El agua clara, el alimento de la vida creativa: Indicadores astrológicos
19 de agosto de 2020
Desde que descubrí Mujeres que corren con los lobos (sí, alto clásico del ‘92, pero que llegó a mi hace solo unos años), el libro se convirtió en una especie de Oráculo para mi. Muchas veces lo abro a ciegas, receptiva al mensaje “aleatorio” que la vida tenga para darme en ese momento.
Ya venía pensando en la capacidad de concreción, de materialización de las ideas, tal vez por la proximidad de la luna nueva en Leo, tal vez por advertir mi propia debilidad en ese terreno, cuando abrí mi oráculo. En sincronía a mis inquietudes, me encontré con “la recuperación del río”. Ese era el mensaje, pero ¿qué significa?.
Clarissa, la autora, se refiere a la creatividad femenina como a un río de agua clara, pero advierte que en ocasiones este río se desborda, se contamina, se estanca o incluso, parece secarse. Además de dar extensas explicaciones y referencias sobre ésto, explica cómo existe un factor decisivo en la mantención del agua clara: el ánimus.
Para la psicología jungiana existe una parte inconsciente en la psique femenina, que tiene carácter masculino, el ánimus. Este ánimus es la parte “reactiva” de la psique, es quien establece límites, define bordes, pero a menudo el ánimus se vuelve destructivo, se apropia de las ideas creativas, de las ideas revolucionarias de una mujer y las sabotea, las critica y las desvaloriza. Entonces la mujer duda de ella misma, siente que sus ideas son absurdas, tontas, desconfía y siente no merecer los elogios que recibe de otres, teme al fracaso.
Pero, ¿qué hacemos si detectamos que algo de esto comenzó a sucedernos?Es ahí donde aparece “la recuperación del río”. La autora detalla algunos procesos claves que a mi me resonaron mucho al trazar paralelismos con funciones astrológicas:
La creatividad implica reacción (función masculina, yang, propia del fuego y del aire). Es decir, la capacidad de elección entre cientos de pensamientos, sentimientos, acciones posibles (Mercurio, Marte), para reunirlos en una singular respuesta (Urano) que posea impulso, pasión y significado (Sol).
Todos éstos planetas de polaridad masculina, su signo y la casa en la que se encuentran en nuestra carta natal, pueden ser grandes indicadores para que podamos entender de qué manera y qué cualidades tiene la energía de reacción en cada una de nosotras por individual, ya que ninguna es igual a la otra y cada una de nosotras encontrará sus medios distintivos de expresión.
Es importante la construcción de un espacio, tanto simbólico como físico, de cordialidad y sabiduría en donde se obtenga energía disponible para la creación. Mantener un equilibrio entre responsabilidad y pasión, y garantizar una vida creativa de calidad.
Este punto me trae a la mente las funciones de la casa 5 y la casa 6. Es decir, el área de la creatividad más genuina, que nos remite a nuestro niñe interior, del brillo y la energía vital, y el área del trabajo, las rutinas y del cuidado de la salud, respectivamente.
Protección del tiempo: un ánimus bien desarrollado tiene excelentes límites.
La función de poner límites, delinear bordes y estructurar es completamente saturnina, y una canalización sana de su energía trae enorme organización, concreción y autosuficiencia. Pero Saturno también puede manifestarse en la consciencia bajo su carácter represivo, severo, trayéndonos sentimientos de poco valor, de falta de merecimiento, de carencia, dificultando la expresión de los sentimientos y de los impulsos. Puesto que es excesivamente cauteloso y sensible al juicio ajeno, teme a exponer sus propias “fallas o errores”.
Curiosamente, Saturno representa el arquetipo del padre, sin embargo es regente de Capricornio, un signo de carácter receptivo. Esto me trae a la mente algo más que nombra la autora: ella nos vislumbra que el ánimus es un “hombre puente” que “recorre el camino entre dos territorios”: el mundo interior y el mundo exterior. Que le trae a la mujer ideas de allí afuera y traslada las ideas del Yo del alma femenina, al exterior
Este “hombre puente” está presente en los sueños de las mujeres, pero generalmente esa imagen es proyectada en la vida real, en un hombre, un hombre concreto, y depositamos en él las funciones reactivas, no reconociendo nuestra propia capacidad poderosa.
Todo esto me parece tener mucho sentido si consideramos que vivimos en una sociedad binaria y patriarcal, que ha tenido estas características durante miles de años. Aún en pleno proceso de deconstrucción que afortunadamente estamos comenzando a atravesar de forma más consciente, toda esta información parece estar almacenada en nuestra memoria ancestral.
Poder/debilidad; adentro/afuera; recepción/reacción; femenino/masculino; bueno/malo: estos conceptos duales están tan fijos en nuestra consciencia, ejerciendo su poder restrictivo, determinante y separatista, que nos cuesta fuertemente darnos cuenta del carácter ilusorio de ese límite, puesto los polos son interdependientes y coexisten en absolutamente todo, también en nosotras, obvio. Identificar y depositar la energía o carácter masculino -yang- en la figura de un hombre únicamente, y por tanto reprimirla en nosotras, ya sea por miedo a perder nuestra “feminidad”, o por sentir rechazo al universo patriarcal, solamente nos des-empodera.
Pero confundir y reducir a debilidad la cualidad femenina, entendiendo la recepción de forma peyorativa, es igual de nocivo que lo inverso. Porque hay sombra, hay luz. Porque hay femenino, hay masculino. Somos un Todo. Si no trabajamos para estar en equilibrio con todas nuestras partes, estamos incompletas, y por tanto, faltas de fuerza espiritual, de sabiduría y de poder.
Por último, y retomando el tema de la creatividad, dice Eckhart Tolle que en un proceso creativo debe usarse la mente en unión con el cuerpo interior, y que sólo si somos capaces de ser conscientes sin pensar, podemos crear. Para ello recomienda detener el pensamiento y ser conscientes de la quietud y del mundo interior. Esto puede propiciarse por medio de la meditación, por ejemplo. O quizás mediante otras actividades que nos conecten con nuestro cuerpo físico, con el presente y con nuestro espíritu.
Creo que esto sin duda se relaciona con Tauro y por consiguiente, con la Casa 2, otro gran indicador en nuestra carta natal acerca de nuestra relación con el cuerpo, con la autovaloración y por tanto, con la propia capacidad de generación de recursos.
Escrito por: M. Elena Senra
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Reposted from @soyconcienciadespierta La mujer salvaje... Es la salud de todas las mujeres, es la mujer prototípica, cualquiera que sea la cultura, ella no cambia. CAMBIAN SUS CICLOS, pero ella en esencia no cambia. Se canaliza a través de las mujeres. Por mucho que se les prohíba, reprima, hostigue y se la tache de insegura, peligrosa, loca... Ella vuelve a aflorar. Hasta la mujer más reprimida guarda un lugar secreto para ella, tiene una vida secreta con pensamientos y sentimientos secretos lujuriosos y salvajes (NATURALES). Hasta la mujer más cautiva conservará el lugar de su yo salvaje. Lo sabe, sabe por instinto que algún día habrá una abertura, una ocasión y ella la aprovechará para huir... Puedo leer y leer este libro mil veces... #mujeresquecorrenconloslobos #mujersalvaje #despiertamujer #loba #conectacontunaturaleza #mujerhacedora #hechicera https://www.instagram.com/p/CZaMszVugrtz5qgbBVVmmrB6nqRbMPdlHhtm8o0/?utm_medium=tumblr
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¿Qué es el ansia de hogar? Es el instinto de volver, de ir al lugar recordado. Es la capacidad de encontrar tanto de día como de noche el propio hogar.
Todos sabemos cómo regresar a casa. Por mucho tiempo que haya transcurrido, sabemos como encontrar el camino.
¿Dónde está el hogar?
Se trata en cierto modo de un lugar interior, de un lugar del tiempo más que del espacio, en el que una mujer se siente entera.
El hogar está allí donde un pensamiento o un sentimiento se puede conservar sin que se interrumpa o nos sea arrebatado porque otra cosa que exige nuestro tiempo y nuestra atención.
Hogar es donde todos los ruidos suanan bien, la luz es agradable y los olores nos tranquilizan en lugar de alarmarnos. Lo esencial es cualquier cosa que revitalice el equilibrio. Eso es el hogar.
Allí no sólo hay tiempo para meditar sino también para aprender y descubrir lo olvidado, lo abandonado y lo enterrado. Allí podemos imaginar el futuro y examinar también los mapas de las cicatrices de la psique, averiguar sus causas y adónde iremos a continuación.
Todas tenemos nuestros métodos preferidos para convencernos de la necesidad de buscar el momento de regresar a casa; sin embargo, cuando recuperamos nuestros ciclos instintivos y salvajes, tenemos la obligación psíquica de ordenar nuestra vida de tal forma que podamos vivirla cada vez más de acuerdo con ellos. Las discusiones a proposito del acierto o el desacierto de la despedida para poder regresar a casa carecen de sentido. La simple verdad es que cuando es la hora, es la hora.
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Que no se nos olvidé cultivar nuestro jardín interior y que arda siempre nuestro fuego creativo. “A casi todas nosotras nos irían mejor las cosas si nos acostumbráramos a vigilar el fuego que arde debajo de nuestro trabajo, si vigiláramos con más detenimiento el proceso de cocción destinado a alimentar el Yo salvaje. Demasiado a menudo nos olvidamos de vigilar, de añadir combustible y de remover, pensamos erróneamente que el fuego y la cocción son como una de esas resistentes plantas de interior que pueden pasarse ocho meses sin agua antes de perecer. Pero no es así. El fuego necesita, exige vigilancia, pues la llama se apaga fácilmente. Hay que dar de comer a la Yagá. El hecho de que pase hambre se paga muy caro. Por consiguiente, la elaboración de nuevos platos completamente originales, de nuevos rumbos, de compromisos con el propio arte y el propio trabajo, es lo que constantemente alimenta el alma salvaje. Estas mismas cosas alimentan a la Vieja Madre Salvaje y le dan sustento en nuestra psique. Sin el fuego, nuestras grandes ideas, nuestros pensamientos originales y nuestros anhelos y aspiraciones no se podrán guisar. Todas estas metáforas ofrecen maneras de pensar, medir, alimentar, fortalecer, limpiar y ordenar la vida espiritual. Encender un fuego duradero debajo de la vida creativa y guisar sistemáticamente ideas, significa sobre todo guisar con originalidad mucha vida sin precedentes, para poder alimentar la relación entre la mujer y su naturaleza salvaje” Mujeres que corren con lobos, Clarissa Pinkola.
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