#la sheriff de piltover
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germanrielo-arte · 9 days ago
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La sheriff de Piltover ya casi lista 👮‍♀️ @morfeo_arte
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vi-fans-wall · 3 years ago
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Sentimientos, ¿qué es? Capítulo 4
Poco a poco abrió los ojos. La luz de le hacía daño a éstos, por lo que alzó una de sus manos intentando reducir el brillo. Estaba desorientada, confusa, miró al rededor para saber qué pasaba, dónde se encontraba. Recapacitó un poco. Estaba en su habitación del hospital, tumbada sobre la cama, y con la vía, que anteriormente se había quitado, de nuevo puesta. Notaba su boca pastosa, con un sabor bastante amargo. Levantó su dolorido cuerpo, sentándose sobre la cama.
- Ni intentes levantarte. Soy capaz de esposarte si es necesario. - Jayce se encontraba a un lado de la habitación, sentado sobre un pequeño sillón mientras leía unos papeles que sostenía.
- ¿Jayce? - preguntó Caitlyn confundida.
- El mismo. Me llamaron por la pataleta que hiciste antes. Alborotaste a todo el hospital, ¿no puedes quedarte quieta un momento? - Levantó levemente la mirada hacia su superior.
La, ahora tranquila, Sheriff miró hacia abajo. Evitando la vista con su compañero del martillo.
- Estaba preocupada. Nadie me decía nada. - recriminó en un susurro.
- ¿Saberlo te ha ayudado en algo? -
- Por lo menos no está muerta. -
- Debes confiar más en los demás. Confías antes en testimonio de criminales que en aquellos que salvan vidas a diario. -
- Bien sabes que tu profesión no hace de tus mentiras o verdades. -
- Igualmente. Deberías de vaciar tu cabeza de malos pensamientos, y por una vez dejar que los demás nos ocupemos de todo. De tí también. - suspiró.
- No puedo hacer eso. No mientras esas personas siguen en libertad, mientras siguen haciendo tanto daño a las personas. -
- De momento sólo te lo han hecho a tí... y bueno, a Vi. - La Sheriff le miró desafiante. El castaño no apartó la mirada.
- No te atrevas. -
- Sólo digo. - se levantó del sillón dejando los papeles sobre éste.- Estamos usando todos los recursos del cuartel para encontrar, y acabar, con quien esté detrás de no sólo la explosión, sino también de las vigilancias hacia nosotros. - Caitlyn sólo funcionaba así, siendo desafiante con ella. Decirla las cosas de frente, pero a veces era mejor callarse. - para que nadie más sufra. - se puso de espaldas a ella. Su jefa sólo le observaba. Estaba esperando la mínima frase para saltar sobre su cuello como si de un depredador hambriento se tratara. - Hazlo por ella, ¿vale? - aquella petición la vino de sorpresa
- ¿Qué? -
- Ya que aunque te lo pida de mil y una maneras, aunque te lo pida Piltover entero, no vas a hacernos caso, y vas a seguir trabajando. Por lo menos hazlo por Vi. Sé que si ella te lo pide, eres capaz de descansar y de cuidarte de tí misma. -
Llevaban ya trabajando varios años juntos. No eran sólo las miradas que se dirigían la una a la otra, sin que ambas se enterasen. Eran las mismas acciones que sin darse cuenta tomaban, como, por ejemplo, ser capaz de dejar su trabajo si ella se lo pedía.
A Jayce nunca le interesó tener nada con Caitlyn más allá de una buena amistad. Muchos eras los rumores de un posible casamiento entre ambos o de eran algo más que amigos, todo promovido por el estatus de sus familias. Por mucho que estuvieran avanzados tecnológicamente, en cuanto a la sociedad económica, seguía encajada a varios siglos atrás, sobretodo con los negocios. Las bodas por negocios seguían como tema de interés entre las grandes esferas.
- No te estoy diciendo que no hagas nada. Sólo tomate los días que tienes de baja para descansar. Luego te dejaré trabajar, ¿trato? - Jayce la miraba fijamente a los ojos. No iba a impedirla trabajar. Sería de tirano si lo hiciera, después de todos los sentimientos que hay en medio, no solo de ella, sino de todos los implicados en el caso. Levantó una de sus manos para sellar el trato.
Caitlyn miró la mano del castaño para luego verlo a él con una mirada de tristeza. Llevaba razón en lo que decía. Confiaba mucho en él. Confiaría su vida en él si así dependiera. Levantó su mano izquierda, la que no tenía la vía clavada en el brazo y selló el acuerdo con un firma apretón.
- Confío en tí. Piensa en eso. - Jayce rió levemente.
- Lo que tú digas, Sheriff. - se dió media vuelta dirigiendo sus pasos hacia la puerta. - Me voy a ocupar de todo. Haremos que esos infelices paguen por lo que han hecho. Lo prometo. - dijo antes de salir del cuarto.
Caitlyn sonrió. Agradecía de tener compañeros como Jayce.
Apoyó su cabeza en la almohada dejando caer su cuerpo. Relajarse. Sabía cómo relajarse, pero no tenía nada ello, sólo podía cerrar los ojos y pensar en cosas bonitas. Rió.
Cosas bonitas. Con todo los pensamientos que me están desbordando ahora. - pensó.
Dirigió su mirada hacia el techo sumergiéndose en aquellos pensamientos desordenados que tantas cosas la hacía sentir. No sabía en qué iba a ocupar todo este tiempo. Le pediría a Jayce, en su próxima visita que fuera a su casa a por algunos libros con los que nublar su mente.
Su cuerpo le pedía dormir un poco más, pero ella no quería, seguía muy alterada a pesar de los calmantes que tenía en vena.
Cerró los ojos por un momento, haciendo caso a las indicaciones que su sistema le daba.
Imágenes aparecieron en su cabeza.
- ¡Hey Cupcake! No te enfadas conmigo, era broma - decía la persona de cabello rosa y con un tatuaje bajo su ojo izquierdo que aparecía en su cabeza. Ese momento era de aquel día que Vi le había regalado, en modo de broma, unas esposas de peluche.
- Vamos a por unos tragos, Cupcake - aquel momento fue un día de mucho estrés que se quedaron ambas hasta tarde con mucho papeleo.  Se ofreció a ayudarla, haciendo que aquel día pudiera llegar a casa a dormir.
Aquel día caía un torrente de agua por la ciudad del progreso. Fue una noche de tormenta. Se encontraba andando lentamente por sus calles dejando que cada gota que caía la bañara, le limpiara aquellos pensamientos impuros de venganza, de frustración, impotencia, todos aquellos pensamientos que alguna vez tuvo pero en seguida desaparecían de su mente, y todas aquellas lágrimas que salían, con la misma fuerza que llovía, de sus ojos.
Habían cerrado el caso del secuestro de sus padres por falta de pruebas. Habían conseguido culpar a Corina Veraza, una gran influencia en la ciudad, sobre ello, tenía pruebas, muchas de ellas, pero tras una serie de juicios había conseguido rebatirle todos ellos, dejándola sin nada. Sin poder, sin fuerza.
Estuvo el resto del día encerrada en su oficina, intentando desviar todos los pensamientos en aquellos papeles infinitos. Vi, sabiendo lo que había pasado, había entrado varias veces para preguntar sobre su estado mental, haciendo que la echara a patadas, e incluso, enfadándose muy seriamente con ella. En ningún momento la pelirosa le dijo nada, en ningún momento la contestó o soltó alguno de sus comentarios “molestos”, sólo se limitó a escuchar y asentir.
Se encontraba enfrente de la puerta de la casa de Vi. Las gotas que salían de su pelo y rostro empapaban el suelo del corto pasillo. Hizo un intento de llamar a la puerta. La necesitaba, necesitaba su sonrisa, olor, sus comentarios, su presencia. La necesitaba a ella.
La puerta se abrió antes de que pudiera llamar. Ahí estaba ella vestida con un chándal como si apunto de salir estuviera. La miraba de arriba a bajo con compresión.
- Ayuda - dijo Caitlyn en un susurro.
Vió como Vi se mordió el labio de rabia, apretaba la mano que sujetaba la puerta de casa, como si fuera a romper la misma. Se acercó a ella despacio y la abrazó fuerte. Poniendo la cabeza de su empapada compañera encima de su hombro. Lloraba fuertemente.
- Estoy aquí - fue lo único que dijo.
Cargó a Caitlyn en su pecho y la llevó al sofá del cuarto del pequeño salón que tenía. Se sentó con cuidado, y la abrazó de nuevo.
Agarraba su chaqueta con fuerza, tirándo para ella misma, como si fuera a romperla. Estaba llena de rabia.
Se separó de ella quedando sentada en su regazo en frente suyo, con la cabeza agachada escondiendo su rostro sobre su pelo. No quería que la viera así. Notó como las manos de la tatuada se apoyaron sobre su rostro haciendo levantar la mirada hacia ella. También estuvo llorando, no tanto como ella, pero notó como un par de lágrimas habían escapado por ambas mejillas.
- No estás sola. Estoy aquí y no tienes por qué seguir aguantando el dolor sola. Ésto no está mal. Todos lo necesitamos en algún momento - dijo mientras apartaba con las yemas de sus pulgares las últimas lágrimas que salían.
Caitlyn no articuló ninguna palabra, desvió su mirada.
- Mírame Cait - la miró fijamente a sus ojos azules - Saldrá bien, ¿vale? Siempre estaré a tu lado, y mientras eso pase, nada, ni nadie impedirá que pongas justicia sobre lo que les pasó a tus padres. Te lo prometo - dijo Vi, acto seguido juntó su frente contra la de la mujer sentada en su regazo. - Es una promesa
- Te tomo la palabra. - susurró Caitlyn, para después seguir mirándola a los ojos.
Ambas tenían sus rostros muy cerca de la una de la otra, pronto, esa distancia fue cada vez haciéndose menor. La Sheriff cerró los ojos, sintiendo el momento en el que se encontraban. Muchos sentimientos afloraban dentro de ella, y le gustaba, aunque sabía que luego estaría molesta por ello.
Las manos de la pelirosa se encontraban apoyados sobre sus hombros tirándola hacía sí misma. Eso lo notaba Caitlyn. Las manos de la empapada peliazul se apoyaron sobre el torso de la fuerte pelirosa, dejando éstas delicadamente sobre el marcado abdomen que ésta tenía.
Podía notar su aliento mezclándose con el suyo.
- Tengo té -  dijo Vi empujando hacia delante a la francotiradora de pelo azul y agachando la cabeza desviando la mirada. - El otro día cuando viniste no tenía aquel té que tanto te gustaba, así que al salir de la oficina, compré un poco en un local cercano. Quería dártelo mañana, pero podemos tomar un poco ahora, si quieres - Levantó la cabeza pero seguía sin mirarla a los ojos. - Mientras puedes cambiarte de ropa, e incluso darte una ducha. Te dejaré ropa seca, sino mañana estarás resfriada, y no podrás ir a trabajar - río al final.
¿Por qué lo hizo? ¿Por qué se paró? ¿Por qué?
Muchas cosas se preguntó Caitlyn en ese momento. No dijo nada. Tenía la mente en blanco.
- Está bien - asintió.
Nadie dijo nada.
La Sheriff de Piltover se dió un baño, se visitó con la ropa que le había dado, una camiseta grande de manga larga y unos leggins de deporte.
Aquella noche durmió en el sofá de la pelirosa, aunque antes se quedó dormida sobre su regazo escuchando muchas de las anécdotas que ésta le contaba.
Sus ojos se abrieron poco a poco. La luz de un nuevo día entraba por las pequeñas rendijas que tenía la persiana de la ventana de su habitación. Se dió la vuelta para comprobar que seguía en aquella habitación de hospital en el que odiaba estar.
- Qué molesto... - suspiró. Apretó la funda de la almohada y se acurrucó bajo las cobijas de la cama. - ¿Porqué?
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piltoverharrowing · 4 years ago
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Ferrets are popular pets in Piltover. They are beloved... not to mention smart and quick. And it is these traits which cause pet owners, trainers, and enthusiasts alike to bring their beloved pets to perform in a challenging obstacle course.
Races will be held throughout the day, but keep an eye out for a few celebrity ‘rets amongst the racers, including the Sheriff’s Scoundrel, prima ballerina Ogilvy’s Monsieur de la Courte, and Tossup The Tart-Eater representing the Wickham Family Farm! 
Come watch! Come cheer! Come place your bets!
Image source: [x]
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akemigremory · 7 years ago
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Caitlyn - League of Legends
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richmultichararp-blog · 7 years ago
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El Reencuentro
Era una noche aparentemente tranquila en Piltover, de esas que seguro complacen mucho al duo de sheriffs de la ciudad. El ronin del viento se había encontrado con muchas dificultades para volver a esta ciudad, desde un enfrentamiento casi fatal con los ninjas de las sombras, hasta la persecusión de cazarrecompensas noxianos. Pero nada lo detendría de volver a ver a esa chica que le había salvado la vida y le había hecho sentir más desenfreno y placer que nunca antes... Jinx. No había mucha gente en las calles, pues caía una lluvia torrencial que inundaba algunas avenidas, y que habría que ser un loco para caminar sobre semejante diluvio... y Yasuo estaba lo suficientemente determinado a ello. Cubierto con una gruesa capucha, y su espada celosamente enfundada en tela extra, se dirigió hacia donde recordaba estaba el escondite de la Bala Perdida, cerca de un club nocturno, bajo tierra. 
Su mano estaba casi temblorosa de la emoción al llegar a la pesada puerta de metal, tocando un par de veces y esperando que la chica se asomara a la rendija para ver quien sería el “intruso”. Se despojó de la capucha, y su aspecto sería divertido, pues a pesar de esta su cabello estaba mojado, suelto y hecho un desastre, cosa que sabía le resultaría graciosa a la peliazul. Así, aguardó por su respuesta con muchas ansias y una sonrisa en el rostro.
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ahrisweetserialkiller · 7 years ago
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VI,La Vigilante de Piltover.
OST: https://www.youtube.com/watch?v=5r03Q3gglV8
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❝𝒜𝓆𝓊𝒾́ 𝓋𝑒𝓃𝑔𝑜 𝒶 𝓈𝒶𝓁𝓋𝒶𝓇 𝑒𝓁 𝒹𝒾́𝒶... 𝑜 𝒶𝓇𝓇𝓊𝒾𝓃𝒶𝓇𝓁𝑜.❞
═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ✪ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═ ═  ═ ═ ═ ═   
  ✩ 𝙸 𝙽 𝙵 𝙾 𝚁 𝙼 𝙰 𝙲 𝙸 𝙾́ 𝙽  𝙶 𝙴 𝙽 𝙴 𝚁 𝙰 𝙻 ✩
 ➺ Noмвre: VI /  Oғιcιαl VI / VI de lαѕ Rυтαѕ / Eхperιмeɴтo VI.
➺ Edαd: 23.
➺ Rαzα: Deмoɴιo - Sύcυвo.
➺ Orιeɴтαcιóɴ ѕeхυαl: Bιѕeхυαl.
➺ Relαcιoɴeѕ: Jιɴх: Herмαɴα, Jυɴх: Herмαɴo.
➺ Reѕιdeɴcια: Pιlтover - Iɴғιerɴo тeeмoɴίαco.
➺ Aғιlιαcιóɴ: Loѕ Nιñoѕ Perdιdoѕ de Zαυɴ (Aɴтerιorмeɴтe), Ejércιтo Teeмoɴιαco, Loѕ Gυαrdιαɴeѕ de Pιlтover.
➺ Rol: Lυcнαdorα.
➺ Aмвιeɴтαcιóɴ: Oғιcιαl VI.
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➺ Aмвιeɴтαcιóɴ: VI Deмoɴίαcα
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✩ 𝙷 𝙸 𝚂 𝚃 𝙾 𝚁 𝙸 𝙰 ✩
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❝ VI tiene pocos recuerdos de su infancia, y lo poco que sí recuerda desearía no recordarlo. ❞
Huérfana desde la infancia, VI y sus hermanos gemelos deambularon por las calles de Zaun durante gran parte de su niñez. Su arte en el engaño y su agilidad con sus puños le dieron cabida a ella y a sus familiares  en un grupo de chicos: Los Niños Perdidos de Zaun. Allí su potencial salió a flote y en aquella nueva “familia”, se inculcó el jamás aprovechar su ingenio contra alguien que tuviese menores posibilidades que ella.
Ya cercana a la adolescencia empezaron los rumores de la desaparición de algunos zunitas; en una ciudad criminal como esa, las noticias de esa índole eran el pan de cada día, al menos hasta que llegó el turno de VI y sus hermanos. Singed era el nombre de su secuestrador, quien hizo provecho del abandono de los huérfanos en la ciudad para conseguir a sus ratoncillos de laboratorios.
La joven pelirosa logró dejar atrás aquel infierno, intentando en vano arrastrar a los gemelos fuera de dicho lugar. La experiencia en los laboratorios del científico desquiciado y el remordimiento constante por la pérdida de sus hermanos llevaron a la ojiazul a reprimir sus recuerdos, dejando a su tatuaje como la única prueba de que alguna vez estuvo allí.
Sin embargo, los años delictivos de la chica no quedaron atrás, pues una vez libre tuvo que recurrir nuevamente a sus habilidades en el robo, logrando expandir su reputación entres las bandas criminales de Zaun. Los años viviendo esa vida se acumularon, así como sus capacidades y sus objetivos, al menos hasta su último trabajo.
Se trató de un asalto a una instalación tecnoquímica que acababa de descubrir una mina rica. Tras haber escuchado lo que decían los mineros en los bares, Vi había descubierto cuándo se realizaría el pago por el mineral, y había elaborado un plan para arrebatarle su oro al propietario de la mina. El plan requería de más personas para que funcionase, así que tuvo que recurrir a regañadientes a los Demonios de Factorywood para su jugada. Todo estaba saliendo según lo planeado, hasta que el líder de los Demonios usó un gólem químico de minería para asesinar al propietario con sus enormes guanteletes pulverizadores. Sus hombres dirigieron a los trabajadores a la mina cuando este comenzó a demoler la entrada, lo que provocó que el gólem se sobrecargase. Esta matanza y destrucción sin sentido enfurecieron a la ojiazul. ¡Estaba siendo un golpe perfecto y esos idiotas psicóticos lo habían arruinado!
Tras hacerse con su parte del oro, la banda escapó, pero los mineros quedaron atrapados bajo el suelo y pronto se quedarían sin aire. Ella no podía permitir que muriesen, así que se puso rápidamente los guanteletes propulsados del gólem sobrecargado antes de que este se autodestruyese. El mecanismo de las muñecas se cerró con fuerza alrededor de sus brazos, pero la chica soportó la agonía el tiempo suficiente como para abrirse camino hasta los mineros y salvarlos de una muerte segura.
Una vez liberados, la pelirosa y su banda escaparon con el resto del botín. Al día siguiente, Vi hizo una visita a los Demonios de Factorywood. Aun con los guanteletes puestos, les pegó tal paliza a todos ellos que aún hoy el resto de bandas de Zaun hablan asombradas de lo ocurrido. La debacle del robo de la mina fue el colmo. Tras ella, juró que nunca volvería a trabajar con alguien en quien no confiase totalmente. Se quedó con los guanteletes pulverizadores y los modificó para que no le quemasen al usarlos para acceder por la fuerza a cámaras acorazadas supuestamente infranqueables, o para tender emboscadas a convoyes blindados de oro, tecnología o lo que sea que decidiese robar.
La luchadora desapareció de Zaun durante un tiempo de gran agitación, un momento en el que la tensión entre las dos ciudades era mayor que nunca. Entre las bandas circulaban rumores de que había muerto en una enorme explosión en el corazón de Zaun, pero también hay quien decía que se había marchado a tierras lejanas. La verdad finalmente salió a la luz cuando las Cicatrices del Viejo Hambriento, una violenta banda que asolaba Piltover con sus asesinatos, fue descubierta por la Sheriff de Piltover y su nueva aliada... Vi. La que un día fuera líder de una banda en Zaun, ahora trabajaba para los Guardianes, y acababa de ser ascendida. Había reemplazado los guanteletes químicos por un par de prototipos de guanteletes hextech. También tenía algo que la hacía parecer mayor, como si hubiera visto y hecho cosas que la habían cambiado para siempre. La Vi de las calles de Zaun, que usaba sus puños antes que su ingenio, aún seguía ahí, pero había crecido y había visto que el camino que estaba siguiendo solo tenía un final.
Nadie sabía todavía cómo llegó a trabajar junto a Caitlyn, pero sea cual sea el secreto que las une, solo es posible especular sobre él. Debido a la naturaleza personal de una oleada reciente de delitos que azota Piltover, existen rumores de que ese secreto tiene que ver con una vándala de pelo azul procedente de Zaun...
✩ 𝙶 𝚄 𝚂 𝚃 𝙾 𝚂 ✩
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❧ Aᴍᴀ ʟᴀs ᴅᴏɴᴀs ʏ ʟᴏs ᴄᴜᴘᴄᴀᴋᴇs ᴅᴇ Cᴀɪᴛʟʏɴ. 
❧ Pᴀsᴀʀ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ᴄᴏɴ ʟᴀ Sʜᴇʀɪғғ. 
❧ Aᴅᴏʀᴀ ᴀ sᴜ ᴘᴇϙᴜᴇñᴏ Gɴᴀʀ.
❧ Pᴀʀᴛɪᴅᴏs ᴅᴇ Bᴀsᴋᴇᴛʙᴀʟʟ.
❧ Reαlιzαr ιɴтerroɢαтorιoѕ.
❧ Lᴀ ᴍᴜ́sɪᴄᴀ.
❧  ··Cᴏᴍᴇʀ··.
❧ El color roѕα.
❧ Trαвαjαr eɴ ѕυ тαller.
❧ Lαѕ preѕαѕ "dιғίcιleѕ".
✩ 𝙳 𝙸 𝚂 𝙶 𝚄 𝚂 𝚃 𝙾𝚂 ✩
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➣ Coɴѕeɢυιr lαѕ reѕpυeѕтαѕ ғάcιlмeɴтe.
➣ Loѕ eѕcάɴdαloѕ de Jιɴх.
➣ Loѕ deѕтrozoѕ de Gɴαr.
➣ Trαвαjαr loѕ vιerɴeѕ.
➣ Cocιɴαr. 
✩ 𝙲 𝚄 𝚁 𝙸 𝙾 𝚂 𝙸 𝙳 𝙰 𝙳 𝙴 𝚂 ✩
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✧ Reαlмeɴтe ɴo eѕтά ιɴтereѕαdα eɴ ѕι υѕα ѕυ poder pαrα нαcer el вιeɴ o el мαl, ѕιɴo eɴ αprovecнαr тodo ѕυ poтeɴcιαl; ɴo oвѕтαɴтe, ѕe αвѕтιeɴe de υѕαrlo coɴтrα αlɢυιeɴ qυe ɴo eѕтé eɴ coɴdιcιoɴeѕ de dαrle ғreɴтe.
✧ Cυαɴdo Vι υѕα ѕυѕ ɢυαɴтeѕ lleɢα α peѕαr αlrededor de 8.140 lвѕ.
✧ Eѕ ғαɴάтιcα del eqυιpo de Bαѕĸeтвαll de Noхυѕ.
✧ Podrία lleɢαr α мorιr ѕι ɴo "coмe".
✧ Eѕ ғαɴ de "Dυɴĸмαѕтer".
✧ Eѕ zυrdα.
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❝ 𝒮𝑜𝓎 𝒶 𝓁𝒶 𝓆𝓊𝑒 𝓂𝒶𝓃𝒹𝒶𝓃 𝒸𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝓅𝓇𝑒𝑔𝓊𝓃𝓉𝒶𝓇 𝒹𝑒 𝒻𝑜𝓇𝓂𝒶 𝑒𝒹𝓊𝒸𝒶𝒹𝒶 𝓃𝑜 𝓁𝑒𝓈 𝓁𝓁𝑒𝓋𝒶 𝒶 𝓃𝒾𝓃𝑔𝓊́𝓃 𝓈𝒾𝓉𝒾𝑜, 𝓅𝒶𝓈𝓉𝑒𝓁𝒾𝓉𝑜~❞
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missmyth-blog1 · 8 years ago
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Aquel día de la semana estaba fichado como visita a Piltover. Llegó con una explosión, inspirada en la última película que había visto –una película horrible, pero le gustó que las explosiones fueran de varios colores, todos ellos tan chillones que dolían a la vista—, con una proclamación que casi se quedó atascada en su garganta de lo mucho que le costó dejar de reír. La agente llegó la primera. ¡La cacho burra no tenía modales! Le estaba saludando, y la muy borde casi le encesta un manotazo en la cara mientras estaba hablando. Por suerte, se lo vio venir, así que empezó su juego al pilla-pilla antes de que le alcanzara.
A medida que recorría las calles de aquella ciudad tan brillante, se fue percatando de las decoraciones tan coloridas, de los carteles con palabras que le parecían aburridas y cutres, de los fuegos artificiales que no le pertenecían. ¡Hoy era un día de fiesta! Oh, no podría haber llegado en mejor momento. Ella también contribuiría. Mientras Vi estaba ocupada reduciendo pequeñas estructuras que nadie usaba a ladrillos (¡Gracias, manazas!), Jinx se tomó la molestia de dejar un mensajito con su espray favorito. Reprimió una risita entre dientes al imaginarse la cara de los niños que leyeran eso, justo antes de esquivar a la peli-rosa. Espinas le ganó un poco de tiempo derrumbando la fuente de la plaza. Nota mental: chochar esos  cinco con el tiburón.
Todo  se volvió más divertido cuando apareció  el  sombrero de la Sheriff—ah sí, y la Sheriff también. Se había traído un equipo entero, pero no había por qué preocuparse, todos ellos tenían  muy mala puntería. En plan, muy mala puntería. El único que consiguió rozarle el pelo se ganó un buen calambrazo de Chispitas. Aparte de eso, ¡se lo estaba pasando de muerte!
Bang.
Por un segundo, no supo por qué a Pium Pium le habían salido granitos. Entonces se fijó mejor, descubriendo que eran gotitas. Vaya rollo.  Jinx aceleró a pesar de que eso provocara que perdiera más gotitas –mientras solo fueran gotitas, no pasaba nada—, escalando el muro del callejón el que se había metido. No debió de aterrizar bien, porque el tobillo le empezó a dar la lata de lo lindo. Aún así, no se detuvo. ¿Cómo podría? Zigzagueó por los callejones, burlando a la pasma, haciéndole el lío a Caitlyn Wonka. Podía ver el final del distrito. Manazas le estaba esperando. Bueno, parecía que aquel día también sería el día en que descubriría a que saben esos guanteletes. Vi acabó de preparar su ataque, y se lanzó hacia ella. Jinx le dedicó un guiño con los dos ojos. Se pudo escuchar un golpetazo, pero no sintió nada. Dejándose llevar por la curiosidad, abrió uno de sus ojos. Obviamente, no logró ver mucho. Sólo a alguien interponiéndose entre ambas. Alguien que—espera, ¿cómo se las había arreglado para detener un ataque como ese? Vi le gritó algo que la perseguida no llegó a oír, ni se molestó en pensar en qué podría haber sido. En un movimiento rápido, con la suficiente fuerza, aquella sombra se las arregló para hacer que la agente perdiera el equilibrio. Entonces estiró su brazo libre hacia atrás, tomando la muñeca de la pálida mujer. Ésta se preparó para darle un buen calambrazo. No obstante, ni su cabecita, ni su cuerpecillo recibieron instintos de autodefensa. Eso era raro. En fin, ya se preocuparía por eso más tarde. De momento, se dejaría llevar. Literalmente. Quien quiera que fuera había echado a correr, prácticamente arrastrándola consigo.
Le guió por callejones estrechos, demasiado estrechos como para que pudiera pasar todo el equipo a la vez. Después les confundieron momentáneamente saltando de tejado en tejado. Juzgando por cómo se movía, La Bala Perdida solo pudo asumir que no era la primera vez que hacía parkour. Hasta acabar en la gran plaza. Allí se abrieron paso por la multitud, entorpeciendo el avance de los polis. Finalmente, acabaron en las afueras de la gran ciudad. No se detuvieron hasta alcanzar un gran vertedero—probablemente donde acababa toda la basura, tanto de Piltover como de Zaun. Entonces, sólo entonces, le dejó ir. Antes de hacer nada, Jinx se tomó unos instantes para estudiar a su supuesta salvación.
Era un chico bastante más joven que ella, delgado pero en forma. Su vestimenta era sencilla, desgastada y sucia—una camiseta de tirantes color arena, bajo una pieza de cuero que parecía su única armadura, aparte del cinturón que recorría su torso, unos bombachos oliva con un gran parche de una tonalidad más oscura tejida por encima. Un pañuelo rojo, junto a unas gafas de trabajo cubría la mayor parte de su cuello. En cuanto al calzado, no sabía si eran botas altas, o zapatos con protecciones (¿tal vez eran las dos cosas a la vez?). Alzó sus rosados ojos a tiempo para ver cómo dejaba caer la mano tras habérsela pasado por el rostro. Lo tenía parcialmente pintado de blanco, al igual que su pelo, una especie de tatuaje en forma de reloj de arena. Ojos castaños se cruzaron con los de ella.
“¿En qué estabas pensando?” Gruñó el chico de malhumor, cansado.
Jinx ladeó la cabeza, esbozando la sonrisa que siempre dibujaba en sus mensajes, en su rostro.
“Yo no pienso, tío.” Respondió simplemente, usando la punta de una de sus largas trenzas para limpiar a su ametralladora favorita. “Además, no eres quién para hacer esa pregunta.” Bufó risueña, poniendo los brazos en jarra a la vez que se inclinaba en su dirección. “¿Sabes en qué lío te has metido?”
“Ya. Ya sé que no piensas.” Replicó más borde que antes, haciendo oídos sordos a sus últimos comentarios. “Si te hubieras parado a pensar, no te habrían dado.” Añadió mientras señalaba el agujerito en su hombro con un leve gesto de cabeza.
Se llevó una mano a su muñeca, empezando a desenvolver un poco de las vendas bajo sus guantes. Cuando tuvo la cantidad suficiente, la arrancó con los dientes. Hizo ademán de estirar el brazo hacia ella. Sus instintos se activaron, haciéndola retroceder en un gesto rápido, sin apartar la mirada de él. Eso no lo detuvo. Espinas se dejó caer. Aquello sí que lo frenó. Le miró extrañado por un instante. El segundo pasó, y dejó caer los párpados con un suspiro.
“Está bien.” Resopló tras volver a abrirlos, lanzándole la tela. La mujer la atrapó torpemente en el aire, unos pocos metros por encima del barro. “Cúbrete esa herida. Ni que sea para detener la hemorragia.” Le advirtió mientras se volteaba hacia otro lado, cruzándose de brazos.
Tras inspeccionar aquel cacho de tirita con expresión de exagerada desconfianza, Jinx se la lanzó a Pium-Pium rápidamente, como si fuera un objeto ardiente.
“No parece envenenado.” Opinó Espinas, moviendo sus fauces a destiempo. “Solo está muy sucio.”
“Ya pero, ¿y si esparce esporas supermortales cuando entre en contacto con la sangre?” Replicó la humana entre siseos, frunciendo el ceño. “O peor aún, ¿y si es una venda dentada y en vez de tapar el agujero se me empieza a comer el brazo?”
“Entonces los Mascafuegos se hubieran quedado sin trabajo.”
“Supongo que tienes razón. Pero considera lo siguiente—“
Un exasperado gruñido les cortó la conversación. “¡Tan solo ponte la maldita venda de una vez!” Lanzacohetes y dueña se volvieron hacia el propietario de la voz al mismo tiempo. “Es un trapo normal y corriente. Si sigues perdiendo el tiempo hablando con ese besugo lo único que conseguirás será perder más sangre.” Explicó con el ceño fruncido, la nariz algo arrugada.
“¿Ah sí? ¡Demuéstralo!” Le retó la criminal tras unos instantes de dilación.
El chico volvió a bufar, sus oscuros ojos vagando por el suelo. Para sorpresa de ambas, tomó un fragmento de cristal, punzándose la punta de un dedo. Tan rápido como se hizo un agujerito, lo presionó contra las vendas. Al cabo de un rato, volvió a mostrárselo. Ya no goteaba. Jinx intercambió una mirada con el arma pesada, quién se quedó boquiabierta.
Cómo una niña ingenua, imitó sus gestos. Cuando tuvo una mano ocupada con la pieza contra su hombro, le miró expectante. “¿Así?”
El espadachín asintió levemente. “Pero a no ser que quieras estarte así un buen rato, te diría de atártelo alrededor. Es más práctico.”
Jinx ladeó los labios. “Si hay algo que nunca me enseñaron, es a hacer nudos.”
La primera reacción del otro fue arquear una ceja. “¿Entonces como es que tienes cinturones tan bien atados?”
“… ¿Se atan ellos solos?”
La mano de él se volvió a topar con su rostro en un golpe tan seco como sonoro. Mascullo algo para sí, algo que no logró oír del todo bien. Tan solo esperaba que fueran halagos. “En ese caso, deja que lo haga yo.” Suspiró, dejándola caer de nuevo.
La Bala Perdida echó la cabeza hacia atrás con una mueca de sospecha. En aquel momento, en aquella situación, tenía opciones de diálogos tan variadas como las armas que le esperaban en casa. “No intentarás nada raro con ese bate que tienes ahí, ¿verdad?”
Una mano descansó en su pecho, mientras la otra se alzaba. Había adaptado una postura que le recordaba a los políticos de aquellas cintas tan aburridas que se tuvo que tragar en un día pasado que había olvidado por completo. “Tienes mi palabra.” Le prometió en una voz suave, para variar.
Jinx entornó los ojos. Para entonces eran borrosas e incompletas, pero recordaba muchas promesas que le hicieron, solo para romperlas. Lo mismo iba por las conversaciones. Charlas sencillas, amigables, que desembocaban en traición. Aquel chico no tenía por qué ser distinto. No obstante, algo en lo más profundo de su mente insistía en que con él podía fiarse un pelo. En pocas ocasiones escuchaba a la plasta de su vocecilla de la razón. Al salir de sus pensamientos, descubrió que su cuerpo se le había adelantado. Su brazo había ido a su bola, estirándose hacia el extraño, quién le dedicó una pequeña sonrisa antes de avanzar hacia ella.
La metralleta le susurró en un hilo de voz cuan conejito. La mujer parpadeó. No había caído hasta ahora. Nota mental número dos: pedirle a Pium Pium que le hiciera una lista de las cosas que se le olvidaban.
“Eh, aún no me has dicho cómo te llamas.”
“¿En serio?” Su enfermero provisional alzó la mirada con los ojos bien abiertos, llenos de sorpresa. Al recibir un asentimiento, sacudió la cabeza, resoplando más bien divertido. “Pensaba que lo había hecho hace rato.” Masculló algo después de aquello, pero ni la maniática ni sus armas llegaron a oírlo ni entenderlo. “Mi nombre es Ekko.”
Jinx dejó escapar una risotada estúpida. “Suena a muñekko.”  Él reaccionó con unas risas sarcásticas, cuyas pausas eran demasiado largas para el gusto de ella.
El instante en que terminó su pequeño trabajo, una sirena, tanto lejana como ahogada, acabó con la calma. Ekko alzó la cabeza enseguida, alerta. Al mismo tiempo, Jinx miró por encima del hombro.
“No tardarán mucho en llegar.” Advirtió el chaval, tirando de la cuerda de un dispositivo que había llevado a sus espaldas todo el rato, aunque la otra no se hubiera dado cuenta hasta el momento. “Pero sí el suficiente como para que te des el piro.” Añadió, caminando en dirección por la que habían venido.
Jinx gesticuló dramáticamente, posando una mano en su pecho como si en serio eso le hubiera ofendido. “¿Crees que me voy a ir? ¡Pero si no me ha dado tiempo a hacer nada bonito, ni a comenzar la fiesta!”
Ekko se detuvo, dando media vuelta, disparándole una mirada afilada. “Vas a irte. Fiesta cancelada. Vuelve más tarde.” Sin darle tiempo a replicar, echó a correr, desapareciendo tras los montones de chatarra.
Tan rápido como se quedaron solas, Espinas habló una vez más. “¿Le hacemos caso?” Inquirió, ladeando la cabeza. “Honestamente, sería lo más sensato.”
La chica consideró las órdenes por unas milésimas de segundo. Durante las cuales desvío la mirada hacia su hombro. Con una nueva sonrisa, le dio de comer a sus armas cohetes y balas respectivamente. “Por supuesto que no. ¿Alguna vez hemos hecho algo sensato?” Río mientras trotaba en dirección contraria por la que había ido el zaunita.
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gamercitymagazine · 7 years ago
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Guía de campeón Caitlyn
Guía de campeón Caitlyn: La sheriff de Piltóver. aitlyn, una investigadora determinada y habilidosa, es una de los sheriffs de Piltóver, la Ciudad del Progreso. Es una mujer ferozmente inteligente, con un sólido sentido de justicia y una devoción absoluta hacia la ley. Armada con un magnífico rifle hextech, Caitlyn es una cazadora paciente y el terror de los criminales de su ciudad.
Nacida en el seno de una adinerada e influyente familia de artificieros de Piltóver, Caitlyn aprendió rápidamente las gracias de la vida citadina, pero prefería pasar su tiempo en las tierras más salvajes al sur. Igual de versada en el arte de mezclarse con los ciudadanos adinerados de la Ciudad del Progreso como en el rastreo de un ciervo por el lodo del bosque, Caitlyn pasó la mayor parte de su juventud al otro lado de las puertas de Piltóver. Podía rastrear un ave en pleno vuelo y atravesar el ojo de una liebre a trescientos metros con el mosquete de repetición Aguasturbias de su padre.
Sin embargo, los mejores recursos de Caitlyn son su inteligencia y disposición para aprender de sus padres, que reforzaron su capacidad innata de diferenciar el bien y el mal. Aunque las habilidades en ingeniería de la familia les había permitido amasar una gran fortuna, su madre siempre le advirtió de las tentaciones de Piltóver, de cómo sus promesas doradas podían congelar hasta el corazón más cálido. Caitlyn no les prestó mucha atención a las advertencias de su madre, pues para ella, Piltóver era una ciudad de belleza, un lugar de orden que siempre la abrigaría después de sus travesías en la espesura.
Todo eso cambiaría el Día del Progreso, cinco años después.
De regreso de una de sus largas incursiones en los bosques, Caitlyn encontró su hogar registrado y vacío. Los criados de la familia estaban todos muertos y no quedaba un solo rastro del paradero de sus padres. Caitlyn aseguró su casa e, inmediatamente, emprendió la búsqueda de su madre y padre.
Rastrear a una presa que no desea ser encontrada en los confines de una ciudad era algo muy diferente de cazar en la espesura, pero, uno a uno, Caitlyn logró localizar a los hombres que habían invadido su hogar. Ninguno de estos hombres conocía la verdadera identidad de quien los había contratado. Solo conocían a la persona que los había contactado, un agente identificado con la letra ‘‘C’’. El rastro llevó a Caitlyn hasta un laboratorio hextech secreto en donde su madre y su padre habían sido obligados a trabajar para un clan rival so pena de muerte. Caitlyn rescató a sus padres, y los guardianes, con la información de Caitlyn, arrestaron al líder del clan culpable del rapto. Sus padres y ella regresaron a casa y comenzaron a reconstruir sus vidas, pero algo fundamental había cambiado en Caitlyn…
En esta guía de campeón Caitlyn nos enfocaremos en su rol en la bot lane, ya que es donde sus poderes pueden causar gran impacto en la partida. Discutiremos también acerca de sus habilidades, orden de maximización, los objetos que pueden ir en su build y de sus counters.
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Guía de campeón Caitlyn, habilidades:
En esta sección de la guía de campeón Caitlyn discutiremos a cerca de sus habilidades, orden de maximización, counters y daremos algunos consejos para poder aprovechar su potencial al máximo.
Pasiva, Disparo a la Cabeza (Headshot): Cada pocos ataques básicos o contra un objetivo que ha atrapado en una trampa o una red, Caitlyn realiza un tiro a la cabeza causando daño adicional que aumenta con su probabilidad de crítico. Cuando afecta a objetivos atrapados en una trampa o una red, el disparo a la cabeza de Caitlyn duplica su alcance de ataque.
Q, Pacificadora de Piltóver (Piltover Peacemaker): Caitlyn carga su rifle durante 1 s para liberar un disparo penetrante que provoca daño físico y se ensancha al alcanzar a un objetivo, causa menos daño a los objetivos posteriores. Esta será la primera habilidad en obtener y la segunda en maximizar. Esta habilidad permite limpiar raídamente las oleadas de súbditos enemigos y permite hacer daño a campeones enemigos a grandes distancias.
W, Trampa para Yordles (Yordle Snap Trap): Caitlyn pone una trampa para encontrar a los taimados yordles. Al activarse, la trampa inmoviliza al campeón y lo revela durante 1,5 s. Esta será la tercera habilidad en obtener y la cuarta en maximizar. Con ella podemos delimitar el área de movimiento del enemigo, colocando trampas en los arbustos para evitar ganks es muy buena táctica. Recuerda que esta habilidad funciona únicamente contra campeones enemigos por lo que las puedes colocar bajo súbditos enemigos sin que estos las activen.
E, Red Calibre 90 (90 Caliber Net): Caitlyn lanza una red pesada para ralentizar a su objetivo. El retroceso empuja hacia atrás a Caitlyn. Esta será la segunda habilidad en obtener y la tercera en maximizar. El empujón que esta habilidad da a Caitlyn puede ser usado para pasar a través de pequeños muros y huir de situaciones poco favorables para Caitlyn.
R, As en la Manga (Ace in the Hole): Caitlyn se toma su tiempo para preparar el tiro perfecto, causando una gran cantidad de daño a un solo objetivo a gran distancia. Los campeones enemigos pueden interceptar la bala para sus aliados. Esta será la cuarta habilidad en obtener y la primera en maximizar, coloca un punto en esta habilidad cada vez que sea posbile.
Con esto concluye esta sección de la guía de campeón Caitlyn.
Guía de campeón Caitlyn, build:
En esta sección de la guía de campeón Caitlyn, discutiremos los distintos objetos para la build. Estos objetos son, en su mayoría, objetos que aumentarán el daño crítico, el cual le dará a Caitlyn un mayor potencial para eliminar rápidamente a los enemigos.
Objetos iniciales (Starting Items)
Espada de Doran (Doran’s Blade): Como objeto inicial, la Espada de Doran nos dará sustento al inicio de la partida. Este objeto lo venderemos al inicio del late game para adquirir otro objeto con mayores beneficios.
Guatnes de pelea (Brawler’s Gloves): Para hacer una build con 100% crítico acompañado de una página de runas con 100% crítico este es el objeto perfecto para ella. Nos da un 30% de crítico desde el inicio del juego. Este objeto sustituirá a la Espada de Doran.
Espada Larga (Long Sword): Por otra parte, si deseas iniciar la build con otro objeto que será parte de un objeto final, puedes iniciar con este objeto, para luego adquirirla Cimitarra Mercurial. Sustituir Espada de Doran por este objeto.
Poción (Potion): Dependiendo el arma inicial que compres podrás adquirir de 1 a 3 pociones. Llévalas siempre contigo.
Ward: Este objeto es gratis así que no olvides llevarlo para poder estar atento a los ganks enemigos.
  Objetos Base (Core Items):
Huracan de Runaan (Runaan’s Huracaine): Nos brinda un 30% de daño crítico, velocidad de ataque y velocidad de movimiento. Lo que en realidad nos interesa es la pasiva única, que permite a Caitlyn lanzar dos proyectiles adicionales por cada ataque básico que lancemos, impactando a un máximo de dos enemigos cercanos al objetivo principal. Estos ataques adicionales llevan todos los efectos del ataque principal.
Filo Infinito (infinity Edge): Como primer objeto completo, el Filo Infinito ayudará a que Caitlyn no solo por el daño, sino también aumentará la velocidad de su pasiva y aumentará el daño que hará a los campeones enemigos.
Grebas de Berserker (Berserker’s Graves): Nos brindan un poco más de daño a comparación de las Botas de Rapidez, sin embargo nos dejan sin opciones de escape. Cómpralas sin importar el puntaje o farm a comparación del adc enemigo para mantener la presión en línea.
Recuerdos de Lord Dominik (Lord Dominik’s Regards): El objeto es considerado el arrasador de tanques, gracias a su penetración de armadura y el daño físico adicional que hace a campeones con mayor vida total que Caitlyn. Adquiere este objeto para arrasar con los campeones enemigos tipo tanque.
Cimitarra Mercurial (Mercurial Scimitar): Nos permite controlar en gran parte a las masas de súbditos enemigos, recuperamos un porcentaje de vida por cada ataque básico que asestamos y aumenta el daño de ataque de nuestras habilidades. Es un buen objeto a completar en 4to o 5to lugar.
Puñal de Statikk (Statikk Shiv): Nos dará rapidez para limpiar las oleadas de súbditos enemigos sin mencionar el boost de 30% para golpe crítico. A partir de este objeto la build puede variar según los campeones del equipo enemigo.
  Objetos Situacionales (Situational Items):
La Sanguinaria (The Bloodthirster): En combinación con el daño crítico que realiza Caitlyn, este objeto nos es útil para recuperar gran cantidad de vida con nuestros tiros básicos. Puedes comprar este objeto si vas muy avanzado en línea y las team fights se dan con mayor frecuencia.
Ángel Guardián (Guardian Angel): En late game es un objeto que te permitirá arriesgarte un poco más en las jugadas y obtener un mayor DPS. Podemos hacer entradas aguerridas y agresivas en las team fights para eliminar rápidamente al ADC enemigo.
Guía de campeón Caitlyn counters:
En esta sección de la guía de campeón Caitlyn discutiremos los campeones enemigos. Debes tener en mente los counters de Caitlyn para poder llevar la partida de la manera más segura. Tendrás que depender mucho en tu soporte y del jungla aliado para poder ganar contra estos enemigos.
Draven: Debido al gran año que Draven puede causar desde el inicio de la partida, debemos de jugar pacientes y esperar a que el soporte inicie la batalla por nosotros. Una forma de contrarrestar a Draven es impidiendo que tome sus hachas, esto reducirá el daño que nos pueda causar y podremos jugar con un poco de tranquilidad. Haz todo lo posible para que Draven no consiga eliminarte a ti o a campeones aliados, ya que con solo una kill que obtenga puede cambiar por completo la partida.
Ezreal: Es uno de los ADC con uno de los mejores pokes del juego. Puede cortar distancia rápidamente con su Arcane Shift. Deberás jugar detrás del soporte para no correr riesgos innecesarios y esperar a que Ezreal de un mal Arcane Shift para atacarlo.
Con esto damos por concluida nuestra guía de campeón Caitlyn esperamos te sea de utilidad, deja tus comentarios abajo..
Para ver la entrada completa haz clic aquí: Guía de campeón Caitlyn - De nuestro Blog www.gamercitymagazine.com.
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talon-blade-shadow-blog · 7 years ago
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Feeling the flames
“Suicidio” era lo que muchos hubiesen dicho al enterarse que el asesino estaba dentro de una nación enemiga, y posteriormente en una en específico que lo aborrecía a muerte: Piltover. Entró como un transe��nte cualquiera; un civil de las cercanías que buscaba refugio en la ciudad de la evolución y el vapor, como era conocida en todas partes. Trataba de estudiar minuciosa, pero precavidamente a todo aquel que deambulaba entre las calles con toda la faena de la mimetización y, así, hacerse pasar por un ciudadano de Piltover. Su indumentaria no era diferente a las demás salvo que en su cabeza y sus brazos se envolvía una vieja capa que hacía también de capucha, pantalones y prendas superiores azul y blanco respectivamente, como dagas de todos tamaños y grosores pese que no eran tantas como este deseaba, sí las suficientes para defenderse. Entre la muchedumbre se hacía pasar por un mercader que algunos empujaban con el hombro al pasar a su lado en fría indiferencia, y aunque la ávida social era ahí más animada y confianzuda que en Noxus... A fin de cuentas, en el fondo todos eran egoístas y velaban por su propio bienestar. Llegó hasta una esquina donde dio una vuelta; un turno de camino tan natural para quien lo viese, pero en un instante se coló hasta un oscuro callejón. Retiró su capucha un poco para poder descansar los ojos del ajetreo y anonimato, para también dar cúpula de reconocimiento a la gente que pasaba por los alrededores. Mujeres, niños, hombres... Nada fuera de lo común que no estuviese famirializado a ver. Era obvio que buscaba a alguien y quien lo conociese, diría que era no con las mejores intenciones, pero todo lejos de la realidad, buscaba a un sujeto que parecía ser alguien... O algo que no era. Las horas pasaban intuitivamente en el ambiente cuando este se disponía a simplemente analizar el entorno, que casi daba por olvidada su tarea. Y así hubiese sido de no haber visto a un sujeto que, aparte de no llevar ropas de Piltover, se comportaba de una manera muy extraña cual incluso muchos se le quedaban viendo con extrañeza y curiosidad: Paranoia, obsesión compulsiva por verse las manos a cada momento, demencia y hasta intuición por los gritos de quienes a su alrededor lo observaban. Lucía tan maltratado y descuidado que cualquiera diría que era un simple despojo humano... Cualquiera menos el asesino, que sabía una verdad sobre él y por lo mismo estaba condenado a morir en sus manos. En cuanto se hubiese alejado lo suficiente de él para no provocarlo pero al margen de su visión, tomó el borde de su capucha y la volvió a colocar, dando ello por terminado esconder las manos dentro del manto y seguirle el rastro con la cautela de tampoco él llamar mucho la atención. Era sabido que ese lugar habitaba con dos inónicas personalidades, siendo que a una no temía demasiado. La mayor preocupación era el “perro guardián” de la Sheriff. Los pasos alborotados y desorientados del demente no se comparaban al cauteloso andar del asesino que se camuflaba entre tantos pies a su alrededor. Parecía un ratón arrinconándose a su muerte pues cada vez eran menos los pies que los acompañaban; de centenas a decenas,y de decenas a sólo un par de sujetos que se llevaban a un callejón sin salida.  El perseguido al ver las enormes paredes obstruyendo su huida empezó a querer alcanzar la cima de ellas con total desesperación, siendo al parecer que ya sabía la muerte estaba pisándole los talones. -- Buen día, extraño -- Un encapuchado se desvelaba a la salida cuando el captor intentó darse la vuelta para tomar otro camino.
“¡¿Q-Quién carajos eres tú?!” El balbuceo empezaba a describir el pánico del hombro, que fingía muy bien esa actitud de terror por lo desconocido. Cuando sacó la diestra, un par de dagas reposaban entre sus dedos; sujetándolas desde las puntas en torno su brazo tomaba forma al estirarse poco a poco. -- Un simple mercader que quiere un intercambio: información a cambio de una muerte rápida y piadosa.--
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thezaunitehowler · 7 years ago
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“Muy bien... tu puedes, Warwick. No es como que esto sea alguna clase de trampa para encerrarte o algo...”
El hombre suspiró mientras se alistaba para su cita, mirandose al espejo... realmente no podía creer que le hubiese tocado salir con la sheriff más notoria de Piltover. Desconocía si ella sabía algo sobre su pasado como criminal, pero esperaba que no fuera todo alguna especie de truco para encarcelarlo. Se había puesto un elegante traje, con chaleco en vez de saco, de tonalidad azul oscuro, que resaltaba mucho sus rasgos, especialmente su larga cabellera y su tupida barba, incluso siendo humano por un tiempo, se veía como alguien salvaje. Al parecer estaba obligado por el programa de citas (de verdad, seguía sin saber que demonios tenia en mente al inscribirse... soledad quizás) a llevar un regalo a su compañera. Pero que podía regalarle a la sheriff? Por un momento pensó en esposas de peluche rosa con una sonrisa burlona en su rostro, pero sabía que solo se ganaría una bofetada en todo el rostro. Recordó que Caitlyn era famosa por su afición al té, así que rápidamente salio a uno de los suburbios adinerados de Zaun a comprar las infusiones más finas y exóticas que pudo, esperando fueran del gusto de la sheriff, y las envolvió de fina forma para regalo. Todo listo, fue al lugar del encuentro, un café situado en Piltover, cerca de la división con Zaun. Era una tarde gris y lluviosa, e iba cubriendose con una sombrilla negra, entrando al establecimiento y sentandose en una mesa junto a la ventana. Era extrañamente acogedor y relajante, y miraba ensimismado la lluvia caer contra la ventana, dejando su regalo sobre la mesa y aguardando a su cita sin saber realmente que esperar de la velada.
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ahrisweetserialkiller · 7 years ago
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Free day
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— “No tenías que venir, Vi”, “Tómate el día libre, Vi”, “Deja de seguirme, Vi”—  Pronunciaba la pelirosa en cierto tono fanfarrón y a la vez un poco fastidiado, imitando el acento inglés de la sheriff. Si no era tan importante, lo hubieran dejado para un día laboral y no justo el día en que el 99% de las personas en Runaterra tomaban un descanso.  Una vez la figura de la castaña desapareció de su vista, la muchacha de acomodó en un muro cercano, dejando en reposo sus guantes sobre esa blanquecina superficie.
— Ah, pero Cait debe tomarse las molestias, las GRANDES molestias.—  Mencionaba pensando en el “breve” viaje desde Piltover hasta Demacia. Y hablando de “Grandes” cosas… Su sonrisa se curvó complaciente al ver la figura acuerpada del héroe demaciano. Encaminó sus pasos a la espalda del mismo y luego dejó caer la armadura hextech de su diestra sobre el hombro masculino.
— ¡Hey, grandulón! Eres Garen ¿verdad?—
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