#armarios de cocina
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re-doors · 11 months ago
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https://re-doors.com/
Calidad y Economía en cada Puerta: La Historia de Re-Doors En Re-doors contamos con más de 30 años de experiencia en fabricación de muebles y componentes de cocina, nuestros inicios son como fabricantes para la industria del mueble de cocina, armario y baño. Los fabricantes de muebles de cocina, como los fabricantes de automóviles, son grandes diseñadores y ensambladores. La mayoría de las fábricas de muebles de cocina de Alemania, Italia o España, están preparadas para ensamblar muebles pero reciben los componentes que luego unen a los muebles de proveedores externos, ya que no tienen capacidad interna para fabricar estos elementos
Re-doors, fabricación de puertas de cocina a medida
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lacasaporelteclado · 2 years ago
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Si no puedes parar de ver cocinas blancas con uñero no eres la única persona, pero ¿sabes por qué? Descubre qué aportan para ser la nueva obsesión en decoración.
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rowbutt · 1 year ago
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Living Room in Madrid The living room in this large Tuscan open concept photo has blue walls, a bar, and medium-toned wood flooring.
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pseudxcode · 1 year ago
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Living Room Home Bar Madrid Inspiration for a large open concept living room remodel in the Mediterranean style with a bar and blue walls.
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golshiftehnews · 1 year ago
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Madrid Living Room Living room - large mediterranean open concept medium tone wood floor and brown floor living room idea with a bar and blue walls
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flan-tasma · 1 year ago
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Ok so this is for whenever you start posting again, and this contains a tiny spoiler for the new archon quest so if you haven't done it yet then you can ignore this So you know how during the archon quest Arlecchino confronts Furina when she's alone? That but with Dom Lyney (or Freminet if you don't do requests for Lyney yet i'll be happy with either one) and reader is Furina's assistant/servant (Not like neuvillette like they serve Furina and stuff) And instead of attacking the Reader Lyney (or Freminet depending on you choose to write) Fucks them? Yeah that's it, i feel like this is a little different from the other nsfw requests you've done so if this makes you uncomfortable then feel free to delete this
💖~ I haven't gotten to that part in the game yet, but I already wanted to write this kdhkdhd Sorry for the delay! :(((((
Writing Freminet crying and then Lyney horny is the most "sex mode: on" thing I've ever done.
I liked the idea of putting Reader as a lady-in-waiting in the care and service of Furina, I couldn't stop thinking that I would like to write for Furina with a Reader like this and the life they have together kdhkdhd ✨✨✨✨
Warning: smut, there is consent! Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
La arconte Hydro te había enviado a buscar comida para gatos con la esperanza de hacer que un pequeño minino se dejara acariciar, parecía una misión sencilla comparada con las tareas que solían darte en los momentos más aleatórios, pero sonreíste, te inclinaste y seguiste la orden de tu señora. Poco sabías que ni bien cruzaras la esquina para ir a la cocina algo te interceptaría.
Una flecha había dejado la manga de tu camisa atravesada en la pared, el metal no te permitía liberarte y el olor a fuego que chamuscó tu ropa te alarmó. Entre las sombras apareció a quien menos habías esperado encontrar entre los pasillos tan cercanos a tu arconte y eso te hizo sudar más.
Lyney, vestido con su usual traje de mago con sombrero de copa, no te miraba con la galantería usual que demostró entre sus actos en los que acompañabas a la arconte Hydro, su sonrisa coqueta se mostraba muerta, con una expresión seria. Se acercó poco a poco a ti, acorralándote contra la pared en la que estabas.
"Monsieur Lyney, el uso de armas contra mi está restringido." Recordaste al mago que por fin te miró a los ojos, sonriendo de una manera extraña.
"Vamos, mon chéri, ¿el riesgo no es la parte más divertida de nuestra relación?" Las palabras burlonas de Lyney te golpearon salvajemente en el corazón, sonrojándote cuando su mano alcanzó tu mentón para mirarte mejor. "Habíamos hablado acerca de algo como esto antes, ¿o vine en mal momento?"
No podías dejar esperando a Furina tanto tiempo o te haría algún berrinche, pero las manos de Lyney en tu cintura y sus labios en tu cuello se sintieron más embriagadores que las anteriores veces en las que el mago se coló a tu habitación para un encuentro carnal. Sus dedos hábiles desataron tu corsé y solo pudiste tomar su cuello con un brazo para acercarlo para besar sus labios. Su semblante serio te daba una inquietante señal de que no te dejaría ir en mucho tiempo, y te lo confirmó cuando quitó la flecha de tu manga y te metió a una habitación cercana, un almacén en donde te presionó contra la pared mientras dejaba caer la vestimenta que usabas como dama de Furina. La falda larga cayó al suelo junto al corsé y la camisa chamuscada, la blusa interior desapareció entre la oscuridad del armario mientras Lyney creaba marcas en tus pechos.
"Lamento si... vine en un mal momento." Las palabras de Lyney estaban cargadas de arrepentimiento y culpa, pero su tono hambriento mientras se metía una de tus tetas a la boca, chupaba y su lengua masajeaba tu pezón con furia. Estaba tan necesitado, habiendo pasado semanas desde que te había visitado por última vez y ambos se necesitaban. "Pero puedes hacer esto por mi, ¿verdad? Puedes perdonarme luego."
Los dedos de Lyney jugaron con tu botón sensible a través de la ropa, manchando cada vez más la tela hasta que no fuera más que un mal necesario que quitaría del camino para tocarte más profundamente con dos dedos que entraban y salían manchados de humedad.
"O s-si quieres no me perdones." Querías preguntarle a qué diablos se refería, pero sus labios te besaron más rápido, callando lo que fuera que tuvieras en la cabeza y haciéndote mover contra sus dedos en busca de lo que ambos sabían que tendrían. El miembro de Lyney jugó con tus pliegues antes de entrar al mismo tiempo que sus manos dejaban marcas severas en tu cintura, sus jadeos se quebraron cuando te empezó a empujar fuertemente contra la pared y besaba tu pecho, en donde estaría tu corazón mientras se disculpaba por necesitarte tanto, por amarte tanto que lo único que quería ahora era llenarte hasta que el día acabe. "Te amo, de ve-verdad. Eso no es mentira, mon chéri."
Lyney lloraba por el placer mezclado con la culpa de estar engañándote para que Padre pudiera quitarle la gnosis al arconte Hydro, por haber empezado a visitarte para descubrir la rutina de Furina, por haberte usado hasta enamorarse de ti hasta el punto en que ahora gemía contra tu piel caliente y sudaba contra tu carne, machacando su polla contra tus paredes que apretaban su forma de manera perfecta.
La culpa no superó al placer cuando pintó tus entrañas con su semen y mordió tu cuello hasta dejar una bonita marca rojiza. Sus caderas no se detuvieron y siguió golpeando tus zonas sensibles y mojadas entre beso desordenados. Soltó más frases amorosas contra tu oído, maldiciendo internamente si luego pensabas que eran las mentiras más viles, marcó tu cuerpo para que no lo olvides si lo mandabas al diablo cuando te enteres de su engaño.
"Me dejarás follarte como disculpa, ¿verdad?" Lyney sonrió ante tu rostro bañado en lujuria, con tu perfecto maquillaje corrido y los labios de ambos manchados con labial. "Me aseguraré de follarte tan bien que me perdonarás todo, déjame mostrártelo."
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English:
The Hydro archon had sent you to find cat food in the hopes of getting a little kitten to pet, it seemed like a simple mission compared to the tasks she usually gave you at the most random moments, but you smiled, bowed and followed the order of your lady. You didn't know that as soon as you crossed the corner to go to the kitchen something would intercept you.
An arrow had left the sleeve of your shirt pierced in the wall, the metal did not allow you to free yourself and the smell of fire that singed your clothes alarmed you. From the shadows, someone you had least expected to find appeared among the corridors so close to your archon and that made you sweat more.
Lyney, dressed in his usual magician outfit with a top hat, did not look at you with the usual gallantry that he showed between his shows in which you accompanied the archon Hydro, his flirtatious smile was dead, with a serious expression. He slowly approached you, cornering you against the wall you were on.
"Monsieur Lyney, the use of weapons against me is restricted." You remembered the magician who finally looked you in the eyes, smiling in a strange way.
"Come on, mon chéri, isn't risk the most fun part of our relationship?" Lyney's teasing words hit you savagely in the heart, blushing as his hand reached for your chin to get a better look. "We'd talked about something like this before, or did I come at the wrong time?"
You couldn't keep Furina waiting for so long or she would throw a tantrum, but Lyney's hands on your waist and his lips on your neck felt more intoxicating than the previous times the magician snuck into your room for a carnal encounter. His skillful fingers untied your corset and you could only grab his neck with one arm to bring him closer to kiss his lips. His serious expression gave you a disturbing sign that he wouldn't let you go for a long time, and he confirmed it when he removed the arrow from your sleeve and took you into a nearby room, a warehouse where he pressed you against the wall while he dropped the outfit you wore as Furina's lady-in-waiting. The long skirt fell to the floor next to the corset and the singed shirt, the undershirt disappeared into the darkness of the closet while Lyney created marks on your breasts.
"I'm sorry if... I came at a bad time." Lyney's words were laced with regret and guilt, but his tone was hungry for as he took one of your tits into his mouth, sucking and his tongue furiously massaging your nipple. He was so needy, it having been weeks since he had last visited you and you both needed each other. "But you can do this for me, right? You can forgive me later."
Lyney's fingers played with your sensitive button through your clothing, staining more and more of the fabric until it was nothing more than a necessary evil that he would move out of the way to touch you deeper with two fingers that moved in and out smeared with moisture.
"Or i-if you want, don't forgive me." You wanted to ask him what the hell he meant, but his lips kissed you faster, hushing whatever was on your mind and making you move against his fingers in search of what you both knew you'd have. Lyney's cock played with your folds before entering at the same time as his hands left severe marks on your waist, his gasps breaking as he began to push you hard against the wall and kissed your chest, where your heart would be as he apologized for needing you so much, for loving you so much that the only thing he wanted now was to fill you until the day is over. "I love you, really. That's not a lie, mon chéri."
Lyney cried out of pleasure mixed with guilt that he was tricking you so that Father could take Hydro Archon's gnosis, that he had started visiting you to discover Furina's routine, that he had used you until he fell in love with you to the point where he was now moaning against your skin hot and sweaty against your flesh, grinding his cock against your walls that squeezed his form perfectly.
The guilt didn't outweigh the pleasure when he painted your insides with his cum and bit your neck until he left a nice reddish mark. His hips didn't stop and he continued hitting your sensitive, wet areas between messy kisses. He blurted out more loving phrases against your ear, internally cursing if you then thought they were the vilest lies, he marked your body so you wouldn't forget it if you sent him to hell when you found out about his deceit.
"You'll let me fuck you as an apology, right?" Lyney smiled at your face bathed in lust, with your perfect makeup smudged and both of your lips stained with lipstick. "I'll make sure to fuck you so good that you'll forgive me for everything, let me show you."
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eriya-0z · 2 months ago
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Una princesa y su príncipe
Sanji x f!reader (ESPAÑOL / SPANISH)
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-¡Gracias Sanji! La comida estaba deliciosa.
-Sí, mañana haz carne, por favor.
-¡Y judías!
Eventualmente todos los piratas salen de la cocina dejando solo a Sanji. O eso creía él.
Él empieza a colocar en su sitio todos los ingredientes que ha ido sacando a lo largo de su cocinado. Ha pasado tanto tiempo en esta cocina que ya no necesita ni pensar para ir abriendo y cerrando armarios y poniendo todo en su lugar.
Sonidos de platos chocando hacen que Sanji mire por encima de su hombro. Y es entonces cuando nota por fin la presencia de Y/n, quien el parecer está recogiendo todos los platos de la mesa.
-Y/n, querida, no hace falta- al oír la voz de Sanji ella se gira con todos los platos en sus manos y una pequeña sonrisa en su rostro.
-Quiero ayudarte, siempre limpias todo nuestro desastre tú solo- se acerca y se pone delante del fregadero, donde deja todo-. ¿Yo lavo y tú secas?
Sanji asiente algo ensimismado. Estos actos de amabilidad eran los que podían con él, los que hacían que su corazón se saltase un latido.
-Gracias- respondió una vez rompió un silencio más largo de lo normal, que había usado para asegurarse que su voz no saldría temblorosa. Se acercó a Y/n mientras estaba se remangaba hasta los codos y depositó un beso en su sien. Y/n volvió a sonreír, esta vez más profundamente que la anterior y Sanji juró que si Y/n no se hubiera girado hacia al grifo para empezar a lavar los platos, no se habría resistido a besarla.
-¿Qué te pareció la cena de hoy?- pregunta él en pos de evitar el silencio, aunque este no fuera incómodo.
-Perfecta, como siempre. No por nada eres el mejor cocinero de todo el East Blue.
Ahora es el turno de Sanji de sonreír satisfecho. Pero no había ninguna posibilidad que él dejara que fuese un cumplido de un solo sentido.
-Todos mis platos mejoran cuando estoy cocinando para una chica guapa.
-¿Guapa?- Y/n miró a Sanji arqueando una ceja y sonriendo de medio lado- Siempre tan coqueto...
-De hecho, guapa es poco. Preciosa, más bien- esta vez el cocinero sí que logra su cometido y hace que Y/n se ponga completamente roja. Intenta ocultar su bochorno dirigiendo su mirada a los platos, aunque ya es demasiado tarde.
-No digas esas cosas...
-Bien, no lo haré más- ambos sabían que estaba mintiendo.
El silencio se instala entre ellos sin que Sanji quiera evitarlo. Por cada plato mojado que ella le pasaba, el cocinero se acercaba un poco más a Y/n imperceptiblemente y aprovechaba ese momento para rozar los dedos de ella con los suyos. Y aunque la pirata sí notó esto, no hizo nada por impedirlo.
-Siempre quisiste ser cocinero, ¿verdad?- sorpresivamente es Y/n ahora quien rompe el silencio.
-No recuerdo un solo día en que no lo hiciera.
-Eso es muy bonito.
-No tan bonita como...- ella lo mira serio con las cejas levantadas- Chopper- rectifica Sanji haciendo que su acompañante suelte una carcajada.
Sanji tiene que aspirar profundamente para soportar el inmenso amor que sentía en el pecho, la sensación podría hacer que se cayera redondo al suelo. La risa de Y/n le parecía el sonido más bonito del mundo.
-¿Qué querías ser tú de pequeña?- pregunta el rubio una vez se ha recuperado.
-Yo...- ríe para sí como recordando algo- Yo quería ser una princesa.
-¿Una princesa? ¿Tú?- Y/n asiente avergonzada pero sin arrepentirse de habérselo contado- Entonces debes estar contenta, porque siempre te trataré como a una.
-¡Sanji!- ella le da un codazo amistoso en el brazo pero ríe de su flirteo.
-¿Por qué querías ser princesa, igualmente?
-No lo sé realmente, era muy pequeña... Supongo que la idea de tener toda los libros y vestidos que quisiera me hacía ilusión. También me encantaban los bailes- sonríe imaginando algo-, esos en los que un príncipe saca a bailar a una chica y dan vueltas hasta el amanecer.
Sanji observa a la chica durante unos segundos y acto seguido se separa de la encimera, colocándose en medio de la sala y extiende una mano hacia Y/n.
-Bailemos, pues.
-¿Qué? -Y/n se gira hacia Sanji pero sin apartar las manos del fregadero- Sanji, no hay música, no hay nada.
-Yo cantaré si eso quieres... Y tenemos a una princesa- hace un gesto con su cabeza hacia ella- y a un príncipe… - esta última insinuación parece ponerle nervioso, pero Y/n no sabe descifrar por qué- Y a un chico que quiere sacarla a bailar. Tenemos todo lo que necesitamos- como no parece que vaya a admitir que quiere hacerlo, Sanji da un paso hacia ella y coge su mano.
-¡Sanji! Estoy mojada.
-Es sólo agua- agarra haciendo un poco más de presión la húmeda mano de Y/n y tira de ella hasta salir de la cocina, a la cubierta del barco.
La noche ya estaba totalmente instalada y la Luna brillaba en lo alto del cielo. Sanji tiró de Y/n hasta llegar al centro de la cubierta. Una vez allí se giró hacia la chica y conectó su mirada con la de ella. Y/n estaba nerviosa, y aunque no lo mostrara, Sanji también. Soltó su mano y con una reverencia demasiado exagerada volvió a ofrecer su mano.
-¿Me ofrecería este baile, mi princesa?- Y/n miró directamente a los ojos a Sanji durante unos segundos, y él podría haber jurado ver que le temblaban las manos.
-Por supuesto- ella estiró su temblorosa mano hacia él y la poso delicadamente sobre la del chico, quien entrelazó sus dedos inmediatamente.
Sanji cogió la otra mano de Y/n y la colocó sobre su hombro y puso su mano libre en la cintura de la chica. Cuando levantó la mirada se dio cuenta de que la mirada de Y/n estaba clavada en su pecho, como si no fuera capaz de mirarle a los ojos. Sanji tuvo miedo entonces de que Y/n pudiera notar su acelerado corazón.
-No sé bailar, Sanji- no levantó la mirada.
-No importa, sólo sígueme- Sanji comenzó a tatarear una canción que podría pasar como una canción de baile.
Al principio ambos estaban un poco torpes, pisando al otro, tropezándose. Pero una vez cogieron el ritmo podrían haber pasado de verdad por una princesa y un príncipe, si no fuera por la ropa y la localización.
Parecía que, Y/n estaba teniendo la noche de su vida, cada vez que Sanji alzaba sus manos entrelazadas para darle una vuelta ella no podía evitar soltar una carcajada. Incluso de vez en cuando Sanji dirigía sus manos a la cintura de la chica y la alzaba en el aire dándole unas cuantas vueltas. La sonrisa que tenía Y/n en la cara hacía que absolutamente todo mereciese la pena, esa sonrisa podría hacer que Sanji quemase el mundo entero si ella se lo pedía.
En algún momento Sanji dejó de tararear, pero a ninguno de los dos le importó. Y/n apoyó su cabeza en el hombro de Sanji y este posó su barbilla sobre la coronilla de ella. Los dos se mecían levemente hacía los lados, disfrutando la compañía, escuchando la respiración del otro. Y/n sentía el calor corporal de Sanji filtrarse a través de su camisa, y estaba luchando contra el sueño.
-Espero haber satisfecho tu sueño de pequeña- susurra Sanji en su oído.
-Ha sido... Fantástico. Mi yo de niña estaría eufórica- sonríe contra su hombro.
-Y sobre tener todos los libros y vestidos que quieras... Probablemente no pueda cumplirlo ahora mismo, pero encontraré la manera de hacerlo.
-No hace falta que cumplas todos los caprichos de mi yo de cinco años, Sanji- ríe levemente.
-Haría lo que fuera por verte feliz, Y/n- Y/n para de moverse, para hasta de respirar, para mirar a Sanji, quien se arrepiente un poco de sus palabras. De decirlas, pero no de sentirlas.
-¿Lo dices en serio?- mira directamente a los ojos de Sanji- Lo dices en serio...- parecía sorprendida. Sanji no podía creer que ella si quiera se plantease que no estuviera interesado en ella. Dios, estaba loco por ella, hasta el resto de la tripulación ya se había dado cuenta de ello.
-Y/n, nunca he dicho nada tan en serio.
La chica aparta una de sus manos de los hombros de Sanji y la acerca a su cara. Posa su mano en un lado de esta y con el pulgar hace leves movimientos acariciando su mejilla. Sanji cierra los ojos disfrutando del contacto, se sentía como si una corriente atravesara su piel. Cuando vuelve a abrir los ojos, sin que ella interrumpa su contacto, ve que ella está más cerca que antes, por lo que no puede evitar mirar a los labios de Y/n durante un instante.
-Tus ojos están brillando, Sanji- este no puede ni hablar, podría desmallarse allí mismo. Y/n se acerca a la cara de Sanji, poniéndose de puntillas y deja un pequeño beso en su mejilla, justo donde ella le estaba acariciando. De ahí comienza a dejar pequeños besos hacia abajo, hasta llegar su mandíbula y a lo largo de esta. Sanji aprieta la cadera de Y/n bajo su agarre.
-No tienes que hacer esto por mí...- antes de que pueda terminar la frase un beso en la comisura de sus labios lo hace callar.
-Si estoy haciendo esto, es porque quiero hacerlo- Y/n levanta su otra mano para acunar el otro lado de la cara de Sanji e inclina su cabeza para alinear sus labios con los del cocinero.
Estando a apenas a una mano de distancia, Y/n muerde su labio inferior, ante lo que Sanji no puede evitar abrir sus labios levemente y dar un suspiro.
-¿Quieres besarme, Sanji? - pregunta, ya totalmente consciente de la respuesta. Pero quería oírla del rubio frente a sí.
-Joder- dice con una voz más grave de lo normal-. Sí.
-Pues hazlo.
Y con esa frase, Sanji pierde toda la compostura que le podía quedar y estampa los labios contra los de Y/n, lleva una de sus manos a la parte de atrás del cuello de la chica para intensificar el beso y el otro se queda en su cintura, haciendo círculos con su dedo pulgar.
En un momento, Sanji atrapa el labio inferior de Y/n con sus dientes haciendo que esta suelte un leve gemido. Acto seguido se separa de ella, no demasiado, y admira complacido que Y/n está tan aturullada como lo está él.
-Dios mio, eres hermosa Y/n- Y/n suelta una carcajada y Sanji se agacha un poco para conectar sus frentes- Tan hermosa como una princesa.
-Entonces eso se te convierte en mi príncipe.
-Tu príncipe, tu cocinero, tu sirviente, tu amante... Me da igual. Seré lo que quieras que sea.
-Creo que ahora mismo me interesa la parte de mi amante- sonríe malévolamente. Sanji tarda exactamente tres segundos en reaccionar, pensando que quizás se habría imaginado lo que, Y/n acababa de decir, o incluso que tal vez estaba soñando. Pasado los tres segundos Sanji se agacha y agarra a Y/n por la parte de abajo de sus muslos y la levanta, de modo que esta solo puede rodear la cintura de Sanji con sus piernas.
-A mi también me interesa muchísimo- Y/n no puede evitar reír mientras es cargada hacia dentro del barco.
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belencha77 · 1 day ago
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CAPITULO 3 - PROMESAS DE LUZ (A little 🔥Ⓜ️)
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|| ¿Dónde estabas? Pensé que me seguirías a la cocina || me pregunta Maxwell, visiblemente ansioso.
|| Preferí quedarme aquí || le respondo, nerviosa por la conversación entre Liam y Drake. Aunque el camino por delante será largo y complicado, al menos hay un atisbo de luz al final del túnel.
|| Casi olvido mencionártelo, pero tu papá ha estado llamando hace un buen rato. Aquí tienes tu celular || dice Maxwell mientras me lo entrega.
|| ¿Y por qué no contestaste o le dijiste algo? || le reclamo, preocupada.
|| No sabía cómo estabas antes de verte y no quería preocuparlo más || responde Maxwell con serenidad, y no puedo evitar estar de acuerdo.
|| Está bien, es verdad. Iré a llamarlo afuera, ¿ok? || Maxwell asiente, y salgo al patio de la casa segura. Miro mi reloj y veo que son alrededor de las once de la mañana. Marcar el número de mi papá me da un pequeño consuelo en medio de todo esto.
P: Riley, hija, ¿cómo estás? Te he llamado varias veces y estaba realmente preocupado.
R: Papá, estoy bien, aunque asustada. Fue una noche terrible para todos... Drake me salvó la vida.
P: Vi las noticias, y no pude evitar preocuparme más. Todo el mundo hablaba del atentado. ¿Cómo está Drake? Solo dijeron que le dispararon intentando salvarte, pero no dieron más detalles. ¿Y Liam, cómo está?
R: Afortunadamente, el disparo de Drake no fue grave y está fuera de peligro. Liam solo recibió algunos golpes, pero está bien. Me alegra mucho escuchar tu voz.
P: Me alegra saber que estás bien, pero no puedo evitar sentirme inquieto. Tenía muchas ganas de que vinieras para las fiestas, pero con todo esto, supongo que se complicará, ¿verdad?
R: Sí, papá, va a complicarse. La gente en Cordonia está asustada y, ahora más que nunca, Liam necesita mostrar fortaleza. Como su futura reina, debo estar a su lado.
P: Entiendo, hija. Mi preocupación por ti solo crece. Ethan también ha estado preocupado por ti ¿Todo está bien allá? ¿Te sientes segura?
R: Sí, todo está bien, aunque me siento un poco abrumada… Me alegra saber que Ethan también se preocupa.
P: Por supuesto que sí, Riley. Son hermanos, la sangre llama.
R: Gracias, papá... Tienes razón (De repente, Liam sale al patio y me observa pensativo) … Papá, debo colgar, te llamo después, ¿sí?
P: Claro, hija. Cuídate mucho. Estoy deseando verte. Te mando un fuerte abrazo.
Me acerco a Liam, sintiendo una ligera preocupación.
|| ¿Pasó algo, amor? || le pregunto con curiosidad.
|| No, nada malo, mi amor. Pero me preguntaba si podríamos tener un momento para hablar. Espero no haberte interrumpido || responde, un poco serio.
|| Todos mis momentos son tuyos || le digo mientras lo abrazo con afecto || Estaba hablando con papá. Estaba bastante angustiado por lo que pasó. Le dio mucha pena que no podamos ir a pasar las fiestas allá. ||
|| Es cierto, las cosas se han complicado un poco. No pensé que las noticias se difundirían tan rápido || dice Liam con una expresión pensativa.
|| Bueno, así parece… Estamos en el centro de la atención mundial || le respondo con una sonrisa para aligerar el ambiente. Él se ríe conmigo.
|| Ok, dejemos al mundo a un lado por un momento y sígueme, preciosa || me dice, tomándome de la mano. Juntos regresamos al interior del refugio. Liam me guía hacia una habitación en la parte superior de la casa, un espacio que raramente se usa y que solo él solía frecuentar. Al abrir la puerta, nos encontramos con un ambiente minimalista y acogedor. Las paredes, de un tono gris claro, están decoradas con algunas piezas de arte moderno. La habitación está iluminada tenuemente por un par de linternas de diseño elegante que emiten una luz suave y cálida || No he visitado este lugar en años, pero lo recuerdo bien. El interruptor debería estar... aquí || dice, buscando en la pared junto al armario. De repente, la habitación se ilumina con una luz más intensa y natural, revelando un espacio bien cuidado pero simple.
|| Bingo… Y ahora que tenemos luz… ¿Sobre qué querías hablar? || le pregunto, mientras ambos nos sentamos al pie de la cama. Liam toma mi mano y me mira con atención.
|| Quiero confesarte que nunca sentí tanto alivio como cuando vi tu cara esta mañana. Por un momento anoche, tuve que enfrentar la posibilidad de que tal vez nunca volviera a verte. Y descubrí que nunca podría aceptar eso || En su voz, percibo la desesperación y angustia que llevaba guardadas.
|| Espero que nunca tengas que hacerlo, Liam || le digo, acariciando con ternura su mejilla. || Yo también estaba preocupada por ti... No quiero perderte, sentí mucho miedo ayer. Hubo momentos en los que pensé que era mi final. ||
|| ¡Cielos! Cuando pienso en lo que pasaste… || Liam toma mi mano y la presiona suavemente contra su pecho. Puedo sentir el ritmo de su respiración, cada inhalación y exhalación marcando su preocupación || Haré lo que sea necesario para encontrar a los atacantes y asegurarme de que nunca tengan otra oportunidad de lastimarte o lastimarnos. Nunca debiste haber tenido que soportar algo así. ||
|| No podías adivinar que iba a pasar algo así, Liam. No te culpes… Solo porque eres un rey no significa que puedas predecir el futuro. Dime, ¿realmente no tienes idea de quiénes eran los que nos atacaron? || exclamo, preocupada.
|| La verdad es que no… Mi padre tampoco tiene idea. Por el momento, la prioridad ha sido asegurar el palacio y cuidar a los heridos. La investigación apenas está en sus primeras etapas, pero prometo que averiguaremos quién fue el responsable. Se lo debo a mi gente... y te lo debo a ti || Liam se levanta de la cama, comenzando a caminar con pasos firmes que resuenan en el piso de madera || Mi padre siempre me advirtió sobre los enemigos de Cordonia. He enfrentado algunas de sus amenazas antes, pero han pasado tantos años desde el último ataque que empecé a pensar que nos habían dejado en paz. Ahora veo que nunca se fueron; solo estaban esperando su momento. No volveré a cometer ese error. Encontraré a nuestros enemigos y los destruiré ||
|| Amor, es fácil mirar atrás y preguntarse qué podría haberse hecho de otra manera, pero como te dije, esto no es culpa tuya || le digo, acercándome a él y tomando su brazo, notando la tensión en su cuerpo. || Las únicas personas que merecen la culpa son las que intentaron lastimarte… lastimarnos. Todo lo que podemos hacer ahora es aprender de lo que pasó ayer. Estoy segura de que la próxima vez que haya una amenaza, estarás listo... Estaremos listos ||
|| Prometo que nunca te fallaré de nuevo, Riley || exclama, su voz cargada de emoción y determinación. || Mientras estabas aquí, no he dejado de pensar en lo que puedo hacer para asegurarme de que esto no vuelva a suceder. Necesitamos hacer de Cordonia un lugar seguro para todos. Y no hablo solo de ti, de mí o de nuestros amigos, sino de todos en nuestra tierra. Cordonia necesita algo para unirse, una demostración de fuerza y unidad. Estaba pensando que un evento de la corte con la asistencia de toda la nobleza podría funcionar. Un evento como... Una boda ||
|| ¿Una boda? ... ¿Estás hablando de nuestra boda? || pregunto, sintiendo cómo mi corazón se acelera, una mezcla de sorpresa y emoción comenzando a arremolinarse en mi pecho.
|| Así es, y debería ser pronto, mucho antes de lo que había anticipado || Liam afirma, su mirada intensa clavada en la mía, como si necesitara asegurarme de que entiende la urgencia.
|| ¿De verdad? || exclamo, sin poder contener la emoción que estalla en mí, lanzándome hacia él en un abrazo. || Liam, cuanto antes me case contigo, mejor || susurro, sintiendo una mezcla de ansiedad y felicidad al pensar en lo que eso significará para nosotros, especialmente después de lo que acabamos de vivir.
|| Exactamente || responde Liam, mientras sujeta mi rostro entre sus manos, sus ojos brillando con una mezcla de amor y determinación. || No solo es un gesto personal para nosotros, Riley, sino un acto de unidad para todo el reino. Después de lo que hemos pasado, Cordonia necesita esperanza. Nuestra boda será más que una celebración, será una declaración al mundo de que, a pesar del dolor, la incertidumbre y los ataques, seguimos en pie. Quiero que nuestro pueblo vea que juntos, como Rey y Reina, podemos superar cualquier adversidad ||.
|| Liam... || susurro, tocada por la profundidad de sus palabras. || No sabía que veías nuestra boda de esa manera. Es... increíble. Quiero estar a tu lado, enfrentando lo que venga, y si nuestra boda puede traer esperanza y fortaleza a Cordonia, entonces estoy más que lista ||.
|| Sé que todo esto es precipitado, pero no puedo esperar más. Después de lo que pasó, me di cuenta de lo frágil que es la vida. Quiero que el mundo sepa que Cordonia es fuerte, que nosotros somos fuertes. Nuestra unión será el faro que guíe a nuestra gente en estos tiempos oscuros || dice Liam, su voz vibrando con pasión.
|| Tienes razón. Juntos, podemos hacer mucho más que solo sobrevivir. Podemos sanar las heridas y construir algo más grande y más fuerte || añado, sintiendo cómo la energía de sus palabras resuena en mi interior.
|| Entonces, hagámoslo. Emitiremos un comunicado de prensa después de las fiestas de diciembre. Luego, recorreremos las casas más importantes de Cordonia, demostrando nuestro apoyo y compromiso. Después de eso, nos prepararemos para nuestra boda, que podríamos celebrar a finales de enero o a mediados de febrero. ¿Qué te parece? || dice, sus labios curvándose en una sonrisa llena de determinación. || No solo por nosotros, sino por todos los que confían en nosotros. Cordonia merece ver que, incluso en medio de la tormenta, hay luz al final. Y esa luz... somos nosotros ||.
|| Es perfecto, Liam... Me encanta || susurro, y él se acerca más, su mano cálida apoyándose sobre la mía mientras me mira con una intensidad que me hace sentir más cerca de él que nunca. Luego, toma mi rostro entre sus manos, acunándolo con una ternura que hace que mi corazón lata más rápido.
|| Ahora que estamos juntos, todo parece estar en su lugar. Cuando estabas lejos, imaginé lo peor. Pero tenerte aquí, a salvo en mis brazos… es más de lo que podría haber esperado. ¿Sabes lo que realmente deseo en este momento? || susurra, su voz cargada de deseo, mientras me atrae hacia él. Nuestros labios se encuentran con una urgencia que apenas puedo contener. Siento cómo sonríe contra mis labios antes de besar suavemente el lóbulo de mi oreja, su aliento cálido enviando escalofríos por mi columna. Sus labios viajan lentamente por la curva de mi cuello, cada beso más intenso que el anterior, encendiendo cada fibra de mi ser. || Espero que eso haya sido lo suficientemente claro || murmura, su voz ronca de emoción.
Nuestros ojos se encuentran, y la intensidad en su mirada me deja sin aliento. Nos besamos de nuevo, esta vez con una pasión desenfrenada que me hace olvidar todo lo demás. Mis manos, ansiosas, comienzan a desabrochar su ropa con rapidez.
|| Esto tiene que irse || digo entre susurros, pero al quitarle la camisa, me detengo al ver los moretones en sus costados y en sus brazos. || ¡Liam, estás herido! || exclamo con una mezcla de preocupación y sorpresa, mientras él baja la mirada hacia las marcas en su piel.
|| No te preocupes, amor || responde Liam con una sonrisa tranquilizadora, acariciando mi rostro. || Son solo moretones, no es nada. Lo único que importa ahora es que estamos aquí, juntos, y no pienso dejar que nada nos detenga ||. Liam se inclina hacia mí, sus labios buscando los míos con un deseo que no deja lugar a dudas. || Quiero que este momento sea solo nuestro, sin preocupaciones ni miedos. No hay dolor que me aleje de ti ahora || Retrocedemos lentamente hacia la cama. Liam se sienta, y me arrodillo frente a él, besando suavemente uno de los moretones en su brazo. Me tomo mi tiempo, rozando cada herida con besos ligeros como plumas, deteniéndome en el hematoma que cubre sus costillas. Liam suspira, satisfecho. Lo empujo hacia la cama, quitándole la última prenda de ropa. A mi merced, él murmura: || Soy completamente tuyo, Riley... Pero creo que tu ropa también tiene que irse ||.
Liam se incorpora ligeramente para ayudarme a desvestirme con habilidad. Comienza a besar mis hombros desnudos, y no puedo evitar jadear ante la calidez de su toque.
|| Quiero aprovechar al máximo este momento || susurra mientras me pone suavemente en la cama. Besa mi estómago, subiendo por las curvas de mi pecho y finalmente mordiendo delicadamente mi oreja, susurrando mi nombre. Al apartarse ligeramente, extiendo mi mano para acariciar su mejilla.
|| Liam, no puedo creer que casi te pierdo ||
|| Estoy aquí, Riley... Siempre estaré para ti, lo prometo ||.
Presiono un dedo sobre sus labios.
|| Lo sé, solo... Solo quiero recordar este momento. Necesito recordar que seguimos vivos ||
|| Entonces déjame probártelo ||. Liam se acomoda sobre mí, entrando suavemente. Apoya una mano en la cabecera mientras comienza a moverse despacio, alargando cada momento de placer.
|| Liam, no... pares. Por favor... no te detengas || gimo, completamente perdida en la intensidad de lo que me da.
Liam aumenta el ritmo, empujando más rápido y más fuerte, golpeando mi punto con cada impulso. Siento la liberación construyéndose en mí antes de que su mano descienda, su pulgar frotando círculos en mi punto de hormigueo. Eso es todo lo que necesito para dejarme ir completamente, tratando de contener mis gemidos mientras una ola de fuego recorre mi cuerpo, y un estallido de humedad cubre su longitud.
|| Oh, Riley... || gruñe Liam ante la sensación, empujando a través de su clímax hasta encontrar su propia liberación, dejando caer su cabeza con un gemido. Cuando ambos terminamos, se acerca a mí en la cama, y nos deslizamos bajo las sábanas, nuestras respiraciones lentamente volviendo a la normalidad.
Después de unos largos momentos, me acuna en sus brazos, apartando un mechón de cabello de mi rostro, buscando mis ojos mientras susurra:
|| Te amo, Riley... Te amo... ||
Lo atraigo hacia mis labios, y sus brazos envuelven mi cintura mientras lo beso de nuevo.
|| Yo también te amo ||.
♛♛♛
Después de algunas horas, ambos seguíamos bajo las sábanas, acurrucados y satisfechos, disfrutando del calor y la cercanía del otro. Nos mirábamos en silencio, intercambiando sonrisas y pequeños gestos de cariño, como si el mundo exterior hubiera desaparecido por completo.
|| ¿Te sientes bien? || me pregunta Liam, su voz suave y llena de ternura.
|| Estoy más que bien, Liam. Estoy... viva y feliz. Es tan bueno tenerte de vuelta junto a mí. || Le respondo y Liam me besa en la mejilla, y veo un destello de felicidad en sus ojos.
|| No hay otro lugar donde prefiera estar, Riley. En tus brazos me siento seguro || Me acurruco más cerca de él mientras acaricia mi brazo con la yema de los dedos. Pasamos un momento en silencio, disfrutando de la comodidad mutua, hasta que de repente su teléfono suena. Liam se incorpora y responde la llamada || ¿Jacob? ... Entiendo... Sí, estamos listos. ¿Cuál es el tiempo estimado? ... Perfecto, mantennos informados ... Gracias, nos vemos pronto || Liam cuelga y se gira hacia mí con una expresión seria, pero reconfortante || Ese fue el llamado de la seguridad del palacio para avisarnos que podemos regresar ||.
Rápidamente recogimos nuestra ropa esparcida por el piso y nos vestimos, ayudándonos mutuamente con sonrisas cómplices. Una vez listos, salimos del dormitorio para reunirnos con nuestros amigos. Al bajar las escaleras, los encontramos a todos en la sala principal de la casa segura. Liam aclara la garganta para llamar la atención de todos.
|| Amigos, Riley y yo estábamos hablando sobre lo imp--- ||
|| Sí, claro... hablando || interrumpe Maxwell, con una sonrisa traviesa.
|| ¡Max, por favor! || le reprende Hana, rodando los ojos. Tanto Liam como yo no podemos evitar reírnos entre dientes, mientras mi rostro se ruboriza por completo. Liam, divertido, niega con la cabeza antes de continuar.
|| Como decía, estábamos hablando sobre lo que la gente de Cordonia necesita ver de la monarquía en este momento, y hemos decidido adelantar la boda. Este evento será una oportunidad para unificar al país, una demostración de fuerza y estabilidad... para Cordonia, para nuestros amigos, para nuestros enemigos... en general, para todo el mundo. Comenzará después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, con un tour por las casas más importantes de Cordonia para solicitar su apoyo en la unión de toda la nación ||.
Al terminar sus palabras, todos se levantan de sus asientos con expresiones alegres, aunque no todos comparten el mismo entusiasmo.
|| ¡Qué emoción! || exclama Hana, saltando para abrazarme.
|| Es un gesto muy hermoso para restaurar la fe de todos || dice Sara, sonriendo con ternura. Drake, por su parte, evita mirarme directamente. Noto el dolor en sus ojos, pero después de cerrar los ojos por un momento, sacude ligeramente la cabeza y nos mira con una expresión renovada.
|| Grandioso, chicos... Es... Es una muy buena noticia || comenta, con voz algo forzada.
|| ¿Y por eso se demoraron tanto? || pregunta Maxwell con una sonrisa pícara.
|| ¡MAXWELL, BASTA! || exclaman Hana y Bertrand al unísono. Bertrand lanza una mirada de reproche a Maxwell antes de enfocarse en nosotros con atención.
|| Me parece una excelente idea utilizar la boda real para levantar la moral del pueblo de Cordonia. Puede ser el impulso perfecto para restaurar la fe, tal como dice Sara. Es un plan perfecto, chicos || dice Bertrand, esbozando una gran sonrisa.
|| Amigos, estoy muy feliz por ustedes || añade Maxwell, abrazándonos a los dos con entusiasmo.
|| Gracias a todos. Esta es una muestra de esperanza y renovación. Pero, sobre todo... de amor || responde Liam, mirándome con ternura. Cuando nuestros ojos se encuentran, un calor especial se eleva en mi pecho. Por fin, voy a casarme con el hombre de mis sueños, y mucho antes de lo que esperaba. Suspiro, llena de alegría y emoción.
|| Bueno, entonces supongo que todos tendremos que añadir varias cosas a nuestra lista de tareas pendientes: el regreso al palacio, Navidad, Año Nuevo, el tour por Cordonia, los preparativos para la boda || exclama Bertrand, su voz cargada de ansiedad. Se pasa las manos por el cabello, su estrés es palpable mientras anota frenéticamente en su teléfono, con los ojos muy abiertos || Oh, Dios, esto es una locura. ¿Cómo vamos a hacer todo eso en tan poco tiempo? || continúa, la preocupación dibujada en su rostro mientras sigue escribiendo sin cesar. || Necesitamos planificar cada detalle al máximo y no puedo permitirme cometer errores. Esto es... abrumador. || Antes de que pueda seguir, lo interrumpo tocándole suavemente el brazo.
|| Bertrand, no te estreses. Yo me encargaré de los arreglos del palacio para las festividades. No habrá baile esta vez, pero aseguraremos que tengamos un hermoso árbol. Así que puedes tacharlo de tu lista... En cuanto al resto, lo iremos resolviendo poco a poco. Tenemos tiempo y contamos con la ayuda de muchos amigos || digo, mirando a todos con una sonrisa. De repente, Liam me abraza fuertemente de costado.
|| ¿Qué haría sin ti? || murmura, con gratitud en su voz.
Mientras nos abrazamos, una sensación de calma y determinación llena la habitación. El caos y la preocupación que nos rodeaban empiezan a desvanecerse, reemplazados por un renovado sentido de propósito.
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If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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shintervenciones · 4 days ago
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Ubicación: Desconocida.
Fecha: Desconocida.
Hora: 8:00 p.m. (Día 1) Sophia salió a comprar leche para mí. Dijo que no tardaría, que la tienda está cerca. Me quedé en mi cuarto esperando. A veces me siento sola sin mamá, pero sé que Sophia va a volver rápido.
Estoy un poco aburrida, pero la leche me vendrá bien.
Hora: 10:00 p.m. (Día 1) Sophia regresó, pero algo no está bien. Entró corriendo, como si estuviera asustada. No me miró a los ojos y solo dejó la leche en la mesa. Me dijo que todo estaba bien, pero su voz no sonaba normal. Estaba respirando fuerte, como si hubiera corrido mucho. Luego, se fue a la cocina, sin hablar. No sé qué pensar.
Hora: 2:00 p.m. (Día 2) Han pasado muchas horas. Sophia no ha hablado en todo el día. Solo camina por la casa, a veces se queda quieta mirando una pared o el suelo, sin hacer nada. Me mira de vez en cuando, pero es una mirada vacía, como si no me reconociera. A veces se ríe, pero es una risa rara, apagada. Estoy muy asustada. No sé qué le pasa.
Hora: 8:00 p.m. (Día 2) No puedo más. Me encerré en el armario. Sophia está gritando y golpeando todo por la casa, pero ya no es ella. No sé qué le pasó, pero sus ojos están extraños, y cuando me mira, siento que no está viendo a su hermana. Está susurrando cosas que no entiendo.
No me atrevo a salir, tengo miedo de lo que pueda hacer. Ya no sé qué hacer.
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lunearta · 2 months ago
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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽��𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 2 ❃
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» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Hyunjin es un horny bitch. Fluff Seungmin. Smut impliícito, ninguno directamente relacionado con Lis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.778.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 3
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N de A: Bueeeeno... Seguimos con la serie. Terminaré lo de Halloween, os lo prometo, pero es que esto me encanta y quiero publicarlo. Aquí en tumblr no tiene mucha repercusión, pero en fin. Se hace lo que se puede. Aur revoir!
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Esa noche, Lis comprendió que no sería tan sencillo.
Chan la dejó sola para que se acomodara, pero no abrió las maletas de inmediato ni probó la cama, que era sensiblemente más grande que la del goshiwon. En todo caso, tuvo la necesidad de sentirse como esas protagonistas de libros que hacen cosas de protagonistas: Abrir la ventana del balcón y apoyar los codos en la barandilla.
El viento era algo frío y el olor a tierra mojada le inundó las fosas nasales. Por fin, un poco de aire puro entre tanta feromona masculina. Eran muy diferentes a su ex jefe, que olía a eucalipto rancio, y de Jung Han, cuyo olor cítrico y parecido a Chan le decía que pertenecía a otra manada a la que no debería acercarse. ¿Por qué le resultaba tan agradable el aroma de ese grupo? Su nariz se había adaptado en nada.
Al cabo de media hora, su estómago emitió un rugido atronador que la sobresaltó hasta a ella misma. Miró el reloj: Las siete de la tarde. Se había saltado la hora de la cena.
— Chris me dijo que podía comer algo... —echó un vistazo a las maletas, que seguían de pie cerca de la puerta y suspiró—. Antes de deshacer el equipaje, por supuesto.
Cosa que le llevó más tiempo del esperado. Al par de horas y sudando como un pollo al as, metió las maletas vacías en el armario y se desplomó en la cama respirando con fuerza. Le había tomado más rato colocar las cosas en la nueva habitación que empaquetar. ¿Por qué? Misterios de la ciencia.
Los ojos se le cerraban, cansados de tantas emociones, pero el penetrante olor del grupo la distraían del sueño. Se incorporó: Se había olvidado de cenar, otra vez.
— Estúpido trastorno de atención... —se quejó, yéndose de la habitación.
Lo bueno era que los pasillos estaban iluminados aún. Bajó las escaleras hasta el primer piso, reparando en que ambos chicos, Changbin y Felix seguían viendo la televisión, pese a que algo había cambiado entre ellos. El abrazo del segundo chico era mucho más íntimo que la primera vez que los vio, con una mano perdida entre ambos. Advirtió también que el alfa tenía un cojín encima, en la parte superior de las piernas y respiraba agitado... Uy, no. Giró la cabeza bruscamente, evitando mirar más de lo debido. A la penumbra del salón no distinguía lo que estaban haciendo, y tampoco quería saberlo.
Por ahora.
En la cocina pudo pensar con claridad, aunque, mientras se cocinaba unos fideos instantáneos, escuchó un par de voces venir en su dirección.
— Con suerte solo serán cuatro días. —iba comentando I.N—. Hyunjin puede llegar a ser... implacable cuando se pone manos a la obra.
— Ni que lo digas. Pero a Han ya le va bien. Hyunjin es el único que puede apaciguarlo un poco. —dijo Minho, rascándose la nuca—. Recuerdo mi anterior celo. Consiguió que pidiera una pausa.
— Por que tú te agotas en seguida. Normal que te dure una semana si no aguantas lo suficiente como para satisfacer a tu lobo... Oh, hola Lis. —levantó una mano a modo de saludo, y la preciosa sonrisa de zorro le encendió el rostro como miles de luces... Pese a que algo raro oscilaba en ella. ¿Era una sonrisa forzada? Examinó la olla de fideos haciéndose en la vitrocerámica—. Te habríamos guardado algo si lo hubiéramos sabido.
Lis negó.
— No hace falta. El traslado me ha ocupado unas cuantas horas y me he distraído.
— Ignoraba que supieras cocinar. —le espetó Lee Know.
— El ramen me sale exquisito. —hizo el gesto de "chef's kiss" que arrancó una carcajada extraña al maknae del grupo. Minho resopló, pero todos habían visto la media sonrisa en su boca.
Un breve silencio cayó en la estancia, interrumpido únicamente por el sonido de "chup, chup" de la comida. Lis quería hacer preguntas sobre lo que estaban hablando y no hallaba las palabras adecuadas. I.N lo notó.
— ¿Te preocupa algo? —quiso saber, sincero.
— Ese chico, Han... Habláis de su celo como si fuera una anomalía. Sé que cada híbrido posee una forma de ser en esos momentos y, sin embargo, estáis preocupados. Lo veo en vuestras caras.
Los dos se miraron, claramente deliberando si debían o no decírselo. Lee Know asintió y, tras sentarse en la silla alta delante de la encimera dijo:
— Dado que vas a ser nuestra mánager por lo que esperamos que sea un largo período, sí, convendría que supieras algunos pequeños... percances con los que podrías toparte. En el caso de Hannie, digamos que lo pasa bastante mal. No hay nada ni nadie que consiga dejarlo satisfecho al cien por cien. El único que se acerca soy yo por ser su pareja oficial dentro del grupo y Hyunjin, que tiene más energía que una pila.
— No querrías encontrártelo con el celo. —gimió I.N—. Créeme, si vas al baño y tardas más de cinco minutos, prepárate para un a sesión triple de apareamiento.
El beta sacudió una mano en el aire, restándole importancia.
— Tampoco es algo que deba incumbirte. Como humana, sería una experiencia traumática si lograras salir con vida.
— Ya... —susurró, centrando la atención en la comida. Estaba lista—. ¿Y vuestro celo? ¿Cómo es? Para identificarlo en el caso de que tuviera que... alejarme.
— El mío suele ser... ¿Cómo lo ejemplifico? Digamos que no soy una persona cariñosa de por sí, pero cuando se aproxima mi ciclo, hay quien dice que doy muchos mimos. En su caso. —señaló al otro—. Se vuelve irascible y agresivo.
— Eh. —exclamó Minho, molesto—. No es verdad. No me pongo TAN agresivo.
— La última vez agarraste la ps5 de Jisung cuando estaba jugando y amenazaste con tirarla por la ventana solo porque te había contestado cinco segundos más tarde a un "te quiero". Sí, hyung. Eres inestable al comienzo y durante el celo.
Lis se forzó a no reírse. En serio, lo intentó con todas sus fuerzas y no lo consiguió. Ambos chicos —excluyendo a Minho, que los miraba con cara de pocos amigos—, estallaron en carcajadas estridentes que llamaron la atención de los del salón.
La cabeza de Changbin emergió por la puerta con las mejillas sonrosadas.
— ¿Qué chiste habéis contado? Quiero oírlo.
— Ninguno. Hablamos de celo, poniendo a nuestra mánager al día. —le explicó I.N—. ¿Y Lix?
— Se ha quedado dormido en el sofá. Luego me lo llevaré a la cama. —entró pasando por el lado de Lis y abrió la nevera en busca de agua.
Su olor era diferente de los otros. ¿Sabéis la madera que usan en las saunas? Pues solo hay que imaginarse ese aroma a pino tropical con un leve toque afrutado para que absolutamente todos los poros de su piel corearan el nombre de Seo Changbin.
Benditos supresores.
No le quitaban las ansias de procrear, pero mantenían a ralla las hormonas revolucionadas que ya le hubieran hecho cambiar el color de ojos, signo de que la loba había dado un paso al frente. Esa casa iba a ser su perdición.
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¡Y qué novedad! Seguía sin poder dormir.
Los chicos le habían dado un poco de compañía (a regañadientes de Minho, que solo quería irse). No obstante, cuando le dijeron que nada lo retenía allí puso los ojos en blanco y empezó a cortar fruta, diciendo que le apetecía algo así como un último aperitivo de la noche. Lo curioso fue que no solo cortó para él, sino para el pequeño grupo de la cocina. En el fondo, muy en el fondo, a Lis le empezaba a caer bien.
Con una exhalación frustrada, se sentó en la cama y decidió que era buena hora de hidratarse. Otra vez, empezó a bajar las escaleras dirección a la cocina, pero un sonido extraño proveniente de una de las habitaciones del tercer piso le llamaron la atención.
Golpe, golpe, golpe... Crujido, gemido... golpe, golpe, golpe...
Lis tragó saliva, notando el calor agolpársele en las mejillas y en otros sitios más privados. Seguramente se trataba de la habitación de Han, y por supuesto de Hyunjin, quien estaba cuidando de él. Se le habían congelado las piernas a mitad de camino.
Golpe, gemido, golpe, golpe... y silencio.
No se atrevía ni a respirar. Sentía que, si lo hacía, la descubrirían. Al cabo de cinco minutos, el pomo de la puerta giró y Lis dio un respingo, asustada. De ella emergió una figura cabizbaja y sudorosa, con el cabello pegado al cuello y jadeando. No llevaba puesta ninguna camiseta, revelando un cuerpo delgado pero bien definido. Al notar su presencia, el omega alzó sus ojos amarillos y la escudriñó con intensidad.
Era obvio que el lobo de aquel chico había tomado control después de horas y horas de apareamiento, su parte humana demasiado agotada como para volver en sí. El híbrido dio un paso al frente, luego otro, en dirección a la figura femenina que no parecía querer moverse del sitio. Pero es que, en realidad, no sabía dónde esconderse. No sabía cómo debía actuar.
Se había pasado toda la vida evitando a los híbridos y ahora, con la edad que tenía desconocía el funcionamiento de su propia especie. El chico se detuvo delante, bajo la cabeza y olfateó su cuello. Lis soltó un gemido indecente cuando sus carnosos labios rojizos se pasearon por las glándulas odoríferas que con tanto esmero ocultaba bajo los parches y la ropa. Seguían siendo sensibles al tacto.
Aquello pareció desencadenar alguna cosa en el interior del omega, porque un gruñido le borboteó del pecho y de pronto sus labios estaban sobre los de ella, hambrientos, deseosos. Liz ahogó una exclamación de sorpresa y se agarró a los hombros perlados de sudor de aquel híbrido que la besaba casi con fiereza. Su boca sabía a sal marina combinada con lo que parecía ser melocotón, una mezcla extraña pero atrayente. Se encontró a sí misma arqueándose hacia el chico, su cuerpo en llamas y la mente nublada de deseo.
El omega bajó una mano por la espalda de la muchacha y le subió una pierna, presionándose contra su entrepierna. Lis notó el creciente bulto en los pantalones de chándal, pero no le importó. Lo que le interesaba era ver de qué maneras lograría hacerla sentir bien esa noche... Aunque una parte de su mente le gritaba que parara, que lo que hacía estaba mal y que ese adonis frente a ella estaba demasiado ido como para ver lo horrible y fea que era.
Solo buscaba satisfacerse con quien fuera.
Con ese pensamiento empezó a recobrar el sentido y a intentar empujarlo. Sin embargo, cuanta más fuerza ejercía, más recibía de vuelta, y la ansiedad se hizo presente.
— Para... —susurró—. No sabes lo que haces...
— Beta... —dijo, al tiempo que atacaba el cuello de la chica. Lis se congeló. ¿La había descubierto? ¿Se habían movido los parches anti olor? —. ¿Te unes a la fiesta...?
No estaba hablando con ella. Una mano delgada apartó al omega y Lis pudo respirar al fin. Los ojos de Seungmin brillaban en tono aguamarino cuando dirigió a su compañero al baño.
— Ahora no, Hyunjin. Beta tiene que dormir porque mañana hay concierto, y tú deberías ducharte y volver con Han. Ya me encargo yo de ella.
Hyunjin asintió. Antes de cerrar la puerta les dirigió una mirada lasciva a los dos que les hizo suspirar. Diablos, qué intensidad de persona. Seungmin la encaró por fin y Lis vio la fina línea de sudor que bajaba por su barbilla.
— ¿Estás bien? —preguntó.
— Sí, creo que sí. —se apartó el pelo de la cara, agotada. Luego sonrió—. Ha sido raro, pero no me arrepiento. Tienes una manada interesante.
— Sí, ya lo verás. —miró hacia un lado y hacia otro y le puso una mano en la espalda, encaminándola hacia arriba—. Te acompaño a tu cuarto. Aquí no es seguro.
Beber agua no era una opción entonces.
Seungmin entró en la habitación de Lis casi con timidez, temiendo invadir su espacio. Se maravilló de lo rápido que había colocado ya sus cosas.
— Ahora parece más una habitación. —habló, reparando en las mantas oscuras que cubrían la cama. No había hecho ningún nido... Qué extraño.
Lis no le prestó atención. Igual que antes, abrió la ventana y se encorvó sobre la barandilla, esperando que el chico hiciera lo mismo. Con un poco de suerte podrían tener una conversación tranquila sin otros híbridos en celo que se plantearan comérselos a ambos.
Lo vio imitarla por el rabillo del ojo, pero no despegó la vista de las luces de la ciudad. Incluso a esas horas de la madrugada, Seúl seguía siendo tan bulliciosa como de costumbre.
— Es temporada de festivales. —dijo el chico, rompiendo el silencio—. Una pena no poder ir.
— Ya.
La muchacha observó su figura recortada, desde los ojos rasgados y oscuros, pasando por la nariz puntiaguda y ligeramente encorvada hasta llegar a los labios finos y rosados. Le llevaba un año, pero se habían hecho buenos amigos cuando Lis repitió curso.
Recordó los días en los que solían observar las afueras del instituto desde los gigantescos ventanales de la clase mientras tomaban el desayuno. El aula, por supuesto, había quedado vacía, pero no les importaba. Solo necesitaban la compañía del otro para ser felices.
De vuelta al presente, Seungmin había cambiado bastante. El híbrido de gafas gruesas que más de una vez se había quedado a dormir en su casa, era ya un joven adulto extremadamente atractivo con una manada propia a la que amaba. Sería el orgullo de su familia... Al contrario que ella.
Si su madre viera en lo que se había convertido, no estaba segura de si se sentiría orgullosa. Quizá la regañaría. Quién sabe. Su padre tampoco había hablado mucho de ella, porque jamás se habían llevado bien. La culpaba de la muerte de su madre. Un poco tópico, ¿no creéis? Pero así era su realidad.
Desde pequeña había sido objeto del odio de su progenitor, ya fuera con constantes palizas por no saber hacerse bien una coleta a los cinco años o encerrándola en su habitación a los dieciséis sin apenas comida o agua durante una semana solo porque empezaba a "apestar" a celo.
Fue entonces cuando comenzó a usar supresores y parches anti feromonas. Tras tanto maltrato y ya con dieciocho, Lis sabía que no podía quedarse en aquella casa, o su padre acabaría matándola.
Se escapó, durmiendo en albergues algunas noches a la par que trabajaba para poder seguir manteniendo un sueldo hasta que descubrió los goshiwon, habitaciones-piso con bajo alquiler. Estaba segura de que su progenitor seguía buscándola en venganza.
Gracias a tener un sitio estable y un sueldo, aunque fuera mediocre, pudo empezar la universidad... Pero por un golpe de suerte, Samsung la fichó como secretaria a tiempo completo. Claro que se vio obligada a dejar la carrera de Administración.
El sueldo era lo mejor que había visto en mucho tiempo y, pese a poder ya alquilar una casa más grande y cómoda, decidió conservar un perfil bajo. Nunca se sabía con su padre. Era capaz de cualquier cosa y no quería echar a perder seis años sin él.
Eso fue hasta que la convirtieron en mánager de un grupo de kpop. Un grupo masculino. Si hubieran sido chicas, o mixto, como KARD, se las hubiera arreglado mejor para controlarse. Pero no, tenían que ponerla con 8 chicos condenadamente atractivos.
Seungmin la miró, serio.
— Sigues fingiendo que eres humana. —no era una pregunta.
Lis asintió a regañadientes.
— Es lo mejor.
— ¿Mejor para quién?
La muchacha gruñó, al tiempo que se ponía de espaldas a la ciudad.
— Seungmin...
— Lo único que supe de ti después de la graduación es que habías desaparecido. —apretó las manos hasta que se le pusieron los nudillos blancos sobre el frío metal—. Creí que estabas muerta por culpa de tu padre, ¿sabes? Estuve a punto de denunciarlo.
— No lo hiciste.
— Las acusaciones criminales en este país se pagan caras sin prueba. Podría haber terminado en la cárcel justo cuando mi carrera como cantante estaba en sus inicios. —suspiró—. No obstante, hace poco, cuando el mánager Jung Han pidió que buscáramos a su substituto, pedí en secreto que escribieran tu nombre, en caso de que existieras aún. No tenía muchas esperanzas, pero entre todos los currículums que revisamos, ahí estabas. Ahí estabas. —Tamborileó la barandilla de hierro con las uñas.
— ¿Fue por eso que me contratasteis? —se cruzó de brazos, ignorando los fuertes latidos de su corazón. Seungmin no había parado de pensar en ella durante un sexenio completo—. ¿A alguien sin estudios, con ninguna formación al respecto como mánager?
— Fuiste delegada de clase.
— En un INSTITUTO lleno de críos sin escrúpulos. —cortó, exasperada—. Y tampoco es que me hicieran mucho caso. Para ellos solo fui una occidental que pretendía ser más que los demás.
— Eso no importa. —el vocalista sacudió la cabeza y sonrió, dándole un apretón en la mano—. Sé que lo harás bien. En el pasado siempre lograbas enfrentar los problemas y solucionarlos. No somos muy diferentes a "críos sin escrúpulos". Ya lo verás. Aunque tu relación con mi manada sea platónica, acabarás acostumbrándote a dirigirnos. Ten más fe en ti misma.
— Es más fácil decirlo que hacerlo. —musitó con las mejillas al rojo vivo.
Sus dedos se entrelazaron casi por inercia, y ambos los observaron, distraídos. Estaban hechos para encajar sin problemas, suaves al tacto. Seungmin tragó saliva y abrió la boca un par de veces, inseguro de si debía decir o no lo que quería.
— Lis...
— ¿Hm?
— ¿Podría... olerte una vez más? Sin los parches. Te... te he echado de menos.
— Oh. —carraspeó, insegura.
Había pasado mucho tiempo desde que alguien la había olfateado a consciencia y por supuesto, el último había sido el chico que tenía delante. Era perfectamente entendible que fuera él mismo quien lo volviera a hacer después de tantos años. Seungmin entendió mal la tensión de su cuerpo, porque trató de echarse hacia atrás.
— Lo siento. Olvídalo, suficientes emociones por hoy para ti. Después de lo de Hyunjin...
— ¡No! No, está... Está bien. Quiero que lo hagas. Como en los viejos tiempos. —se apresuró a desabrocharse la camisa, revelando un top oscuro debajo y los apósitos a cada lado del cuello.
Seungmin los retiró tan delicadamente como pudo y Lis se estremeció ante el contacto de sus dedos fríos.
— Perdona. —se disculpó.
Lis negó y ladeó la cabeza, abrazando el delgado cuerpo de su ex compañero. El vocalista aspiró su esencia directamente de una de las glándulas, calmándola de forma automática. Seungmin la había tranquilizado con esa simple acción siempre que se acercaba un examen importante en el instituto o si estaba muy nerviosa por culpa de su padre. Hasta que no lo tuvo entre los brazos, no supo cuánto lo había echado de menos, y lo mismo pensaba Seungmin. Podría estar oliendo la esencia de algodón de azucar y caramelo que desprendía toda su vida y jamás se cansaría.
Ella tampoco se hizo de rogar e inhaló su penetrante fragancia a frutos rojos y bayas silvestres. En el momento en que sintió la lengua cálida lamiendo dicha glándula, Lis cerró los puños en la espalda del chico. Estaba segura de que escucharía los fuertes latidos repiqueteándole contra las costillas. Qué vergüenza.
Pero solo podía dejar que él lo hiciera, nadie más. Lo de Hyunjin había sido inesperado, algo que jamás se repetiría y estaba segura de ello. La confianza de años atrás le dio de pleno en los recuerdos que conservaba del chico y se vio a sí misma con un nudo en la garganta, llena de nostalgia.
Seungmin notó la fluctuación de tristeza en su esencia, pero no dijo nada. También estaba en la misma situación.
Al separarse, ambos jadeaban levemente y tenían el rostro de un brillante color carmesí. Seungmin la abrazó, temblando de emoción y alegría. Luego, le regresó los parches donde estaban y le apartó un mechón de la cara.
En el grupo se creía que los menos expresivos eran Minho y él mismo, pero al contrario que el otro beta, el vocalista era bastante más sencillo de leer si uno se paraba a observarlo con detenimiento. Sobretodo por los ojos, cuya tonalidad ahora mezclaba el usual color marrón con pinceladas de azul.
— Seguimos manteniendo esta tradición, ¿no? —sonrió Lis, sofocada. Quería mirar a todos lados excepto al chico que tenía delante. Temía que viera los sentimientos que jamás habían desaparecido de su corazón.
— Siempre que quieras. —contestó—. Lo que me lleva a preguntar...
Lis esperó pacientemente a que dijera lo que quería decir. Vio la duda en sus orbes castaños moviéndose de un lado a otro.
— Puedo, si quieres... Si te parece bien... —señaló la cama—. ¿Dormir esta noche contigo en tu nido? Como en los viejos tiempos.
La mirada de la chica cayó en las sábanas oscuras.
— Ni siquiera he hecho uno. —reveló—. Llevo años sin. Con los supresores... no tener un sitio que reclamar mío no es tan doloroso, ¿sabes? No estoy segura de que te sientas cómodo sin uno... y conmigo.
Seungmin sacudió la cabeza con fuerza. Le agarró una de las manos y tiró de ella, dirigiéndola al interior hasta que ambos cayeron encima de la colcha con un leve "plof". Una vez con la cabeza en la almohada, la arrimó contra sí y aspiró el leve aroma del su cabello.
— Con nido o sin él, me siento seguro a tu lado. —confesó, para sorpresa de la muchacha.
No dijeron nada más y al poco, la respiración de Seungmin se hizo pausada y regular, signo de que se había dormido. Lis tampoco tardó demasiado en despegar al séptimo cielo, enterrando el rostro en el pecho de su compañero, feliz de volver a estar rodeada de un olor familiar.
Lo había echado demasiado de menos.
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
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xjulixred45x · 10 months ago
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Yandere platónico Nanami y lector@: escondite(TRAUDCCION)
Pedido:Esta es mi última petición y espero que disfrutes de tus vacaciones. ¿Puedo solicitar más Nanami platónico Yandere en el que un día le grita a lector y deciden esconderse de él dentro de la casa y Nanami piensa tontamente que escaparon? Sólo salen después de escuchar el alboroto.
Kento había tenido un mal día, uno bastante malo, lo dejo irritable y definitivamente sin ganas de hacer mucho. Simplemente llegar y pasar tiempo con (Lector@).
Pero eso no fue excusa para lo que pasó después
(Lector@) ya se había acostumbrado bastante al... estilo de vida que Kento le obligo hizo mantener por su seguridad y protección, sin embargo seguía siendo una persona joven, seguía aprendiendo cosas--
Por lo que no había forma en la que supiera que retomar una pequeña discusión que habían tenido más temprano (sobre la academia de hechiceria. Incluso después de los acontecimientos de Kioto y Geto, querían volver a la academia, ¿cuándo cuál era el punto? Los de su año habían sido expulsados. ¿Esperaban que los enviaran solos? de ninguna manera)) habria sido la gota que derramó el vaso a la calma escasa del hombre. Terminando la interacción de un solo y contundente grito en su dirección.
Kento no pretendia gritar ni sonar brusco, pero toda la tension acumulada del dia, las horas extra y el hecho de que solo queria descansar y no lidiar con nada mas le hizo no darse cuenta de que Lector@ no solo se sobresalto, sino que se hecho para atras, en miedo...
no otra vez...
Kento ya había pasado por esto al principio, cuando recien los trajo a casa, como se alejarian de el, se sobresaltarian cuando el intentara acercarse o darles afecto, cuántas veces intentaron escapar de casa...los castigos que le siguieron--
Todo habia valido la pena hasta ahora, finalmente lo estaba aceptando como padre, a quererlo de vuelta, a verlo de forma similar a cuando el lo supervisaba en la academia--
y el lo arruino.
Se prometio a sí mismo que cuando regrese de este turno, le compensará lo de ayer (ya esperando que quiera salir de su habitación para esa hora) y así arreglar las cosas y no volver a empezar de cero.
Lo que no esperaba cuando regresó fue darse cuenta de que había dejado la puerta abierta... y sintió que el poco color que tenía en su rostro se le escapaba...
Entró rápidamente y revisó el cuarto de Lector@, estaba abierto, no había nadie, se fue a su habitación, nada, debajo de su cama, nada, no había nadie en la cocina ni en la sala, sacó todo, hizo un gran lío y nada.
y como se había portado tan bien había apagado las cámaras de seguridad por un rato. así que si se había ido no tenía idea de adónde fue....
Lector@ había huido, todo por su culpa.
todos los posibles escenarios empezaron a aparecer en su cabeza, que pasaria si ell@ se topaban con alguna maldicion? se habian desacostumbrado demaciado a pelear por estar viviendo con el, estaria indefenso! nisiquiera se habian curado adecuadamente de los eventos del año pasado! o estando solo por ahi, en japon, con hambre, con frio, con todos los deprabados que ahi por ahi...
¿deberia pedir ayuda a los demas hechiceros?¿pero que pasa si ven la relación que el tiene con Lector@ de mala manera? ¿o si Gojo se enteraba que el los mantenia bajo llave cuando le dijo que se alejara de ellos?¿y si le dice a las autoridades normales?malinterpretarian todo y querrian apartarlos de el!¡o peor!¡regresarlos a la academia donde correrian mas peligro!
Kento empezo a entrar en panico, se puso de rodillas, se tiro del pelo y, como ayer, dejo salir un grito de pura frustración ante la situación, pero con muchas mas emociónes que solo ira.
desesperacion, tristeza, miedo, incertidumbre--
fue entonces cuando lo oyo.
como algo se movia en su cuarto.
aún si el busco a Lector@ a fondo de todo su departamento, no busco en lugares que, por mera costumbre, no veia por ser obvios, como el armario. y ahora de oia como alguien caminaba desde su cuarto hasta donde el estaba (el living, hecho un desastre) y cuando esa persona aparecio se dio cuenta...era Lector@.
ell@ lo miraron fijamente antes de soltar un pequeño "escuche mucho ruido..."
Nanami estaba perplejo, pero trato de componerse rapido y actuar "normal" mientras de poniande pie y se dirija a ellos con paso lento. los asustó una vez, no lo haria de nuevo.
Kento estaba asombrado de que Lector@ haya decidido solo esconderse ¿se habra dado cuenta que la puerta estaba abierta?¿era una especie de plan?¿o era sincero? no importaba ahora.
Nanami casi no aguantaba las lágrimas cuando se puso mas a su nivel para darles un abrazo mientras susurraba lo que mas temia "..pense que te habias ido...".
afortunadamente, mientras ellos le regresaban el abrazo, pudo darse cuenta de que no tendría de que preocuparse. ellos no se irian.
el los acostumbro mucho a depender de el, ellos lo aman, el lo sabe, muy en el fondo ellos lo aman tanto como el a ellos, saben que aqui es mejor, que hace esto por su bien, como buen padre. no lo dejaran porque saben que no tiene sentido hacerlo...el los encontrara tarde o temprano...no pasaron juntos por tanta miseria para parar ahora...
ellos estaran juntos.
se aseguraria de ello, apartir de ahora, pase lo que pase.
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Gracias por leer ❤️
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cosita-mal-hecha · 6 months ago
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"La tienda de helados de nightmare"
Historia publicada en Wattpad
Contiene Nightcross, si no te gusta el ship eres libre de no leer esto.
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La alarma empezó a sonar muy temprano en la mañana, eran las siete y el sol apenas se estaba asomando por la ventana de una habitación monocromática, todo era de los colores blanco y negro, además de unos tonos de morado que se encontraban en algunas cosas de ese cálido lugar.
De una bola de sábanas salió la mano huesuda de un esqueleto que con toda la flojera del mundo apagó el sonidito que ya se estaba haciendo irritante, se sentó en la cómoda cama, tirando las brazos hacia arriba, sus huesos crujieron por el movimiento después de estar tanto tiempo sin moverse, su cuerpo estaba un poco entumecido.
Se levantó por fin, empezó a vestirse lentamente, para después bajar por unas largas escaleras hacia el living, tenía puesto su uniforme, un poco arrugado por como lo metía en su armario siempre que lo acababa de usar.
Ya en la cocina, prendió la pequeña cocinilla que tenía por cocina, hace poco se mudó de la casa de sus padres y le a costado poder independizarse pero hace más de tres semanas que no iba a comer la comida de su madre o a pedirle dinero "prestado" a su padre.
Se hizo unos simples huevos revueltos, los comía por mientras que miraba cosas en su celular y hacía tiempo para ir a su universidad, en Twitter estaban funando a una persona por mensajes racista por mientras que al mismo tiempo que pasaba eso una persona se burlaba de otra persona por su cuerpo defendiendo se con la escusa del humor negro, algo asqueroso y cobarde a su parecer.
Se canso de leer tanta estupidez junta, para pasar a fijarse en la hora, 7:50 a.m, ya iba tarde, se paró rápido de la silla para ir a buscar su mochila con sus útiles ya arreglarlos.
De camino a la universidad esperaba encontrarse con su amigo epic, el siempre lo esperaba para entrar juntos pero hoy fue la acepción, no lo encontró en todo el largo camino a su gran universidad, no se preocupo, seguramente ya había entrado o se había quedado dormido, no era la primera vez que le pasaba y seguramente no será la última.
La campana ya había sonado, empezó a correr hacia la puerta que ya se estaba cerrando, ahí un señor ya mayor lo veía con gracia, por suerte le dejo pasar sin mayor problema, al llegar a su sala, una cabra bien vestida estaba poniendo sus cosas en la mesa de profesores, me quedé quieto en la puerta esperando que me dijera algo por llegar unos minutos tarde, pero eso nunca llegó, en cambio me hizo un gesto con la cabeza indicando que me sentará dándome una sonrisa cálida cuando pase al lado de ella.
Y ahí estaba mi gran amigo epic, riéndose de mi por llegar tarde, cómo si el nunca lo hiciera.
Me acomode más en mi silla y puse atención en la profesora que ya empezaba a dar su clase, esperando que el tiempo pasara rápido y pudiera irme a mi casa.
-------+-------
Ya era la última clase, unos minutos antes de que sonara el timbre y por fin poder irnos, no se me hizo tan largo como espere, con las bromas y juegos de epic cada clase se alivianaban bastante, todos lo agradecían de alguna manera.
Aunque no fueron tan duras las clases pasadas este se podía considerar la peor de todas, cada que la teníamos terminamos muertos de cansancio, y como no, si tener a undyne de profesora de educación física no era poca cosa, nos hacía correr por todo el colegio hasta que no podamos más, ni mi compa el epic se atrevía a decir un chiste en su clase porque si lo hacía tendría que hacer más que todos.
Siempre que terminamos nos vamos a tomar algo fresco en el quiosco cercano al colegio, ahora solo estamos esperando el sonido del timbre para irnos arrastrando hacia la salida.
Y tal cual paso, el mismo sonidito de siempre dió paso a la lucha para ver quién salía antes de esa cárcel, con personas corriendo por esa puerta que se hacía pequeño en estos momentos, los únicos que no corrían era el curso que acababa de sufrir el infierno y que caminar lo hacía mil veces peor, además de esos grupitos que caminaban cómo modelos y se creía aesthetic.
Cross se junto en la entrada con su ya conocido amigo, según el para ir a comprar alguna bebida como siempre hacian.
-lo siento bro, pero tendrá que ser otro dia- se llevó la mano en el pecho fingiendo estar triste y arrepentido, se notaba el sarcasmo de lejos, cosa que hizo reír a cross
-y eso a qué se debe?- al monocromático le extrañaba que el tuviera algo más que hacer además de estar con el, si le era sincero solo lo veía como un npc muy raro en su vida y le era raro ver qué su amigo tenía una vida aparte.
-tengo que hacer algo super importante...-
-y...que es?-
-no puedo decirlo...-se le quedó mirando fijamente sin moverse ni un centímetro.
-ok señor misterioso, yo me voy a comprar algo, pásala bien haciendo su cosa súper secreta- se despidió con la mano y se fue caminando hasta el negocio, esperaba que ya no esté tan lleno como siempre está cuando recién salen todos, ese era un lugar muy transcurrido por los estudiantes por la variedad de cosas que tenía.
Por mientras que dejaba solo a epic, este miro para el suelo y empezó a pensar en voz alta - no siguió preguntando que es...- hizo un pequeño puchero hincandose para abrasar sus piernas y seguir mirando al suelo -bueno... Lo superaré, algún día-
--------+--------
El negocio estaba cerrado.
Ahora no sabía muy bien que hacer, se pondría ir a su casa pero realmente quiere tomar algo, algún helado o bebida, cualquier cosa, pero nada de eso tenía en su casa, se quedó pensando un rato, tratando de pensar a dónde ir ahora.
En su mente se mostró la imagen de un carrito de helados que siempre estaba en la plaza a la vuelta de la universidad, ahí era la única opción, solo tendría que caminar un poco más.
Así lo hizo, no era tan largo como recordaba, en un momento ya estaba estaba al frente de esa plaza que poco a poco se iba llenando de niños que acababan de salir de clases, en ese momento ese diminuto carrito no era capaz de atender a la cantidad de niños que se amontonaban para comprar un rico helado artesanal.
Un chico bastante grande estaba atendiendo a los niños que se peleaban por los diferentes sabores, espere a que se fueran, sería demasiado inmaduro ir cuando hay niños tratando de comprar, ese chico me miró fijamente examinando me de arriba a abajo, trate de no hacer contacto visual con su gran ojo rojo que se movía de un lado a otro viendo todo a su alrededor.
Me hizo una seña con la mano para que me acercará, yo extrañamente le hice caso enseguida sin pensarlo mucho, al estar ya lo suficientemente cerca de el pude escucharle decir.
-puedo pedirte un pequeñin, enanin y minúsculo favor?- asentí rápidamente sin dejar de mirarlo, el me tomo de las manos dándome algo - enseguida vuelvo!- se empezó a alejar a rápida velocidad, en mi mano tenía una cuchara de helados pero en mi mente solo tenía muchas preguntas diferentes, una pequeña niña se me acercó y tiró de mi chaleco.
- me da uno de fresa?- me mostró en su manita unas monedas no sabia muy bien cuantas eran pero eso no importaba, sus pequeños ojos se iluminaron cuando asentí
Supongo que ese señor quiere que lo cobra un rato en su trabajo, quizás si no llega pronto pueda sacar un poco para mí.
En un santiamén ya todos los niños tenían su helado, algunos de chocolate otros de fresa, cada uno con algo diferente pero todos se veían felices.
Otra vez pudo ver a ese esqueleto pero ahora no estaba solo, caminaba junto a un ser hecho de una baba extraña o eso creo que era, solo puedo decir que tenía cara de no haber dormido hace mil años, además que estaba encorvado y vestido como vagabundo o con ropa de Balenciaga, la línea entre esos dos era muy delgada.
Ese chico me saludo con la mano y corrió hacia mi, reteniendose apenas al tomar mucha velocidad.
-gracias por eso, realmente tenía GANAS de ir al baño...por qué me miras así? que sea un esqueleto no significa que no puedo ir al baño- el se rió por su comentario, y miro a su nuevo acompañante -ah, el es nightmare por si a caso-
Le iba a preguntar cuál era su nombre, pero no me dió tiempo ya que ese esqueleto llamado nightmare hablo primero
-que te e dicho de dejar tu puesto con un extraño?-
-que no lo haga si parece marihuano porque le puede poner algo a los helados?-
-sip, eso mismo, me puedes decir porque lo hiciste igualmente?-
-porque el no parece marihuano?-
-que te e dijo de juzgar a las personas por su apariencia, puto clasista-
-perdon, no tengo ninguna escusa, pero realmente hizo un buen trabajo- la baba viviente miro el carrito y a los niños, todo estaba en orden, no pareciera que hubiera pasado algo malo en su ausencia -lo máximo que pudo hacer es robarse un poco de dinero o helado pero eso lo hacemos todos-
-tienes razon, oye que te parecería trabajar de heladedo?-
Si quieres leer alguna historia de algún otro ship, no dudes en comentarlo y yo lo escribiré, realmente amo escribir aunque no lo hago muy bien, así que cualquier cosa no dudes en decirla.
Está historia continuará, así que sigueme para no perderte la!
Segunda parte: 2
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lacasaporelteclado · 2 years ago
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Mires donde mires ahí están las cocinas blancas con uñero, descubre cómo son y por qué son tan deseadas.
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letsgetbigger · 5 months ago
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Mi compañero de piso
Primera parte
El día de la mudanza llegó con el sol brillando intensamente sobre la ciudad. Había decidido buscar un compañero de piso para ayudarme a pagar la hipoteca, ya que mi sueldo en la tienda de ropa no daba para mucho. La idea de compartir mi espacio con alguien nuevo me llenaba de cierta inquietud, pero también de expectativa.
Erik llegó temprano, vestido con un chándal grande y cómodo. Era un morenazo de 25 años, recién independizado y que teletrabajaba como informático. En contraste con mi atuendo habitual de traje y corbata para trabajar, su estilo relajado me llamó la atención de inmediato.
—Hola, Frank —dijo Erik con una sonrisa amplia, extendiendo su mano.
—Hola, Erik. Te ayudo con las cajas —respondí, estrechándole la mano.
Desde el primer encuentro, cuando vino a ver el piso, nos caímos bien. Y mientras Erik desempaquetaba sus cosas y las acomodaba en su nueva habitación, no podía evitar observarlo. Había algo en su presencia que me atraía.
Después de unas horas de trabajo, terminamos de acomodarlo todo. Erik se dejó caer en el sofá, sudando ligeramente por el esfuerzo, y me di cuenta de que su ropa, aunque grande, no lograba ocultar completamente una ligera redondez en ciertas zonas de su figura. Fue entonces cuando entendí por qué había traído consigo tal cantidad de comida. La nevera, que solía estar medio vacía con mis fruta y verdura, ahora estaba repleta de paquetes de comida preparada, quesos, leche entera y varios tipos de salsas. Los armarios se llenaron de pasta, arroz, bolsas de patatas, galletas y otros snacks.
—Vaya, parece que tienes buen apetito —comenté, tratando de sonar casual mientras observaba sus provisiones.
Erik rió.
—Sí, me gusta comer.
No podía negar que todo aquello me sorprendía, pero decidí no darle más vueltas y simplemente acepté que mi nuevo compañero de piso tenía un estilo de vida diferente al mío.
Una noche, semanas más tarde, llegué a casa tras una mala cita. Me sentía decepcionado y frustrado. Para mi sorpresa, encontré a Erik sentado en el sofá con dos cajas vacías de pizza a su lado.
—Hola, Frank. ¿Qué tal la cita? —me preguntó con una sonrisa despreocupada.
—No hubo chispa —dije encogiéndome de hombros.
Erik me observó con interés.
—Igual no era tu tipo —dijo con una mirada comprensiva—. A veces cuesta encontrar a alguien que realmente encaje con nosotros.
Me dejé caer en el sillón frente a él, sintiéndome un poco mejor al escuchar sus palabras. Siempre tenía una manera de hacerme sentir comprendido y menos solo.
—Puede que tengas razón —admití dejando escapar un suspiro.
Mientras hablábamos, noté algo diferente en Erik. El chándal ya no le quedaba tan holgado como cuando se había mudado. De hecho, la sudadera parecía esconder una panza creciente. Era evidente que estaba disfrutando de la comida y su cuerpo lo reflejaba. Se levantó y caminó hacia la cocina. Los pantalones de chándal se ajustaban a su trasero redondo de una manera que no había visto antes. Abrió uno de los armarios y sacó un bote enorme de proteína en polvo, lo cual me sorprendió.
—¿Has ido al gimnasio? —le pregunté, intentando comprender por qué necesitaba un batido de proteínas después de dos pizzas.
Erik rió y negó con la cabeza.
—No, no voy al gimnasio —dijo como si la idea le resultara divertida.
—Ah. Bueno, creo que es hora de irme a la cama.
—Buenas noches, Frank.
Tal vez tenía razón. Tal vez el chico delgado con el que había salido simplemente no era mi tipo. Siempre me había fijado más en hombres corpulentos, en osos.
Una noche calurosa de finales de primavera, me desperté sediento. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para beber un vaso de agua. Al llegar a la puerta, me detuve en seco. La escena ante mis ojos me dejó paralizado. Erik estaba de pie, iluminado únicamente por la luz de la nevera abierta. Llevaba puestos solo unos slips que se le clavaban en la piel, marcando sus curvas y dejando al descubierto la creciente redondez de su cuerpo. Su barriga se derramaba ligeramente sobre la goma elástica y sus muslos se veían más gruesos, pero lo que más llamaba la atención era su trasero. Aquel culazo redondo y prominente llenaba completamente los calzoncillos, haciendo que la tela se tensara al máximo. Erik tenía una caja de donuts sobre la encimera y comía uno tras otro con una voracidad insaciable usando la mano izquierda. La mano derecha estaba metida en sus slips, moviéndose rítmicamente mientras se masturbaba. El placer en su rostro era innegable. No pude evitar quedarme allí, observando en silencio. La visión de Erik dándose placer de esa manera, disfrutando de la comida y de su propio cuerpo, era hipnótica. Sentí mi erección crecer rápidamente.
Me alejé de la puerta con cuidado de no hacer ruido y regresé a mi habitación. La imagen de Erik seguía en mi mente: su cuerpo cada vez más relleno, sus manos ocupadas con los donuts y su polla, la expresión en su cara. Sabía que algo había cambiado dentro de mí y que mi atracción por Erik había crecido de una manera que no podía ignorar.
Segunda parte
Con la llegada del verano, el calor se hizo insoportable en nuestro apartamento. Erik empezó a pasearse por casa solo en calzoncillos y cada vez que lo veía, mi corazón latía con más fuerza. Su físico había cambiado notablemente. Su barriga había crecido más y sobresalía con orgullo. Y su culo se había vuelto todavía más grande y redondo. Los slips apenas podían contener sus nalgas. La integridad de la tela se ponía a prueba con cada movimiento. Erik parecía estar cómodo con su cuerpo. Verlo así, tan natural y despreocupado, me volvía loco.
Una tarde, sentados en el sofá viendo la televisión, no fui capaz de contener mi curiosidad. Lo miré fijamente y le pregunté:
—Erik, ¿estás... engordando a propósito?
Erik permaneció en silencio por un momento y luego una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
—Sí, Frank, lo estoy haciendo a propósito.
—¿Por qué?
—Siempre me ha excitado la idea de engordar, de sentir mi cuerpo crecer, mi barriga expandiéndose y mi culo volviéndose más grande. Y me encanta ver cómo la ropa me queda cada vez más ajustada.
Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba oyendo y al mismo tiempo me sentía increíblemente excitado. Su confesión solo había intensificado mi deseo.
A la mañana siguiente, al dirigirme a la cocina para hacerme un café, noté que la puerta del baño estaba entreabierta. A través de la rendija de la puerta podía ver a Erik en la ducha. El agua caía sobre su cuerpo desnudo, resaltando cada curva, cada pliegue de su piel. Ver cómo sus manos recorrían su barriga gorda con movimientos deliberados, su pecho y sus enormes nalgas me fascinaba. Me aferré a la puerta. Mi erección crecía dolorosamente. Sin darme cuenta, una mancha húmeda empezó a formarse en mis calzoncillos, signo de mi excitación extrema. Erik me descubrió. No dijo nada, pero su sonrisa y la forma en que sus ojos brillaban lo decían todo. Abrió la cortina de la ducha e hizo un gesto para que me uniera a él. Sin pensarlo dos veces, entré en el cuarto de baño. Me quité los calzoncillos rápidamente, dejando que cayeran al suelo, y me acerqué. Se giró, ofreciéndome su espalda. Mi mirada se fijó en su trasero redondo y firme, un espectáculo que no podía resistir. Comencé a acariciarlo. Erik se estremecía bajo mis caricias. No podía esperar más, mi polla palpitante buscaba su objetivo. Alineé mi cuerpo con el suyo y con un movimiento lento y deliberado, lo penetré. La sensación era increíble. Un gemido escapó de mis labios. Erik se arqueó hacia atrás, apoyando las manos en la pared de la ducha mientras yo comenzaba a moverme dentro de él. Mis manos agarraron sus flancos y aumenté el ritmo. Las embestidas se volvieron más fuertes, más desesperadas, y Erik respondía a cada una de ellas con gemidos de placer. Sentía cómo su respiración se entrecortaba a medida que nos acercábamos al clímax. Finalmente, con un grito ahogado, me corrí dentro de él. Erik se estremeció y gritó también, su propio orgasmo siguiendo al mío. Nos quedamos así, unidos y jadeantes, mientras el agua seguía cayendo, lavando el sudor y la pasión que habíamos compartido.
Esa noche, después de un largo día en el trabajo, no podía dejar de pensar en la experiencia de la mañana. Al llegar a casa, me encontré con Erik en la sala, relajado sobre el sofá. Me acerqué a él y me senté a su lado.
—Erik, hay algo que tengo que decirte —comencé, tratando de mantener mi voz firme—. Me encanta lo gordo que te estás poniendo. Especialmente tu culo. Me vuelve loco. Y quiero verte engordar aún más.
Erik sonrió, su cara redondeada llena de satisfacción.
—Me gusta lo que oigo, Frank.
Me levanté y fui a la cocina, donde saqué una tarrina de dos litros de helado del congelador. Regresé al sofá y la coloqué frente a Erik, que ya había cenado dos platos enormes de pasta. Su mirada se iluminó al ver el helado. Me senté a su lado y empecé a darle de comer. El helado se derretía en su boca. Sus labios se movían con deleite tragando cada cucharada. Mi mano se deslizó por su vientre, sintiendo la plenitud y la calidez de su carne bajo mis dedos.
—Eso es, Erik —le susurré al oído, acercándome para besar su cuello—. Quiero que te lo comas todo. Quiero verte crecer.
Después de lo que parecieron horas, Erik terminó el helado. Se recostó en el sofá, su respiración pesada y su mirada fija en la mía.
—Gracias, Frank —murmuró con gratitud y deseo.
—Esto es solo el comienzo.
Me arrodillé ante él y deslicé mis manos por sus muslos gruesos. Luego mis dedos acariciaron sus pezones y jugué con ellos suavemente, a la vez que besaba su barriga. Erik jadeaba mientras mi boca bajaba por su cuerpo. Mordisqueé su polla a través de los slips, sintiendo su dureza contra mis dientes. Con un movimiento rápido, deslicé la prenda hacia abajo, y liberé su erección. Mi lengua recorrió su longitud, saboreando cada centímetro antes de tomarlo en mi boca. Mis manos seguían explorando, acariciando sus muslos y sus huevos. Erik gemía y se retorcía. Y con un grito de placer, se corrió en mi boca. Sus chorros de semen caliente llenaron mi garganta.
Tercera parte
Habían pasado unos meses y Erik estaba gordísimo. Me desperté una mañana y lo primero que vi fue su culo enorme, redondo y lleno de grasa gelatinosa descansando en la cama junto a mí. Admiré su tamaño. La celulitis de sus muslos y las estrías en sus flancos también me encantaban. Me acerqué a él, aún adormilado, y coloqué mis manos sobre sus nalgas, meneándolas suavemente. La carne se balanceaba. Una imagen que me excitaba como nada en el mundo. Bajé la tela de sus nuevos calzoncillos XXL y mis labios besaron sus nalgas con devoción.
—Has engordado tanto, Erik —murmuré contra su piel—. Y me pone tan cachondo verte así.
Erik gimió en respuesta y mis caricias se volvieron más atrevidas. Apreté y amasé sus nalgas, sintiendo la grasa bajo mis palmas, mientras mi lengua exploraba cada rincón también.
—Me encantas así, tan grande, tan sexy —le susurré.
Erik se retorció de placer.
—Frank, tráeme el desayuno a la cama —pidió, su tono cargado de necesidad—. Quiero empezar el día bien alimentado.
Me levanté rápidamente, mi erección pulsando con anticipación dirigiéndome a la cocina. Preparé una bandeja con todo lo que sabía que a Erik le gustaba: muchas tostadas con mantequilla, una tortilla francesa con queso derretido, dos cruasanes enormes rellenos de chocolate y... un batido de proteínas gigante hecho con leche y nata a partes iguales.
Cuando regresé a la habitación, Erik me esperaba, recostado en la cama con una sonrisa satisfecha en su rostro. Coloqué la bandeja delante de él y observé cómo sus ojos se iluminaban al ver la comida.
—Perfecto —dijo Erik.
Me senté junto a él. Empezó a comer con entusiasmo. La manera en que disfrutaba de cada bocado, la alegría en su rostro mientras se alimentaba, llenaba mi corazón de una satisfacción profunda. Pensé en lo increíble que era ver su cuerpo expandirse, cada vez más lleno de grasa, cada vez más hermoso. Y sabía que Erik también lo disfrutaba, cada bocado, cada caricia, cada mirada de deseo.
Cuando terminó el desayuno, me quedé en la cama observándolo levantarse y caminar hacia el baño. Su cuerpo había cambiado tanto en los últimos meses que era un espectáculo embriagador.
—Eres un cerdo gordo, Erik —le dije deslizando mi mano por mi propio cuerpo—. Mira cómo se mueve toda esa grasa. Joder, estás tan obeso.
Erik se detuvo y se volvió hacia mí, sus ojos brillando de excitación. Sabía que le encantaba cuando le hablaba así. Empecé a pajearme observando cada movimiento de su cuerpo.
—¿Te gusta estar así de gordo, verdad? —continué, mi voz ronca.
Erik gimió suavemente, sus manos acariciando su barriga hinchada, sus dedos recorriendo las estrías que la adornaban.
—Sí, Frank. Dímelo —pidió con deseo—. Dime lo gordo que estoy, lo mucho más que me vas a engordar.
—Eres insaciable —le dije, mis palabras un susurro lleno de lujuria—. Voy a seguir alimentándote. Quiero que seas el gordo más grande que jamás haya visto.
Mis manos se movían con más urgencia, mis ojos fijos en el cuerpo de Erik.
—Estás tan sexy lleno de comida —le dije sintiendo mi propia excitación llegar a su punto máximo—. No hay nada que me guste más que ver cómo te conviertes en un cerdo obeso y satisfecho.
Erik se mordió el labio y vi cómo su propia erección crecía bajo la piel de su barriga.
—Sí, Frank, hazme más gordo —respondió—. No puedo esperar a ver cuántos kilos más voy a engordar para ti.
Con esas últimas palabras me corrí, mi semen disparándose por toda la habitación.
Parte final
Era sábado y decidí que teníamos que ir a comer a un bufet. Erik estaba sentado en el sofá en sus ahora extremadamente pequeños calzoncillos XXL, su enorme barriga descansando sobre sus muslos. Lo observé por un momento antes de decirle:
—Hoy vamos a un bufet y quiero que te pongas algo ajustado. Quiero que todo el mundo vea lo grande que te has puesto.
Erik asintió con una chispa de emoción en sus ojos. Se fue a su cuarto y lo seguí, sabiendo que escogería la ropa más ajustada que tenía. Optó por una camiseta que se pegaba a su barriga, resaltando cada lorza, y unos pantalones que apretaban sus muslos y su enorme culo. Me sentí instantáneamente excitado al verlo así.
Llegamos al bufet, un paraíso de comida grasienta y abundante, y tomamos asiento.
—Quiero que comas sin parar. ¿De acuerdo? No te detengas hasta que te lo diga.
Erik asintió, se levantó y se dirigió a las mesas del bufet. Volvió con algo para mí y con un plato lleno de pizza, patatas fritas y pollo frito para él.
Lo observé comer, disfrutando de cada bocado que tomaba. Cuando terminó, le dije:
—Ve por más.
Erik se levantó y fue a buscar otro plato. Esta vez volvió con hamburguesas, aros de cebolla y más patatas fritas. El placer evidente en su rostro mientras llenaba su cuerpo con más y más comida aceitosa.
—Eres un cerdo obeso —le susurré habiendo acabado—. Come más, quiero ver cómo te pones aún más grande.
Erik obedeció sin cuestionar, levantándose nuevamente para buscar más comida. Lo observé caminar, su culo redondo y enorme balanceándose con cada paso. Regresó con un plato de macarrones con queso y costillas. La barriga ya le asomaba por debajo de la camiseta.
—Más, Erik. No pares —le ordené con el último bocado.
Obedeció de nuevo, levantándose con dificultad, su ropa ajustada marcando cada centímetro de su grasa. Volvió con varios trozos de tarta.
Volvimos a casa horas después. Entramos y Erik se dejó caer pesadamente en el sofá. Me acerqué a él, mi excitación palpable.
—Eres puro sebo, Erik —le susurré comenzando a desvestirlo.
Primero le quité la camiseta, dejando al descubierto su pecho amplio y sus pezones ensanchados. Mis dedos los acariciaron. Erik gimió.
—Mírate, con estas tetas enormes y esa barriga tan redonda. Estás hecho un glotón.
Le quité los pantalones con dificultad. La tela se aferraba a sus muslos gruesos y a su culo que parecía dos balones de playa. Se quedó solo en calzoncillos, los cuales bajé lentamente, revelando su miembro erecto pero medio enterrado en la grasa de su pubis.
—Me encanta lo enorme que te has puesto.
Mis manos recorrieron su cuerpo, manoseando su carne blanda. Acaricié su barriga hinchada, sintiendo su calidez y su suave textura. Luego dirigí una mano hacia su polla y empecé a masturbarlo. Cada movimiento hacía que todo rebotara, especialmente sus pezones, que se balanceaban con cada vaivén.
—Eres tan sexy, tan obeso. Mañana volveremos al bufet —murmuré, aumentando el ritmo de mis movimientos.
Erik gimió más fuerte y llegó al clímax, su semen caliente brotando en mis manos. Se lo di para que se lo tragara. Luego lo besé sintiendo una profunda satisfacción al saber que había ayudado a que se convirtiera en el hombre que tanto deseaba ser.
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quegaykskskks · 2 years ago
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M.Lector & Miles
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𝐑𝖾𝗌𝗎𝗆𝖾𝗇: 𝖤𝗅 𝖫𝖾𝖼𝗍𝗈𝗋 𝖾𝗇 𝗌𝗎 𝗏𝗂𝖽𝖺 𝖼𝗈𝗍𝗂𝖽𝗂𝖺𝗇𝖺
𝐏𝖺𝗋𝖾𝗃𝖺: 𝖫𝖾𝖼𝗍𝗈𝗋 𝗑 𝖲𝗉𝗂𝖽𝖾𝗋𝗆𝖺𝗇'𝗌
Tu cabeza daba vueltas, no, retumbaba con el sonido de la voz de tu madre de fondo porque la alarma estaba literalmente perturbando tu sueño y opacando cualquier ruido con el suyo. No fue suficiente hasta que algo fue arrojado a tu cara, te levantaste con gran pereza después de ello, tu hermana de cinco años fue a despertarte usandote cómo su blanco corsel, tu madre te veía desde el marco de la puerta de tu habitación.
—¡Ya era hora, vas a llegar tarde a la escuela!—
Eso fue todo lo que tuviste que escuchar para salir disparado de la cama, tomaste la molesta y vieja alarma para ver la hora exacta, la apagaste y corriste al armario de tu habitación, tu hermana se reía de tu situación mientras desesperadamente te ponías el opaco uniforme de tu escuela.
—¡MAMÁ!, ¡¿PORQUE NO ME LEVANTASTE ANTES?!—
—Lo hice cariño, pero eres como tu padre y tu sueño es tan profundo que ni un huracán logra despertarte.—
Soltaste un bufido sonoro para acomodar la corbata roja en tu cuello, realmente esto no era lo tuyo por lo que no fue inesperado que llegará tu madre al rescate para ajustar tu corbata perfectamente, beso tu frente y te entregó los zapatos que usarías, besaste su mejilla para despedirte de tu hermana revolviendo su cabello, pasaste por la cocina y robaste un pancake para salir corriendo en dirección a la callé.
—Necesito llegar rápido al metro o el profesor me colgará.—
Tu mochila fue a parar en tus hombros, colocaste tus audífonos para salir corriendo con tu canción favorita de fondo, esquivando a un sin fin de personas porque aquí todo estaba repleto de gente por montón, casi chocaste con el auto de un policía por no prestar atención, te disculpas te pero no te detuviste, continuas te hasta dar con el metro y el vagón que te llevaría a tu escuela, casi cierran las puertas pero al último segundo lograste entrar sin terminar aplastado por las puertas del elevador.
—Estuvo....cerca.—
Recuperaste el aliento mientras el metro avanzaba por las vías, la siguiente parada era la tuya, decidiste disfrutar hasta el último segundo antes de correr nuevamente por lo que tomaste asiento y fue entonces que los viste, frente a ti estaban dos sujetos vestidos de Spiderman con camisetas bastante chistosas en lo que bebían sodas, decidiste ignorarlos porque podría ser gente llendo a casa después de una convención de cómics o algo, no eras muy experto en el tema, Gwen era la más fanática de eso que tú qué apenas podías poner un dedo sobre un libro sin dormir en el proceso. Tu cabeza se levantó del suelo cuando una bola de papel fue rodando desde el otro lado en tu dirección, pudiste ignorarla pero no lo hiciste y en su lugar, la levantaste del suelo y la abriste por mera curiosidad, su contenido te puso las mejillas rojas de la vergüenza, conectaste bien tus audífonos, ya te habías avergonzado lo suficiente exponiendo tus gustos musicales a los demás, todo aquello mientras reías nerviosamente, cuando lo viste el solo te saludó con un movimiento de mano hasta que el Spiderman ¿Mayor? Volteó a verlos y casi juraste que podías ver cómo se movían sus cejas debajo del traje, eso te dejo con gran intriga pero se esfumó al ver el tamaño de su abultado abdomen que tenía manchas de comida además de migajas.
—¡Hola!—
Saludaste con una torcida sonrisa y está se volvió más grande cuando el chico te devolvió el saludo, claro que el momento se tenía que arruinar porque desde los parlantes escuchaste que ya estaban en la parada que debías bajar, tomaste tu mochila y saliste disparado con prisa, justo antes de esfumarte volteaste a ver si seguían ahí estos ya no estaban, raro o simplemente se movieron de asiento, no prestaste atención.
—Miles, ¿Que dijimos de hablar con extraños cuando estás vestido de Spiderman?—
—Uuuh, que no era buena...idea.—
Miles volvió su voz menos audible con cada palabra, su vergüenza fue grande y Peter solo lo veía con una ceja alzada además de una sonrisa molesta, un golpecito en su hombro provocó que volteara a ver al hombre.
—Parece ser que llamo tu atención, niño.—
—¿Que? ¡No, no, no, no!—
—¡No, yo solo estaba siendo amable!—
—Que bien, porque parece ser que Gwen lo conoce.—
Rápidamente la mirada de Miles fue a parar donde el dedo de Peter señal. Ahí estabas tu con Gwen que te interceptó dándote un susto que podías jurar casi te da 5 infartos seguidos pero que jamás admitirías por orgullo, la mirada de Peter también estaba en ustedes dos pero paso a estar en Miles al escuchar como se caía su teléfono en un intento de comunicarse con lo que su teléfono mostraba cómo Gwen.
—Así que....siendo amable ¿Eh? A nadie engañas niño.—
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lenchi05 · 3 months ago
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Utopía (Kakeru/Mizuho short fic)
Kakeru llegó a casa completamente agotado, con los pies adoloridos contra el piso. Dando una ojeada breve, se fijó también en las pantuflas puestas delante de la entrada, donde Mizuho lo aguardaba camino a la cocina, .
_Tadaima.
_Okaeri._ lo recibió mientras seguía apilando los trastes. Él no dijo nada y se sentó en la silla, impasible. En cuanto trajo la comida a la mesa, ella señaló sus modales con picardía.
_Aun no me dijiste qué tal te fue.
Kakeru no dijo nada y siguió comiendo, lo que menos necesitaba era amargar el día de su mujer.
_Te olvidaste de agradecer...🎶
Juntaron sus manos e hicieron una reverencia antes de continuar cenando.
_Tadakimasu...
La sopa estaba caliente, y con un frío invernal como lo hacía hoy, era más que apetecible una cena bien humeante. Cuando éste relajo sus dedos, Mizuho los atrapó en un agarre gentil, sumando una sonrisa tierna a su rostro.
_Ne, Kakeru..._ susurró contenta, manteniendo paz en su hablar _¿Te acuerdas de la vuelta en bicicleta? ¿De la broma que hicimos acerca de atraernos?.
Él asintió breve, dando otro sorbo a su sopa.
_Hasta ahora recuerdo cuando me dijiste que yo quería algo contigo.
Se rió con tal ternura que hasta su recibido se contagió del buen ánimo.
_Bueno, algo de razón tuve ¿No? Además, si no querrías nada conmigo, tú no habrías aceptado formar una banda juntos, ¿No lo crees, querido?.
Kakeru se sonrió entre dientes, por poco escupiendo su comida.
Maldición, ella tenía un punto.
Y aún así le costaba admitir las veces que era derrotado, o sea, varias.
_De todas formas... Eso fue hace más de diez años..._ recordó, nostálgica. El otro la observaba entre una mezcla de seriedad y anticipación. No fue hasta que ella entrelazó sus manos que sintió un calor familiar, acogedor, el significado de volver a estar en casa. La pequeña argolla metálica en su dedo, brillaba con un destello chispeante bajo la frágil luz del comedor.
_Hace más de diez años, tú y yo nos conocimos, Kakeru, y me hace realmente feliz que hoy podamos estar juntos._ con ojos entrecerrados, le ofreció un apretón cariñoso, frotando sus dedos juntos _Feliz aniversario, Kakeru.
Apartando su tazón del lugar, correspondió su agarre con una sonrisa tímida. Su amor era la única razón por la cual seguía vivo.
_Feliz aniversario, Mii. Siento no haberte traído nada.
En un ambiente tan romántico, casi idílico, ella encuentra tierna su disculpa.
_No es nada, osito. Tenernos aquí ya es suficiente para mí_ hizo una pausa, cambiando intencionalmente su voz a una más seria a modo de juego _Pero todavía sigo esperando mi helado.
Ambos rieron por el chiste inesperado, y luego de mirarse durante un rato, se dieron un beso casto seguido de un abrazo.
¿Existían malas noches si es que Mii estaba a su lado?
Envuelto en el abrazo, Kakeru mantuvo sus ojos cerrados, dejando que su calor lo arrope cual manta cálida.
Y después, los abrió.
Mizuho no estaba, de hecho, él seguía encerrado en su armario. No había casa, ni cena, y Kakeru aún vivía con sus padres. Todo, absolutamente todo fue una simple utopía, en un futuro donde él y Mii podrían haber sido felices juntos, pero él sólo permanecía ahí, acostado con los ojos ensanchados.
Sólo fue un sueño más del montón.
No obstante, Kakeru sólo esperaba que en algún momento ese día llegue.
Y volviéndose a cubrir con las sábanas, se dispuso a continuar durmiendo.
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