo, el oxígeno mismo parecía cerrarse en torno a él. Como si expidiera una especie de hedor que iba más allá de la realidad. Distorsionando la cercanía inmediata.  
Su piel blanca, parecía agrietarse revelando una roja sustancia que corría por sus venas.
Lo que sea que el chico fuese antes del suceso no estaba, se había ido, absorbido por el poder. A Paul le tomó cinco minutos darse cuenta de eso. Incluso en mitad de la pérdida, incluso en mitad de la aplastante oscuridad que parecía oprimir su pecho.
Se dio cuenta de que el chico había muerto. Y era ahora una carcasa para algo más.
Cinco minutos para entenderlo.
Los diez minutos restantes solamente se quedó en silencio. Solamente miró.
Esperó expectante que aquello fuese otra pesadilla.
Y sin embargo no lo era.
Y sin embargo se encontraba ahí, junto al equipo de Woodgate mirando el nacimiento de una deidad.
Pesadas respiraciones rompiendo el silencio. Nudillos blancos en torno a las armas semiautomáticas.
El equipo Bravo retrocedió de manera instintiva, como presas indefensas ante la presencia de un depredador.
—El Escuadrón de Respuesta e Investigación Inhumana demanda su rendición. También demanda que Erick Woodgate sea entregado sano y salvo. A cambio sus derechos serán respetados y todos tendrán un juicio justo ante una corte—Dijo uno de los soldados. Rompió el silencio con tanta claridad como si lo hubiera trozado con una navaja. Dutch reconoció la voz. Reconoció el porte inescrutable. Cuando el soldado se quitó el caso Alan Hoffman le miró.
La Orden no se movió.
—No lo repetiré otra vez—advirtió.
Advertencia vana. Que se perdió en el clamor de los corazones agitados.
Los soldados tensos mantenían su vista en el chico que flotaba sobre el altar.
—Dije que no lo repetiría…
—Y sin embargo ya lo ha repetido, agente—se burló una escabrosa voz. Una estridente risa. Ronca, renuente. Raziel bajó del altar, con las manos extendidas como un sacerdote frente a su multitud.— Lo sabe ¿no es así? Esta batalla está perdida. Deje sus armas e inclínese ante el nuevo Orden. A cambio la muerte podría ser rápida. Metatrón ha llegado.
Alan Hoffman sonrió.
El único agente capaz de sonreír frente a aquella adversidad.
Dejó la mano en su cinturón, sobre el arma de supresor totalmente cargada.
—Sabemos que eso no sucederá.
Fue un segundo. Un segundo que se sintió eterno. Que se clavó en la memoria del mundo.
El segundo de total silencio, sin un ruido, sin respiraciones, sin cartuchos siendo cortados. Sin comunicaciones ni radios.
Así se sentía, recordaría pensar Paul Dutch hasta sus últimos momentos, ese era el sentir exacto de la calma absoluta antes de una violenta tormenta.
Y entonces esa tormenta estalló.
Con la fuerza de una bomba nuclear. En un ensordecedor coro donde todas las armas dispararon al mismo tiempo. Rojos resplandores mientras los rifles escupían metralla, rayos violetas mientras las balas de supresor acortaban la distancia.
Paul retrocedió. El susto lo traicionó. Sus sentidos inutilizados, entorpecidos por haber presenciado la muerte de su hija. Se cubrió con los brazos, cayó hacia atrás y rodó en el suelo hasta encontrarse a cubierta.
Alan Hoffman también retrocedió. Se colocó el casco y disparó el revolver con supresor hasta que la punta se volvió anaranjada.
Dutch, hundido en confusión, hurgaba detrás de la columna. El polvo comenzó a levantarse.
Y miró la primera represalia. Un metahumano que se envolvió en una niebla fluorescente para reaparecer de manera cegadora frente a un agente.
Paul pudo contar los segundos antes de que el soldado cayera. Fueron cinco.
Se arrastró fuera de la columna y buscó entre el polvo a su objetivo. El cabello negro, la mirada petulante.
No encontró nada.
Algo le jaló del brazo, Paul reaccionó y desenfundó el cuchillo. El filo resplandeció, se quejó al romper el viento.
Los ojos oscuros de la agente Charlotte Quendi le devolvieron la mirada.
—Tenemos que retirarnos.
—¿Retirarnos?
—Hay cuatro equipos de asalto afuera. Tendremos más oportunidades que aquí.
Aquello le sorprendió a Paul. Paul que había asistido a todas las juntas de estrategia, Paul que había defendido lo autonomía de I.R.I.S. y había firmado los planes de respuesta, donde se especificaba que no podía haber más de dos equipos en una sola misión.
La estupefacción le robó segundos de vida.
Un crujido resonó. Paul se paralizó, Quendi no lo hizo. Tomó al agente y lo empujó.
La columna de la iglesia de Seattle se desmoronó.
Cuatro hombres murieron aplastados, eso sería lo primero que Charlotte contaría más adelante en su reporte al hablar de las bajas.
—Disparen al chico.—fue la orden de Alan Hoffman, que a su vez estaba recibiendo órdenes de altos mandos.— Derriben al chico y resistan lo más que puedan. No emprendan la retirada al menos que sea absolutamente necesario.
Las balas seguían volando. Llenando la estancia del aroma asqueroso de la pólvora.
Los metahumanos se habían movilizado, se distribuían. Encapuchados enfrentaban agentes. Gritos de muerte, gorgoteos de personas ahogándose con su sangre.
Una verdadera masacre se estaba gestando.
Y sin embargo Paul se encontraba perdido. Aturdido.
—¡Señor!—gritó uno de los agentes.—¡No podemos penetrar sus defensas!
Fue hasta ese grito desesperado que Paul pudo verlo. Las balas no llegaban a su objetivo. Se perdían. Se hundían en el aire y desaparecían. Borradas como si fueran códigos informáticos.
Alan hizo una seña. Un grupo de 6 agentes dejaron de disparar. Flanquearon la iglesia y corrieron. Desenfundaron espadas resplandecientes de supresor y martillos de combate. Si podían alcanzar a los que tenían campos de fuerza entonces abrirían una brecha.
Charlotte volvió a jalar el brazo de Dutch.
—Tenemos que retirarnos.
Paul miró incrédulo a la chica.
—…No voy a morir aquí—dijo con total seriedad.—El puesto Foxtrot está al occidente. Llegaremos allá a tiempo para la movilización de las tropas.
Paul asintió. Si los metahumanos ignoraban su retirada entonces podrían prevalecer. El espacio era cerrado y ahí estaban limitados.
Otra columna cayó.
Charlotte extrajo un tubo de su cinturón y lo lanzó a Dutch que lo atrapó con agilidad.
—¿Qué es esto?
—Supresor. Podría salvarte la vida…
Entonces algo se movió. Algo se desplazó en el aire. Como la ficha de ajedrez de un juego infernal, Jason O’mara comenzó a moverse. Paul había visto volar metahumanos antes, sin embargo la quietud de ese le ponía la piel de gallina.
—¡Fuego de cobertura!—gritó Alan. La mitad de los agentes abandonaron sus objetivos para disparar a Jason. Sin embargo las balas estallaban en resplandores de luz. Como luciérnagas siendo asesinadas de manera indiscriminada.
—¿Qué ocurre?—buscó saber Alan.
—Posee un campo de fuerza, señor. Un blindaje. No lo sé. No tengo…
El joven técnico no terminó su frase. Algo apareció detrás de él. Cuando la realidad se plegó. Cuando el espacio se cerró y escupió a la criatura enmascarada. Raziel golpeó con fuerza la espalda del chico.
La armadura se quebró por los dos lados.
Una mano enguantada en metal goteante en sangre sostenía el corazón del muchacho.
Alan saltó hacia atrás y comenzó a disparar.
Paul miró a Charlotte e hizo un gesto de asentimiento. Sus pies se movieron rápido para la retirada.
El aire crujió. Un calor lo golpeó en la nuca cuando Raziel apareció detrás de él.
Paul apenas tuvo tiempo de voltear.
El hombre estaba por replicar su movimiento característico cuando una bala le golpeó en la máscara, chispeando al contacto.
El agente Hydra le acababa de salvar la vida. Paul pensó que le invitaría una cerveza al chico cuando terminara. Fue la última vez que vio a Drazen.
El monstruo desapareció nuevamente, tragado por la nada.
Alan ordenó a los soldados que se dispersaran. Y aunque la palabra retirada bailaba en sus labios, seguir las órdenes de los altos mandos lo mantenía de manos atadas.
Las órdenes habían sido explicitas. Resistir lo más posible. Y eso haría.
Sin embargo Charlotte derribó a uno de los encapuchados. El cuchillo de la chica se manchó de sangre y pronto se abrió paso hasta la puerta.
Paul fue detrás de ella.
 ♦
 Isla Hy-Brazil…
 Yukari Masamune retrocedió tras el tercer golpe en la mejilla.
La blanca y suave piel estaba magullada. Su ojo izquierdo ligeramente hinchado y sin embargo no se detenía. Tomaba aire por la nariz, lo expulsaba por la boca. Se deslizó por el suelo y apuñaló las rodillas de uno de los Jokers rebeldes. Lo golpeó en la cara con la empuñadura de la espada y pasó al siguiente que ya se cernía sobre ella. El sudor resbalaba por su frente.
Un tentáculo chocó contra el metal del filo de su arma.
Se enredó a lo largo de la herramienta y amenazó con arrebatársela.
Yuki fue rápida. Alzó la mano y de ella expulsó una onda Telekinetica. Hizo volar al enemigo unos metros, luego lo obligó a quedarse en el suelo.
Alzó la mirada, volvió su vista hacia el centro del escenario y encontró a Alaric. Que permanecía inalterable, luchando contra un par de humanos que arremetían en su contra con espadas y lanzas. Flechas que caían del cielo pero que rebotaban en un campo de fuerza.
Yukari se esforzó por ignorar aquella batalla mientras elegía a su siguiente objetivo, uno que intentaba herir a Frankie por la espalda.
Hizo girar la espada en el aire y de un movimiento hundió el filo en la piel de los omoplatos. El hombre, un monstruo escamoso, se desplomó en el suelo dolorido. Yukari supo que hubiera sido tan fácil asesinarlo.
Pero esa no era su manera.
La gente estaba muriendo a su alrededor, eso era cierto. Era inevitable. Un par de personas la observaban desde el suelo. Sus miradas veladas por la muerte le causaron escalofríos.
Fue entonces que un resplandor cegó su visión. Un rayo de luz bailó en el viento y como un meteoro se impactó contra el escudo de Alaric cuya expresión ni siquiera se crispó.
Sophie Vendetta atacaba. Lo hacía con ira. Con lágrimas inundando los azules ojos.
Lo mismo hacía Frankie. Su rayo de hielo parecía extender telarañas en el campo de fuerza que eran rápidamente eliminadas por el rastro de energía.
Alaric se mantuvo en el centro. Extendió los brazos y la onda expansiva fue como ver una bomba nuclear estallar.
Yukari clavó la espada en el suelo. Fue la única que no cayó hacia atrás por aquél ataque. Recuperó el equilibrio y comenzó a correr. A cinco metros de Alaric.
A cuatro.
Tres.
Dejó la espada en su mano derecha y la lanzó como si se tratara de un proyectil.
El arma describió una línea recta, el filo se clavó en el campo de fuerza manteniéndose suspendida lo suficiente para que Yukari saltara.
Sintió sus huesos quebrarse. Su cuerpo reajustarse.
La ropa no pudo contener la majestuosidad de su cuerpo. Un tigre rugió y como un trueno partiendo el cielo en dos se dejó caer sobre el campo de fuerza. Clavó las garras en la barrera invisible. El hocico se abrió e intentó romperlo.
 Frankie resopló desde el suelo. El olor a selva y almizcle llenaban sus fosas nasales. Las uñas le dolían. Y comprendió una verdad innegable… y era que estaban en desventaja.
Aún sin ser conocedora de las atrocidades a las que Alaric había recurrido para volverse tan fuerte, le era claro que detenerlo se volvía más improbable con el tortuoso pasar de los segundos.
El cansancio empezaba a jugar en contra para algunos de los guerreros. Humanos a los que la fatiga volvía desordenados, dispersos. Humanos que frente a Frankie terminaban muertos por algún Joker que evolutivamente era superior.
La contienda parecía no tener final. Se volvía fría e impersonal con cada momento acontecido. Frankie miró a Corinda y Sophie replegarse al extremo sur de la isla, lanzando rayos a diestra y siniestra. Serena Emmerson había abandonado su labor de contener el caos y ahora rayos rojos escapaban de sus dedos, incandescentes relámpagos como cristal que rasgaban el escudo a partes durante segundos antes de que se regenerara.
Frankie alzó su mano. De nuevo un rayo blanco como una ventisca invernal recorrió el campo hasta el escudo de Alaric que ni siquiera emitía sonido alguno. Se limitaba a alzar la mano y atacar de vez en cuando a los que se acercaban demasiado, incluido un tigre que subió a la copa del campo de fuerza como un gato furioso y al que Alaric no tuvo problema en quitar de encima con un movimiento de su mano.
Ni siquiera Elizabeth Carver, cuyo poder había sido cosechado por años al igual que su rencor, parecía tener oportunidad alguna. Los relámpagos verdes que emitía de sus manos no hacían más que rebotar en el campo de fuerza al tiempo que Alaric recorría el campo de batalla con calma, gritando ordenes a sus soldados cada poco tiempo. Forjando la batalla a su deseo.
La impotencia de Frankie se volvía obvia. La desesperación se traducía en los blancos nudillos, casi transparentes.
La cortada en su mejilla comenzaba a volverse del rojo de los rubís. El cabello rubio se le pegaba al rostro por la transpiración y los ojos azules parecían brillar como joyas preciosas. El rostro de una guerrera a mitad de su inminente derrota. La ventisca se agotó.
También lo hicieron los ánimos de Frankie que dejó ambas manos en el suelo.
Jadeando para recuperar el aire perdido.
Se arrastró, sintió las rocas rozando sus rodillas. Hundió las uñas en la tierra y tomó en ellas un puño. Obligando a su moral destrozada a intentarlo una vez más.
Una última vez, pudo prometer en silencio aunque sabía que se mentía.
Tenía que intentarlo.
Tenía que hacerlo hasta su último aliento.
Recordó entonces fugazmente todo lo que habían pasado para llegar a ese momento y de nuevo impulsó las piernas. Los músculos se acalambraron. Se acercó peligrosamente y miró al tigre saltar de nuevo a su lado.
Lo hicieron juntas esta vez.
En una perfecta coordinación.
 Corinda Wlliams recordaba Seattle. Lo recordaba con una claridad estremecedora.
Recordaba a su hermano.
Recordaba a Mathias Dixon y las muertes. Recordaba descender por la colina hacia el edificio e internarse en él como quien se internaba en la boca del lobo sin planes para salir.
Recodaba el miedo que sentía. El temor que helaba sus huesos. Los gritos. Recordaba a Lars y a Emily, la traición. Recordaba cada pequeño fragmento, cada segundo. Sus ojos azules habían llorado a causa de ello tantas noches antes.
Y sin embargo en ese preciso instante Seattle parecía un juego de niños. Una misión de entrenamiento.
Los músculos de Corinda se quejaban. Le dolían los huesos y la piel expuesta ardía mientras arrojaba puñaladas y certeros golpes a los Jokers que retrocedían heridos. Corinda saltaba hacia atrás, dejaba caer su espada y con el puño limpio golpeaba a otro antes de retomar su arma.
Saltaba.
Esquivaba.
Apuñalaba.
Y aún así parecían no acabarse jamás. Venían uno tras otro. Incansables. Soldados fieles a su general. Un general envuelto en protección que miraba con su reptilescas fisonomía a su gente morir sin mostrar una sola pizca de remordimiento.
Para Alaric Bauer, frente a los ojos de Cori, se trataba de alguien sin respeto por la vida. Ni siquiera por la propia. Corinda esquivó un zarpazo y encajó su espada en el pecho de uno de los Jokers. El hombre dejó escapar un grito y cayó hacia atrás, escupiendo a su vez la sangre de un pulmón perforado que manchó el rostro de Cori.
En ese momento algo pasó.
Algo que fue tan fugaz que pareció la ilusión de un explorador agotado.
Y es que cuando Frankie atacó y lo hizo a su vez Yukari… Alaric se había detenido. Apenas un segundo. Pero lo había hecho.
Una idea surgió entonces en la mente de Corinda. O quizá fue Revenge la que murmuró a su oído la resolución al conflicto.
Soltó su espada, extendió sus manos y concentró toda su energía en Alaric.
La telekinesis escapó como un golpe invisible, haciendo ondas transparentes que golpearon junto a Yukari y Frankie el campo de fuerza.
Alaric se detuvo de nuevo.
 Bastó una mirada.
Una mirada para llamar al combate. Para terminar eso de una vez por todas. Sophie Vendetta expulsó la luz que fluía entre sus dedos. Y sintió la ira. Su corazón se estrujó al pensar en Elizabeth. Y la luz resplandeció con más fuerza.
A su lado Serena atacó también. Pensando en casa. En su mansión. En la bondad corrompida en aquella isla, en las amistades rotas. La confianza quebrantada en dos.
Wen se unió entonces a la contienda. Y fue Carver la última en bajar. Envuelta en ira. En rencor. Le habían arrancado su vida entera. El hombre envuelto en aquél campo de fuerza lo había hecho.
El mundo resplandeció. El cielo pareció oscurecerse, con la luz absorbida por aquél conjunto de habilidades tan diferentes. Personas distintas que habían encontrado el camino. Los Jokers combatientes y los humanos detuvieron su batalla. Retrocedieron mientras la burbuja que protegía a Alaric se envolvía en llamas. La energía presentaba grietas.
Se quebrantaba la seguridad. Y por primera vez en años Alaric sintió temor. Se encogió en su guarida y se cubrió con las manos, empujando más del escudo sólo para verlo ser desgastado. Roído.
—¿Qué está pasando?—murmuró entonces.
Un azul resplandor lamió la figura de Alaric. Su escudo estaba fallando. Intentó atacarlos, uno por uno. Pero bastaba con que otro interviniera para salvarlos.
Un campo de fuerza.
Una ilusión.
Eran mil ataques simultáneos a la vez. Poderes desarrollándose al mismo tiempo de manera tan pulcra que era imposible repelerlos uno por uno.
Su blanca apariencia fue adornada por el sudor.
Sus ojos se inyectaron en sangre. Su poder entero se concentró ya no en atacar. En defenderse.
Hasta que no pudo hacerlo más. Sintió sus venas arder como electricidad. Su cabeza dio una fuerte palpitación y la sangre se precipitó por su nariz.
El escudo se rompió en mil pedazos como el capullo protegiendo a un insecto ruin.
La tierra tembló.
Y el líder de Olympia se tambaleó cayendo de rodillas. Intentando recuperar el aliento.
Hacerlo antes de que aquellos que habían sido las piezas de su juego hicieran Jaque mate.
 ♦
 Seattle, Washington…
 Las calles de Seattle los recibieron.
Con un hedor a muerte y perdición.
Corriendo con el corazón a punto de la taquicardia.
Paul no volvió la mirada hacia atrás, Charlotte si lo hizo. Y encontró la iglesia a punto de caerse. Una estructura que temblaba hasta los cimientos. Y agentes que, como ellos, habían ignorado las órdenes para emprender una retirada.
Miembros de la Orden que abandonaban el nido. Que perseguían a sus presas como leones iracundos.
En ese momento uno apareció frente a ellos. Una mujer sin capucha. El pelo color ceniza se pegaba a su rostro y sus manos estaban envueltas en hielo. Paul se cubrió. El golpe del puño cristalizado hizo su sangre palpitar.
Charlotte se adelantó y bastó un tiro del revolver con supresor para que las extremidades de la chica estallaran. Apenas tiempo suficiente para dejarla desprotegida y volarle el rostro. El hielo se curtió, hundiendo las facciones de la chica en una mueca grotesca, una estatua perdida.
La sangre salpicó a Paul. Expulsada detrás de la piel de carámbano.  
Una bruma enrojecida. Flotando en el aire.
Relámpagos corriendo de un lado a otro. Disparos.  Los agentes limpiaban el perímetro, barriendo las calles con sus armas. Rojos láseres que como hilos acordonaban el lugar.
Paul se sentía en demencia. En una total locura, sumergido hasta el fondo en el infierno de caminos quebrantados.
Los miembros de la orden comenzaron a manifestarse. Salidos de portales. De la nada. Escupidos a la existencia. Cada portal abriéndose y de cada uno media docena de encapuchados: Ropas oscuras, algunos usando caretas de metal. Otros de rostros descubiertos.
Algunos reconocidos como Jacques Siegel.
Otros desconocidos como un niño de no más de quince años, blandiendo una daga envuelta en fuego. Eran fantasmas, espectros infernales que habían estado esperando en las sombras ese momento.
Lo sucedido en Kansas parecía un juego de niños. Una escenificación insignificante.
—Desplieguen el apoyo aéreo—dijo Alan Hoffman a través del comunicador. Su voz era un cascarón de lo que había sido antes. Sonaba agotado. Casi sin aliento, gritando para oírse entre gritos y disparos.  Charlotte se colocó en defensa.—Manténganse en grupos sobre tierra. Están esperando que nos separemos para poder liquidarnos. Cierren las filas. No le den la oportunidad. Y por amor de dios, encuentren a Erick…
Nadie se atrevió a cuestionar esas órdenes. El círculo se cerró como un mecanismo bien engrasado. Revisando cartuchos, otros más requiriendo de habilidades para defenderse.
Rayos de fuego. De hielo.
Luz y sombras.
Aves de metal alzaron el vuelo, zumbando en el aire como criaturas griegas de leyenda. Las torretas se desplegaron y pronto las balas llenaron el aire, impactando contra el pavimento sobre los encapuchados.
Algunos de ellos se teletransportaban, intentando penetrar en las cabinas. Los mecanismos de defensa actuaban, gaseando con supresor.
Paul se sentía bloqueado. Perplejo. Pues nunca había visto un despliegue de fuerza como el que esa tarde tenía lugar. Clavó la vista en el horizonte. Y frente a sus ojos incrédulos uno de los encapuchados abandonó su vestimenta. Se volvió más grande que ella, se levantó como un titán. Un hombre de piel negra, el físico trabajado desnudo. Su altura lo volvía lento, pero como un acorazado de combate letal. Extendió las manos. Abrió los dedos.
A pesar de su lentitud, el avión no fue capaz de esquivarlo y estalló en una esfera de fuego infernal que envolvió a sus dos pasajeros.
Los aviones comenzaron a disparar. Quemando sobre la piel del metahumano que se defendía con habilidad.
En ese momento sus ojos se hundieron. Ardieron. De un color rojo incandescente.
Un rayo de luz emergió de entre sus cuencas. Luz de un color azul que escupía chispas. Paul recordó las noches en su niñez. A su padre con la pistola soldadora.
Tres aviones se desvanecieron esparciendo fragmentos metálicos, cenizas, llamas y partes de cuerpo humano por todo Seattle.
La artillería de Woodgate era inútil. También sus agentes. Eran sobrepasados en número.
Los encapuchados que rodeaban al equipo de tierra no eran menos letales. Se movían con agilidad, incluso aquellos que hasta entonces no manifestaban habilidad sobrehumana alguna.
Cuando se abrió una brecha los agentes avanzaron.
Paul fue en la formación. Corriendo en forma de V.
Entre los edificios abandonados sombras corrían. Por entre las ventanas abiertas.
Como si los fantasmas de sus ocupantes siguieran ahí. Almas en pena atrapadas en la tragedia.
Vidrios reventaron desde la vieja cafetería. Un lobo saltó en posición. El hocico rabioso y los grandes colmillos desbordándose en espuma.
Corrió a los agentes.
Los disparos erraban por unos metros. Y cuando al fin pudieron perforar su cráneo era muy tarde para el agente Freed. Un novato cuya madre Paul conocía, una mujer buena que recibiría una noticia devastadora a la mañana siguiente.
—Cinco Kilómetros—informó un agente mirando la computadora incrustada en la muñeca de su traje de combate. Los miembros sobrevivientes del equipo siguieron avanzando, entre gritos y muerte. Entre la estática y disparos que pintaban una imagen clara para los que no se encontraban junto a Alan Hoffman.
Estaban perdiendo.
Paul escuchaba los gritos de los soldados. También veía los destellos de aquellos pilotos que morían al enfrentar al gigante de piel morena. Todos estaban muriendo por Erick Woodgate.
Paul se sentía sin fuerzas, sabiendo que en cualquier momento cualquier encapuchado podría elegirlo como blanco. Sintiendo desfuerzados sus dedos, ignorando si sería capaz de defenderse por si sólo si llegaba la necesidad. Uno de los miembros de la Orden aterrizó frente a ellos, tras un vuelo frenético. Disparos se desencadenaron pero rebotando contra las paredes transparentes del campo de fuerza. Otro portal abriéndose, otra media docena de encapuchados.
Paul agarró con fuerza su arma y apuntó. Les disparó metódicamente, sin buscar rostros o habilidades, simplemente eligiendo objetivos de manera autómata. Las llamas lamían a los aviones, otros tantos escapaban.
Paul retrocedió mientras Quendi se encargaba de tres miembros al mismo tiempo. Alzó la vista y miró algo colgando del brazo del gigante.
Al principio pensó que se trataba de algún explosivo. Algo diseñado quizá por Jördis Müller para volarle la extremidad al coloso. Le tomó tres segundos reconocer la forma del torso de una agente. Una chica rubia que había sido partida a la mitad. Dutch deseó haber sabido su nombre.
Paul la observó fijamente, rindiendo sus respetos de manera rápida pero a mitad de la oración el cuerpo de la agente fue borrado por una cegadora explosión.
Había activado una granada más antes de morir. Un destructor canto de cisne.
El brutal sonido de un relámpago barrió el aire.
El brazo del gigante se envolvió en fuego. Dedos gigantescos se desprendieron de la base cayendo de manera asquerosa, manchando de sangre las callejuelas cenizas de Seattle.
Volvió la vista a Quendi, se encontraba asesinando a los encapuchados que podía. Encañonándolos. Más soldados muertos esparcidos por el piso.
La estática se volvió insoportable en su transmisor.
Paul recordó nuevamente, esta vez a Geraldine Grohl. Había asistido a varias juntas estratégicas, no para hablar de combate. La mujer predicaba la paz.
Es un político. Habla de cosas que no entiende, habría dicho alguna vez Allyson, la compañera de Dutch. Pero Geraldine había dicho ese día de septiembre algo que había quedado grabado a fuego en la memoria de Paul: “Tienen que tener en cuenta que la única razón por la que nuestras tropas sobreviven son los números. Pero cuando perdamos esa ventaja nos daremos cuenta de cuan desprotegidos estamos contra una amenaza real. Sólo seguimos adelante porque los Metahumanos rebeldes lo permiten y no hay que perder eso de mente.”
Y como una profecía ahora era claro.
No eran obstáculo o representaban un cambio para la guerra.
Nunca lo habían sido.
 ♦
 Isla Hy-Brazil…
 Alaric se quedó en el suelo dos segundos.
Luego se puso de pie. Sus habilidades se sentían agotadas. El hambre del Wendigo había sido saciada. Las habilidades eran suyas. El dominio para aplastarlos a todos. Y sin embargo era su propio cuerpo el que le había fallado.
Su cuerpo maldito.
Y estaba esa habilidad siempre activa. La habilidad que le permitía verse como ellos. Una habilidad que no podía apagar, pues hacía años que había olvidado cómo hacerlo. También estaba la segunda que mantenía activa, la que le ayudaba a olvidar su dolor. Por último estaba su comodín. Esa otra habilidad que no le servía a él tanto como serviría al otro…
Sus dedos temblaron. Su piel se agrietaba. El poder que contenía comenzaba a buscar la manera de salir y su cuerpo era demasiado insignificante.
Alzó la vista y aunque intentó defenderse el golpe ya se encontraba en su rostro. Un puño envuelto en una ráfaga de luz que quemó su piel. Lo lanzó al suelo. El sabor de la sangre llenó su paladar.
Intentó cubrirse. El cielo lo traicionó entonces.
La humedad se condensó en hielo.
Grandes estalactitas descendieron. El filo se clavó en su mano izquierda, acalambrando todo su cuerpo y arrancando de su garganta un grito de dolor desgarrador.
Otra estaca clavó su mano derecha también.
Intentó moverse, la sangre manchó su ropa. Sus ojos estaban totalmente enrojecidos con las pupilas dilatadas.
Miró hacia arriba. Una patada cruzó su mejilla y lo hizo cerrar los ojos.
Alaric se quedó en el suelo.
Sus soldados, o al menos la mayoría de ellos habían dejado de pelear. Observaban la escena petrificados.
Los Jokers temblaban. Algunos decidieron apartarse.
La isla, por primera vez, parecía en total silencio. Las criaturas fantásticas que entre sus árboles corrían también parecían contener el aliento a una conclusión inevitable.
—Se acabó maldito infeliz—jadeó Sophie. El rostro demacrado por su encarcelamiento. Su pulso tembloroso por las largas jornadas sin comer. Se adelantó mas fue detenida por Carver que le tomó el brazo con una ligera negación.
—Aún tiene el poder. Su energía está agotada pero matarlo ahora no significa que no despertaría luego. No puede ser así.
Alaric se quedó en silencio. Y repentinamente comenzó a reír. Su pecho subía y bajaba en mitad de las oscuras carcajadas.
—¿Entonces qué? ¿Vamos a dejarlo vivir?—Frankie pareció indignada ante la idea. Ante el concepto de tener al maldito infeliz que había sido recurrente en sus pesadillas frente a ella y no poder asesinarlo.
—No, vamos a destruirlo completamente. No habrá parte de él que regenerar.—Carver parecía meditabunda. Casi incrédula. Su cabello rojo bailaba como el fuego debido a las ventiscas. Observaba fijamente a Alaric aunque en su última frase su mirada fue hacia Serena.—Vamos a borrarlo.
Serena asintió.
—¿Van a borrarme? ¿De la realidad?—dijo divertido Alaric, sorprendiendo a su audiencia que nunca habían visto en él nada que fuera una fría y hermética indiferencia. Y en ese instante, al borde del abismo, sonreía. Se reía.— Eso va a costarle la vida, Doctora… ¿está dispuesta a pagar ese precio?
—Lo estoy—respondió Serena sin dudar.
—No va a morir. Te lo aseguro, Alaric…
—Así que este es el fin…—concluyó Alaric cerrando los ojos. Con el rostro hacia el cielo.—Ha sido un largo camino ¿no es así?
—¿Por qué?—una voz surgió al fondo. Entre las hierbas. Tambaleándose.
Ava Sophia entró al campo de combate. Sus ojos aún hinchados. Aún de llorar, de sentir que partían su voluntad.
—¿Por qué lo hiciste?—buscó saber. Nadie le silenció.
Alaric era un hombre inteligente. Un hombre de reflexión y pensamiento. Alguien que había dirigido una comunidad metahumana por tanto tiempo, escondidos de Woodgate. Y la verdad a aquél cuestionamiento era intrinseca y compleja, trazada por las circunstancias: Por el hambre, por el temor de perder su comunidad, por el instinto protector hacia su hermana… Y sin embargo su respuesta fue simple, corta, un ataque psicológico a sus víctimas estrella seguido de una carcajada:
—Necesitaba divertirme.
Ava se estremeció como un animal rabioso. Se dejó ir en carrera hacia Alaric y hundió su bota hasta el fondo en el estómago del hombre haciéndolo alzar el cuerpo sofocado. El movimiento hizo temblar las estacas en sus manos.
Alaric aulló de dolor y de nuevo cayó cuando Wen y Corinda apartaron a la chica de él.
—Siempre tuvo problemas de temperamento, señorita Muller. Siempre tan reservada, dejando escapar su sentir a último instante. Es eso lo que le ha puesto en este predicamento para empezar—dijo Alaric recuperando el frío tono.— Todos ustedes son una plaga. Y deben estar agradecidos de que les permití quedarse cuando les pude dejar morir allá afuera…
—¿Morir?—Sophie intervino incrédula.— ¿Morir debido a la amenaza que tú mismo creaste? ¿Debido a las criaturas que tú puedes mantener alejadas? Fuiste la amenaza desde el principio… deja de hablar como si fueras un salvador o un héroe.
—¡Maldita sea, hombre!—exasperó Frankie. El tigre junto a ella rugió.— Muestra un poco de maldito arrepentimiento antes de que te matemos de una buena vez…
Alaric esbozó una sonrisa.
—Mi mundo ha sido exquisito. Lo he forjado a mi manera. He mantenido a salvo a mi gente. No tengo arrepentimientos… ni siquiera cuando decapité a esa perra maldita. Ni siquiera cuando empujé a su líder al abismo y lo obligué a arrancar el corazón del soldado.—la última parte hizo estremecer a varios. A aquellos que no lo sabían, aquellos que no lo habían aceptado.— Todo fue parte del plan… Mi único arrepentimiento es no haber tenido más tiempo para matarlos a todos… No ser yo quien acabe con ustedes.
—Nunca tuviste una oportunidad—murmuró Corinda dando la espalda a Alaric.— Acaba con él Serena. Es hora de ir a casa.
Serena extendió sus manos. La realidad jaló de ella como un magneto. Ella tiró de vuelta.
Un resplandor rojo recorrió el lugar. Como fuego transparente comenzó a consumir a Alaric por la pierna, dejando detrás de si una nada absoluta.
Serena tembló. Carver colocó su mano sobre el hombro de la rubia. Le influyó de la forma aumentada de su propio poder.
—Ahí se equivoca, señorita Williams…—jadeó Alaric sintiendo un frío dolor al perder su extremidad.—…Morirán aquí. Sólo que no soy la persona que los matará.
El estallido retumbó como Lucifer escapando del infierno. Las ventanas de cada hogar estallaron mientras recorría Olympia.
El polvo se alzó mientras volaba en dirección a ellos y las cenizas del combate se reavivaron cuando aterrizó y movió su mano. Los empujó como la onda de una bomba nuclear. Su nariz goteaba de sangre. Se estaba sobrepasando.
Y sin embargo era un hombre que creía que hacía lo correcto… lo cual lo hacía más peligroso que nadie. Tan peligroso como el monstruo que protegía.
Serena rompió su concentración. Fue lanzada por el aire y aterrizó sobre la hierba.
Frankie sintió que un huracán la arrancaba del suelo.
Y ni siquiera Yukari, transformada en un letal felino, pudo mantenerse en pie.
James Millbrook aterrizó frente a ellos. Con la ropa desgarrada. Con la expresión turbada y cada vena en su frente marcándose.
—No lo asesinen—dijo.
Y esa fue la tercera vez que traicionó a su gente.
Y por vez tercera también pensó que los protegía al hacerlo.
 ♦
 Seattle, Washington…
 Los restos de la aguja espacial se vislumbraban en el horizonte. Cubiertos entre polvo y ceniza. La pintura se había caído y las paredes metálicas habían sido derrumbadas. Las varillas sobresalían como huesos de un depredador caído.
Paul Dutch siguió corriendo hasta que sus piernas ardieron. Alzando su rifle para derribar un par de voladores que descendían sobre ellos.
Los soldados apenas representaban una amenaza para los miembros de la Orden y cuando cayó gran parte del escuadrón de ofensiva, apenas unos cuantos encapuchados se habían detenido.
Leslie Silk se unió a la contienda después de unos cuantos metros. Paul ni siquiera la saludó, solamente pudo sonreír cuando miró a su vieja compañera preparando sus armas. Cargaba uno de sus brazos como si fuese un recién nacido. Estaba herida y por su mirada ardiente era obvio que estaba furiosa.
No era la reunión que Paul habría esperado.
—¿A dónde se dirigen…?—reclamó Leslie mirando directamente a Quendi.— Las órdenes de Alan fueron…
—Las ordenes de Alan están matando a todos nuestros agentes. Necesitamos ordenar una retirada ya. Erick no está en esa iglesia.
Cuatro aviones más zumbaron por el cielo desencadenando su fuego sobre la iglesia, visible a la distancia.
—¿Cómo lo sabes?—preguntó Leslie con total determinación.
— Porque si estuviera aquí ya lo sabríamos. No está aquí. Ahora encárgate de que se ordene una retirada o van a tostarnos a todos vivos.
Leslie lo consideró un segundo. Escrutó en el horizonte y aspiró profundamente.
—No puedo. No hasta llegar a la base, las comunicaciones están encriptadas e interferidas.
—¿Por qué lo estarían?
—Tecnokineticos.
Paul no discutió con esa lógica. En lugar de ello caminó junto a las dos mujeres hacia el vehículo en mitad de la carretera. El aire se rompió, el oxígeno se contrajo y entonces un portal escupió a dos encapuchados más.
Leslie desenfundó su magnum tan rápido como pudo. Descerrajó dos tiros que rebotaron en las máscaras de metal pero que sirvieron para desestabilizarlos.
Para entonces Charlotte ya se encontraba en el asiento de conductor. Presionó el pedal y el Jeep salió disparado. Los encapuchados entraron en sus portales y desaparecieron.
Paul se dejó caer en el asiento trasero y rebuscó debajo de los asientos la caja de armas obligatoria.
Arrancó el candado de un tiro y tomó el pesado rifle de asalto. Un gran arrastrote que servía para montar en la torreta pero que Paul no perdería tiempo instalando. Revisó la hilera de balas disponibles y se sintió en casa.
El Jeep pasaba sobre las calles desoladas y de pavimento roto dando tumbos, imparable. Como una bestia de muerte.
En ese instante de nuevo la nada se abrió. Los portales escupieron a los encapuchados que habían dejado detrás.
Eran dos mujeres que cayeron sobre el parabrisas. Una de ellas clavó una daga sobre el vidrio para mantenerse, la otra casi resbaló pero manifestó unas garras animales que la hicieron estabilizarse.
Leslie extrajo de nuevo el arma pero una de las mujeres gritó:
—¡Sueltala!
Leslie obedeció. Influida por un hechizo evolutivo maldito. Paul agradeció que la orden no fuera hacia él y presionó el gatillo. El retroceso del rifle le dislocó el hombro y la punta se encendió al rojo vivo mientras escupía balas de manera errática volando todo el cristal frontal y parte de los asientos de piel que quedaron humeantes cuando el enemigo terminó con perforaciones de bala en todo el cuerpo cayendo hacia el pavimento.
El Jeep se descontroló un segundo. Las ruedas patinaron y Charlotte gritó intentando mantener el control.
Paul miró la sangre en su hombro. Una bala le había rozado. Pero la soldado ni siquiera se quejó, se mantuvo firme tal como les habían enseñado a estar en situaciones de estrés.
A lo lejos hubo un rumor grave, como una avalancha desatándose. Paul volvió la mirada y vio un gran relámpago.
Aunque los tres ocupantes del Jeep no lo sabían entonces, esa fue una explosión orgánica. Una palabra que harían a bien recordar en los eventos por venir.
—Erick no está aquí—dijo Alan Hoffman. Su voz tomó por sorpresa a todos los ocupantes. Sonando agotado. Sonando al punto del quiebre— Necesitamos retirarnos. Los heridos deben ser transportados al punto de extracción…
Paul asintió. Habían tardado demasiado en dar esa orden. Aunque se temió que fuera demasiado tarde para Alan.
Tomó su propio canal de audio y se puso en contacto.
—Kaden. Soldado. ¿Me copias?
Hubo estática. Paul temió lo peor hasta que la petulante voz del muchacho se hizo oir.
—Aquí estoy, agente. ¿Qué necesitas?
—Necesito que te prepares para llevar heridos contigo.
—Pensé que esto era una operación encubierta.
—Nuestra gente está muriendo, soldado. A la mierda el sigilo. Si me van a matar por eso entonces que así sea pero no dejaré a nuestros chicos caer…
—Copiado.
Paul cambió de canal nuevamente. Sintiendo la mirada de Leslie y de Quendi sobre él.
El puesto Foxtrot se presentó unos metros más adelante, después de embestir a una línea más de encapuchados.
Se trataba de un último escuadrón de defensa atrincherado. Apenas una última docena de soldados totalmente sanos. Los más inexpertos.
Paul reconoció un par de rostros. Desembarcó y la quemada en su pierna ardió. Lo hizo esbozar una mueca.
Charlotte bajó detrás de él, presionándose la herida del brazo.
—Alan ordenó retirada. La extracción se dirige para acá, también un helicoptero extra, quiero que concentren toda su artillería en los miembros de la secta que se atrevan a mostrar su cara de espanto por aquí y manda un par de Jeeps llenos de gente para recoger a Alan y los sobrevivientes. Saldremos de este hoyo del diablo juntos y tantos como podamos—instruyó Dutch al que tenía la insignia de coronel. Era un chico que ni siquiera pareció molesto, en lugar de ello asintió honrado y comenzó a gritar órdenes a sus soldados para mantener la base Foxtrot limpia.
Leslie se unió al cuerpo de rescate a pesar de la negativa de Dutch. Partió cinco minutos después.
Paul se tambaleó hasta una de las camionetas médicas de Woodgate. El momento le parecía inmersivo, se sentía ahogado en un cúmulo de voces. Y los latidos de su corazón lo mantenían despierto.
Los disparos a la lejanía, como fuegos artificiales, le recordaban que no debía caer. Mantenían a su mente centrada en otra cosa que no fuese ver a su familia muriendo.
Era un soldado, se dijo, no se podía permitir caer.
Los cuerpos de combate corrían de un lado a otro, un par de técnicos también se encontraban en una base de operaciones improvisada dentro de una tienda de campaña donde su alto mando les gritaba en reproche por haber recopilado información errónea de Erick Woodgate.
La mitad de la ofensiva de Woodgate se encontraba en el lugar, buscando a la cabeza de la corporación de manera desesperada. Apresurándose entre motas de polvo y cenizas que se arremolinaban con el viento.
La extracción se estaba realizando en orden. Y estaban esperando a los rescatados.
Charlotte se acercó a Paul. Llevaba el cabello oscuro hecho un desorden.
—Cometiste una estupidez al venir aquí tú sólo… —dijo Quendi
—Escucha—respondió Dutch cortando el tema.— Cuando salgamos de aquí abandonaré la corporación…
—¿Qué harás qué? ¿Por qué?
—Este lugar ya no me pertenece. Gasté las balas que tenía que gastar. Ya cumplí mi servicio en el infierno y lo único que he conseguido es que mi familia termine muerta. Es todo para mí… Buscaré a un viejo camarada, lo salvaré y me iré…
—Agente Dutch…
—Paul—corrigió el hombretón.
—Paul… ésta es una decisión apresurada y este no es el momento de…
—Y cuando eso suceda, tienes que mantener a raya a Patterson, ¿te parece? Asegúrate de que no haga una estupidez mientras no estoy.
Charlotte no protestó. Supo entonces que era una decisión final. Supo reconocer la máscara de un soldado que ya no tiene nada más que dar. Y simplemente asintió.
Los vehículos de rescate llegaron 15 minutos de después mientras los transportes aéreos descendían para la extracción.
Aún se escuchaban disparos aunque más dispersos. Soldados que no podrían ser rescatados.
Bajas necesarias. Charlotte y Paul esperaron que fueran tan pocas como fuese posible.
Fue un segundo de tranquilidad que Charlotte recordaría siempre. El cierre de un círculo. De una misión más que les costaría un par de días para sanar con nuevos activos y una nueva estrategia.
Tan fácil como eso.…
 De repente, la tierra tembló. Las calles se sacudieron  con tal fuerza que el equipo médico cayó de las estanterías. Algunos soldados cayeron al suelo. Entre ellos Paul cuyo gran cuerpo se estrelló al pavimento nuevamente.
Se escaparon un par de tiros. Unos cuantos gritos apagados.
Y cuando el terremoto se detuvo, Charlotte Quendi observó hacia el sur. Justo a espaldas del puesto Foxtrot.
Los transportes aéreos se ladearon. Uno de ellos cayó hacia la derecha estrellando su ala en el suelo.
—¿Qué carajo?—blasfemó Paul Dutch intentando levantarse. Los soldados también comenzaron a alzarse.
El primer pensamiento de Charlotte fue otro gigante. Aunque supo que estaba equivocada cuando siguió la mirada de los soldados. Ojos totalmente abiertos en terror.
Cinco figuras encapuchadas se encontraban en los límites de la ciudad, cuatro de ellas vestían de blanco y al frente había una vestida de rojo. Avanzando hacia ellos como si fuesen caballeros medievales preparados para el duelo.
Pero no eran las cinco figuras las que causaban terror. No todavía.
Era la que flotaba. La figura de ojos rojos y piel agrietada.
—Es el chico —musitó Charlotte.
—No—respondió Dutch, su voz era casi un reproche. —Es Metatrón. Él…
 ♦
 Isla Hy-Brazil…
 —…Está aquí.
—Tienen que detenerse—pidió James Millbrook.— Éste no es Alaric…
—Tú…— jadeó Frankie. El odio ardía en sus ojos. Transparentando la fragmentación de su alma, su lealtad.
—¡Escúchenme! Alaric está enfermo… no podemos matarlo…
—Ya tuve suficiente de esta porquería…—Sophie contuvo el aliento. Y sin esperar un segundo más se precipitó hacia James.
Dejando detrás el polvo ocasionó un estallido de luz. Chispas volaron mientras llegaba hasta su antiguo amigo. Un puño descendió furioso, James lo esquivó y con el codo golpeó de lleno el rostro de la rubia.
Los ojos azules parecieron heridos. Ofendidos por aquél movimiento.
James retrocedió. Alzando las manos intentó detener la serie de sucesos que estaban desencadenándose.
—No me hagan detenerlos. Sé lo que sienten. Pero ésta no es la manera. Llegamos juntos. Nos iremos juntos…
—Sólo que ya no lo haremos… Porque tu novio mató a nuestros amigos—dijo Frankie dando unos pasos hasta él. Lágrimas ardientes resbalaban por su mejilla. Una sonrisa se extendió por su rostro.—Tuve razón todo el tiempo… No eres más que la perra de Alaric…
Fue como un estallido en el silencio.
El inicio de la batalla final se presentó con el quiebre de voluntades y confianzas. Con una chica de hielo describiendo una vuelta en el aire mientras desplegaba esquirlas de hielo. Con un paramédico repeliéndolas a último segundo y una mujer que controlaba la luz perdiendo los estribos. Disparando a diestra y siniestra contra aquél en el que había confiado.
Alaric observaba desde el suelo. Sentía el poder regresar a sus venas.
Las estacas abandonaron sus manos. Las heridas sanaron.
Carver observó perpleja la balanza caer de forma drástica en su contra nuevamente cuando el líder de Olympia se colocó a gatas. Extendiendo las manos hasta que un relámpago fracturado emergió de la punta de sus dedos.
La doctora Emmerson salió disparada hacia atrás. La electricidad recorriendo su cuerpo. El tigre sacó sus garras y esquivó los impactos mientras que la chica que se hacía llamar Revenge se preparaba para un segundo combate.
Esta vez no había escudos.
No había contención.
Amigos contra amigos. Todo se reducía a eso. Los guerreros que habían acompañado la contienda hasta ese momento se habían detenido para observar. Para retroceder. Comprendiendo quizá que el origen de la pelea no era propio.
Cuando la telekinesis de James y el hielo de Frankie chocaron fue algo más significativa para el universo que dos metahumanos luchando. Era la traducción de dos ideas distintas aunque quizá ninguna era errónea.
Quizá las dos lo eran.
Un conflicto fundamental extendiendo sus garras a aquellos que alguna vez habían sido sólo victimas y ahora eran soldados.
Y cuando Carver convocó un escudo de energía roja que impactó contra el pecho de Alaric no era simplemente venganza. Eran el bien y el mal luchando por el control de toda la isla una última vez.
Una isla oculta. Un mito andante que ahora era un campo de batalla.
Sophie encendió sus puños que como dos luceros arremetían contra James que estaba gastando sus energías para contener a las dos rubias.
No hizo lo suficiente.
Un puño convertido en hielo le impactó en el costado. Sus costillas crujieron.
Corinda ya se encontraba atacando a Alaric, que a pesar de haber perdido una extremidad que no podía recuperar, se movía como un monstruo. Arrastrándose en el suelo con total agilidad en un embiste que Wen Nichols apenas pudo esquivar.
Corinda tomó un arco del suelo. Disparó una flecha hacia Alaric que se clavó en su hombro. El inglés exhaló con dificultad y sus ojos se encendieron como si estuviesen fabricados de lava.
James tomó el puño de Frankie. La superficie dura e irregular le causó cortes pero se las arregló para doblarlo. La doblegó un instante usando su fuerza natural contra ella y la jaló ocasionando que uno de los golpes de Sophie impactara en su espalda.
No se sintió satisfecho con su obra. Pero salvó su batalla. La prolongó unos segundos más.
Los poderes del grupo de rebeldes se habían convertido en proyectiles. En arietes. En catapultas y cañones que eran disparados haciendo estremecer el terreno completo pero poco a sus guerreros centrales.
Yukari se transformó de nuevo. En un cuervo de negras alas que extendió su vuelo al cielo.
Alaric dejó de buscarla intentando combatir de frente a Carver. Corinda disparó de nuevo aunque esta vez fue hacia James que en un movimiento desvió el proyectil reflectándolo de regreso hacia la chica. Penetrando los músculos de la rodilla.
Fue un buen movimiento aunque quizá la flecha no hubiese dolido tanto como el ardiente impacto de luz que le quemó parte del rostro. Cegándolo lo suficiente para que Frankie Harleen Grohl lo derribara con un golpe.
El paramédico se quedó en el suelo tres segundos sintiendo la piel chamuscada de su mejilla. Y aún ciego por el resplandor se puso de pie. Empujó la telekinesia y la volvió un golpe sofocante hacia Frankie.
La telekinesis se manifestó. Pensamientos ardientes y de traición se gestaban en la cabeza de Sophie Vendetta como gusanos en un cuerpo putrefacto. Se encontraba iracunda, primitiva, deseando asesinarlo. Fue esa la primera revelación que percibió James y al recuperar la visión la confrontó sin temor.
Los rayos de luz rebotando contra los escudos telekineticos formaban estallidos como de soldadura y sonidos ahogados como balas que se disparan bajo el agua.
Aunque Jim hacía lo posible por herir poco a Sophie, ésta no seguía ese principio lo que convertía aquél combate en una cuestión más difícil para James, especialmente cuando Frankie se unió a la pelea nuevamente.
No podría contenerlas mucho, comprendió, no sin pelear realmente.
Alaric se encontraba rodando en el suelo como una criatura de pesadilla. Extendiendo látigos de planta hacia sus contrincantes que a último momento podían esquivarlo.
Carver tomó uno de los tentáculos y lo jaló, arrancándolo con un tirón que pareció herir a Bauer.
Corinda se arrancó la flecha de la rodilla y la quebró entre sus manos. Dejó el arco de lado y se unió al lado físico de la batalla contra Alaric impactándolo con la bota en el pecho, lanzándolo al centro del campo entre los cadáveres de los caídos y ahí continuó la pelea.
Alaric se recuperó. Intentó ponerse en pie echando en falta la pierna que le había sido arrebatada antes de que su comodín llegase a rescatarlo. Las raíces de un arbol se extendieron y enredándose a la extremidad incompleta sirvieron de soporte permitiéndole levantarse para dar batalla completa.
Mientras tanto James esquivaba los poderes, las patadas y puñetazos que le eran propinados. Luchaba contra sus compañeras, mujeres que conocía tanto como se conocía a él mismo. Las conocía mejor que amigas, hermanas o amantes… habían sido parte de él. Parte de su equipo. De su familia. Y las amaba pero no tuvo que leer sus mentes para saber que el sentimiento no era mutuo por lo que al minuto tres de la pelea dejó de defenderse y empezó a atacar. Usó su vuelo y embistió a Frankie por la cintura estrellándola contra un tronco. Dejándola inconsciente lo suficiente.
Su telekinesia le sirvió como precognición cuando Sophie intentó atacarlo por la espalda, leyó sus pensamientos y extendió la mano liberando un estallido en su contra que le dio en las piernas haciéndola impactar contra el suelo de tal manera que las luces en sus manos se evaporaron en niebla resplandeciente.
—Ya basta… tenemos que detenernos antes de que sea tarde—imploró Jim. Sophie no escuchaba, pues Sophie ya no estaba ahí.
Era un alma perdida. Que había abandonado el cuerpo de la compañera y guerrera.
—¿Como fue tarde para Elizabeth y Henry…?—respondió con una voz pronfunda y herida.
Aquél fue uno de los golpes más profundos de la batalla. Un golpe a la consciencia y a la moral.
El paramédico dudó, la rubia no lo hizo al levantarse de un salto y soltar otro resplandor de luz en su contra. Cegándolo nuevamente. Esta vez Sophie no dejó a la suerte los segundos siguientes. Tomó a Jim de los hombros y lo hizo estrellar contra el suelo, el castaño se arqueó soltando un rugido.
Jim se empujó con las piernas y sobrevoló a baja altura. Se puso de pie cargando el peso de su cuerpo del lado derecho.
—Sophie… no…—pidió Jim mirando de frente a su oponente.—…Hay otra forma…
Ella no respondió. Giró las muñecas y permitió que la luz escapara de sus manos sin límites. Dos rayos directos que partieron la isla entera, escapando como faros de luz para los barcos perdidos. Pasando incluso la barrera invisible que protegía Hy-Brazil.
En cámaras satélites ese suceso se registró como una manifestación divina. No podrían estar más lejos de la realidad.
Ambas luces impactaron el pecho de Jim. La piel comenzó a quemarse y las venas de los pectorales se convirtieron en lava. Una gran quemadura se instaló como una telaraña en la piel del pecho.
Alaric se permitió distraerse por las dos lineas rectas de luz que emergieron de las manos de Sophie. Poder desencadenado. Sin límites.
Bajó el cuerpo y esquivó otro golpe de Carver. Luego uno de Corinda.
Tan concentrado estaba por sus dos contrincantes más cercanas que no advirtió el misil que bajó del cielo, extendiendo las garras.
Yukari colocó las alas para que el aire le aminorara el vuelo. Puso las garras en posición y aterrizó de lleno en el rostro de Alaric.
Las uñas del ave se presionaron en los globos oculares, los tomaron como esferas y presionaron, provocando un grito de dolor absoluto de Alaric mientras la sangre bajaba por sus mejillas y un graznido de Yukari mientras se alejaba, llevando entre las uñas de su pata derecha parte del ojo de su enemigo.
Jim se retorció en dolor mientras el calor de la luz escarbaba entre la protección orgánica de su piel.
Alaric cayó de rodillas.
Y ambos se encontraron en desesperación.        
Frankie recuperó la consciencia, también Serena. Jill salió de su escondite.
Y el final fue abrupto y repentino.
 ♦
 Seattle, Washington…
 El momento se congeló en una fotografía.
Con las cenizas volando, Dutch miró fijamente al hombre que flotaba y este le regresó la mirada. Una mirada enrojecida.
Un instante que se prolongó de manera eterna. En lo que se sintieron horas de tensión, de corazones latiendo con enloquecida velocidad. Hombres que se despidieron de sus familias sabiendo a antemano que no volverían a verlas.
El sonido de las ambulancias  sintiéndose lejano. Perdido.
—No dejes ni un sobreviviente—alzó la voz Raziel.
El chico parecía influido. Perdido. Los trozos de su piel cayéndose como si fuese una víctima de lepra. Y aún así fue más veloz de lo que Paul hubiese previsto.
Sus manos se adelantaron como armas en un duelo Western. Sus dedos se extendieron y relámpagos surgieron de sus dedos. Brillantes resplandores iluminaron el espacio como granadas cegadoras.
Un cañonazo que aturdió a las tropas enteras.
Paul retrocedió, cubriéndose los ojos. Su corazón latió con fuerza y su instinto de guerrero le llamó, tirando de su cuerpo para reaccionar. Se lanzó contra Quendi  y la apartó a puro instinto.
Cuando las blancas siluetas tomaron forma supo que había hecho lo correcto, comprendió que acababa de salvarla de un impacto letal que partió el suelo en dos e hizo estallar uno de los transportes carbonizando a un par de soldados. Sin embargo Charlotte había sido golpeada de manera indirecta, su cuerpo había sido cubierto por algo parecido al diamante. Algo que la había protegido como un capullo a último segundo aunque no lo suficiente para mantenerla despierta después del golpe.
Dutch ahogó un quejido y luchando contra sus sentidos afectados corrió hacia los maletines en la tienda. Buscó en el interior con desesperación mientras escuchaba los primeros tiros de defensa lejanos. Ahogados en eco.
Alan Hoffman se arrastró de la camilla médica. Llevaba un brazo en vendas y parte del rostro magullado. Tomó un par de pistolas y las colocó en su cinturón, acto seguido sostuvo una escopeta entre sus manos y revisó las municiones.
Un segundo relámpago estremeció el suelo.
Dutch y Hoffman abandonaron el escondite y alzaron sus armas, lanzando pólvora contra las figuras encapuchadas. Leslie se unió al ataque unos instantes después, cuando emergió de entre los restos del vehículo en llamas. Dutch podía escucharla respirar profundamente mientras cargaba su siempre confiable rifle de corredera. El primer disparo fue casi aturdidor y sin embargo certero.
Uno de los encapuchados cayó al suelo. Los otros se dispersaron a los lados, moviéndose con agilidad para ocultarse detrás de las ruinas más alejadas de la ciudad: Los carteles de tránsito caídos y las vigas metálicas dispersas.
Sin embargo Raziel permaneció firme en el centro del campo. Con el pecho inflado de orgullo por su creación que ingrávida comenzó a desplazarse hacia los soldados.
Dutch miró a Quendi que recobraba la lucidez. Arrastrando su cuerpo delgado fuera del radio de fuego hasta ser escoltada tropas médicas. Las tropas enteras habían conseguido colocarse en posición y varias líneas de fuego se extendían frente a Dutch.
Los encapuchados volvieron al ataque tan pronto como los disparos se los permitieron. Alan gritó al equipo que mantuvieran un flujo de fuego constante para entorpecerlos y se mantuvieran a cobertura de los relámpagos del chico que flotaba. Dutch siguió disparando, sin detenerse a verificar si Charlotte se había puesto a cubierto, pues estaba consciente de que bajo ataque la chica no podía ser su prioridad.
Los encapuchados se defendieron. Aunque no fue sorpresa para nadie que no lo hicieran con armas ni bombas. Pues el arma se encontraba dentro de ellos.
Uno hizo emerger sombras, embravecidos lobos que escaparon de entre sus ropajes ahuyando, clavando las garras en el suelo y arremetiendo. Las balas lo traspasaban de lleno y se movía con la agilidad de un lupino real. También era tan letal como uno.
Alguien lanzó una bomba cegadora aunque Paul no pudo ver con exactitud quién, pero la estrategia funcionó y la luz fracturó la estructura del lobo que soltó un gruñido herido.
Dutch preparó una segunda tanda de balas y esta vez disparó hacia la figura encapuchada del centro. Las balas abandonaron el cañón con un escándalo metálico aunque al llegar a su objetivo rebotaron como si se trataran de guijarros de río, rebotados a los lados. Impactando en las ambulancias.
—¿Campo de fuerza, hijo de puta? —jadeó Dutch manteniendo a raya sus disparos para los encapuchados que seguían dando batalla. Uno de ellos ya lanzaba bolas de fuego en su dirección aunque Leslie parecía contenerlo.
Los encapuchados detuvieron su avance. Se congelaron en su lugar sin dejar de defenderse, Azrael comenzó a andar hacia ellos dando pasos cortos y pausados. Bastó un movimiento de mano y el aire se rasgó como si fuera papel tapiz. Un hueco se abrió de la nada y la figura de la capa introdujo su mano.
Dutch escuchó detrás de él un quejido de dolor y al igual que la mayor parte del escuadrón volvió su mirada para observar como una mano emergida de un portal traspasaba el pecho de uno de los soldados.
—¡Tenemos que defendernos! —gritó Leslie.
—No, tenemos que defendernos. Si nos retiramos ahora quedaremos expuestos—explicó Alan. Con más temple del que Dutch hubiese podido mostrar en ese momento.
Azrael siguió avanzando mientras su creación flotaba un par de metros detrás de él, liberando descargas de energía que hacían arder las tiendas médicas y los transportes.
Los soldados que podían volver a ponerse en pie se habían unido a la defensa aunque de manera inútil, pues seguían muriendo y del enemigo sólo habían derrotado a uno de los encapuchados.
Hoffman dirigió su arma hacia Azrael. Sostuvo el cañón con su mano libre y descargó con firmeza aunque el disparo de nuevo se perdió sólo a un movimiento de brazo.
Las cuatro figuras encapuchadas gozaban de un aire familiar para Paul. Aunque no podía centrar su mente en ese instante y en especial cuando un rayo carmesí apareció entre el polvo y las cenizas que volaban en el campo de batalla. Un fragor nacido en las manos de Azrael. Al principio era una fina línea que unos segundos después se extendió en una especie de disco resplandeciente creado de energía.
El campo de fuerza cayó como la carpa de un circo al final de la noche y Dutch supo que no significaba que los hombres lo hubiesen tirado; Simplemente que Azrael estaba por entrar en combate activo.
Las figuras habían avanzado casi quince metros hacia ellos desde su posición inicial. Los estaban acorralando en la base Foxtrot.
Los disparos de Leslie se interrumpieron de repente. Se había quedado sin municiones por lo que lanzó el arma al suelo con desesperación y sacó la 9mm de su cintura. Un movimiento desesperado.
Paul vio la ceniza acariciar la brillante armadura de Azrael. Se relamió los labios y retrocedió un metro arremetiendo de nuevo contra él.
—Señor, tenemos que retirarnos ahora—suplicó Leslie a cubierto detrás de una farola partida a la mitad.
—Si lo hacemos morirá más de la mitad en el rescate.
—¿No vale más eso a que mueran todos?
Hoffman pareció considerarlo. Y cerró los ojos, saliendo de su lugar para dejar otro par de disparos que se hundieron en el disco giratorio de Azrael sin causar mayor estrago.
—Es cierto hermano. Tienen que salir de aquí—apoyó Dutch haciéndose oír sobre el sonido constante de los disparos.
—Todos saldremos de aquí…
—No lo haremos. Toma los transportes que aún funcionen. Llévate a los hombres que puedas un kilómetro al norte y convoca ahí a los helicópteros. Intentaré contener a estos hijos de perra tanto como me sea posible.
—No vas a quedarte aquí, Dutch—jadeó Leslie Silk. —Van a matarte.
—Esa es una idiotez, mujer— respondió Dutch Paul hacia su vieja compañera, esbozando a su vez una blanca sonrisa. Una sonrisa de diversión ante el peligro, ante los retos. Una sonrisa que Leslie vio por última vez en ese momento— Yo no puedo morir…— el soldado se volvió a Hoffman. Y extendió una de sus grandes manos para tomar su hombro. — Déjame un par de juguetes y váyanse. Estaré bien, hermano.
Alan sabía que eso era una mentira.
Sabía que era un sacrificio. Un sacrificio de uno de los mejores hombres que la compañía tenía. Sangre que quedaría en sus manos. Y sin embargo tomó la decisión que cualquier general hubiese tomado ante aquella situación.
Y ordenó la retirada.
  Los soldados dejaron de disparar. Las armas cayeron al suelo mientras se replegaban hacia sus vehículos en un movimiento que a Azrael le pareció divertido.
Como ratas. Como cucarachas asustadas. La energía seguía fluyendo entre sus dedos. Giró la cadera y la lanzó impactando a dos soldados en el vuelo que cayeron sin poder alcanzar sus respectivas coberturas.
—Es como jugar Duckhunt, ¿no es así? —se burló uno de sus seguidores. Un hombre que no había aprendido a mantener la boca cerrada.
Azrael no contestó, en lugar de ello se preparó para acabar con todos. Alzó la mano para contener a sus combatientes, incluido Jason O’Mara.
—Espera a que suban a los Jeeps… y vaporízalos a todos—se jactó el enmascarado. Una vida entera dedicado a la Orden. Escurriéndose en las sombras y finalmente veía el objetivo de su vida realizado. Finalmente podía devolver el fuego. Y disfrutaba de ello cada segundo.
En ese instante hubo un grito. Y no se trataba de otra victima, no era un hombre muriendo. Era otra cosa. Azrael buscó con la mirada el origen, mas sólo encontró el cilindro cromado que volaba en su dirección como una lata de aerosol.
Se burló.
Se rió de manera estridente por la desesperación y en una traición de su propio ego decidió atraparla entre sus manos. Sus ojos ensombrecidos leyeron la inscripción:
GRANADA DE FRAGMENTACIÓN WOODGATE.
El artefacto estalló entre sus manos. Azrael contuvo la explosión para sí, extendió un campo de fuerza y minimizó el impacto, sin embargo las esquirlas se dispararon a los lados hiriendo a dos de sus hombres.
Fue una mancha a su historial.
Una falta que no podría soportar. Que no relataría pues era un tropiezo que no se repetiría.
¿Quién era?, se preguntó, ¿Quién de aquellas criaturas se creería lo suficiente para enfrentarlo sólo mientras sus tropas se marchaban?
La respuesta emergió frente a sus ojos. El guerrero de anchos hombros. Con el hombro dislocado y quemaduras. Un hombre que lo había perdido todo, comprendió Azrael. Que no tenía ya, nada que perder.
Hizo un movimiento. Sus hombres fueron al ataque. El militar respondió como solo una bestia podía hacerlo, enarbolando sus armas de destrucción y disparándolas.
El resplandor del fuego se abrió paso hacia ellos. Disparado desde un revolver que giraba con ritmo enloquecido.
Marceline abandonó la formación primer o. Y de nuevo obligó a sus sombras a atacar. Las bestias de pesadilla se desplegaron. Aullaron mientras saltaban, aterrizando en un solo movimiento frente al guerrero que soltó su gran herramienta para extarer de su espalda un pequeño tubo que siseó en el aire al extraer un filo azulado de plasma. La espada vibró en el aire mientras el soldado partía a los lobos de Marceline a la mitad, ignorando las mordidas y rasguños. Jason, flotando sobre ellos, solamente admiraba con la curiosidad de un recién nacido la escena.
—Puedo…—se ofreció el chico. Con la voz ronca. Sobrepuesta. Como la víctima de una posesión satánica.
—No aún, muchacho… —respondió Azrael con diversión.
  Paul sintió  la cálida caricia de la sangre en el área del hombro izquierdo y la nuca cuando la última sombra se evaporó.
Se mantuvo de pie aunque toda su anatomía le ordenaba que se rindiera. El resto del mundo era oscuridad y ruido blanco, una televisión encendida sin señal.
Estaba sangrando. Realmente estaba sangrando. Eran heridas graves.
Y las figuras frente a él parecían tan frescas como verduras. Sin muestra alguna de agotamiento.
Pero estaban ahí. Seguían ahí lo que significaba que estaba haciendo bien su trabajo. Y sólo tenía que darles unos minutos más.
—Ven por mí, maldito infeliz—susurró Paul.
Azrael sonrió debajo de la máscara. Y por primera vez, quiso sentir lo que causaba asesinar a un hombre con sus propias manos.
 ♦
 Isla Hy-Brazil…
 Hubo relámpagos. Fogonazos de luz y un par de gritos.
James Millbrook sintió que la vida se le iba. Que su energía era drenada al tiempo que en la desesperación empujaba su habilidad intentando defenderse. Los pensamientos de Sophie eran como bestias furiosas.
Una jauría de perros rabiosos corriendo en todas direcciones. Pensamientos que gritaban y recriminaban. Reclamaban.
Imágenes introducidas en su mente tan profundamente que eran heridas en su psique. Heridas sangrantes e infectadas.
Esos pensamientos estaban enloquecidos. Rasgaban las paredes de su mente vociferando.
Hasta que de repente no lo hicieron más.
James sintió su carne descansar de la presión del relámpago. Su piel estaba chamuscada y podía ver su ropa reducida a cenizas. Sus músculos al rojo vivo como lava le dolían al respirar.
Cayó de rodillas y luego miró de frente a Sophie. Lo que le había hecho.
Sus ojos estaban inundados en sangre que resbalaba por sus mejillas y escapaba de su nariz. Los recuerdos aunque borrosos volvieron a él. Lo atormentarían por siempre.
La manera en que empujó su habilidad. En que la guió por medio de la telekinesia como un hilo conductor. Una mecha de dinamita.
Hasta que hizo estallar sus pensamientos.
Hasta que reventó el cerebro dentro del cráneo de la mujer que una vez consideró una hermana.
James retrocedió horrorizado. Y miró alrededor hasta que miró a Alaric. Cegado, los ojos arrancados intentando regenerarse. Y el gran tentáculo que se extendía desde su mano. Una vara de hueso que traspasaba a alguien que había decidido aprovechar, alguien que no había considerado las consecuencias de atacar a un monstruo a ciegas...  
Corinda estaba suspendida en el aire.
Sus pies no tocaban el suelo. Se retorcían en dolor mientras la vara de hueso se introducía más profundo en sus entrañas. Los grandes ojos azules resplandecían, brillaban derramando una lágrima.
Y en el umbral de la vida miró a Jessica. En los últimos segundos también lo recordó todo. Recordó a Andrew.
Lo vivido. Lo que jamás llegaría. Futuros posibles erradicados…
James tembló e intentó alcanzar su mente, pero fue interrumpido. Por la niña que salió de entre los árboles, con los ojos rojos.
Su pequeño cuerpo se sacudía como una pieza de madera en el viento.
James no alcanzó la mente de Corinda. Pero si pudo tocar la de Jill… una herida profunda se abría en su mente, en sus pensamientos y sobre todo en su alma.
Hasta que el poder estalló. Y lo hizo con un grito.
Cortó la habilidad de Jim como si fuese con una navaja. Apagó las voces.
No fue algo silencioso, fue una onda expansiva que alcanzó a todos.
E hizo algo que hubiese sorprendido a la naturaleza misma… los apagó.
Arrancó poderes. Arrancó mejoras. Los volvió algo que muchos de ellos —En especial Alaric— no habían sido en años. En décadas. En toda una vida…
Los volvió humanos. Humanos que podían morir.
Humanos que podían sangrar.
Los convirtió en hombres y mujeres que sólo tendrían sus manos para terminar lo que había empezado hace 3 años…
La batalla más grande de sus vidas.
 ♦
 El helicóptero se alejó de Seattle como un pájaro herido. Estremeciéndose al dejar atrás el escenario de pesadilla que acababa de presentar.
Ella despertó en mitad de la oscuridad. Con el aroma a tela, plástico y carne quemada impregnando sus sentidos. Su cabeza entera dolía. Un par de médicos se encargaban de sus heridas.
Los únicos dos médicos sobrevivientes de entre los seis miembros de la corporación que habían logrado escapar de Seattle.
—…Fue un golpe de suerte. Una victoria considerando todo…—decía una voz femenina. Sedosa. Silk.
—Manténganlo sedado. Con supresor veinticinco de las veinticuatro horas… los altos mandos querrán respuestas… al menos las pocas que podamos obtener de este sujeto…
Las voces se apagaron de nuevo. Y de nuevo la inconsciencia la recibió durante un par de minutos hasta que una nueva turbulencia la regresó al mundo de los vivos.
Charlotte Quendi observó a su alrededor.
Las miradas caídas. Los ánimos rotos.
Su propio cuerpo dolía al igual que sus ojos tras recibir el impacto.
—Paul…—dijo con voz seca y débil. Sus primeras palabras al despertar.
Alan negó con lentitud y Charlotte cerró los ojos evitando que las lágrimas le traicionaran.
Sabiendo que tendría que escribir su reporte al llegar a casa…
Otro relato de guerra y hombres muertos.
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katecon2006 · 6 years ago
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Stan Lee el satanista creador y rey de los super héroes de MARVEL para adoctrinamiento de las masas #Katecon2006
Si conoces a los vengadores, Thor, los X Men, spider man, los 4 fantásticos, iron man, el hombre hormiga, pantera negra, Daredevil, Agente Carter, Nick Furia, los Inhumanos, Doctor Strange, la bruja escarlata o el propio concepto de SHIELD, entonces deberás conocer también a su “creado Stan Lee, quien falleció hace una semana supuestamente de neumonía. Apenas hace unos 7 meses en el mes de abril,  se daba a conocer que a los pocos meses de la muerte de su esposa, Lee se convirtió en víctima de malos tratos no solo de parte de su propia hija sino de su asistente y su abogado para despojarlo de su dinero Se conoció que Stan Lee estaba bajo control de esas tres personas que lo mantenían encerrado en su casa, sin poder hablar con nadie más, los únicos de confianza de Lee que eran el ama de llaves y el jardinero fueron echados a la calle para que no se enteraran de lo que harían con él.  Sus correos eran monitoreados y le cambiaron hasta el número telefónico para evitar que se comunicara con aliados, incluso malos tratos verbales y físicos… indirectamente sometido por villanos, y él sin su capa o poderes para defenderse, ningún súper héroe acudió en su ayuda mientras su hija y cómplices saqueaban lo que podían. A los 95 años Lee  dejó la esfera terrestre producto de una neumonía, su verdadero nombre era Stanley Martin Lieber, uno de los más importantes y reconocidos escritores de cómics, directores y productores de cine y quien deja una suculenta herencia no tanto para su familia sino para la humanidad y que es manejada a través de Disney, Sony, Fox y hasta Netflix, quienes seguirán adoctrinando a las masas con  los 179 villanos (entre ellos Magneto o el doctor muerte), 60 super héroes, 50 razas extraterrestres, 15 monstruos, 26 películas y 96 cameos ….. su aporte a la transición hacia el nuevo orden mundial.
Uno de sus cameos lo podemos ver en la película basada en uno de “sus” cómics, el Doctor Strange, donde podemos ver que porta en su mano un libro metafísico de Aldous Huxley para promocionar las prácticas esotéricas de la new age. Huxley un tipo que fué catalogado como una lumbrera , un genio, autor de varios libros metafísicos, pero quien provocara la mayor epidemia de LSD y otros alucinógenos como el peyote, jamás vista en los Estados Unidos inspirado en el MK ultra Carlos Castañeda y su satánico tutor, el famoso Aleister Crowley, (zoofílico, pedófilo y satanista profesional)
Sin embargo toda esa “herencia” no surgió de su mente brillante, que es como Lee fué catalogado en el mundo de la industria del entretenimiento, no era en realidad ese prolífico creador, cuyo nombre y fama se forjó traicionando y pisoteando a otros, como cuando se robó los derechos de todo lo que se conoce en torno a los héroes de Marvel, cuya verdadera mente brillante es Jack Kirby, el dibujante e ilustrador que inventó realmente a esos super héroes y villanos que dieron fama internacional a Lee a través de Marvel  Jack Kirby es el principal responsable de la mayoría de los cómics de X-Men, los Cuatro Fantásticos, y Hulk.… o como cuando se robó también los créditos a Steve Ditko quien realmente “creó” a Doctor Strange y Spider-Man.  Todos esos super héroes sino hubieran sido dibujados y animados como lo hicieron Kirby y Ditko, con un 5000% de seguridad que Stan Lee nunca hubiera obtenido la fama que Marvel le acreditó, estos chicos hacían todo el trabajo y Lee simplemente les sacó provecho enriqueciéndose de su trabajo.  Esa es la razón por la cual Lee vivió de lo que ambos le heredaron, luego de que ya Ditko murió y Kirby se alejó, Lee nunca más pudo llegar a producir nada de calidad después de que se desligó de ellos, su éxito se basó en los frutos robados. En varias de sus entrevistas a lo largo de su vida, siempre mostró gran inseguridad al dar explicaciones acerca de ese tema, de cómo hizo sus cómics porque él no era quien los hacía realmente, y mientras que para otros era más que claro que gente de poder le había ayudado en construirle esa historia de que era el gran genio.  Se sabe que llegó a Marvel como el que sirve los tintos porque su prima era esposa del director, es así como luego se convirtió en un jefe egocéntrico que humillaba a las personas que estaban por debajo de él, personas que siempre lo reportaron por ser un jefe abusivo. Lo de abusivo nunca se le quitó ya que hasta en esos días en que se supo que había sido internado por neumonía, hubo denuncias de enfermeras que estuvieron a su cuidado tanto en la clínica como en su casa, a quienes Stan les exigía sexo oral bajo la ducha y pidiéndoles sexo en su habitación para que lo complacieran, mientras el abogado controlador que junto a su hija habían empezado a robarlo, negaba dichos comportamientos.
el hijo de Satán, una de las “obras” de Stan Lee
PEro quiénes serían esos poderosos que hicieron de Stan un tipo tan reconocido a pesar de que por sí mismo nunca más volvió a hacer un cómic decente y de calidad?? la respuesta talvez la encontremos en sus proyectos, como cuando quiso hacer una serie que conjugaba con su nombre, marca de Satán (Stan),y que luego fué cambiado a hijo del diablo, otro de esos extraños cómics con trasfondo ocultista. En algunos episodios se narran hechos relacionados con familias satánicas, rituales, sacrificios y pactos satánicos.  “¡Las acciones de mis sujetos son leves en comparación con los planes que tengo para ti!”   – Satanás, Mystic Comics # 4 (agosto de 1940)
En ese sentido, es más que llamativa la  discreta amistad que surgió entre Stan Lee y Timothy Wyllie, un autodenominado “reverendo” de la iglesia del proceso del juicio final y que se hacía llamar el “padre Micah” Los integrantes de dicho culto atraían fieles usando la figura de Cristo pero realmente adoraban a Satanás, una comunidad ocultista realmente aterradora, y quienes iban de negro por las calles con una cruz con una serpiente roja y un símbolo parecido a la cruz de los templarios.   Una peculiaridad que tenían era que usaban una finca de propiedad de los illuminati Rothschild  y que hacía las veces de iglesia donde se llevaban a cabo los rituales.  Esa religión tenía entre sus miembros a un pedófilo y necrófilo muy conocido en el Reino Unido, Jimmy Savile, entre otros personajes reportados por víctimas mk ultra de abuso sexual ritual.  Alec Baldwin uno de los actores al servicio de la agenda del nuevo orden mundial, afirmaba en una entrevista entre broma y broma que la iglesia del proceso había sido fundada realmente por Stan Lee, quien le había hecho con sus dioses antiguos y tan creíble como la religión creada por L Ron Hubbard, fundador de la cienciología.
el libro del satanista Wyllie donde se narran las primeras experiencias con extraterrestres delfines, que es uno de los temas del tipito que se hace llamar Kai de Sirio
Ese amigo de Stan Lee, el padre Micah, escribió además el libro el regreso de la serpiente del arco iris, según él la culminación de 30 años de trabajo investigando la realidad de las inteligencias no humanas…. osea.. .demonios.  En otro de sus libros comenta algunos detalles de su amistad con el “rey” de los cómics de Marvel. El padre satánico Micah, quien también escribía libros de la new age decía además comunicarse con delfines tal y como lo hacen chicos manipulados por entidades y que la gente cree que son niños índigo, como el tipito ese Kai de Sirio que dice venir de otro planeta, quien al igual que el satanista  Wyllie, habla con delfines, ballenas y ángeles extraterrestres… ángeles caídos. Precisamente en torno a “extraterrestres” y seres provenientes de otras dimensiones giran todas las historietas del rey de los cómics, adoctrinando a las masas con personajes con “súper poderes” que han obtenido gracias a la interacción y pactos con el mundo demoníaco como por ejemplo el doctor Strange, quien termina convirtiéndose en un mago metafísico que en las películas recientes, ha cautivado a niños, adolescentes e incluso adultos, llevándolos directo a la new age, atrayéndolos con saltos dimensionales, proyecciones y desdoblamientos astrales, el tercer ojo, etc para luego dejarlos a merced de programadores metafísicos que los introducirán en la más profunda oscuridad espiritual, aunque muchos creen ser “los despiertos”.
X men apocalipsis y el ojo de Horus en medio de la X
adivina de dónde salió spiderman
Ese anhelo de llegar a tener súper poderes como los del Doctor Strange,  o como los poderes telepáticos del profesor Xavier ha llevado a muchos a introducirse en la new age para poder desdoblarse, activar la kundalini para obtener esos anhelados poderes pero sin saber que terminará pactando y convirtiéndose en esclavos de entidades parásitas. Bueno, y ni hablar del adoctrinamiento a través de the avengers, los vengadores con su clara propaganda illuminati. O como en Thor, retornando al culto de los dioses nórdicos como con la historia de su hermano Loki aliado con los chitauri, que es como se conoce a los reptilianos, y quien de villano pasa a convertirse también en héroe, indiscutiblemente el cine ha contribuído para que el culto a los dioses antiguos haya regresado y con ello lógicamente rituales, pactos,ofrendas de sangre.  Para responder si Stan Lee era entonces uno de los miembros de las sociedades secretas conformadas por los integrantes de los satánicos de la secta de los illuminati no hay que escarbar o ahondar mucho
mudra mano cornuda
La respuesta se encuentra implícita en el mito creado en torno a  Stan Lee, convirtiéndolo en un falso héroe, el  ícono del cómic que ya deja entrever que la industria del entretenimiento lo impulsó y crearon ese halo de gran genio, aún sin serlo Sumado a eso su relación aparentemente indirecta con la iglesia del proceso, en la cual parece haber estado más involucrado de lo que parece ya que es por medio de la amistad de Stan Lee con el reverendo Micah, que se le autorizó o permitió a la iglesia del proceso, usar varios personajes de Marvel para propaganda religiosa para atraer público hacia Satán, en especial usando a Hulk, quien hace un papel importante en las películas de los vengadores, como un salvador…. lo que “el mundo necesita”….. De la iglesia del proceso tenían claro que muchos fans de los cómics de Marvel llegaban atraídos por la forma como la iglesia cristo-satánica usaba sus conocidas figuras con mensajes llamativos llevándolos a los pies de Satán… en eso contribuyeron los cómics de Stan Lee y creer que no era satánico sería un pensamiento muy inocente y en ese sentido encontramos una muy acertada frase  de  alguien ligado al culto del príncipe de las tinieblas, un famoso humorista que continuamente se burlaba del cristianismo. “Puede que no le hagamos reverencia a Satanás, porque eso sería indiscreto, pero al menos podemos respetar su talento”.   Mark Twain  (autor del forastero misterioso, basado en una novela cuyo protagonista es Satanás) Por lo demás unos de los primeros en hacer algún comentario-homenaje a Stan Lee tras su muerte, fué curiosamente la iglesia de Satán, quienes resaltaron el gran trabajo de Lee trayendo la mitología de culto a los antiguos dioses a través de los cómics y las películas que han servido para sembrar la semilla de la new age y el luciferismo a las multitudes y no solo a través de los cómics y el cine, sino también la televisión, dibujos animados y en especial los videojuegos Alan Moore, un reconocido satanista que pactó con Satanás para tener inspiración para sus cómics, también es una super estrella de los cómics y el cine, creador de Superman por ejemplo, ha manifestado agradecerle mucho a Stan Lee No es para menos que todas las películas relacionadas con los cómics de Stan Lee han sido de las más taquilleras en toda la historia del cine….las películas más plagadas de simbología esotérica y ocultista…  ya eso deja mucho a la imaginación de quién era en realidad este falso rey de los súper héroes
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