#Museo Violeta Parra
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Vía Museo Violeta Parra
Agradecemos a Kael Abello, quien nos envió este retrato de Violeta Parra inspirado en el antipoema “Defensa a Violeta Parra” de su hermano, Nicanor Parra.
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Serie 1. Violetas de carne y hueso
Violeta Parra (1917-1967) fue una cantante, compositora e investigadora del folclore chileno, además de artista visual, poeta y activista.
En vida influenció a toda una generación de artistas y músicos latinoamericanos, revitalizó con orgullo canciones perdidas que hoy son declaradas patrimonio. Fue la primera artista latinoamericana en exponer su obra en el museo del Louvre.
Su existencia estuvo marcada por los constantes viajes, tanto dentro del país como hacia el extranjero y su intensidad hasta en las cosas más sencillas, sus fracasos amorosos y sus dificultades económicas, generaron en ella una gran depresión que la condujo al suicidio el día 5 de febrero de 1967.
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Y arriba quemando el sol...
Violeta Parra
Pintura y bordado en Taller del Museo Artequin Antofagasta.
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Violeta Parra y sus solas de rock
Buscadora, la Violeta. Como toda persona pobre, no tenía que esperar a que alguien la vea y la elija. Tenía que salir a buscar. Así empezó a nutrir sus conocimientos. Golpeando puertas y ventanas mientras arriba, quemando el sol, para recopilar esas voces y canciones del folclore de Chile.Contar a ella es como contar a Janis Joplin, con sus inseguridades de belleza y su deseo de buscar algo más, con esa soledad como sombra, la exponían y salían a relucir en sus canciones: soy esto, también decía Violeta. Por eso cuando hizo el tema “Gavilán” no quedó ninguna duda que la esencia del rock es más que una campera de cuero. Se sentaba ante personas ancianas o ya enfermas, tomaba nota, escuchaba fuerte, su formación crecía. Y al lado iba su hijo ángel con ese enorme grabador. Pero los pies se cansan y el sol que quema a veces también es tormenta. Creo que Violeta además de música es el reflejo de remarla siendo artista independiente, de moverse hasta el dolor para poder hacer llegar tu arte, y que se rescate, la de su pueblo. El libro “La vida intranquila” de Fernando Sáenz hace un gran repaso por esos caminos que transitó Violeta en los que no sólo buscaba ser valorada en lo que hacía, si no, salir de la pobreza, poder amar, poder crecer: “me falta algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo hallaré jamás” cita el autor y no cabe duda por los testimonios de este libro, que siguió esa necesidad a fuerza de sudor y dolor. “Nada ocurre con la velocidad que ella necesita, lo que va provocando una desazón convertida en molestia y rabia. Se siente poseedora de un tesoro, y parece que nadie lo aprecia de esa manera” reflexiona Sáez y expone la realidad dura que “le tocó” pero quiso erradicar a fuerza de arte e insistencia. En pocos meses, había hecho un trabajo en el que una institución habría tardado años. Ese trabajo de recopilación fue minucioso y muy lejos de las formas de la educación burguesa: ella se sentaba y escuchaba de personas que eran parte de la historia de Chile y no lo sabían. Cambiaba ropas por canciones. En 1957, finalmente la contratan en la universidad de Chile para la recopilación y costumbres de la zona y en 1948 inaugura el Museo Nacional de Arte Folclórico Chileno. Empieza a viajar. En uno de sus viejas, su hija bebé muere dormida. Ángel, con 13 años, corre con ella en brazos. No llegó. La maternidad, ser artista, seguir siendo pobre, otra vez el dolor. Sus hijos crecen, y las formas de explorar el arte también: empieza a pintar cuadros, a bordar, a profundizarse como poeta, a tener un programa de radio donde seguía con sus preguntas y escuchas. Quiso poner una carpa, en un descampado solitario. Lo levantó con apoyo. Era una carpa para unas 500 personas. Ahí adentro mismo se hizo una vivienda. Estaba harta de ser pobre. “No tengo que ponerme y lo que tengo es feo y gastado. No es que me haya vuelto pretenciosa, es que me veo muy pobre” cita Sánchez y es totalmente comprensible ese estado de una mujer con hijos, que viajó hasta a Europa para difundir su trabajo y el de la historia musical que venía reconstruyendo y aún así seguía remando en aguas fuertes. “Toda mi vida fui muy sola, por eso me he metido en tanto camino, muy duro, muy seco todo” leo y se me viene a la cabeza la imagen de la película “Violeta se fue a los cielos” cuando una tormenta empezó a destruir lentamente esa enorme y vacía carpa despoblada de gente y de visitas. Todos su entorno de una inestabilidad que temblaba, pero la fuerza de su canción no mostraba ni dolor ni debilidad. Contar a ella es como contar a Janis Joplin, con sus inseguridades de belleza y su deseo de buscar algo más, con esa soledad como sombra, la exponían y salían a relucir en sus canciones: soy esto, también decía Violeta. Por eso cuando hizo el tema “Gavilán” no quedó ninguna duda que la esencia del rock es más que una campera de cuero. “Gavilán” es un vals, un tema de raíces folclóricas, dura casi diez minutos, tiene una construcción poética de una historia, y es el tema más rockero y desgarrador que una mujer latinoamericana podría haber cantado en los años 60. La fuerza y el enojo está en la letra y en la guitarra que sube con rasgueos fuertes que laten. En la entrevista que le hizo el periodista Mario Céspedes ella cuenta toda la creación del tema: “el tema de fondo, es el amor, que casi siempre destruye” dice al relatar que se trata sobre una gallina que se enamora de un gavilán. Esta lo ve de lejos y cree que es una flor, se llena de espinas para poder llegar a él, las gallinas más viejas le dicen que no confíe en el gavilán, pero ella termina yendo a subir a una montaña para llegar a él. En el camino la limitan los elementos como la lluvia y el viento, y cuando finalmente llega, el gavilán la desgarra. “El vive, porque la maldad perdura” Cuenta Violeta en la entrevista en la que también dijo que esa imagen de Gavilán se la puede comparar también con otras manifestaciones de poder. Ojalá ya no tengamos que subir a ninguna montaña, ni llenarnos de espinas, todo para llegar y que nos maten. Ojalá podamos hacer otros caminos, y que ese que Violeta nos enseñó en su rockera y solitaria canción sea un ejemplo. Pero buscar, seguir buscando. Tal vez no se trate de subir montañas donde nos esperan gavilanes al asecho. Si no en lo que hizo ella en sus inicios. Buscar en la tierra, la raíz, el pueblo. Entre otras gallinas, entre las semillas olvidadas, tan al lado nuestro. Tan en la tierra. Nota publicada originalmente en https://asiesesteamorr.blogspot.com/2020/10/violeta-parra-y-sus-solas-de-rock.html Read the full article
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El 5 de Febrero de 1967, en la ciudad de Santiago, se quitaba la vida la artista y folclorista chilena, Violeta Parra. Nacida el 4 de Octubre de 1917 en la ciudad precordillerana de San Carlos, Provincia de Ñuble, en la Región del Biobío, hija del profesor de música Nicanor Parra y de la campesina Clarisa Sandoval Navarrete. Si bien su infancia se desarrolló en un ambiente campesino, el oficio de su padre mantenía a la familia en contacto con el arte, a los 9 años comenzó a tocar la guitarra y formó un dúo con su hermano Eduardo Emeterio Parra y a los 12 ya compuso sus primeras canciones. Cuando su padre enfermó la familia debió redoblar esfuerzos para mantenerse, mientras algunos se emplearon en campos vecinos, Violeta y su hermano comenzaron a presentarse en público en circos, posadas y bares, incluso a la gorra en trenes y esquinas. Estas presentaciones se multiplicaron en 1931, cuando luego de la muerte de su padre, junto a su hermana Hilda se trasladaron a Santiago y formaron el dúo folclórico "Las hermanas Parra". En 1935 el resto de la familia se trasladó a Santiago, juntos, los 5 hermanos, Violeta, Clara, Eduardo, Hilda y Roberto formaron un grupo familiar que logró renombre en el circuito de bares y restaurantes de la capital. Si primer esposo, Luis Cereceda un empleado y delegado ferroviario con quién tuvo 2 hijos, fue quien le inculcó la pasión por la política y la cultura popular, esto la acercó a las raíces de la música chilena, junto a Hilda consiguieron su primer contrato discográfico. De su mano luego de varios años, la música popular y nativa chilena se imponía a la latinoamericana. Comprometida con la identidad nacional, logró un espacio exclusivo en Radio Nacional llamado "Canta Violeta Parra" donde difundía su música y la de otros cantantes chilenos. En 1961 inició una gira mundial sin un plan definido, Argentina, Finlandia, URSS, Alemania, Italia y finalmente, Francia, allí no solo cantaba en teatros de nivel, sino que aprendió a elaborar artesanías y tapices que vendía en el barrio latino. Violeta causó sensación en Paris, incluso algunos de sus tapices artesanales fueron expuestos en el Museo del Louvre, en 1964 se enamora profundamente del antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, esta pasión le sirvió de inspiración para sus mas bellas canciones de amor. En junio de 1965, Violeta regresó a Chile hecha una celebridad, aprovechando esto y con el objetivo de promocionar la música popular chilena, instaló una carpa cultural en la comuna de La Reina, pese a que la apoyaron figuras como Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns, el proyecto no tuvo repercusión. Cuando en 1966, Favre la abandona para instalarse en Bolivia, Violeta cae en una profunda depresión y compone la desgarradora " Run Run se fue pa'l norte", su familia la convence de editar un disco para olvidar sus penas, este incluye el "Himno", "Gracias a la vida" pero ya no existía la chispa de antaño. Su dura infancia, la pobreza, el exilio, la indiferencia de sus compatriotas, su endeble salud y los desencantos amorosos la llevaron a tomar una triste decisión, luego de varios intentos, el 5 de Febrero de 1967, Violeta se quitó la vida con un disparo en la sien, su cuerpo fue velado en la misma carpa de la esquina de la avenida La Cañada y Toro Zambrano.
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RT @cleporati: El museo Violeta Parra estará abierto a partir de mayo en el campus oriente de la PUC, buena noticia para la cultura gracias al compromiso de la UC. Sin embargo, la ubicación no facilitará el acceso al museo de todos los públicos. PD: el patrimonio de VP debería ser del estado. https://t.co/FIThJ6OlT3
— Paul Anwandter (@paulanwandter) Feb 5, 2023
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Violeta Parra. Gracias a la vida
https://www.unadonnalgiorno.it/gracias-a-la-vida/
Violeta Parra è stata la più importante cantautrice cilena, pioniera del movimento politico e culturale degli anni 70, Nuova Canzone Cilena.Musicista, poeta, artista autodidatta, aveva un timbro acuto, graffiante, che scivolava facilmente nel lamento. Una voce capace di spunti teneri e ironici, capace di diventare un grido lacerante.Fortemente osteggiata dal potere per il contenuto politico delle sue opere, ha avuto una vita difficile sin dall’inizio.Nata il 4 ottobre 1917 a San Carlos, in una famiglia povera, erano dieci tra figlie e figli, suo padre era un maestro di musica, passione trasmessa anche a loro. Suonava la chitarra sin da bambina e presto lasciò la scuola per cercare di guadagnare qualcosa cantando e suonando insieme ai fratelli per le strade, nei treni, nei circhi e persino nei bordelli.Ha iniziato a comporre canzoni quando aveva dodici anni ma poi venne folgorata dalla ricerca delle tradizioni. Con un magnetofono e una chitarra percorse i luoghi più sperduti per riscattare il folclore dimenticato dal suo popolo con l’obiettivo di raccogliere direttamente dalle voci dei vecchi contadini le miriadi di canzoni popolari che stavano per scomparire dalla memoria collettiva. Il suo è stato un appassionato lavoro di ricerca antropologica che è stata l’essenza e materia della sua ricerca artistica e esistenziale.Ha portato la musica cilena a livelli mai conosciuti prima.Trasferitasi a Santiago del Cile, nel 1937, conobbe il suo primo marito da cui ha avuto Ángel e Isabel, destinati a seguire il suo stesso destino di musicista.
Nel 1949 si è risposata e ha avuto altre due figlie Luisa e Rosita Clara.
Nel 1953, venne notata da Radio Cile dopo un recital a casa di Pablo Neruda. L’anno successivo ha ricevuto il premio Caupolicán che le ha consentito di partire in un tour europeo. Ha vissuto a Parigi per due anni.
Durante i postumi di un’epatite che nel 1959 l’aveva obbligata a letto, aveva iniziato a tessere degli arazzi in iuta e lana in cui riproduceva gli stessi motivi recuperati dalla tradizione. Successivamente dipingeva e creava sculture. Ha fondato e diretto il Museo d’Arte Popolare ed è stata la prima donna latinoamericana a esporre, nel 1964, al Museo del Louvre.
Nel 1960 ha incontrato il musicologo e antropologo svizzero Gilbert Favre, l’amore della sua vita a cui ha dedicato centinaia di canzoni d’amore, l’ultima, la più famosa, è nata quando la loro relazione è finita, nel 1966, Run Run se fue pa’l Norte.
Nello stesso anno ha registrato il suo ultimo disco: Gracias a la vida diventato un successo internazionale grazie a Joan Baez.
È morta suicida il 5 febbraio 1967 a causa di una forte depressione, non aveva ancora cinquant’anni. Pablo Neruda le ha dedicato la poesia
Elegía para Cantar, in cui la definisce Santa di pura creta.
Nel 1991 è stata creata la Fondazione Violeta Parra che raccoglie tutta la sua opera.
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Jóvenes del Centro Metropolitano Norte del SENAME realizan obra de teatro de títeres en Museo Violeta Parra
Jóvenes del Centro Metropolitano Norte del SENAME realizan obra de teatro de títeres en Museo Violeta Parra
El montaje Teatro de Títeres: “El Maíz de la Tierra Sagrada” se presentará este domingo 28 en la Sala Antar.
El Museo Violeta Parra ha venido realizando un trabajo sistemático con el Centro Metropolitano Norte de Til Til, dependiente del SENAME, que ha incluido talleres de arpillera, talleres de pintura mural inspiradas en Violeta Parra, recitales y celebraciones, en el marco del convenio que…
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Violeta Parra, Regalo de Ginebra, 1964-65, oil on canvas Museo Violeta Parra
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Museo Violeta Parra.
Algunos cuadros encontrados en la entrada, cada uno diseñado por organizaciones o colegios.
No subiré fotografías de las exposiciones para que vayan a verlas, la entrada al museo es gratis y se encuentra a pasos de metro Baquedano.
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Vía Museo Violeta Parra
¿Qué te inspira de Violeta Parra?
“Me inspira de Violeta Parra cómo se desarrolló como creadora, investigadora, artista completa. Pintando, bordando, cantando y plasmando en sus obras toda su sensibilidad, aflicción y conciencia social. Conmoviendo a todo quien conoce sus obras a nivel mundial”, dice Karina Rivas, quien nos envió un retrato de la artista chilena hecha en un plato.
¿Qué te inspira de Violeta Parra? Envíanos tu aporte a nuestro DM y/o etiquetanos en tu post. Nosotros lo compartiremos con la comunidad del Museo Violeta Parra en nuestras redes sociales.
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Violeta Parra y sus solas de rock
Buscadora, la Violeta. Como toda persona pobre, no tenía que esperar a que alguien la vea y la elija. Tenía que salir a buscar. Así empezó a nutrir sus conocimientos. Golpeando puertas y ventanas mientras arriba, quemando el sol, para recopilar esas voces y canciones del folclore de Chile.Contar a ella es como contar a Janis Joplin, con sus inseguridades de belleza y su deseo de buscar algo más, con esa soledad como sombra, la exponían y salían a relucir en sus canciones: soy esto, también decía Violeta. Por eso cuando hizo el tema “Gavilán” no quedó ninguna duda que la esencia del rock es más que una campera de cuero. Se sentaba ante personas ancianas o ya enfermas, tomaba nota, escuchaba fuerte, su formación crecía. Y al lado iba su hijo ángel con ese enorme grabador. Pero los pies se cansan y el sol que quema a veces también es tormenta. Creo que Violeta además de música es el reflejo de remarla siendo artista independiente, de moverse hasta el dolor para poder hacer llegar tu arte, y que se rescate, la de su pueblo. El libro “La vida intranquila” de Fernando Sáenz hace un gran repaso por esos caminos que transitó Violeta en los que no sólo buscaba ser valorada en lo que hacía, si no, salir de la pobreza, poder amar, poder crecer: “me falta algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo hallaré jamás” cita el autor y no cabe duda por los testimonios de este libro, que siguió esa necesidad a fuerza de sudor y dolor. “Nada ocurre con la velocidad que ella necesita, lo que va provocando una desazón convertida en molestia y rabia. Se siente poseedora de un tesoro, y parece que nadie lo aprecia de esa manera” reflexiona Sáez y expone la realidad dura que “le tocó” pero quiso erradicar a fuerza de arte e insistencia. En pocos meses, había hecho un trabajo en el que una institución habría tardado años. Ese trabajo de recopilación fue minucioso y muy lejos de las formas de la educación burguesa: ella se sentaba y escuchaba de personas que eran parte de la historia de Chile y no lo sabían. Cambiaba ropas por canciones. En 1957, finalmente la contratan en la universidad de Chile para la recopilación y costumbres de la zona y en 1948 inaugura el Museo Nacional de Arte Folclórico Chileno. Empieza a viajar. En uno de sus viejas, su hija bebé muere dormida. Ángel, con 13 años, corre con ella en brazos. No llegó. La maternidad, ser artista, seguir siendo pobre, otra vez el dolor. Sus hijos crecen, y las formas de explorar el arte también: empieza a pintar cuadros, a bordar, a profundizarse como poeta, a tener un programa de radio donde seguía con sus preguntas y escuchas. Quiso poner una carpa, en un descampado solitario. Lo levantó con apoyo. Era una carpa para unas 500 personas. Ahí adentro mismo se hizo una vivienda. Estaba harta de ser pobre. “No tengo que ponerme y lo que tengo es feo y gastado. No es que me haya vuelto pretenciosa, es que me veo muy pobre” cita Sánchez y es totalmente comprensible ese estado de una mujer con hijos, que viajó hasta a Europa para difundir su trabajo y el de la historia musical que venía reconstruyendo y aún así seguía remando en aguas fuertes. “Toda mi vida fui muy sola, por eso me he metido en tanto camino, muy duro, muy seco todo” leo y se me viene a la cabeza la imagen de la película “Violeta se fue a los cielos” cuando una tormenta empezó a destruir lentamente esa enorme y vacía carpa despoblada de gente y de visitas. Todos su entorno de una inestabilidad que temblaba, pero la fuerza de su canción no mostraba ni dolor ni debilidad. Contar a ella es como contar a Janis Joplin, con sus inseguridades de belleza y su deseo de buscar algo más, con esa soledad como sombra, la exponían y salían a relucir en sus canciones: soy esto, también decía Violeta. Por eso cuando hizo el tema “Gavilán” no quedó ninguna duda que la esencia del rock es más que una campera de cuero. “Gavilán” es un vals, un tema de raíces folclóricas, dura casi diez minutos, tiene una construcción poética de una historia, y es el tema más rockero y desgarrador que una mujer latinoamericana podría haber cantado en los años 60. La fuerza y el enojo está en la letra y en la guitarra que sube con rasgueos fuertes que laten. En la entrevista que le hizo el periodista Mario Céspedes ella cuenta toda la creación del tema: “el tema de fondo, es el amor, que casi siempre destruye” dice al relatar que se trata sobre una gallina que se enamora de un gavilán. Esta lo ve de lejos y cree que es una flor, se llena de espinas para poder llegar a él, las gallinas más viejas le dicen que no confíe en el gavilán, pero ella termina yendo a subir a una montaña para llegar a él. En el camino la limitan los elementos como la lluvia y el viento, y cuando finalmente llega, el gavilán la desgarra. “El vive, porque la maldad perdura” Cuenta Violeta en la entrevista en la que también dijo que esa imagen de Gavilán se la puede comparar también con otras manifestaciones de poder. Ojalá ya no tengamos que subir a ninguna montaña, ni llenarnos de espinas, todo para llegar y que nos maten. Ojalá podamos hacer otros caminos, y que ese que Violeta nos enseñó en su rockera y solitaria canción sea un ejemplo. Pero buscar, seguir buscando. Tal vez no se trate de subir montañas donde nos esperan gavilanes al asecho. Si no en lo que hizo ella en sus inicios. Buscar en la tierra, la raíz, el pueblo. Entre otras gallinas, entre las semillas olvidadas, tan al lado nuestro. Tan en la tierra. Nota publicada originalmente en https://asiesesteamorr.blogspot.com/2020/10/violeta-parra-y-sus-solas-de-rock.html Read the full article
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Juicio Final - Violeta parra 60 x 88,5 cm 1964 – 1965 Óleo sobre madera prensada Colección Museo Violeta Parra
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Museo de Violeta Parra (2020)
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Incendian museo de Violeta Parra en Chile durante protestas
Incendian museo de Violeta Parra en Chile durante protestas
Según el cuerpo policial de Carabineros, la manifestación fue pacífica en la rotonda principal de la plaza, pero hubo enfrentamientos con la agentes en zonas aledañas
El Museo Violeta Parra de Santiago de Chile volvió a prender en llamas en medio de una nueva jornada de manifestaciones en el centro de la capital del país sudamericano.
Este museo, dedicado a la cantautora y artista, se…
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