#no era mi intención que quedara largo ok
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Capítulo 5
Ben y Azmuth se hallaban en el basurero con el comunicador ya instalado. Era un aparato que llegaba a la altura de Azmuth, tenía la base cuadrada y se dividía en tres niveles además una antena con una esfera en la punta de esta. Ben se sentó un poco lejos de Azmuth y la antena mientras comenzaba a brillar.
―El mensaje ya ha sido enviado, si Mayx no es tan perezosa me recogerá esta misma noche. ―
―Entonces ¿Es un adiós? ― Ben se rasco la parte de atrás de la nuca nervioso, sin querer admitirlo él haber encariñado con el alienígena. Azmuth a su vez también se encariño del niño, pero no podía quedarse. No tenía nada que hacer aquí y sería muy peligroso que se quedara, con el omnitrix incompleto y Vilgax aun persiguiéndolo.
―Sí, eso es correcto. ―
―Ok, entonces puedo decir esto sin que me lo señales luego. ―Ben dio una exhalación antes de poner toda su atención en Azmuth. ―Gracias, por ayudarme con mi actitud hacia la escuela y a mí propia inteligencia. Aunque sé que no fue tu intención, significa mucho para mí. ―
La sonrisa de Ben brillo como una estrella haciendo que el deseo de quedarse fuera más fuerte que su pensamiento lógico, pero su responsabilidad se antepuso dejando el deseo de lado.
―De nada, y ya que estamos en esta posición. Diré; eres un grandísimo dolor de cabeza, pero era uno de los terrestres con un potencial de inteligencia más grande que he tenido el placer de ver. ―
Ben al principio frunció antes de reír suavemente por su comentario, no esperaba nada más de Azmuth. La antena sonó con la confirmación de que el mensaje fue recibido y que el asistente de Azmuth ya estaba en camino. Ambos se miraron con una sonrisa.
Un zumbido familiar interrumpió el momento poniendo a ambos alerta. Los robots que los habían atacado y cazando toda la semana iban volando a su dirección.
― ¿Qué nunca se rinden? ―Ben estaba listo para atacarlos cuando los robots pasaron de largo ignorándolos. ― ¡Hey! ¿A dónde van? ―
―Benjamín. ―Azmuth empezó a mostrarse preocupado ―Ese es el camino hacia tu hogar. ―
Ben sin decir nada tomo a Azmuth en sus manos antes de correr hacia su casa siguiendo a los robots.
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Llegaron viendo con miedo como la parte de arriba de su casa estaba destruida, todo el patio casi quemado y sin ninguna vista de los padres de Ben. Ben se adentró en el peligro que ahora era su casa solo para encontrarse con sus padres. Ignorando los llamados de Azmuth para ponerse a salvo.
Al entrar se encontró con un calamar gigante que tenía tentáculos como cabello, demasiada musculatura, y una máscara que cubría la parte inferior su rostro. Envuelto en una armadura de metal roja casi incrustada en su cuerpo. En cada una de sus manos con garras estaba sus padres que luchaban para escapar.
― ¿Dónde está? ¿Dónde está el omnitrix? ―
―Ya te lo he dicho, calamar estúpido, no sé de qué estás hablando. ―Carl intentaba encontrar una manera de liberar a su esposa y al mismo, ahora se sentía agradecido de no haber encontrado a Ben en su habitación.
― ¡Mientes! Los radares mostraron que el omnitrix ha estado aquí. Ahora dime terrestre inferior, ¿Dónde lo escondes? ―
Ben no podía quedarse aquí sin hacer nada, entre los escombros estaban sus muñequeras y en su mente creo un plan para liberar a sus padres. Sintió un tirón en su camisa, Azmuth parecía pedirle con la mirada que no fuera e hiciera algo probablemente estupido.
―Lo siento ―Ben saco el omnitrix de su mochila dándosela a Azmuth, antes de correr hacías sus muñequeras y dispararle a Vilgax. ― ¡Hey feo! ¡Mira por aquí! ―
Vilgax fue sorprendido por el ataque soltando a ambos adultos que corrieron hacía su hijo. La familia se escondió en la cocina, donde se encontraba el Galvan.
―Ben, ¿Qué está pasando? ―Sandra tomo a su bebe en brazos, mientras el padre de Ben agarraba una de las vigas de metal para proteger a su familia.
―Larga historia acortada; Es un malvado alienígena que quiere quitarle a Azmuth su invento que puede transfórmalo en otros alienígenas para conquistar el universo. Y como he estado ayudando a Azmuth a regresar a su planeta. ― Ambos vieron al galvan que ahora tenía al omnitrix alrededor de su cuerpo y la mirada ligeramente baja.
―Ok, lo principal es ponernos a salvo. ―Carl admiraba el deseo de ayudar de su hijo, aunque no aprobaba su método. Vilgax terminó la conversación rompiendo la pared que dividía las dos salas.
Carl saltó directamente al ataque, siendo empujando hacia un lado golpeando su espalda contra la estufa. Ben siguió disparando intentando alejar a Vilgax de su mamá y Azmuth. Carl se sintió frustrado al no poder proteger a su familia. Tenía que hacer algo, por lo menos para darles tiempo de escapar. Vio una oportunidad al darse cuenta de que el tubo de gas se había desconectado de la pared y con determinación agarro un encendedor que estaba ha lado de esta.
Sandra vio a su esposo quien le dio una mirada de disculpa. Ella entendió lo que quería hacer. Con lágrimas en los ojos tomo a Ben en sus brazos, y este a su vez tomo a Azmuth, corriendo afuera de la casa para poner la mayor distancia posible entre ellos y esta. Vilgax estaba por perseguirlos cuando un cuchillo callo en uno de sus brazos, y puso su atención en al perpetrador sin ninguna emoción.
― ¿Crees que puedes vencerme, inútil terrestre? ―
―Puedo intentarlo. ―Carl prendió el encendedor.
Sandra siguió corriendo con su hijo atrapando en brazos que intentaba soltarse para irse con su padre, lagrimas salieron de sus ojos cuando oyó la explosión de su hogar. Pero no se detuvo, tenía que poner a Ben a salvo.
― ¡Papaaaaaaaaa! ― Fue un grito desgarrador. Azmuth rozo con sus dedos el omnitrix tomando una decisión. Se soltó de los brazos de Ben que aún estaba muy aturdido para notarlo.
Solo pudo dar unos pasos cuando el sonido de un disparo lo hizo volver presenciando como la mujer de cabellos rubios caía hacia adelante y con ella al chico que rodo sobre el suelo.
Ben se acercó a ella arrastrándose de rodillas solo pudiendo tocar el hombro de su madre que le regalaba una sonrisa rota. Azmuth corrió hacia ambos intentando hacer algo para curarla, sin encontrar nada que pudiera hacer. La mujer levanto su mano hacia el rostro de Ben rozando suevamente sus nudillos contra su mejilla, antes de voltear al galvan con una sonrisa débil.
―Cuídalo, por favor. ― Su mano cayó en un sonido sordo terminando en el suelo. Dos. Dos muertos más por su culpa, por sus errores. Pero había una petición que no ignoraría.
Ben estaba entumecido, inmóvilizado en su lugar. No oía las llamas, ni los zumbidos de los robots, ni los pasos del alienígena que acaba de matar a sus padres. Todo quedaba en segundo plano ante la visión de su madre alrededor de su propia sangre. Fue sacudido por otro disparo tumbándolo, con sus sentidos volviendo a él al ver el omnitrix que tanto quería ese estúpido alienígena.
Debería tenerlo, debería dejar que lo usara y dejarlo morir. Para que todo acabara. Para que su podrida vida desapareciera. Sería fácil. Demasiado fácil. Ben agarro el omnitrix con ira poniéndoselo en su muñeca. Ignorando la advertencia de Azmuth empujando hacia un lado. No tenía nada, nada que ganar y nada que perder.
Vilgax se quedó enfrente del niño terrícola que osaba desafiarlo al ponerse el omnitrix.
―Un simple terrícola, usando el arma más poderosa de todo el universo. Solo puedo encontrarle la gracia. Ni siquiera sabes cómo usarlo. ―
― ¿Qué no lo sabes? Soy más listo de lo que parezco. ― Se levantó el cilindro de selección de alienígena y lo bajo de golpe con su mano transformándose en un ser de diamante y con toda su furia empezó a apalear a Vilgax, mientras lo robots le disparaban, pero eso no lo detuvo ya que todos sus ataques dispararle reflectaban con su forma alienígena.
Vilgax detuvo una de sus manos, pero Ben lo derribo atacando sus pies haciendo que cayera de espalda. No le dio tiempo para levantarse al formar una de sus manos como un cuchillo y hundirlo en su abdomen. Ben no lo saco del interior de él. Dejo que los cristales crecieran en el interior de este, saliendo en diferentes partes de su cuerpo extendiéndose de su abdomen hasta sus hombros y de ahí a sus brazos. Sus piernas y pies, en cada parte de su cuerpo salían estelas de diamante causándole varias heridas a Vilgax que Ben no le pudo importar menos ya que siguió hasta que su transformación hubo termino.
Ben en su forma aún se veía herido, habiendo marcas de los disparos y magulladuras que Vilgax le había hecho. Como pudo camino lejos de Vilgax para acercarse a Azmuth que se encontraba atónico, le dio una última sonrisa antes de caer unos pies frente a él.
Azmuth saliendo de su comisión no perdió tiempo, dirigiéndose hacia el omnitrix en la muñeca de Ben.
Suspensión de éxtasis. Activada.
Comando de curación. Activada.
“Esto me dará algo de tiempo.” Azmuth había reducido el tiempo del deterioro celular gracia a la función de salvaguardar al usuario en forma de éxtasis y el comando de curación externa. Nunca se alegró más de su propia paranoia.
Un silbido lleno el aire al mismo tiempo que una nave conocida bajaba. Azmuth espero con impaciencia, y enojo, a que Mayx hiciera acto de presencia.
Cuando a Mayx le llego el mensaje no esperaba encontrarse con una escena llena de muerte y desesperación como la que tenía enfrente, ella no tenía ninguna palabra que decir. Una mirada de Azmuth basto para que cualquier pregunta que tuviera muriera en la punta de su lengua.
―No te quedes ahí, calamar inútil. Ayúdame a subirlo. ―La obvia angustia en su voz, evito que respondiera de manera sarcástica y mordaz como normalmente lo hacía, se centró en subir al niño herido a la nave sin decir ninguna palabra “Azmuth, ¿Qué has hecho?”. La puerta de la nave se cerró detrás de ellos empezando el despeje abandonando el desastre que causaron sin cuidado.
Una figura a lo lejos únicamente iluminada por la luz de su teléfono móvil vio toda la escena que se desarrolló en frente suyo, con una expresión satisfecha.
―Todo parece correcto, hasta ahora. ― Pulso la marcación rápida antes de poner el altavoz. ― ¿Plomería? Tienen un desastre que limpiar en Bellwood. ―Cerro antes de que cualquier pudiera responderle. Camino hacia la calle oscura antes de desaparecer en una estela de luz plateada sin ningún rastro de su presencia
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Lo que nunca fue...
Tal vez tu intención nunca fue enamorarme, pero aún así lo hiciste... y no te culpo porque la realidad es que a veces nos enamoramos de las personas equivocadas así ni nos correspondan. Han pasado casi 2 años de cuando nos conocimos, algo sucedió en ese segundo, tanto así que aún lo recuerdo vivamente. Cupido me flechó, pero sólo a mí, porque tus intereses desde el principio fueron otros.
Conservo en mi memoria los detalles mínimos de nuestro primer encuentro, han pasado casi 2 años y aún recuerdo tu segundo nombre, que leí en cuestión de segundos mientras me mostrabas tu identificación cuando me hablabas de tu profesión. Tú ni siquiera sabes mi segundo nombre, nunca has preguntado por él, pero siendo honestos: ¿Qué sí has preguntado tú sobre mí?
Nuestra generación le teme a los sentimientos, y nos hacemos creer los unos a los otros que demostrar afecto posiblemente cause arruinamiento de ‘relaciones’. Así que durante mucho tiempo me guardé para mí misma todo lo que sentía, porque no quería repelerte. Si lo único que tenía de ti eran mensajes por WhatsApp de vez en cuando, no quería perder eso, no hubiese podido lidiar con eso. Me encantaste siempre, te lo digo ya sin miedo. Desde el principio me encantaste.
Pasaron varios meses sin saber de ti, hasta que finalmente volviste y regresaron las cortas charlas por la app. Nunca fuiste de hablar mucho o por largo tiempo, al menos no conmigo. Pero “está bien, no hay problema” me decía a mí misma para no matar mis propias esperanzas. Y aunque yo sabía que tenías novia, porque me lo confesaste una vez, siempre pensé que tal vez esa relación estaba a punto de llegar a su quiebre y que podría tenerte, pero no fue sino hasta ese día de abril, cuando mi antigua compañera de trabajo me confiesa que habías ido el día anterior con tu chica... Fuiste al lugar donde yo trabajaba hasta unas semanas antes de que la llevaras allá. Allí fue cuando me llevé una de las primeras decepciones grande por tu parte. Pensaba lo cobarde y cínico que eras en llevar a tu chica a mi antiguo lugar de trabajo justo cuando ya yo no trabaja allí. Te enfrenté, porque a pesar de que sabía que no tenía ningún derecho pues a fin de cuentas no éramos nada, pero sentí que había sido un irrespeto grande. Y honestamente tu respuesta me dolió más que toda la situación, “no es mi novia. Es sólo una amiga con la que mantengo una relación especial”, o sea, me diste a entender que tu novia no era la única mujer en tu vida, que habían otras, otras MÁS especiales e importantes para ti que yo, porque a mi jamás me llevaste a ningún lugar que no fuese a la habitación donde yo desnudaba mi cuerpo y alma para ti, y ese fue mi error: nunca debí desnudar mi alma para ti.
Pasaron los meses, y volviste a mí. El tiempo no había sanado la herida pero sí la había enfriado un poco, y no pasó mucho para que yo accediera volverte a ver, porque la verdad es que ansiaba ese reencuentro, a pesar del dolor que me causabas, los encuentros contigo eran todo para mí. Y aunque a veces no llenaban mi alma, sino que la vaciaban, igual necesitaba de eso, necesitaba de ti... El tiempo siguió transcurriendo y había tomado una decisión porque una serie de eventos anteriores estaban desgastando mi salud mental y emocional, así que llegué a la conclusión de que dejaría de relacionarme vanidosamente con hombres que no me aportaban nada.
Al regresar a mí, te confesé mi decisión y me mentiste una vez más cuando me dijiste “Yo quiero que seas mía, que seas mi mujer”, una parte de mí sabía que tus palabras eran falsas y vacías; que tú lo único que querías de mí era otra cosa. Te di el beneficio de la duda, porque maldita sea, la parte inocente de mí de verdad quería que tus palabras tuviesen peso de verdad. Nos vimos, y de ti obtuve muchas cosas esa noche, excepto la conversación que esperaba, la conversación donde finalmente te declararas en personas y me dijeras que de verdad querías que fuese tuya.
Eso nunca pasó, otra mentira para la lista de tus patrañas y yo probablemente otra más para tu lista de ‘chicas tontas’. Y así llegó diciembre, nos vimos el 23, hice el amor contigo, tú sólo me cogiste... me dejaste en mi casa y no supe de ti esa noche como me mal acostumbrarte a escuchar de ti en las noches después de nuestros encuentros, o más tardar la mañana siguiente... pero esa vez no ocurrió así. El 24 en la noche me sentí extremadamente sola, porque rodeada de amigos en una fiesta, todos con sus parejas y yo sentada sola, pensando en ti mientras derramaba lagrimas cada vez que el DJ ponía una canción cuyas letras se relacionaran por lo que sentía por ti. Llegué a casa esa madrugada, intenté escribirte, llamarte; pero no di contigo. Y el 25 finalmente contestaste a las 4 de la tarde, ni me molesté en responder. Otra decepción más. ¿Cuándo sería la última?, me preguntaba siempre.
Y se volvió a enfriar nuestra ventana de conversación, hasta que casi un mes después regresaste hablándome como si el tiempo no hubiese transcurrido. “He estado muy ocupado”, tu excusa favorita.
Ya para el tiempo en que te dignaste a volver, yo había decidido irme del país, necesitaba empezar desde cero, en un lugar nuevo, con gente nueva. Y si soy sincera sólo tú hubieses podido hacerme cambiar de parecer, pero cuando te comenté de mis planes tu respuesta fue “Ok”. Recuerdo que le dije a mi mejor amiga “Si él me pide ser su novia no compro ningún pasaje”, pero eso no pasó, así que compré el pasaje e hice mis planes. Me dejaste claro que no te importaba si me volvías a ver o no, yo no era prioridad ni importante para ti, nunca lo fui.
Tú sabías de mi sentimientos por ti, porque yo había roto mis temores y me había decidido a decirte lo que sentía por ti, el cuanto me gustabas y cuanto me dolía que no fuese mutuo. Tú lo sabías y aún así seguiste jugando conmigo, en vez de encarar la verdad y hablar las cosas con la verdad. Nos vimos una última vez, hablamos, reímos, me prometiste situaciones que yo sabía que nunca iban a suceder y me dijiste “Tú siempre que estás conmigo estás riendo o sonriendo. Mostrando esa linda sonrisa que tienes”, fueron las primeras palabras lindas que me dijiste en casi 2 años y también fueron las últimas.
Al día siguiente yo sólo recordaba cada segundo de nuestro encuentro la noche anterior, sentía tus manos, tu aliento, tus labios, todo como si estuviese sucediendo de nuevo. Debo admitir que lo que MÁS me cagaba de nuestros encuentros no eran ellos en sí, sino los recuerdos al día siguiente, a pesar de que los amaba, igual dolían, porque sabía que aunque yo me sintiera tan tuya, yo no era tuya ni tú eras mío...
Nos vimos ese día y fue cuando finalmente asimilé y admití que te amaba, maldita sea, no me gustabas, te amaba. Cuando yo te veía pasear por los pasillos al principio sentía esas mariposas en el estómago de las que hablan en las películas, mis piernas se sentían débil y mi corazón latía cien veces más rápido que lo normal. Pero no fue sino hasta esa noche cuando me dije “amo a ese hombre. Y me enamoré sola, porque no es correspondido”. No sabía cuando te vería nuevamente así que me aventuré a tratar de decírtelo por WhatsApp pero todo terminó mal, la conversación terminó con nosotros, y aunque nunca fuimos nada así se sintió, como si nuestra historia culminó.
Tus palabras durante esa conversación me marcaron y me dio en los más profundo de mi alma. No porque hayas dicho algo terrible, sino que lo terrible era la verdad que se escondían detrás de tus mensajes. En cada letra que tipeaste pude ver esa realidad que durante 2 años evité. Una vez más te lavaste la cara y te hiciste el desentendido, mi dolor y mis sentimientos no te pudieron importar menos. Preferiste evadir cobardemente y bloquear cualquier sentimiento que pudiese yo transmitir pero que tú no querías oír. Aún sabiendo que mis sentimientos no eran algo nuevo y que he llevado en mi alma ese peso por muchísimo tiempo, escogiste decir que la razón por la que nunca seremos nada es porque yo me iba... y la verdad es que nunca íbamos a ser nada porque yo para ti no soy nada.
Nunca te importé, nunca me quisiste, yo simplemente fui la tonta útil que siempre estuvo y quien hasta estaba dispuesta a posponer el viaje sólo por ti. Tu petición hubiese sido más que suficiente, o tu manifiesto de querer que me quedara. Aunque sí hay algo que no voy a entender tampoco es porque tu empeño de siempre volver a mí, de siempre acudir a mi persona, cuando en esos 2 años estoy segura conociste y estuviste con muchas más... ¿o es que en realidad es una actitud común en ti: regresar con cada una con las que estuviste?
Como dije al principio, no te culpo por haberme enamorado de ti. Pero sí te culpo por haberme engañado, mentido y manipulado por tanto tiempo. No quiero saber de ti, no por ahora. Creo que obtuve el cierre que necesitaba y no me interesa mantener contacto contigo, al menos no por un tiempo. Tal vez cuando ya este a miles de kilómetros de ti, no me importe más, o bueno, espero así sea.
Amar a alguien no correspondido... sufrir en silencio.
Sufrir en silencio... una parte de tu corazón muere.
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( @hollcws )
Con el título recién sacado del horno, se había presentado a la escuela hace no más de dos meses, había presentado un paupérrimo currículum y su experiencia rozaba lo inexistente, mas lo acogieron por el hecho de haber realizado su práctica profesional en ese instituto. La parte más horrible se presentaba ahora: conocer a los apoderados del curso designado. ¿Podría existir algo más incómodo? Imposible. O eso pensaba. “Buenas tardes,” comenzó con un timbre de voz apenas audible, cosa que pronto corrigió: “Señoras, señores... Por favor, si pudieran tomar asiento...” esta vez alzó la voz, carraspeando para entonar un poco más de seriedad. La gran mayoría le pasaba muchos años, otros parecían estar rondando un rango similar, y fue ese grupo más reducido que llamó su atención, a pesar de que adoraba los niños, no se creía capaz de tener uno. “Vamos a comenzar con la reunión---” pausó, la garganta se le secó y su estómago se apretó con una fuerza peligrosa, su mirada se clavó en uno de los padres que se encontraba hacia la izquierda, las facciones tan familiares lograron que su corazón se estremeciera. Ah, justo cuando creía que una junta de apoderados no podía empeorar. Ahora estaba en blanco, petrificado, con un montón de extraños observándole y no sabía cómo continuar.
#( int;yeong-su. )#( yeong-su;daehyun. )#no era mi intención que quedara largo ok#also después haré un ... timelapse??#ahre#para cuando termine la reunión jejejejej#tkm bb
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