#ARGENTINA CAMPEON COMO EN EL '86 LOCO
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roxannebythepolice · 2 years ago
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Diego Maradona holding the cup during the celebrations of Argentina winning the World Cup hosted in Mexico in 1986 / Lionel Messi holding the cup during the celebrations of Argentina winning the World Cup hosted in Qatar in 2022
Lots of similarities between both editions, THE SAME HAPPINESS FOR ALL THE ARGENTINIAN PEOPLE 💙🤍💙
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camimmartinez · 5 years ago
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"No llores, es fútbol"
Todavía me acuerdo, ocho años después, del sol que alumbraba las calles de la Capital Federal, me acuerdo de los nenes que jugaban en la plaza, las sonrisas en sus caras, cómo se divertían corriendo entre los árboles, mientras desde mi ventana los observaba debajo de una nube gris amenazante, que me alejaba de ese invierno tibio. Los sentimientos del hincha de River ese veintiséis de junio de 2011 no nos permitían ver a través de la neblina oscura y densa que era jugar la promoción, parecía, con ese resultado, que todo se terminaba ahí, y, finalmente, comenzaba el diluvio.
Noche tras noche, durante un año, me iba a dormir pensando en lo que me había dicho mi papá ese día, "no llores, es fútbol". Sí, qué fácil es decirlo cuando pudiste ver jugadores como el Beto Alonso o Enzo Francescoli, cuando viviste arqueros como Fillol y técnicos salvadores como Labruna, qué fácil es decirlo cuando viviste dos Libertadores y veinte campeonatos, qué sencillo es pensar que "sólo es fútbol" cuando en tu vida pudiste ver al club de tus amores coronarse campeón del mundo, refugiarse en eso es más que un simple consuelo.
A mí no me pasaba así, apoyaba la cabeza sobre la almohada pensando en cómo habíamos podido perder con Boca Unidos, Atlanta o Patronato, cómo podía ser que no parara de llover desde el día que descendimos, mi único consuelo era recostarme en mi cama, aunque un poco angustiada y embronquecida, a ver videos de esos partidos con pelotas naranjas o miles de papelitos volando en el Monumental.
Ahora, ocho años después, miro hacia atrás y agradezco el consuelo de mi papá cuando él también se estaba desarmando por dentro, pero no termino de comprender su consejo: "No llores, es fútbol".
Pá, no te creo. Cómo me vas a decir que es sólo fútbol cuando juntos compartimos el ritual de ver los partidos, sentados en el sillón, con las manos sudorosas y agarrándonos la cabeza cada vez que Rogelio erraba un gol abajo del arco o Vega se regalaba a los rivales. No te creo porque yo te vi entregar tu voz a los goles de Cavenaghi y del Chori Domínguez, tampoco te creo porque no nos perdimos ni un solo partido durante todo ese año. No te creo porque me preguntabas todos los días, muy preocupado, cuántos puntos tenían Instituto, Quilmes o Rosario Central. No es sólo fútbol, y lo sabés.
Lejos de ser una pesadilla, aprendimos, como en la vida, de las piedras que aparecen en el camino y nos obligan a ser más fuertes. Un día pudimos despejar con un pase de Funes Mori, y un zapatazo de Trezeguet, las nubes que nos perseguían desde hacía un año. Y qué felices fuimos, aunque estuviésemos lejos de las pelotas naranjas y los miles de papelitos volando en el Monumental.
Después, Ramón Díaz, la vuelta del Torito, no fue córner, el golazo del Lobo Ledesma, River campeón y, para mí, el comienzo de una nueva era, la vuelta del ADN riverplatense del que mi bisabuela tanto me hablaba, del toque, del respeto pero siendo guapos, del ganar, gustar, golear. Y sigo pensando que eso no es "sólo fútbol", no tiene sentido, papá. 
De repente, Napoleón... comencé a dejar de ver videos del River del '86 para ver los del 2014, repeticiones de los centros de Pisculichi, de los cabezazos de Pezzella y Mercado, de la atajada de Barovero que hasta el día de hoy me saca el aliento y me pone la piel de gallina, más gallina que nunca. Un año después, haciéndolo parecer muy sencillo, hazaña en Brasil y Copa Libertadores, la misma que yo sólo conocía en las manos de Enzo Francescoli. Recopa, recopita, recopada. Los "peores años" iban a llegar con una Copa Argentina cada uno, qué locura. 
Finalmente, la coronación. La primera final con Boca en marzo nos hizo inflar el pecho, pero teníamos el objetivo claro. Hicimos una copa bárbara, y tanto vos como yo (siendo siempre humildes, como la historia lo dicta) sabíamos que teníamos todo para ser campeones. Pá, no me mientas, yo sé que no es sólo fútbol. Es cambiar los significados y que la lluvia deje de ser tristeza para que empiece a ser triunfos inmortales, es que te tengas que levantar y no ver por unos segundos para que no te suba la presión, es que el corazón te palpite a mil cuando ves correr al "10" más loco hacia el arco vacío, es salir por la ventana a gritarle a los vecinos, es que se queden "calentitos" cuando te los cruzas el lunes en el ascensor del trabajo, es que Malena se duerma en el entre-tiempo (todos sabemos lo que pasa si no lo hace), también es que Manuel vaticine pronósticos negativos y que mamá se queje porque somos unos enfermos fanáticos. 
Hoy estamos otra vez en una final, y aunque el desenlace de esta historia perfecta fue el 9 de diciembre del año pasado, la seguimos escribiendo con muchísima ilusión. No te preocupes por la gran mentira que me dijiste, "es sólo fútbol", porque nunca te creí.
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