#diseños de uñas de verano
Explore tagged Tumblr posts
Text
¡Consigue esas manicuras tan deseadas en Solarium Sunlife y lúcete este verano!
En Solarium Sunlife, tenemos todo lo que necesitas para que tus uñas se vean perfectas. Ven y descubre nuestra amplia gama de colores y diseños. ¡Luce unas manos espectaculares y brilla todo el verano!
Reserva tu cita hoy y déjanos cuidar de ti.
#Manicura
#Uñas
#NailArt
#Manicure
#UñasPerfectas
#NailDesign
#UñasBonitas
#NailStyle
#NailPolish
#NailsOfInstagram
#NailAddict
#ManicuraDeVerano
#UñasDeVerano
#VeranoEnTusUñas
#NailSummer
#SummerNails
#UñasDeColores
#UñasVibrantes
#UñasColoridas
#UñasSemanales
0 notes
Text
Mis actividades de chica para este verano:
Hacer mínimo 3 publicaciones al día en tumblr
Pintarme las uñas de muchos estilos y diseños
Escribir en mi diario
Terminarme crónicas vampíricas
Motivarme para shiftear
Hacer manualidades con arcilla
Escribir una novela o un relato
#diario de una chica#diary#girlblogging#girlhood#just girly things#2014#2014 nostalgia#2014 tumblr#2014 aesthetic#writing#writers on tumblr#writeblr#books#nostaligiacore#nostalgia girl#una chica escribiendo#crónicas vampíricas#vampire diaries#reality shifting#shifting community#shifters#shiftblr#shifting blog#converse#painting nails#girls girls girls#girlcore
0 notes
Text
Ángel Sánchez arrasa en Campo Marte
Por: Samantha Virgen Olvera
La cita era a las 6:00 de la tarde en punto, del viernes 27 de Septiembre, la semana de la moda regreso a Campo Marte lugar donde Ángel Sánchez afamado diseñador Venezolano presento su colección “Rain” en el marco de la semana de la moda.
Pasarela presentada por Vanidades Ángel Sánchez sorprendió a los asistentes con cortes arquitectónicos en los que reinaron los colores neutros tales como blanco y negro aunque también sorprendieron los tonos naranja y fucsia en la paleta de colores que Ángel nos presentó para esta próxima temporada primavera verano.
Las prendas que pudimos ver fueron los vestidos cortos y casuales, pero entre estos también pudimos ver vestidos de coctel. Debo confesar que uno de mis vestidos favoritos de la colección fue un vestido largo, negro que el estampado de la tela simulaba el acabado craquelado que dan algunos esmaltes de uñas, sin duda uno de los mejores diseños de la noche, siendo una propuesta bastante novedosa.
Entre las tendencias que Ángel nos mostró para la temporada primavera verano 2014 se encuentran, pliegues, detalles de lentejuelas como ya había mencionado antes los colores neutros en prendas como pantalones y vestidos, usando también telas vaporosas y de suave caída bastante frescas para primavera.
MBFWMx día 3
A las 6:00 pm llegue a Campo Marte para presenciar las propuestas que Ángel Sánchez nos presentaría para la próxima temporada primavera verano 2014.
6:25 pm pase al área de registro por los boletos para la pasarela.
En cuanto me dieron los boletos pase al área del lobby, y debo decir que quede impresionada ya que era un espacio bastante amplio, mucho más que en ediciones anteriores con cabina para DJ, había tragos también una cafetería y espacios para los patrocinadores tales como Sony, Ciel, DHL, Aeroméxico.
Ahí mismo se encontraban haciendo entrevistas para la revista Caras en donde se podía seguir la cobertura del evento tanto en el espacio del lobby como en el salón de pasarela. Igualmente en el lobby se encontraba un espacio destinado exclusivamente para los tarjetahabientes de American Express lugar donde podías degustar de un trago o platicar.
Afuera de este espacio se encontraba colocada una gran pantalla en la que podían los asistentes ver lo que sucedía en el salón de pasarela en todo caso de que no hubieran podido entrar.
Una vez pasado todo esto, es decir la gran impresión que me lleve al entrar al lobby pase a formarme para poder entrar a la pasarela.
Gran expectativa y la emoción comienza
6:30 pm Los asistentes comenzamos a entrar al salón de pasarela.
6:30 – 6:40 pm Mientras la fila afuera del salón de pasarela seguía avanzando los asistentes que ya se encontraban dentro del salón de pasarela nos acomodábamos en nuestro lugar.
6:37 pm Me encontraba ya en mi lugar correspondiente cuando de pronto algo llamo mi atención y es que justo en donde se encuentra la pasarela se concentró una gran cantidad de personas por lo que decidí ver de qué se trataba. Y me encontré con que los asistentes a la pasarela querían tomarse la foto con los conductores del nuevo programa de E!, Fashion Police México. Oscar Madrazo, Alexis de Anda y Marcela Cuevas. Próximo a estrenarse el 9 de Octubre.
6:40 pm Las luces se apagan y es así como todos los asistentes damos por entendido que el desfile va a comenzar la expectativa crece y comienza a escucharse el sonido de gotas de agua cayendo que conforme van pasando los segundos se intensifica mientras en el muro se ven unos destellos de luz simulando las gotas cayendo. Es así cuando la puerta se abre para dar paso a la salida de la primera modelo, la música comienza a escucharse los flashes de las cámaras no paran y en eso las luces se encienden y es así como la primera de las modelos inicia con la pasarela.
Pasados aproximadamente 20 minutos, es cuando llega uno de los momentos más emocionantes en toda pasarela y me refiero a cuando salen todas las modelos, es de lo más increíble porque puedes apreciar a la perfección todos y cada uno de los diseños de la colección.
Personalmente a mi es uno de los momentos que más disfruto de una pasarela, tanto o más como el inicio, porque cuando empieza todos los asistentes están a la expectativa de como y cuales serán las propuestas de cada diseñador.
6:58 pm Termina la pasarela y todos los asistentes comienzan a abandonar sus lugares pero entre el público aún se encontraban los conductores de Fashion Police México y le pedí a Oscar Madrazo si podía tomarme una foto con él a lo que muy amablemente accedió de igual forma aproveche para felicitarlo por este nuevo proyecto y por sus trabajos anteriores en conducción. Y le dije:
Hola, Oscar muchas felicidades por tu nuevo programa, Fashion Police.
De nada, y ya sabes el 9 de Octubre por E!, no te lo puedes perder.
Claro que no, encantada mil gracias.
Grandes Personalidades
Fue un desfile bastante interesante no solo en cuanto a los diseños presentados sino también a la asistencia del público ya que en front row no solo se encontraban los conductores de Fashion Police México sino también la reconocida analista de moda Anna Fussoni. Personalidad a la que ya había tenido el gusto de ver en desfiles anteriores, pero que sin embargo me causa gran emoción al verla ya que tengo un respeto y admiración muy grandes por el trabajo que ha realizado en la industria de la moda en México.
No queda más que felicitar a Pedro Tabera, director general de Mercedes Benz, Beatriz Calles, experta en moda y directora general de Mercedes Benz Fashion Week México y Cory Crespo, director de Coloürs, por la realización de este evento y por traer de regreso la semana de la moda por excelencia en México a Campo Marte sin duda un gran acierto.
1 note
·
View note
Text
Nueva entrada en Uñas y Estética
Nueva entrada en https://www.unasyestetica.com/manicura-francesa-2023/
Manicura Francesa 2023
Manicura Francesa 2023
Hoy te traigo la última versión de la manicura francesa que sí o sí vas a querer llevar durante todo este 2023.
Una vez más esta manicura tan popular se reinventa con todas sus fuerzas, atrás ha quedado su impronta clásica y tradicional, para muchas un poco básica incluso aburrida. Todo ha cambiado y evolucionado, y este estilismo también, por ello hablar de manicura francesa ya no es sólo llevar una base rosa natural y puntas blancas. Te voy a demostrar que siempre triunfa las ganas así que vamos a interpretar esta nueva tendencia beauty.
Hoy te propongo una versión actualizada de esta manicura, más arriesgada y creativa, presta atención y toma nota.
En primer lugar vas a partir de un diseño de color sobre la uña al natural, y en forma de punta cual lanza (ten cuidado porque parece que se llevan súper afiladas). Y como no puede ser de otra manera los extremos de las uñas se llevan de un tono en contraste.
En cuanto a la paleta de colores reinan los verdes, rosas, azules y anaranjados, con lo cual vais sobrada de opciones. Esta tendencia también propone llevar pequeños detalles de strass colocados de forma aleatoria casi caótica para romper con la uniformidad del diseño.
Como habrás visto se trata de una tendencia que invita a divertirte experimentando con tonalidades muy alegres, ideales para lucir durante esta primavera-verano.
Solo queda plasmar en tus uñas estos diseños colmados de positivismo, alegría y buen rollo.
0 notes
Photo
22 IDEAS GENIALES PARA TUS UÑAS DE VERANO
#arte de uñas de mármol#artista de uñas#belleza#bricolaje#cola#compilaciones de uñas#diseños de uñas de verano#diseños de uñas fáciles#esmalte de uñas casero#lápiz#madera#manicura esponjosa#manicura francesa#manualidades#papel#pegamento#ropa#silicona#tips#trucos#tutorial de uñas#uñas#uñas cuidado#uñas de terciopelo#uñas de verano#verano
0 notes
Photo
Uñas de color verde refrescante y adornadas con el broche de una flor.
爽やかなグリーンとフラワーのブローチネイル。
#verde#accesorios metálicos#perla#adhesivo#flor#degradado#verano#グリーン#メタルパーツ#パー��#シール#花#グラデーション#夏#uñas de gel#gel nails#nail art#ジェルネイル#ネイルアート#diseño#design
10 notes
·
View notes
Text
«Tatuaje», 谷崎 潤一郎.
Esta historia aconteció cuando la sociedad gozaba de la insigne virtud de la frivolidad y no vivía en el estado de tensión que impera ahora. En el ambiente se respiraba tal placidez y alegría que los nobles no dejaban de exhibir su elocuencia, mientras que los sirvientes se afanaban por que la tristeza no aflorara en el rostro amable de los clientes y por que las risas desenfadadas no abandonaran los semblantes de las damas de la corte y de las oiran (esas prostitutas de gran lujo). En las obras teatrales de kabuki de la época, rudos personajes como Sadakuro, Jiraya y Narukami se transmutaban en delicadas heroínas, y en los libros ilustrados la belleza era símbolo de fortaleza, y la fealdad, de flaqueza. Todos deseaban conseguir la perfección con tal vehemencia que llegaban al extremo de hacerse tatuar, y en su piel se perfilaban contornos majestuosos y sombras multicolores. Los visitantes de los barrios de placer preferían alquilar palanquines conducidos por jóvenes con tatuajes sorprendentes, y las damas de Yoshiwara y Tatsumi, los dos grandes barrios galantes de la vieja Edo, la actual Tokio, prodigaban sus encantos y favores a aquellos muchachos que lucían preciosos diseños. No sólo recurrían a este arte del tatuaje aficionados a los juegos de azar y carpinteros, sino también comerciantes y artesanos, e incluso algunos samuráis. Quienes participaban en las exhibiciones de tatuajes que se celebraban de vez en cuando se desnudaban para mostrar sus dibujos en medio de comentarios jactanciosos, al tiempo que se daban golpecitos en los mismos. En ese tiempo vivía un joven tatuador de gran talento. Se llamaba Seikichi. De sus manos habían salido muchos de los dibujos más celebrados en las tertulias sobre tatuajes. Los admiradores de su arte lo elogiaban. Su habilidad, decían, se igualaba a la de otros maestros tatuadores, como Charimon de Asakusa, Yatsuhei y Konkonjiro de Matsushima. Estos admiradores aspiraban a ser sus clientes y a confiar a los pinceles de Seikichi una piel que extendían como un lienzo de seda. Comentaban que, si bien a Darumakin se le daba muy bien tatuar con sombras mediante la técnica bokashibori, y Karakusagonta era digno de elogio por dibujar contornos utilizando la técnica shubori, Seikichi sobresalía por la singularidad de sus composiciones y la voluptuosidad de sus trazos. Como el artista había pintado grabados ukiyo-e en la escuela de Toyokuni Kunisada, aún conservaba la sensibilidad y el verdadero espíritu de un pintor, a pesar de haber sido degradado al arte del tatuaje. Si algún cliente no estaba agraciado con una piel y un porte que lo atrajeran, Seikichi se negaba a tatuarlo. En caso de disfrutar de ambas cualidades, el cliente debía dejar que Seikichi eligiera el diseño y fijara el precio; además, tenía que aguantar el dolor insoportable de las agujas durante uno o dos meses.
Pero en el fondo del corazón de Seikichi anidaban tenebrosos placeres y deseos. Cuando sus agujas traspasaban la carne hinchada y la sangre carmesí fluía, la mayoría de los hombres gemían de dolor. Cuanto más fuerte era el gemido, curiosamente, más intenso era el placer del joven tatuador. Se alegraba sobre todo mientras ponía en práctica el tatuaje al cinabrio y el de colores superpuestos, técnicas conocidas por causar un dolor especialmente atroz. Por lo general daba quinientas o seiscientas punzadas por día a los clientes, que, medio muertos después de bañarse para fijar bien los colores, se desvanecían ante el artista sin poder moverse más. Seikichi los observaba inclemente y, con una sonrisa de satisfacción, les preguntaba: «Así que os duele mucho, ¿eh?». Cuando a algunos pusilánimes les rechinaban los dientes o gemían como si estuvieran agonizando, Seikichi comentaba: «Pensé que erais uno de esos valientes de Edo. Aguantad un poco. Mis pinchazos suelen ser dolorosos». Y mirando a su víctima por el rabillo del ojo, seguía taladrándole la piel con perfecta indiferencia. En cambio, cada vez que se encontraba con un cliente capaz de soportar el dolor sin siquiera mover las cejas, Seikichi lo escrutaba mostrando sus dientes inmaculados: «¡Vaya! Sois más resistente de lo que parecía. Pero esperad un poco… El dolor va a atormentaros tanto que no podréis aguantarlo en silencio». Durante muchos años, el verdadero deseo de Seikichi fue hallar una hermosa mujer de piel resplandeciente en la cual tatuar su propia alma. Esa mujer imaginaria debía reunir varias condiciones en su naturaleza y su apariencia; no bastaba, por lo tanto, que tuviera una piel y una cara bonitas. Seikichi buscó en vano entre varias cuyos nombres resonaban en todos los barrios de placer de Edo, pero no logró encontrar ninguna a la altura de su ideal. El tatuador y a llevaba más de tres años obsesionado con esa mujer quimérica, y su deseo por dar con ella crecía con el paso del tiempo. Justo al cuarto año de ejercer su oficio como profesional, una tarde de verano, cuando Seikichi cruzaba la calle frente al restaurante Hirasei, en el distrito de Fukagawa, le llamó la atención un pie de esplendorosa blancura que asomaba bajo la sombra de las cortinas de un palanquín estacionado a la puerta de entrada del local. El artista observó el pie con rigor: le pareció que adquiría expresiones tan sutiles como unos rasgos faciales. Era una verdadera joya. Los cinco dedos finos, desde el dedo gordo hasta el meñique, se alineaban delicadamente cincelados; el matiz del color de las uñas era idéntico al de las conchas finas e iridiscentes de la playa de la isla de Eno; la exquisita redondez del talón era como la de las perlas, y la piel húmeda parecía constantemente lavada por el agua pura que corría entre las rocas. «Ese pie —pensaba— terminará alimentándose de la sangre fresca de los hombres a los que acabará pisoteando». Seikichi supo de inmediato que la dueña de ese pie era la mujer, entre miles, a la que había estado buscando todos esos años. Excitado por el hallazgo, salió tras el palanquín para ver el rostro de la dama, pero después de seguirla por varias callejas perdió su rastro. Durante meses, los anhelos del tatuador por aquella mujer se convirtieron en una de las más violentas pasiones que pueden sacudir un corazón humano. Al año siguiente, una mañana de primavera, mientras Seikichi observaba con un mondadientes en la boca una maceta de rohdea japónica que se hallaba sobre un infecto banco de bambú oyó que alguien llegaba a la puerta trasera de su casa alquilada del barrio Saga, en Fukagawa. Una niña desconocida surgió de la sombra del seto. La muchacha traía un recado de una geisha del barrio Tatsumi cuya compañía Seikichi solicitaba con frecuencia. —Mi señora me ha pedido que entregue este kimono al maestro para que dibuje algo en el forro interior… —le comunicó la niña desenvolviendo la bolsa de tela ambarina, que a su vez contenía un papel con un dibujo de Iwai Tohaku. Junto con el kimono le entregó una carta en la que, en efecto, la señora le rogaba que dibujara algo en dicha prenda; añadía además que la muchacha lo acompañaría como si fuera su propia hermana pequeña, y le pedía que extendiese su protección a la joven. Seikichi clavó una mirada descarada en ella. —Ahora entiendo por qué no me sonaba tu cara. Entonces, ¿hace poco que has venido a vivir al barrio? Apenas le echaba dieciséis o diecisiete años, pero su rostro bien proporcionado y atractivo se asemejaba al de esas damas habituadas a despreciar las almas de innumerables hombres a lo largo de toda una vida. Su belleza era tal que a Seikichi le pareció que debía de haber nacido de los sueños de hombres galantes y mujeres sofisticadas, hombres y mujeres que habían vivido y muerto en la capital, océano donde desembocan todos los ríos de voluptuosidades y opulencias de Japón. —¿Recuerdas si por estas mismas fechas, en junio del año pasado, volviste a casa del restaurante Hirasei en palanquín? —le preguntó Seikichi conduciéndola a la galería para que se sentara. El tatuador escrutaba los pies refinados que la niña había apoy ado encima de un tatami de Bingo. —Sí, por entonces íbamos al restaurante a menudo, porque mi padre todavía estaba vivo —respondió la muchacha a la extraña pregunta con una sonrisa. —¡Llevaba casi cinco años esperándote! Aunque no haya visto tu cara hasta hoy, ¡cómo he suspirado por tus pies! Ven, quiero mostrarte algo. Sube al salón para distraerte un rato. La niña hizo ademán de querer despedirse, pero Seikichi la tomó de la mano y la guio hasta el salón del primer piso, que daba al río Oo. Luego, el tatuador sacó de su estuche dos kakemonos y desplegó uno de estos rollos colgantes delante de ella. En la tela aparecía Bakki, la favorita del emperador Di Xin. La princesa china del dibujo se apoyaba en la balaustrada con la manga de su kimono de seda extendida en medio de la escalera. Daba la sensación de que casi no podía aguantar el peso de la radiante corona tachonada de lapislázulis y corales. En la mano derecha sostenía una gran copa de la que estaba a punto de beber, y al mismo tiempo observaba a un hombre que iba a ser decapitado en el jardín. El reo tenía los brazos y las piernas atados a una columna de cobre con cadenas de hierro y bajaba la cabeza ante la princesa cerrando los ojos, a la espera del último momento. La escena de la princesa y el prisionero era muy impactante. Durante un rato, la niña se fijó en esa insólita pintura. De modo instintivo, sus pupilas comenzaron a refulgir y sus labios temblaron. Curiosamente, su cara se iba pareciendo poco a poco a la de la princesa: la muchacha acabó por descubrir su propio « y o» en el dibujo. —¡Tu alma se refleja en este dibujo! —exclamó Seikichi, sonriendo con deleite mientras la contemplaba. —¿Por qué me enseñáis esta horrorosa pintura? —preguntó ella alzando un semblante pálido. —La mujer de este dibujo eres tú misma. Su sangre fluye por tus venas. Seikichi desenrolló la otra pintura. Se titulaba Las víctimas. En el centro, una mujer joven, apoyada en el tronco de un cerezo, miraba un montón de cadáveres de hombres que yacían a sus pies. Alrededor de ellos volaba una bandada de pájaros que gorjeaban triunfales. ¡De las pupilas de la dama rebosaba tanto orgullo y placer…! No se sabía si el dibujo representaba la escena de un campo de batalla tras la contienda o de un jardín primaveral lleno de flores. Al mirarlo, la niña tuvo la impresión de haber descubierto algo escondido en su corazón. —Este dibujo muestra tu futuro —Seikichi señaló el rostro de la mujer del cerezo: era la viva imagen del de la niña—. Los que yacen en el suelo son hombres que sacrificarán sus vidas por ti. —¡Oh, os lo ruego, guardadlo ya! —la muchacha volvió la espalda al dibujo y se hundió en el tatami como para rechazar la diabólica tentación—. Maestro, os confieso, tal como pensáis, que mi naturaleza es como la de la mujer de ese dibujo. Ahora, perdonadme y, por favor, llevadlo donde no pueda verlo —le suplicó finalmente, con los labios temblorosos. —¡No seas tan cobarde! Fíjate bien en la imagen. Ahora tienes miedo, pero pronto dejará de asustarte. En el rostro de Seikichi se dibujaba la misma sonrisa cínica de siempre. Por su parte, la niña se resistía a levantar la cara y, ocultándola con las mangas del kimono, imploró: —Maestro, por favor, dejadme volver a casa. Me asusta estar a su lado. Seikichi le contestó: —Espera un poco. Te convertiré en una mujer verdaderamente hermosa, una mujer capaz de hechizar a cualquiera. Seikichi se acercó a ella despacio. En la manga del kimono ocultaba un frasquito de cloroformo que tiempo atrás le había proporcionado un médico holandés. La luz del sol de la mañana se reflejaba en el agua del río e iluminaba incandescente el salón de ocho tatamis de superficie. El reflejo fulguraba en la cara de la niña, que dormía profundamente; mientras, en el papel de las puertas correderas de la estancia se proyectaban círculos concéntricos dorados y trémulos. Seikichi cerró las puertas exteriores de papel translúcido, y tras recoger los instrumentos de tatuar se sentó delante de la joven. Transformó su ocio en embeleso y permaneció un buen rato absorto. Por primera vez gozaba de su belleza. Le parecía que no podría cansarse jamás de estar sentado en ese salón contemplando el rostro inmóvil de la joven, ya fuera durante diez o cien años. Seikichi iba a adornar la piel pura de la muchacha con el amor, igual que el pueblo de Menfis había ornamentado la tierra sublime de Egipto con pirámides y esfinges. El tatuador sujetó el pincel con los dedos pulgar, anular y meñique de la mano izquierda y apoyó la punta empapada en tinta en la espalda de la niña. Con las agujas de la mano derecha realizó algunas punciones sobre las líneas que iba dibujando con el pincel. Disuelta en la tinta china, el alma del joven tatuador penetraba la piel de la niña. Cada gota bermeja obtenida del cinabrio de la región de Ry uky u, que caía del pincel y se mezclaba con el aguardiente de la punta de las agujas sobre la piel de la muchacha, representaba una exudación de su propia vida. En los pigmentos de esa tinta bermeja el artista contemplaba las tonalidades de su propia alma. Pasó el mediodía agradable de la primavera. Y, poco a poco, empezó a languidecer la tarde. Seikichi no cesaba de tatuar y la niña tampoco se despertaba. A una criada que, preocupada por la criatura, se presentó en el taller para llevarla de vuelta, Seikichi le comunicó con sequedad: —Esa niña ya se ha ido. La criada se fue de mala gana. Cuando la luna afloró sobre un palacio digno de un feudo de la provincia de Tosa, ubicado al otro lado de la orilla, y su luz onírica se derramó sobre las casas, Seikichi seguía en vela trabajando con febril concentración. El tatuaje todavía estaba por la mitad. Cada punzada, cada gota de colorante le costaba un esfuerzo inaudito. Cada vez que se adentraba en la carne con las agujas y las sacaba, tenía la sensación de estar taladrando su propio corazón. Respiraba profundamente. Las huellas de las agujas y de la tinta iban perfilando poco a poco la figura de una gigantesca araña hembra. Al empezar a teñirse de blanco la noche, el extraño y diabólico bicho ya había extendido sus ocho patas y se aferraba con firmeza a la espalda de la muchacha. La noche primaveral llegó a su fin. Cuando el chapoteo de los remos de las barcas comenzó a intensificarse, la niebla se fue despejando paulatinamente desde la cima de las velas henchidas por la brisa del alba, y los tejados de las casas de las islas de Nakasu, Hakozaki y Reigan empezaron a brillar. En ese momento, al fin, Seikichi posó el pincel sobre la mesa y miró fijamente la araña tatuada en la espalda de la niña. Ese tatuaje era la quintaesencia de su propia vida. Después de concluir el trabajo, su corazón estaba vacío. Durante un buen rato los dos permanecieron inmóviles. La voz baja y ronca del maestro retumbó en las cuatro paredes. —He tatuado tu cuerpo con mis agujas y al hacerlo he vertido mi alma. Es así como te he convertido en una mujer verdaderamente hermosa. A partir de este momento no habrá ninguna más seductora que tú. Tus viejas debilidades son y a cosa del pasado. ¡No habrá hombre que no sea tu víctima! La niña lo escuchó y lanzó un gemido fino como un hilo. Mientras recobraba la conciencia, poco a poco, cada vez que inhalaba y exhalaba despacio, las patas de la araña se movían como si estuviera viva. —Sin duda sufres mucho porque la araña te está abrazando con fuerza. La muchacha entreabrió los ojos. Sus pupilas brillaron con may or intensidad, igual que el claro de luna se aviva cuando la tarde se extingue, e iluminaron la cara del tatuador. —Maestro, ¡dejadme ver el tatuaje de mi espalda! Ahora que me habéis entregado vuestra alma, debo de haberme convertido en una mujer bellísima — la niña hablaba como en sueños, pero el tono de su voz era rotundo. —Ahora debes bañarte para fijar bien el color. ¡Aguanta aunque te duela! — susurró él con cariño en la oreja de la joven. —Si puedo alcanzar la máxima belleza, soportaré cualquier cosa —la muchacha se rio con fuerza, resistiendo el dolor. Finalmente exclamó—: ¡Oh, cómo me escuece con el agua caliente…! Maestro, por favor, dejadme a solas. Subid arriba y esperad. Es una humillación que me veáis sufrir tanto. La joven, sin secarse siquiera el cuerpo, rechazó la amable ayuda de Seikichi y se lanzó al suelo de madera gimoteando como quien tiene una pesadilla. El cabello desgreñado se pegaba a sus mejillas de niña con un alboroto voluptuoso. Detrás de ella había un espejo en el cual se proy ectaba la planta nívea de sus pies. A Seikichi le sorprendió bastante la actitud de la niña, por completo diferente a la del día anterior, pero, tal como ella le había pedido, la esperó arriba. Transcurrió cerca de media hora. La muchacha se peinó convenientemente el cabello recién lavado para que descansara sobre sus hombros y apareció arreglada con esmero. Irguió los hombros sin rastro de dolor y, apoy ándose en la barandilla, elevó la vista al cielo levemente brumoso. —Te regalo estas pinturas además del tatuaje. Vete a casa con ellas —le dijo el tatuador al tiempo que le entregaba los rollos colgantes. —Maestro, y a ha desaparecido la cobardía que sentía hasta hace poco. ¡Sois mi primera víctima! Las pupilas de la mujer brillaban como el filo de una katana y sus oídos se deleitaban con el eco de la victoria. Seikichi le pidió: —Antes de que te vay as a casa, déjame ver una vez más el tatuaje. La mujer, en silencio, asintió con la cabeza. Se despojó del kimono. Y en ese preciso momento, la gran araña negra tatuada en su espalda fulguró entre las llamas del sol matinal.
Autor: Jun'ichirō Tanizaki
5 notes
·
View notes
Text
Indeleble (GF)
Resumen:Los Northwest se han mudado lejos de Gravity Fall a Miami Beach (Florida) tras el Raromagedón, pero no a todos los integrantes de la familia esta feliz con esta decisión. Después de 5 años de abandonar el pueblo, Pacifica decide regresar a sus raíces en busca de un poco de libertad y nuevos comienzos
.......................
Gravity Falls no me pertenece
Capítulo 1 La Trotamunda
“No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado para darte cuenta cuánto has cambiado tú.”
“Un día más se pone el Sol en Miami Beach, donde en la Mansión Northwest se celebra la fiesta del año para celebrar el aniversario de Preston y Prisicilla Norwest. A esta fiesta nos acompañara los multimillonarios y celebridades más conocidos, pero sobre todo la soltera más codiciada, Pa...”
Odio la prensa del corazón, son como buitres carroñeros esperando que hagas algo mal para despedazarte en vida y yo soy su presa favorita. ¿Qué podía hacer? Soy la hija de unos ricachones que aparecieron hace 6 años, sin pasado y con intenciones de asentarse en Miami, Florida. Es normal que llame la atención pero no tengo tiempo para eso, tengo una fiesta a la que asistir. Baje las escaleras de mármol blanco con la cabeza alta, portando un vestido que la iglesia clasificaría de pecado de color verde agua junto con unos tacones dorados y un peinado suelto.
Afuera en el jardín se encontraba reunida la gente bebiendo y celebrando junto a la piscina, un grupo dirigidos de camareros se encontraban con bandejas de comida y de cócteles por el lugar. Mientras tanto mis padres estaban en la entrada recibiendo a los invitados y sus costoso regalos, ¿qué sería una fiesta si una vajilla de mil dólares?
Me acerque hacia ellos con una amplia sonrisa – falsa, obviamente- y me incline ante ellos para saludarlos, normas de etiquetas que me inculcaron en la academia que asistí durante 2 años.
- Oh… Pacifica es bueno que te unas a nosotros por fin en este maravilloso día para tu madre y yo- decía Preston sin mirarme mientras saludaba a los invitados que llegaban.
- Si bueno, me he tardado un poco en elegir que ponerme. No quería decepcionar a nadie- digo poniendo me al lado de ellos.
- Seguro que te ha costado querida, pero la próxima vez no te tardes. La puntualidad es algo que se valora en nuestra familia, recuerda lo- me reñía Priscila de la misma forma.- Ahora haz nos el favor a tu padre y a mi y vete con tus amigos. No nos decepciones más, Pacifica.-
¡Dios mio! Que rabia.¿Porque no podía ser como los padres normales y preocuparse un poco menos de su reputación normal? Era inútil, nunca cambiaran. No respondí nada más y me fui hacía fuera. Para calmar me, cogí una de las copas de las bandejas de los camareros y seguí las risas estridentes que me conduciría a mi grupo de amigos, compuesto de hijos de cantantes, empresarios y multimillonarios famosos.
- ¡Madre mía! Que buenas estas, si no fuera la fiesta de tus padres, te juro que te llevaría a un sitio más privado a hablar. Ya sabes- exclamaba Richard en cuanto me vio, Richard era el hijo de un empresario amigo de mi padre, con el que hizo amistades desde Gravity Falls y quien nos ayudo en nuestra mudanza a aquí .Mi padre y su padre tienen la pequeña esperanza que acabaremos casándonos juntos en un futuro y compartiendo las riquezas de ambas familia pero no habían contado con un pequeño detalle, Richard es gay. Todo lo que aparenta es solo una fachada al igual que yo, menos mal que gracias a eso somos los mejores amigos del mundo.
- ¡Basta, Richard! Me haces sonrojar- digo de forma coqueta.
- Es verdad, Pacifica. Hoy estas esplendida, ¿De que diseñador es ese vestido que luces?- decía Lumila, una pija de Beverly Hills con la que tuve la ocasión de encontrarme en la academia de modales para señoritas y primogénita de una diseñadora de moda más conocida de New York.
- Lo he diseñado yo con las mejores telas que he mandado a coser con los mejores sastres- digo orgullosa de mi obra de diseño.
- Vaya, no sabía que eras diseñadora. ¿Te has planteado hacer unas practicas este verano para alguien? Creo que podrías aprender algo bajo la mano de una profesional como mi madre, si quieres.-
-No me había replanteado todavía lo que quiero hacer este verano, pero gracias por la oferta. Ya te llamaré si cambio de opinión – respondo con una sonrisa mientras bebo un trago de mi copa y me disculpaba para ir al baño. Richard me sigue por detrás y me alcanza entre la multitud de gente, llevando me a un pasillo aislado de la fiesta.
- Pacifica ¿estas bien?- me pregunta, cogiendo me de las manos. El tema sobre las vacaciones de verano era un asunto delicado para mi, pues él sabe mi historia con Gravity Falls y cuanto echo de menos ese lugar.
- Si, bueno, estoy un poco cansada. Esto de fingir que soy feliz y sonreír a la gente no es algo que me guste hacer- respondo mientras miro hacia un lado.
- Lo se y pienso que deberías decírselo a tus padres, ellos entenderán- dijo cogiendo me de la barbilla para que lo mirase.
- Ellos no entenderán, nunca lo entienden. Ya sabes lo que paso la ultima vez que intente convencerlos, me castigaron por semanas hasta que paso eso y nos mudamos. Ellos nunca me dejarán que sea feliz mientras que viva bajo su techo- le respondo con lagrimas a punto de caer.
Entonces Richard me abraza mientras lloro en su hombro y me acaricia el hombro. Este momento hubiera sido perfecto si la persona que me consolará fuera otra persona pero ahora mismo esta a 4 kilómetro en coche de aquí. Nuestro momento fue interrumpido por Priscila que caminaba apresurada hacia nosotros con una expresión preocupada.
- ¡Pacifica, cariño! Estabas aquí, me alegro de encontrarte. Oh, hola Richard, es un placer verte a ti también. Espero que estés disfrutando de la fiesta pero debo hablar con Pacifica sobre una cosa, si nos disculpa- habla apresurada mientras me cogía del brazo con fuerza y me llevaba hasta la cocina. Yo rápidamente me despedí de Richard y me deje llevar por Priscila. Al llegar a la cocina, Priscila echo al servicio con un movimiento de mano y una vez vac��a esta se giro hacia mi.
- ¿Sabes donde esta tu padre?- me pregunto con una sonrisa en su rostro, era normal en ella que no frunciera el ceño mientras te hablaba con una voz seria pues esto te dejaba arrugas y su bótox le había costado muy caro.
- No lo he visto desde esta mañana, pensé que estaría contigo como sois uña y carne. A lo mejor se ha ido a trabajar de nuevo- digo mientras me servía una copa de champan de una de las botellas de la encimera. Priscila tan indignada como es, me pego una chaqueteada en la mejilla sin importar si me dejaría eso una marca después.
- Esto no es broma, se suponía que debíamos dar un discurso pero no lo encuentro. Si sabes donde esta, sería muy considerado de tu parte que me lo dijeras. Después de lo que has hecho esta mañana- decía mientras mirándome fijamente, si las miradas mataran yo no estaría entre nosotros.
-¿Estás bromeando? ¿Porque tendría que saberlo? Tu sabes que no asistiría a esta fiesta si no tuviera otra opción – dije mientras me enfrentaba a ella, mirándola por encima. No debía dejar que supiera que me había echo daño, sino ganaba.
- No estoy para tus niñatadas, si no tienes ni idea de donde esta, no me hagas perder el tiempo. Voy a buscarlo y no espero que estés aquí para escuchar el discurso- dijo dejándome sola en esa cocina. Si eso es lo que desea, eso es lo que le daré. Camine apresurada hacia mi habitación, chocando con el servicio y algunos invitados. Una vez allí me dirigí hacia mi armario y cogí una mochila, dentro eche ropa suficiente que necesitaría y objetos de aseo. Entonces mi puerta se abre por sorpresa y de ella aparece la cabeza de Olga, mi criada personal.
- Señorita Pacifica ¿que estas haciendo?-pregunta entrando apresurada mente cerrando detrás suya y acercándose a mi.
-Olga, por favor no me detengas, esto es algo que debo hacer por mi cuenta- digo mientras echaba más ropa a la mochila. Olga sin decir nada se acerco a mi y me ayudo a empacarla. Al terminar, me acerque a ella y le di una abrazo.
-La echare de menos, Olga. Por favor coge lo que quiera de mi armario, yo no lo necesitare pero se que tu sí. Quédate lo o véndelo. Ya no me importa- dije tras terminar el abrazo sujetándole ambas manos.
-Gracias, espero que tengas suerte en tu viaje querida.-
Y sin más salí de mi habitación y me dirigir hacia la entrada donde me encontré con Richard que estaba esperando al aparca coches.
-¡Richard!- grite y corrí hacia su lado, él se giro a verme sorprendido.
-¿Pacifica? ¿Qué haces fuera? No deberías estar dentro junto con tus padres ¿y esa mochila?- decía mirando me de arriba a abajo confundido.
-Se que es muy repentino pero necesito tu ayuda, necesito que me lleves al aeropuerto enseguida- apresurando detrás mía por si salia mis padres a buscarme.
- Vale entra- me dice mientras entra en el coche de ultima gama y se ponían en marcha conmigo de copiloto. Nos alejamos de allí a toda velocidad, dejando la mansión y mi vida atrás. Una vez llevado unos minutos de viaje, decidí que era tiempo de explicarle mis motivos.
- Seguro que te estas preguntando porque necesito que me lleves al aeropuerto en un día tan importante como este- comienzo a explicar.
- En realidad estaba pensando si tenía posibilidades con el camero moreno de la fiesta pero lo tuyo parece más importante, así que dime nena- responde en broma mi amigo mientras conducía.
- La respuesta es si y necesito que me lleves porque estoy huyendo y necesitaba un coche para escapar- tras mi confesión, mi amigo hace un gesto dramático y me mira sorprendida como aquella vez que le dije de hacerme un tatuaje.
- ¿Por que harías eso criatura? Acaso es ¿por el dinero?¿La fama?¿Estas embarazada? ¿Quién es el padre? No, mejor. ¿Quién será el padrino?- empieza a preguntarme mi amigo alarmado a lo que le interrumpo antes de que se fuera por las nubes.
- No es nada de eso, es por mis padres. Siempre han querido que fuera como ellos y que me juntará con las personas que ellos querían.-
-¿Y qué tiene de malo ser rico y salir con gente importante?-
- Que no es la clase de vida que quiero vivir, quiero ser una persona normal. Tatuarme, salir de fiesta y hacer escándalos que no se transmiten en la prensa rosa. Quiero salir con quien quiera y que mi relación no se convierta en un negocio. Si me entendieras, harías lo mismo- digo seria mirándolo fijamente. Estaba claro en su mirada que lo había entendido mi discurso y con un suspiro me dice:
- Te entiendo, Pacifica. Pero no todos tenemos la suerte que tienes de ser libres de la vida que tienen, al menos yo solo tengo que esperar a que mi padre se jubile y me deje la empresa para que sea legalmente mía y pueda dejar de fingir algo que no soy. Aun así quiero que sepas que sea lo que sea, yo te estaré apoyando y espero que consigas un chico tan fabuloso como yo-
-Gracias, yo también lo espero- respondo apoyando mi mano sobre su hombro en muestra de mi cariño. Tras un largo viaje en carretera llegamos al aeropuerto de internacional de Miami, donde compre mi billete con dinero en metálico y me despedí de mi amigo. Para dificultar que me encontrarán tan rápido, utilice un pasaporte falso de calidad que conseguí hace tiempo por uno de mis contactos durante una fiesta en un yate.
Tras subir en el avión y que hicieran los procedimientos de seguridad, este voló hacia el aeropuerto de internacional de San Francisco, California. En el vuelo, planifique como iba a moverme desde San Francisco a Oregon pues no tenía conmigo un coche o un chófer personal que me llevará. Debería de utilizar el transporte publico, menos mal que aun me faltaba mucho para gastar el dinero que llevaba conmigo. Tenía suficiente para el viaje y para encontrar una habitación para dormir.
En las 6 horas siguientes, me dedique a mirar el paisaje a través de la ventanilla del avión, ha descansar como podía o leer la novela que me había traído conmigo en la mochila.
En cuanto llegue a San Francisco, me dirigí hacia la estación de autobuses más cercana, no sin antes pasar por los baños del aeropuerto para cambiarme de muda y pasar desapercibida entre la gente. Eran las 5 de la tarde, la calle estaba abundada de gente y no encontraba una parada o estación de autobuses cercana. Gracias al destino que me encontré con una amable familia de aspecto no cuestionable que accedieron ha llevarme hasta su siguiente parada. Durante el camino, la familia me contó sobre su tradición de viajar cada verano por los estados en una caravana familiar que llevaba en la familia 2 generaciones y como se divertían haciéndolo cada año. En mi familia no hacíamos cosas de ese tipo, lo más cercano a una tradición era ir de compras a Francia cada temporada para ir a la moda. Al poco tiempo tuvimos que separar nuestros caminos, me despedía cortés-mente de la familia que emprendió al momento su viaje.
La gasolinera en la que me encontraba parecía poco frecuentada por el aspecto descuidado, al entrar me dirigí hacia el mostrador donde se encontraba una señora mayor mascando un chicle y limándose las uña sobre el montador. Algo un poco anti-higiénico a mi parecer.
-Perdone, ¿sabes donde puedo encontrar un autobús que vaya hacia Oregon?- pregunte mientras miraba mi alrededor.
- La única parada que va directa a Oregon esta a un kilómetro de aquí, dudo que llegues a tiempo de cogerlo, Barbie- decía la mujer apuntándome con su lima hacia mi.
- ¿Hay una posibilidad de llamar a un taxi que llegue rápido?- vuelvo a preguntar con esperanza.
- Lo dudo, sera mejor que empieces a andar ya o tendrás que buscar un motel donde pasar la noche. Y le aseguro que no es como la Mansión de Malibu de la que saliste- dice amargada la señora. Sin otra cosa que hacer, empece mi camino a pie hacia Oregon. Mi móvil estaba a punto de acabarse la batería y el sol empezaba a ocultarse sobre el horizonte. Mientras caminaba hacia autoestop esperando a que un coche se parase a por mi y que este no fuera un asesino o un secuestrador aunque las dos cosas llegaban a ser lo mismo.
Al rato un Giulia 1600 se aparca enfrente mía esperando, yo acelero el paso y me asomo sobre la ventanilla bajada del copiloto. El conductor tenia cerca de mi edad, llevaba una camisa a cuadros roja una camiseta blanca y una gorra desgastada de leñador marrón. Por culpa de la poco luz que quedaba, no podía apreciar bien sus rasgos pero no tenía pinta de secuestrador. Aunque los secuestradores no parecen secuestradores, tendré el tacón a mano por si intenta sobrepasarse conmigo.
- Hola, ¿a donde se dirige?- pregunto el chico sin mostrar su rostro todavía, tenia un carácter tímido.
- Me dirijo hacia Oregon, si fuera tan amable de llevarme a hasta allí o la parada más cerca. Le pagare si hace falta- digo amablemente.
- No hace falta, yo la llevare sin cobra le nada. Además yo también me dirigía hacia Oregon- menciono el chico abriendo la puerta del copiloto y la empujaba. Yo entre en esta, sin antes dejar la maleta en la parte de atrás junto a las cosas del tipo. Había muchas cajas apiladas sobre el asiento trasero, al parecer se estaba mudando o algo parecido.
- Gracias por recogerme, seguro que no estas acostumbrado a recoger a extraños que vaga por la cuneta- dije intentando establecer una conversación con mi rescatador.
- Bueno no es algo que hago habitualmente pero te he visto caminar sola y no he podido evitar dejarte así con los peligros que hay por la noche- dice mirando hacia la carretera en todo momento.
- ¿Entonces me has recogido por pena? Bueno, no te culpo. Yo también me tendría pena- comento, la noche había caído por fin y en la carretera solo se podía apreciar el camino iluminado por los faros y las siluetas de casas y arboles.
- No es eso, al contrario, yo doy pena. Estoy realizando este viaje solo, porque decidí hacer unas practicas para el currículo, en vez de irme con mi hermana a la casa de mis abuelos en Oregon- menciona avergonzado, se notaba el leve sonrojo bajo la poco luz de los faros.
- Ah...entonces te he sentías solo y te he venido bien. Cool, cool,cool- dije mirando lo para luego regresar mi vista hacia donde estaba mi maleta y girarme de nuevo.- ¿Para que son todas esa cajas?¿Te mudas?- pregunto curiosa sin poder evitarlo, estaba integrada.
- ¡Ah, eso! Es que me voy a mudar con mis abuelos, he decidido cambiar de aires. Siempre me ha gustado visitarlos y siempre me he sentido bien con la gente de allí que donde estaba viviendo- dice, su voz se notaba algo cansada, al parecer el tema le ponía nostálgico.- ¿Y tú? ¿Porque viajas sola con una maleta y mochila?-
- Bueno...es complicado- empiezo a decir nerviosa.
- Tenemos mucho tiempo, no te preocupes.-
- A ver como empiezo, eh...Me he escapado de mis controladores padres- digo con duda.
- Vaya ¿ y querían que te casaras con alguien por el estilo o que?- pregunta al aire, yo sin más me quedo callada un rato sin mirarlo- ¿Es enserio? ¿También quieres que te cases con alguien? ¿En que siglo viven?- comenta sorprendido por mi silencio.
- Si bueno, eso no le hubiera salido bien. El tío con quien me querían emparejar es gay y ambos estamos de acuerdo que nuestros padres son una mierda- digo intentando pasar de tema.
- Bueno, una vez que ya nos hemos hablado sobre nuestras vidas y que no eres una asesina en serie, creo que debería presentarme- dice finalmente después de un rato.- Me llamo Mason- se presento, maniobrando con una mano para que se la estrechara.
- Elisabeth- y le dije finamente y le estreche la mano con fuerza. Mason tenía algo que me hacia confiar en él, aunque para mi era un completo desconocido aun.
Estábamos entrando a Oregon, estaba emocionada de encontrarme con los bosques que rodeaba Gravity Fall y con sus rarezas. En mi cabeza tenía dudas sobre que cosas encontraré allí y si me aceptaran después de lo que les hice sufrir cuando era una niña. Solo quedaba esperar a que todo saliera bien y sino, siempre puedo hacer autoestop a las vegas. Seguro que la idea le hubiera gustado a Mabel o Richard, mierda… Se llevarían genial, aunque seguro que Mabel intentaría convencerlo de salir con ella antes de convencerse que no lo puede volver hetero.
El resto del camino estuvimos en silencio, yo decidí quitarme estos pensamientos durmiendo y me recosté sobre el asiento. Ojalá todo saliera bien.
#gravity falls#gravity falls fanfiction#gravityfallsfanfic#gravity falls fandom#gravity falls fanart#dipcifica#dipcifica fanfiction#dipper pines#mabel pines#gravity falls pacifica#gravityfalls dipper#gravity falls dipcifica#stan pines#ford pines#gravityfallsfuture#gravity falls au#gravity falls story#IndelebleFanficGF#ao3#fanfiction.net#archive of our own#Indeleblefanfic
4 notes
·
View notes
Text
Mejunje para Gabi
Era un verano infernal y Gabi colgaba ropa sobre una cuerda nueva que se extendía de lado a lado en el estrecho balcón; una punta estaba atada a la base de una lámpara del balcón que no estaba en uso hace años (el edificio era bastante viejo y se notaba) y la otra punta se encontraba amarrada a un pequeño fierro que sobresalía de la pared. La mujer -casi incinerada más que bronceada- se agachaba repetidas veces a agarrar prendas del canasto de plástico viejo para dejarlas colgadas con broches al sol -aunque ya casi ni llegaba ahí-: se movía incómoda e incordiosa, no le gustaba sentirse tan acorralada en aquel espacio casi milimétrico. Sus manos de uñas acrílicas decoradas ferozmente con colores blancos y gemas plateadas entorpecían un poco el labor, pero eso no parecía importarle mucho. Colgó una camiseta de San Lorenzo, una remera con la inscripción “New York”, y unos calzoncillos (no le alcanzaba el espacio para colgar más que eso). Sobre la baranda algo descascarada dejó unos jeans rasgados y cuando creyó haber terminado, miró el canasto y vio que le faltaba dejar secando algunas tangas y su corpiño push-up animal print con detalles fucsias; cuando lo agarró sonó el timbre.
Gabi, corpiño en mano, atravesó con dificultad el diminuto balcón; se agachó para no llevarse por delante la ropa, dio un gran paso para cruzar el canasto, pasó el ventanal para caminar hasta la puerta y abrirla. Del otro lado estaba Elsa, una mujer arrugada que rozaba los sesenta años, pálida y de nariz puntiaguda, aguardaba del otro lado con un bolso artesanal colgándole del brazo, y entró apenas se generó un espacio entre la puerta y el marco.
-Gabi disculpá que tardé tanto en llegar, tuve que llevar a arreglar la máquina de coser.- comentó algo cansada mientras dejaba la cartera de diseños hindúes colgada de una silla en el comedor.
-¡Ay, no te hagas drama! Esperáme dos segundos y ya nos ponemos.
Gabi volvió al balcón y comenzó a abrochar las tangas de colores en un tramo estrecho al final de la soga, era tan poco el espacio que -de a poco- comenzaron a abultarse sin respiro una de la otra, a su vez que la mujer pálida tomó su celular viejo y comenzó a navegar entre sus notificaciones.
-Elsy, fíjate en la heladera que quedó torta del cumple de Sebas y está riquísima.
-¿Cómo estuvo el festejo?- respondió.
Gabi recordó la espantosa noche en la que su ex-esposo -y padre de su hijo- intentó coger con su hermana luego de haber tomado unas cuantas copas de vino; también se acordó de lo que extrañaba que él le manosee la cola de forma discreta; para después acordarse de cómo le gritó “desubicado de mierda” mientras le agarraba del perchero la campera de cuero; luego se acordó de cómo lo empujó hasta la puerta. No faltó en su memoria aquel silencio de terror que pinchó la celebración. Su hijo seguía enojado con Gabi por los sucesos de esa noche. “Quiere cagarte la vida” le respondió su amiga mientras llevaba la torta y una coca que estaba por la mitad de la heladera a la mesa.
Elsa también recordó, pero eso es cosa suya. Uno no puede andar metiéndose en la vida de todos (es un poco irrespetuoso).
-¿Desde cuándo colgás la ropa acá?- preguntó la mujer pálida a la vez que desenvolvía la torta de aquella especie de papel madera donde estaba guardada.
Gabi hizo un gruñido casi imperceptible que Elsa llegó a imaginar mientras entraba incómoda por la puerta corrediza, que rechinó oxidada cuando la cerró
-Hay una vecina nueva, la del quinto “C”-comentó Gabi- no hace más que jodernos a todos.
Jessica, la chiquita de veinte que se había mudado hace dos semanas, era una prostituta -según lo que comentaban en su piso-; una pibita de cabello negro, que se pintaba los labios de rojo y tenía un lunar cerca del labio. Solo salía para secar la ropa en la terraza; dejaba contra una pared su mejunje de ropa recién lavada para que se seque al sol, no la dejaba ni doblada ni colgada sino que la echaba allí como si fuese basura: este método de secado generaba un olor a humedad insoportable en todo el espacio. Y Gabi -que no se bancaba los olores fuertes- fue la primera en pegar el grito en el cielo, pero a la chica de los labios rojos no le importaba mucho; dejaba la montaña ahí por tres días, y luego se la llevaba. En los chusmeríos que se daban en la puerta del edificio por un cruce de vecinas, hablar sobre Jessica era algo recurrente: la mayor interrogante era “¿Quién pagaría por cojerse a una trola que tiene ropa interior con olor a humedad?”, pero nadie se daba cuenta que estaba haciendo buena cantidad de negocios allí adentro: muchos maridos atravesaban el marco de su puerta numerosas veces y no dudaban nunca en darle propinas extras por un trabajo bien hecho.
A pesar de que a Gabi le tentaban todas estas polémicas, solamente quería que esa nueva vecina desapareciese.
-Tiene un mejunje de ropa en la terraza que está todo podrido, larga una baranda...- resumió.
-Me estás jodiendo, ¿no estarás exagerando?
-Amiga, te lo juro. Es una roñosa esa mina.
Gabi no solo detestaba a la vecina nueva por sus molestos hábitos poco higiénicos, sino también porque sabía que esa chica se estaba cogiendo a su hijo… y a su ex-esposo también. Podía percibir el dejo de su “fragancia” cada vez que entraba en el cuarto de Sebastián; y la noche del cumpleaños lo sintió cuando agarró la campera de su ex, eso fue lo que la hizo prender fuego de la ira. Solamente deseaba agarrar a la chica de labios rojos por el pelo y zamarrearla hasta que quede frágil como un fideo, deseaba prender fuego toda su ropa interior y que ardan hasta los alambres de sus corpiños (ese era un secreto que solamente se guardaba para ella, a diferencia de la mayoría de los secretos que atravesaban sus oídos, los cuales se dedicaba a esparcir por todos lados).
-Si es tan asqueroso lo quiero ver- dijo Elsa a la vez que comía una porción de bizcochuelo.
-Sos una morbosa, además ¿qué querés ver?- le respondió Gabi en tono de risa e ironía mientras le pasaba el dedo a la crema que estaba en la torta y se lo metía en la boca.
-Quiero ver el mejunje.
La mujer pálida también pasó su dedo por la crema y luego se lo metió en la boca.
Como a Gabi le gustaba extender las polémicas desde Coghlan hasta La Matanza, no le costó mucho ceder al pedido de su amiga. Fue así como subieron las escaleras hasta la famosa terraza, donde un sol abrasador las esperaba para quemarles los hombros, no era un espacio muy preparado para ser habitable, era una especie de techo con las medidas de seguridad mínimas -para evitar demandas, que todos sabemos llevan a inmensos enrosques burocráticos-; de paredes bajísimas, piso como de aluminio (nadie sabía bien), varias salidas de ductos de ventilación y alguna que otra soga que se tendía de un lado al otro. Gabi recordaba muy bien cómo había sido la última vez que estuvo ahí.
Las amigas caminaron hasta el iceberg de ropa que yacía como recostado sobre el piso, contra la pared en la que se levantaba la puerta de la terraza, como si las estuviese esperando. Se distinguía gran cantidad de corpiños con relleno, encaje, patrones rojos, flores, lunares, rayas; también habían pares dispersos de medias can can y ligas exóticas que hasta daban pudor de ver; y se divisaban algunas bombachas que tenían el grosor de un hilo. También habían algunas prendas más, pero no les llamaba la suficiente atención para detenerse a observarlas. Sus rostros de extrañamiento se fusionaban perfectamente con las de desagrado por el olor, pero se acercaron al mejunje casi por impulso.
-Ese corpiño es mío- dijo Elsy, irrumpiendo con el silencio.
-¿Cómo va a ser tuyo? A lo sumo es el mismo modelo- ni Gaby ni su amiga lograban detenerse, necesitaban ver más de cerca.
-No, es uno que hice yo…- la mujer pálida era más imprudente que la otra presente.
-Lo habrás vendido y no te acordás.
Elsy se acercó un poco más a la masa de tela que se levantaba pestilente del piso con su horrible aliento a humedad y se inclinó hacia adelante para observar mejor.
-No, este es mío.
La curiosa se acercó aún más a los tejidos y cuando tocó el corpiño que le pertenecía, el mejunje se movió de una forma bestial y ágil que ni siquiera Gabi llegó a interpretar; aquella montaña de ropa se estiró un poco hacia su amiga, se abrió rápidamente como si fuese un Mar Rojo casi bíblico y dejó ver por entre el encaje una dentadura afilada. De adentro también se asomaba una lengua de seda tan aterciopelada como ardiente y emitió un chillido que las aturdió hasta dejarlas sordas, la más cautelosa de las amigas dio un paso hacia atrás. Casi con la velocidad de un rayo, la bestia de ropa se estiró hasta la cabeza de Elsy y lo aspiró como si fuese un pobre espagueti triste, con tal facilidad que la mujer pálida pareció tan solo una muñeca de papel. La criatura volvió a su posición original enseguida y con una brutalidad atroz. La mujer pálida ya no estaba ahí, ni siquiera dejó un zapato.
Se sintió el eterno silencio de la terraza. Gabi nunca más le dirigió la palabra a sus vecinos.
por SKKKELECTRIC
0 notes
Text
Estas son las tendencias de peinado, maquillaje y lacado de uñas que triunfan en 2022
Academia Quesada se hace eco de la noticia lanzada por Trendencias sobre las tendencias que triunfan en 2022
Academia Quesada, uno de los centros de peluquería en Sevilla que oferta un curso de maquillaje en Sevilla, se hace eco de la información aportada por el portal especializado en noticias de moda Trendencias. En dicha noticia se narra los colores y las formas que son tendencia este año en el lacado de uñas junto a ilustraciones con el resultado final de cada modelo.
El verano es la época en la que más se experimenta tanto con el peinado como con el maquillaje. En el lacado de uña, siguen reinando los tonos pasteles y los colores neón. En cuanto a los decorados, las flores siempre es el diseño rey del verano y se unen la francesa a la inversa, los puntitos y el estampado psicodélico.
En el maquillaje, la tendencia que sobresale cada verano es el efecto nude. Otro efecto que también está de moda esta época estival es el gloss, que incluye mucho brillo para dar a cualquier look, un toque muy especial. Los colores ganadores que se han sumado a las tendencias son el oro, plata y bronce. Además, se recomienda utilizar el iluminador de una forma muy marcada como se ha visto anteriormente en las pasarelas. En los labiales, los que más triunfan son los tonos más fuertes. Estos son los rojos muy intensos y la gama de granates.
Complementa el maquillaje con los peinados veraniegos
El peinado que siempre triunfa cada verano, sobre todo con el cabello largo, es la coleta alta, a las cuales, para que no se vea la goma del pelo, se deja un mechón fuera que será con el que se envuelva la coleta. Los moños adornados con pinzas de flores o de mariposas son otro gran recurrente en esta época junto a las trenzas, siendo la innovación de esta temporada, las bubble braids.
Leer mas...
0 notes
Text
¡Tu manicura más fashion para lucirte como nunca!
En Solarium Sunlife, te ofrecemos las últimas tendencias en manicura para que tus uñas sean el centro de todas las miradas. ¡Déjate llevar por los colores y diseños más innovadores y siéntete única!
Reserva tu cita y luce una manicura espectacular este verano.
#nails #travel #vacaciones #fiesta #verano #sol
0 notes
Text
Top 10 Escarpines de mujer para este verano
Top 10 Escarpines de mujer para este verano
Te mostramos una selección con los mejores escarpines para mujer para este verano y que debes ver. Escarpines y zapatillas para el agua, mar o río que cumplirán tus expectativas según tus necesidades. Desde escarpines baratos de neopreno a cangrejeras de goma para que este verano puedas disfrutar de tus deportes acuáticos favoritos con total seguridad.
Los escarpines son un tipo de calzado que originariamente se usaba para el buceo, ya sea con snorkel o con botellas. Con el paso del tiempo los fabricantes se dieron cuenta que había un hueco de mercado para los diferentes deportes acuáticos, así que ampliaron su catálogo con escarpines para navegación, surf, kayak, etc… y aunque al principio parecía una prenda de uso exclusivamente para practicar algún deporte, hoy en día forma parte de nuestro kit playero.
Los escarpines de mujer y hombre difieren muy poco unos de otros, pues son zapatillas planas y ancho regular y lo que más los diferencia es el color o diseño para hacerlos más bonitos.
Comparativa de escarpines de mujer
Te mostramos una comparativa basada en las opiniones de los clientes que han comprado estos escarpines. Aquí tienes la lista con los mejores modelos de escarpines para mujer para este verano y que puedes ver todos los detalles y precio
¿Te interesa alguno de estos modelos y quieres saber se precio y opciones de color y talla? Ver detalles de los escarpines
¿Como deben ser los escarpines?
Los escarpines ya que se van a usar en un entorno húmedo deben reunir unas características un poco especiales para que el usuario se sienta cómodo durante los largos días de playa o río.
Una de las características que deben reunir los escarpines para la playa o piscina es la flexibilidad y ligereza, ya que queremos disfrutar del agua de mar o la piscina sin notar que vamos vestidos. Aunque para algunos deportes o actividades es mejor una suela rígida que nos aseguré una pisada firme y estable, como es el caso de los buceadores que deben llevar mucho peso hasta que se sumergen en el agua.
Otro de los factores que debemos tener en cuenta es el tiempo de secado, ya que es posible que en una misma jornada de playa nos bañemos varias veces, y es muy incomodo el ponértelos y que aún estén mojados. Por eso hay que comprar escarpines fabricados con materiales sintéticos como neopreno, EVA o caucho. Pero que además incluyan agujeros para drenar el agua del interior, así no se quedará encharcado el escarpin y secará antes.
La importancia de mantener los pies secos
Tener los pies secos y sanos es fundamental para poder disfrutar de tus días de playa o piscina al máximo. El mantener los pies mojados durante mucho tiempo, ya sea por el agua del mar, río, piscina o sudoración puede traer problemas. Los escarpines son un calzado especial para el agua, pero no nuestros pies. Los escarpines no sufrirán ningún tipo de daño por estar muchas horas dentro del agua.
Nuestros pies cuando están mucho tiempo mojados dentro de los escarpines empiezan a sufrir rozaduras entre los dedos, en el talón, en la puntera sobre los dedos pues la piel se ha reblandecido y empiezan aparecer las famosas ampollas, eso en los casos más leves.
Pero en verano es posible que nos bañemos 2 o 3 veces al día y en un día de playa esto puede provocar que pasemos muchas horas con los pies mojados, y si repetimos la operación varios días seguidos esto puede provocar hongos en los pies o el famoso pié de atleta y también hongos en las uñas, que las oscurecerán y darán un aspecto poco saludable.
Lista de los escarpines para mujer mejor valorados
Aquí tienes todos los detalles de los escarpines de mujer para que puedas comprar los que mejor se adaptan a tus necesidades o preferencias.
[content-egg module=AmazonNoApi template=item]
Recomendaciones al usar escarpines
En primer lugar debes elegir un modelo de escarpín que se adapte a tus necesidades, pues no es lo mismo unos escarpines para la playa que unos escarpines para practicar buceo. Los escarpines para la playa, piscina o río son con los que debemos tener más cuidado, pues son los que usaremos más horas y días seguidos.
Por eso debes elegir un modelo de escarpín que tenga un buen drenaje y seque muy rápido. Pero eso no es suficiente, lo mejor es quitártelos cuando tengas ocasión y dejar que se sequen tus pies mientras estas en tu silla de playa comiendo o tomando el sol. Y los escarpines ponerlos en posición vertical para que el agua del interior salga con facilidad mientras se secan al sol.
Es la mejor manera de mantener la salud de tus pies y mantener los escarpines durante varias temporadas.
Si te gusta la natación y quieres seguir tu progresión te recomendamos estos relojes Samsung para mujer con los que controlar tu actividad deportiva.
Top 10 Escarpines de mujer para este verano
0 notes
Text
Blog 7
Para Blog 7, leí una revista en español para treinta minutos. Encontré la revista en línea de este sitio web: https://www.tuenlinea.com/moda-belleza/como-debes-rasurarte-las-piernas-si-tienes-piel-sensible/ . Tuve que leer dos revistas diferentes para que fueran treinta minutos. El primero que leí fui sobre rasurar las piernas de manera correcta, especialmente si tiene la piel sensible. Esta revista es muy aburrida y no tengo la piel sensible, así que no es bien para mí.
La siguiente revista que leí de sobre las uñas de primavera y cómo pintarlas para las vacaciones de primavera. Me gustó este más que el de las porque me encanta pintar mi uñas, así que este fue más interesante para mí. La revista me mostró muchos diseños de uñas diferentes de instagram y los colores y diseños fueron muy divertidos y guapos. Mi diseño favorito es este:
Creo que pintaré las uñas por las vacaciones de primavera o verano este año. Recomiendo leer este revista.
0 notes
Photo
29 TRUCOS DE CHICAS BRILLANTES QUE TE SORPRENDERÁN
#belleza#bricolaje#camiseta#chica#chicas#cola#diseños de arte de uñas#estampado tie-dye#ideas para chicas#lápiz#madera#manualidades#pantimedias blancas#papel#pegamento#ropa#ropa de bricolaje#ropa de verano#salvavidas para chicas#silicona#tips#tops#trucos#trucos de moda#trucos de ropa#trucos para chicas#tutorial de uñas#uñas de uñas
0 notes
Photo
“Limón” 「Lemon」
Uñas jugosas y frescas como un cítrico. Cambiando el color se puede conseguir fácilmente un aspecto de naranja o de lima.
ジューシーで爽やかな香りがしてきそうなレモンネイル。色を変えればオレンジやライム等も出来ますね。
#イエロー#ホワイト#ラメ#フレンチ#amarillo#blanco#purpurina#francesa#frutas#フルーツ#verano#summer#夏#diseño#design#uñas de gel#nailart#gel nails#デザイン#ネイルアート#ジェルネイル#dibujo#ペイント
5K notes
·
View notes