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#Mar y Océanos
miky59-blog · 2 years
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Finestres (Huesca). - Финестрес (Уэска)
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whilesunset · 6 months
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Mar de Fóra.
Fisterra, Galicia, Spain 08/04/2023.
Foto por / Pic by / Photo par: Oihane Zuazua Mármol.
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themrj8 · 9 months
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Día 13: Blue
Teniendo en cuenta que este reto me lo propuse completar en blanco y negro fue un poco difícil saber como dibujar algo con esta palabra. Al final espero que se entienda la locación.
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nalie-1998 · 5 months
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Una Balada al Mar ● Pt. 2
Emparejamiento: Nikolai Lantsov x fem!reader
Advertencias: Amenazas, tirarse por la borde de un barco en movimiento, dos hombres sin saber muy bien qué hacer, huir.
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Un silencio relajado se acomodó en la habitación tras el informe sobre el inventario del fjerdano, quedando en el sonido del papel en movimiento, las pequeñas olas rompiendo en el casco del Superviviente y las voces de los marineros de su tripulación, juntas al ajetreo del puerto a apenas unos metros de distancia.
-Guau, esta vez sí que has sido exhaustivo, mi querido oficial de cubierta. Un poco más y me quitas de capitana, Mat- La chica sonrió burlona mientras ojeaba los mapas para su próxima misión en aguas ravkanas.
-Siempre soy exhaustivo, ya deberías de haberme ascendido a capitán hace tiempo- Dijo el chico, levantándose de la silla del escritorio mientras rodaba los ojos- Además, le tienes demasiado orgullo al puesto como para dejárselo a otro.
Shallow soltó una carcajada seca justo antes de pasar de coger otra carta náutica de la mesa.
-Vamos, Matvej. Los dos sabemos que yo soy la que tiene más carisma y más... cualidades para la persuasión.
-Claro, claro... Persuasión -el fjerdano bufo, divertido- ¿También consideras persuasión a la forma tuya de convencer a los guardias de que dejen su puesto?
Shallow frunció el ceño.
-Venga ya. Si el corsé y el vestido me quedan genial. Y encima he conseguido unos tacones a juego- Shallow se calló, con sus ojos brillaron burlones durante un momento- Pero si quieres mi puesto en el próximo plan...
Matvej se puso rojo hasta las orejas, haciendo que su pelo rubio resaltase más, asemejándose a una llama de una cerilla. El fjerdano se cruzó de brazos y la miró con reproche, intentando disimular su vergüenza.
-Ni se te ocurra ni mencionarlo Shallow. Si no te...
Shallow no pudo escuchar el resto de la frase, ya que justo entonces sonó la sirena de niebla, dándoles permiso para embarcar en el puerto.
-Hmmm... Salvado por la campana, Mat. Esta vez te la dejaré pasar, pero no creas que perderé la próxima oportunidad. ¿Algo más antes de que desembarquemos?
T/n miró al fjerdano a los ojos y no le gustó lo que vió en ellos. El hombretón mantuvo más contacto visual de lo usual con ella y se recostó en la pared que separaba la borda de su camarote, intentando parecer casual. Algo que obviamente no consiguió.
Shallow frunció el ceño y siseó
-Matvej ¿Qué escondes?
La situación se tensó en cuanto esas palabras salieron de la boca de la chica, atravesando el aire hasta caer en el silencio. Los ojos azules del joven se clavaron más en los ojos de la chica, en un intento inútil de parecer seguro, que se contrarrestó con su figura más tensa de lo normal.
Los sonidos de ajetreo del exterior parecían en segundo plano, ajenos al interior del camarote.
El chico respiró hondo antes de soltar el aire en un suspiro. Debería de habérselo dicho hace días, pero no tenía que preocuparla. Podía encargarse él. Tal ve podría hablar con Sturmhond y podría ayudarla con su puesto de corsario de la Corona Ravka.
Pero Matvej conocía demasiado bien a Shallow como para saber que ella no pediría ayuda. Huiría. Lo haría de la misma forma de la que siempre trata ese problema: Corriendo de un lado a otro del mundo conocido. Consiguiendo el barco más rápido, los susurros más enterados y los Sanktos de su lado. Volvería a huir.
-Matvej habla, por favor- El chico miró a Shallow mirarle fijamente con unos ojos tras los que llovía fuego ardiente e incontrolable- Me estás asustando con tanto silencio.
El chico observó las campanas de alerta resonar un poco más fuerte en la mirada de la joven antes de empezar a hablar.
-T/n...- empezó con precaución, hablando suave, como se habla a un animal para que no se asuste- En la última parada en Shu Han me encontré con un escuadrón de mortificadores buscando tu barco sobre el puerto. Eran del círculo de confianza del Oscuro. Creo que te buscan y, viniendo de él no es nada bueno,
Las palabras de Matvej resonaron en el aire, entrando desde los oídos de Shallow hasta su corazón, haciendo que su latido aumentase. El camarote se llenó de un silencio tenso, ajeno al ajetreo del exterior.
La pirata frunció el ceño, bajando la mirada hacia el mapa del escritorio y escrutándolo. Matvej sabía que ella era orgullosa.
Por supuesto que ella no iba a dejar que viese la preocupación y el miedo calar en sus iris hasta inundarla el alma. Varios segundos eternos pasaron antes de que Shallow rompiera el silencio.
-Mortificadores del Oscuro... -susurró Shallow, diciendo cada sílaba lentamente, saboreando su gusto amargo y quemado, diciéndolas en un murmullo para sí, como si eso las hiciera más reales. T/n alzó la cabeza hacia Matvej, siseando bruscamente- ¿Cómo sabes que estaban buscándome?
- Vi sus uniformes, esos no eran los de un escuadrón común. en los bordados había líneas negras -Matvej agachó la cabeza, llevándose la mano al tabique de la nariz- Parecían estar siguiendo rastros de información. No sé exactamente lo que buscan, pero no puede ser bueno.
Shallow se levantó de un golpe de su asiento, haciendo chirriar las patas de la silla. Comenzó a caminar de un lado a otro del pequeño camarote, resonando sus pisadas más que las voces del los marineros de afuera.
Su mano derecha recorriendo el mango del cuchillo de su cinturón y la izquierda llevándose la mano al pelo.
-El Oscuro nos ha encontrado, Matvej. No puede ser coincidencia. Él no se interesa en simples corsarios. Querrá que vuelva a Os Alta y que le diga lo que descubría antes de que me fuera.- T/n bufó antes de seguir desgastando la suela de sus zapatos contra la madera- Era imposible que se enterase. Hemos sido concienzudos con la información que llegaba a la tripulación, Mat. ¿Quién lo ha dicho?- Los ojos de Shallow se estrecharon en desconfianza antes de susurrar- Por eso cierras mi camarote con llave y no me has dejado decirle a nadie nuestra proxima misión ¿Verdad?
Matvej asintió.
-No sabemos si es tu tripulación u otro enemigo tuyo. Pero el que supieran que ibamos a atracar en Shu Han nos da entender que tienen una fuente de información cerca. T/n cualquier movimiento sin precaución podría terminar en una trampa. Tal vez quieran capturarte o...
-O eliminarme- Interrumpió Shallow, viendo todo venirse abajo. Lo había estado haciendo bien. Hace más de un año que no sabía nada del Oscuro ni él de ella. Y mucho más tiempo desde que alguien la hubiese intentado raptar.
Ella no quería morir.
Ni mucho menos volver con él.
La sirena de niebla volvió a sonar una segunda vez, reverberando su sonido por todo el camarote, indicando que ya iban a poner la rampa entre el puerto y la cubierta.
Shallow fue a paso rápido y directo hacia la puerta, abriéndola de un golpe y dejando atrás a Matvej allí mientras el olor persistente a sal inundaba sus sentidos.
Necesitaba pensar, necesitaba estar lejos de cualquier lugar visible, en el que podrían vigilarla, o matarla.
Se hizo paso entre su tripulación hasta estar en primera fila, viendo cómo el barco se acercaba lentamente hacia tierra firme, intentando no raspar el casco con el muelle.
En cuanto el barco se paró, T/n no esperó a que el resto de marineros pusieran la pasarela hacia el muelle del puerto, sino que cogió la cuerda de algún cabo suelto y cogió algo de carrerilla antes de impulsarse en la madera de la cubierta y saltar y dejarse caer en el muelle.
Shallow se puso en pie lo más rápido que pudo, soltando una maldición mientras cerraba en puños las manos quemadas por la fricción de la cuerda al bajar.
Pero siguió andando rápido y directa por el puerto, sin mirar nunca atrás, ni a los lados, con su vista dirigida al frente.
Matvej bajó por la cuerda tan rápido como pudo antes de correr hacia Shallow antes de que su figura se mezclase con el resto de marineros.
Empezó a correr detrás de ella, apartando a gente y pidiendo disculpas apresuradas. Era demasiado peligroso que ella se fuera sola.
Matvej siguió corriendo y corriendo hasta que la perdió de vista, juntándose con la gente kaélica.
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Sturmhond frunció el ceño al ser arrollado por un fjerdano una cabeza más alta que él justo antes de recibir una breve disculpa en kaélico por parte del rubio.
El pelirrojo frunció aún más el ceño al ver quién lo había arrollado.
El corsario empezó a correr detrás de él, intentando seguirle la pista. Tamar le había avisado hace menos de media hora que había visto al Superviviente acercarse al puerto, con intención de atacar en el embarcadero 32.
Necesitaba hablar con Shallow. La reunión en Weddle habían salido peor de lo que pensaba y ahora mismo estaba entre la espada y la pared. Pero tenía que arriesgarse para poder ayudar a Ravka. No se podía llamar un Lantsov si iba a dejar escapar la oportunidad de destruir la Sombra de una vez por todas.
El pelirrojo esquivó un remolque de pescado por los pelos, soltó una disculpa rápida al conductor que había parado para no atropellarle antes de seguir corriendo detrás de Matvej, que había girado por una calle llena de carteles en ravkano.
El cartel de "Se busca" de la Invocadora del Sol ya había empezado a llegar a tierras shu y zemeni. Y eso no era bueno. Tenía que cerrar el acuerdo con el Oscuro lo más rápido posible antes de que él se diera cuenta de su treta y descubriese su tapadera. Pero era por un bien mayor. Por el bien de su país.
Y luego estaba Shallow...
Debía advertirla de que se mantuviera alejada de esto.
Sturmhond había intentado todo lo posible para que nadie más que Tolya y Tamar supiesen lo que tramaba en el fondo, pero no sería la primera vez que Shallow conseguía información de sus planes cuando él se había encargado de que nadie se enterase de ellos.
Es chica era demasiado inteligente y osada como para su propio bien, yendo un paso por delante hasta dentro de los planes del pelirrojo.
A él le gustaba tenerla en el mar. Si no su vida sería demasiado aburrida, incluso siendo un corsario.
¿Quién más probaría su inteligencia en el mar?
¿Quién más se burlaría de él con tan fiereza como él a ella?
¿Quién seguiría con su competición sobre quién consigue más misiones?
Y Sturmhond no se podía permitir que ella terminase perjudicada por esto.
EL corsario paró en seco, jadeando y llevándose una mano a las costillas para calmar el flato al ver que el fjerdano se quedó en medio de la calle, buscando a alguien.
Cogió aire un par de veces más antes de erguirse y dirigirse a Matvej, quien ya lo estaba mirando con el ceño fruncido y los brazos en jarras, mirándole con reproche.
El pelirrojo se detuvo en frente al fjerdano, alzando la cabeza para poder dirigirse a él mirándole a los ojos, haciendo un breve asentimiento de cabeza como saludo.
Matvej asintió en respuesta antes de hablar:
-No es un buen momento Sturmhond.
-¿Ha pasado algo malo? -el pelirrojo preguntó, frunciendo el ceño levemente, haciendo contacto visual con sus ojos verdes hacia los azules del fjerdano.
Matvej entrecerró los ojos y le devolvió la mirada antes de suspirar y hundir los hombros. Antes de ponerse a andar en la dirección contraria al Superviviente y dejando atrás a Sturmhond.
EL corsario ladeó la cabeza antes de andar acelerado hasta estar al lado del fjerdano y quedarse a la velocidad de las zancadas del fjerdano, que la única señal que dió de haberse percatado de su existencia fue una mirada de reproche y un suspiro hondo antes de hablar:
-Si estás buscando a Shallow. Ella no está.
-¿Y dónde está?- Sturmhond inquirió, intentando hacerse oir bien entre el ajetreo del puerto y las olas rompiendo contra los muelles-Según he visto el barco apenas a terminado de atracar.
El fjerdano se paró en seco en medio del paseo de piedra, haciendo que Strumhond tropezase y casi se volviera a chocar con otra persona más hoy.
-Ha saltado por la borda...-Murmuró Matvej, negando con la cabeza para sí.
Sturmhond no escuchó nada por todos los gritos y sonidos de las gaviotas y las personas de su alrededor.
-¡¿Qué has dicho?!- gritó antes de volver a donde estaba el fjerdano.
-¡Que ha saltado por la borda! Ha saltado desde la cubierta hasta el muelle y ha echado a correr.
Sturmhond abrió los ojos y se puso pálido antes de mirar a Matvej, sintiendo su corazón latir demasiado rápido como para que el pecho no le doliese.
-¿Que Shallow a hecho qué? -Sturmhond cerró sus manos en puños antes de hundirlos en su abrigo verde celeste- ¿Por qué demonios haría algo así?
Matvej se quedó mirándolo ahí, parado en el lugar, con la mente girando a mil por hora, tratando de procesar la información que acababa de recibir.
Shallow, saltando por la borda y huyendo a toda prisa... Algo grave debía de estar sucediendo para que ella huyera de su propio barco así. Y él creía que después de lo del Oscuro no podía salir nada peor.
Tenía que encontrarla. Si ella se había enterado de su trato en Weddle y había indagado un poco obviamente que se habría metido en problemas.
Debería de haberla perseguido cuando la vió quemar la fortaleza y avisarla de que no se acercase a él ni sus planes. Tal vez por eso había huido así de su barco. Claro, debería de haberlo sabido antes...
Sturmhond salió de sus pensamientos al escuchar a Matvej hablarle.
-Creo que ya entiendes la situación, Sturmhond. ¿Algo que quieres que la transmita de tu parte cuando la vea?- Al ver que el pelirrojo negaba lentamente la cabeza, con la mirada todavía levemente perdida en un punto inconcreto, siguió habando.- Me tengo que ir, corsario. Mar en calma y viento a favor.
Matvej se fue por algún callejón de la ciudad, buscando a su capitana, dejando a Sturmhond parado en medio del puerto, clavado en la tierra, mirando al horizonte de marineros ir de un lado para otro sin siquiera prestar atención, dentro de sus pensamientos.
Sturmhond volvió en sí cuando un hombretón conduciendo un carro con asnos le gritó que se quitase de en medio. El chico se disculpó mientras se apartaba a un lado del puerto y decidió pasear por la ciudad.
Había dicho a Tolya y Tamar que se encargasen de todo hasta que él volviese, y él confiaba lo suficiente en Tamar como para que mantuviese a toda su tripulación a mando, y lo suficiente en Tolya como para que mantuviese a Tamar controlada. No quería encontrarse el Volkvolny ardiendo a su vuelta.
Ya había experimentado eso con su anterior barco y esta vez el Volkvolny quería preservarlo un poco más de tiempo. Aunque debía de decir que el que terminó en llamas apenas duró los 8 meses...
Sturmhond divagó, perdiéndose por las calles de la ciudad mientras pasaba su mirada por los rostros que se cruzaba, con una nimia esperanza de encontrarse con Shallow por ahí.
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cyntita28 · 1 year
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Salvador Elizondo
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stuckwthem · 8 months
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gorgeous | felipe otaño
summary: tu intentas evitar enamorarse de pipe, pero durante una noche en la playa con los chicos, su atracción por él se hace evidente a pesar de sus esfuerzos por mantener la distancia. 3k.
tw: ligera mención de alcohol, aparte de que sólo un montón de flirteo
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en realidad no querías enamorarte. no, en serio, era casi una misión. si lo hubieras sabido, te habrías ido a casa, habrías rechazado la invitación de blas, pero ahí estabas: intentando miserablemente no enamorarte de alguien que era demasiado difícil de ignorar.
desde que habías roto con el estúpido de tu exnovio, habías decidido que no ibas a interesarte por nadie indefinidamente. la pasión y los chicos no eran más que una pérdida de tiempo, y al final no te quedaba más que la decepción y la sensación de haber sido una completa idiota. pero alguien debería haberle advertido de que no tienes mucho donde elegir en asuntos del corazón. no era del todo tu elección enamorarte de alguien, pero podías intentar evitar esos sentimientos, ¿no?
y en ese intento, te estabas torturando. perdías completamente la cordura intentando ignorar ese sentimiento idiota que crecía en el fondo de tu mente. y era mucho peor cuando la persona que lo causaba estaba cerca, porque el sentimiento se esparcía por todo tu cuerpo, calentando tus mejillas y haciéndote actuar como una completa idiota. enamorarse de felipe era inevitable, y te estaba enfureciendo.
estabas alejada del grupo, sentada bajo la tienda que habían montado antes, mientras todos los demás disfrutaban junto al mar. blas te había invitado a una especie de tertulia playera que quería organizar para reunir a sus amigos, sin otro motivo que el de emborracharse y divertirse como si no hubiera un mañana. entre ellos estaba felipe, por supuesto, al que habías estado evitando más desde que te diste cuenta de que sólo hablar con él te ponía... bueno, agitada.
a pesar de la situación, aún tenías un problema más: tu ex. hubiera sido mucho más fácil bloquearle y seguir con tu vida, pero decidiste inocentemente ser amigable y acabaste cayendo en una trampa en forma de discusión. no era mucho más fácil que tragarte tus sentimientos, pero te ayudaría a distraerte. o no.
todo el tiempo, la gente va y viene desde la orilla del agua hasta la tienda, alcanzando una bebida junto a la nevera en la que estás sentado, normalmente con rapidez, apenas te das cuenta, demasiado concentrado en la pantalla de tu móvil, hasta que alguien se queda un poco más junto a ti, goteando agua salada a tus pies.
"espero de verdad que estés ganando esta discusión", oyes que dice su voz antes de que levantes la vista del móvil, pero reconoces enseguida al dueño. y a pesar de todo el calor que emana la playa en verano, se te hiela la sangre.
es como mirar al sol: al instante sus ojos reaccionan con repulsión ante el impacto del brillo, pero le dan ganas de volver a mirar, sólo para intentar admirarlo mejor. esa fue su primera impresión de pipe. tenía algo tan brillante e intrigante que era casi imposible mantenerle la mirada. pero es irresistible arriesgarse a otra mirada. felipe es cruelmente hermoso. con esos ojos azules del color del océano, las sardinas salpicándole la nariz y ese pelo por el que invitaba a pasar los dedos. y estaba a pocos metros, mirándote con curiosidad.
está sin camiseta, con una maldita cadena de plata brillando en su piel quemada y lleva una gorra hacia atrás, lo que aumenta su encanto. 
"por toda tu concentración y... esa cara de nervios, tienes una arruga justo en medio de las cejas, me parece una competición bastante seria". felipe sostiene una lata fría en una mano, mientras con la otra se pasa el pulgar por en medio de sus propias cejas, tan tensas como las tuyas, para imitarte.
sientes cómo las gotas de agua salada que caen del pelo del chico golpean de nuevo tu cuerpo caliente y, sinceramente, es algo refrescante.
"¿ah, sí?" preguntas un poco avergonzada, imitando el gesto del chico, soltando de golpe el móvil entre las piernas y siguiéndole con la mirada. hay una sonrisa excitada e inconsciente en tu cara. "no me había dado cuenta, creo que es una costumbre".
"es precioso" felipe se encoge de hombros, como si el cumplido fuera algo casual para él, algo normal para su percepción. dan ganas de enterrarse en la arena". el sonido del precinto de su lata al abrirse llena los segundos de silencio, y entonces pregunta. "entonces, ¿estás ganando?".
te ríes, te llevas la mano a la frente y gruñes en silencio, sin saber qué decir. ¿vas ganando? era difícil de decir. tu ex intentaba firmemente hacerte creer que en realidad no se había acabado, que para él sólo era un descanso. para ti, era definitivo.
"en realidad, ni siquiera lo sé. sólo es mi novio, quiero decir ex-novio", te corriges, enfatizando. algo cambia en la expresión de pipe, un leve arqueo de cejas tal vez. "¡está en un club, haciendo quién sabe qué! probablemente borracho, y me está haciendo pasar un mal rato, intentando volver".
"parece bastante imbécil sólo por haber roto contigo en primer lugar". 
hasta se podría oír caer un alfiler en la arena cuando lo comenta, y es casi como si toda la playa colaborara en silencio para que se oyera alto y claro el tono de flirteo en la voz del chico. pero ese es el problema, felipe es simpático, tan agradable que te daban ganas de odiarle por ello, porque parecía tan amable y tan acogedor, que te decía lo que quisieras oír. no estaba flirteando, ¿verdad? 
tu móvil sigue vibrando en tu mano, pero te pierdes en el actor que tienes delante. tu mirada se detiene en su expresión desconcertada, y entonces sonríe. peor aún, tiene hoyuelos y un brillo que acompaña su mirada. ya habías memorizado todos los detalles, pero fingías no hacerlo. tal vez para volver a recordarlos, o para mentirte a ti misma un poco más.
sin saber muy bien cómo reaccionar, vuelves la mirada al mar, riéndote para tus adentros al sentir que el corazón se te sale del pecho. hay un silencio confortable entre vosotros mientras veis las olas romper y a vuestros amigos maldecirse en la pelota de voleibol, y sólo se rompe cuando de vez en cuando soltáis risas bajas o comentarios divertidos, reaccionando a juani y santi discutiendo en pleno partido. 
es relajante y sencillo estar a su lado. felipe tiene una atmósfera propia que te envuelve en un ambiente confortable, aunque te acelere el pulso. quizá sea esa sensación post-adrenalina que te invade, quizá sean muchas cosas, pero él hace que te relajes y olvides que hace unos minutos estabas estresado por una discusión tonta. 
cuando estiras las piernas, inevitablemente tu rodilla derecha se encuentra con la pierna izquierda de felipe, y por el rabillo del ojo puedes verle sonreír. no se mueve ni aparta la pierna de la tuya. al mero roce, su cuerpo responde, aumentando su temperatura al menos otros dos grados.
"¡joder, creo que me voy a morir de calor!", exclamas, estremeciéndote. ni siquiera sabes por qué lo has dicho, pero los nervios se han apoderado de ti. 
"pues métete en el agua, que está riquísima". contestó felipe, volviendo la cara hacia ti, aún con esa sonrisita molesta que parecía reservar sólo para ti. se inclinó un poco más cerca "¿o tienes miedo?".
rodaste los ojos, negando su acusación con un bufido. apoyada en sus brazos, dejaste que tu cuello colgara hacia atrás, sintiendo que te derretías al sentir el calor que te envolvía. felipe te observaba mientras tú mantenías los ojos cerrados, recorría con la mirada todo tu cuerpo, sólo analizándote con curiosidad, queriendo entender de dónde venía esa sensación de bienestar por el simple hecho de estar en tu compañía, y por qué no podía quitar esa sonrisita de su cara.
según los chicos, se le notaba. pero tú no tenías ni idea de hasta qué punto le gustaba.
de repente, un escalofrío recorrió todo tu cuerpo, como una corriente eléctrica que te golpeara al sentir algo frío entrar en contacto con la sensible piel de tu cuello, y abriste los ojos de inmediato para encontrar a felipe aún más cerca, sosteniendo su fantásticamente fría y húmeda lata contra tu nuca. era tan refrescante que suspiraste satisfecha.
"¿mejor?", murmuró, tan cerca que fue como si una segunda descarga te golpeara. podías sentir las yemas de sus dedos helados en contacto con tu piel. dios, no sabías si querías salir corriendo o agarrarle allí mismo, sin previo aviso.
"ajá" fue todo lo que pudiste decir, sintiéndote débil. por un momento, el frescor se extendió, dejando que el alivio se apoderara de aquella sensación de calor. pipe se rió de tu reacción, y tus ojos siguieron las gotas que caían de la lata por tu clavícula, con naturalidad.
fue como si el mundo entero se ralentizara y, por un instante, lo único que importara fuera ese momento de pura complacencia. 
" ¡pipe! no coquetees más, boludo. ven a jugar!", grita blas en la distancia, ahuecando ambas manos alrededor de su boca para que suene más fuerte, rompiendo instantáneamente la burbuja de tensión. apartas rápidamente la mirada de tu mejor amigo con el momento interrumpido, intentando no insultarle, y felipe resopla mientras ambos os enderezáis, recordando de repente el mundo real.
"deberías venir y disfrutarlo", sugiere, dejando la lata a un lado. tú asientes con la cabeza y te llevas la mano automáticamente al lugar, ahora helado, donde el chico sostenía la lata.
pipe se levanta, se pasa la mano por el pelo mojado y te sonríe suavemente, como si no te hubiera desestabilizado por completo. 
ya está, decides, le evitarás durante el resto de la noche y, en consecuencia, evitarás que tu corazón sienta algo. se acabaron los saltos mortales y los tirones. oh, qué equivocada estabas.
más tarde, el grupo decide alargar la noche. al caer la tarde, la brisa marina empieza a refrescar y los chicos deciden encender una hoguera, mientras el crepúsculo tiñe el cielo de tonos naranjas y rosas. entre infructuosos intentos de prender fuego a los palos, juani y pipe discuten sobre la forma correcta de frotar la madera, hasta que una centella se escapa entre ellos y les hace saltar de sorpresa. juani se echa a reír, burlándose de la forma en que el otro chico se había sobresaltado.
"and it was like... desesperante", bromea el chico de pelo rizado, imitando con exageración a su amigo, que señala con el dedo medio en su dirección.
el fuego se enciende por fin, con la ayuda de unos cuantos mecheros más, y todos se colocan a su alrededor, sacando sillas y cojines. te acomodas con tu tanga y una botella de una bebida mezclada con vodka, sintiendo cómo el alcohol sube cada vez más alto en tu cabeza. a lo lejos se oyen las olas rompiendo tranquilamente, acompañadas por el ritmo tranquilo de un altavoz que toca reggae y el sonido de tus amigos riendo y bromeando. 
intentas mantenerte ocupada, charlando con blas a tu lado y participando en las bromas, pero no puedes evitar que tus pensamientos vuelvan una y otra vez a felipe. está ahí, entre el grupo, frente a ti, en la hoguera, riendo y charlando animadamente, su presencia ilumina el ambiente como siempre. 
vuestras miradas se cruzan constantemente, en medio de un chiste que alguien ha contado, o cuando él empieza a contar una historia, pero sus ojos se detienen en tu rostro sobre todo cuando te distraes con las risas. con cada mirada que intercambiáis, sientes que tu corazón se acelera y una mezcla de emociones encontradas invade tu mente. por un lado, hay una parte de ti que quiere entregarse por completo a la atracción que sientes por él, dejándote llevar por la corriente del momento. pero, por otro lado, hay una insistente voz interior que te recuerda las razones por las que decidiste alejarte de las relaciones y los sentimientos complicados.
desvías la mirada varias veces, intentando ignorar la electricidad que parece fluir cada vez que vuestras miradas se cruzan. pero es como si hubiera un imán invisible entre vosotros, que te acerca cada vez más a él.
blas se da cuenta de tu distracción y te mira con curiosidad. "¿nena, va todo bien?
fuerzas una sonrisa y asientes rápidamente. "sí, creo que es sólo la bebida".
pero tu mejor amigo no es tonto, se da cuenta de cómo intentas controlar una sonrisa idiota cuando pipe dice algo, aunque no tenga ninguna gracia, o de cómo pipe hacía todo lo posible por llamar tu atención. pero finge, no queriendo forzar la situación, conociendo tu estado. parece aceptar su excusa, volviendo su atención a juani y santi que estaban empezando una extraña competición de baile alrededor de la hoguera. pero sabe que no puede seguir fingiendo por más tiempo. algo dentro de ti está cambiando, y es aterradoramente irresistible.
pronto se forma un círculo de baile desorganizado alrededor de la hoguera, y te ves arrastrada al centro del mismo. incapaz de protestar o negarlo, te encuentras en los brazos de blas, bailando torpemente con él, riéndote de cada movimiento extraño que hacen.
el más alto se deja llevar por la música y empieza a darte vueltas y vueltas, una, dos, tres... cinco veces. empiezas a marearte con la cantidad de vueltas, y no sabes a ciencia cierta si es la bebida o el mareo, pero de repente, cuando las manos de blas te sueltan, chocas con pipe, que te abre mucho los ojos mientras te agarra por la cintura.
" whoa, whoa, whoa", dice torpemente entre risas exasperadas, y resulta encantadora la forma en que te sonríe mientras te acicala. "no me había dado cuenta de que tenías tantas ganas de caer así en mis brazos".
un suspiro y una risa tímida escapan de sus labios y tienes que parpadear un par de veces para recuperar el sentido, pero todo parece correcto, y él no te suelta, sino todo lo contrario. como una conspiración, o debido a los aplausos de los chicos, el reggae más lento vuelve al speaker, y pipe tantea el terreno, deslizando una de sus manos hasta la base de tu espalda, y tu cuerpo se acerca a él de forma natural, como un baile ya coreografiado. 
colocas tus manos bajo sus bíceps, sujetándole mientras vuestros cuerpos se mueven lentamente al ritmo de la música, evitando mirarle. observas por encima del hombro del chico y respiras hondo, sintiendo la presión exacta de sus manos contra tu piel. la piel de pipe está caliente y quemada, y huele a crema solar, a mar y a desodorante masculino, y tú, discretamente, respiras de nuevo, sintiéndote aliviada por el aroma. 
te entran ganas de pegarle un puñetazo a blas cuando le ves detrás de ti, bailando con matias, mientras los dos hacen muecas y bromas en tu dirección, aprovechando al máximo la situación. el sonido de sus falsos y exagerados besos pronto es ahogado por la voz de pipe, y te entran unas ganas terribles de desmoronarte de vergüenza.
"¿te ha tragado la lengua el gato?", le dice, casi al oído debido a sus posiciones. "¿o debería tomarme como un cumplido que te hayas quedado sin palabras a mi lado?".
siente cómo se le revuelven las mariposas en el estómago, sabe que está perdiendo cualquier intento de no caer en su jueguecito. debería saber cómo le afecta.
"¿siempre eres así de gracioso?", preguntas retóricamente, apartándose un poco para poder mirarle con los ojos entrecerrados. 
pipe tiene un puntito encima de la boca que te llama la atención, y te quedas mirándole hasta que sus labios forman una sonrisa de comisura. su rostro es sereno y sus ojos no pierden su expresión ni un segundo, sientes que podrías desaparecer en la inmensidad de sus orbes azules en cualquier momento, sería muy fácil sumergirte en ese océano y ahogarte. tiene las cejas espesas y la nariz ligeramente respingona, y sus labios tienen un arco perfecto bajo ellos, pero su mandíbula es definida y ancha, una mezcla perfecta entre la forma robusta de su cara y sus rasgos delicados, y es una tarea difícil controlarse para no trazar su rostro perfecto con las yemas de los dedos. 
es tan hermoso que duele, y es una verdadera lástima que aún no sea tuyo.
"es muy difícil decirte algo a la cara, ¿sabes?" las palabras salen de su boca antes de que puedas procesarlas, y suena tan espontáneo que incluso pipe se sorprende un poco por su confesión.
felipe inclina ligeramente la cabeza hacia un lado, con una sonrisa en los labios mientras observa tu reacción. sus ojos azules brillan con una mezcla de diversión y curiosidad.
"ah, así que todo es culpa mía, ¿eh?", responde, bromeando. "bueno, espero que puedas perdonar mi terrible influencia".
pones los ojos en blanco, pero no puedes contener una sonrisa.
"me lo pensaré", respondes, con evidente sarcasmo en tu voz. 
mientras la música sigue sonando a tu alrededor, te encuentras perdido en un animado intercambio de miradas y sonrisas con pipe, los sonidos y movimientos del entorno parecen desvanecerse en el fondo.
a pesar de todos tus intentos por mantener una distancia de seguridad, está claro que te hundes cada vez más en la red de encanto que pipe teje a tu alrededor. y en el fondo, una parte de ti empieza a preguntarse si esto es realmente tan malo.
"¡bésalo pronto!", grita uno de los chicos por encima de la música y tú te ríes, enviándole un dedo medio falsamente ofendido. pero en la realidad, la idea no te parece tan absurda.
te preguntas si realmente sería tan malo. si rendirte a los encantos de pipe significaría abrirte a algo nuevo y excitante, o si sólo sería otra trampa del destino, lista para causarte más confusión y dolor. de momento, decides dejarte llevar por el momento, permitiéndote disfrutar de sus brazos alrededor de tu cintura y de las sensaciones que despierta en ti.
cuando la música está a punto de terminar, ya te has decidido. una mezcla de miedo y excitación corre por tus venas mientras intentas reunir el valor necesario para tomar una decisión. mirando a pipe a los ojos, sabes que estás a punto de dar un paso importante, hacia delante o hacia atrás.
"creo que hoy me iré a casa... sola", empiezas, sintiendo que el corazón se te acelera ante la osadía de tus propias palabras. "a menos que quieras acompañarme".
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por fin escribí algo con mi novio… aliméntense!! 💋 pero en serio, esta es su canción 😩
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neuroconflictos · 6 months
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No solo abandonaste nuestro barco lo hundiste, saltaste con todo y mi salvavidas me dejaste en medio del océano, y yo cansada de patalear no me quedó más que hundirme junto a todo lo que fuimos.
Margaritas en el mar
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victormalonso · 8 months
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recámaras del corazón | víctor m. alonso
poema de amor para Eli, amor de mi vida @lilnevile
[te veo en la distancia lunar del cielo, en el espacio negro del infinito; estás en un lugar que guardo en el corazón, en la noche, en esta noche nuestra, Eli, somos el espacio que queda entre la luna y la tierra, el océano, el mar donde siempre te espero]
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**Título: "El Viaje Gastronómico en la Casa Rodante"**
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Había una vez un hombre llamado Carlos, un amante de la comida y las aventuras. Carlos decidió tomarse unas vacaciones diferentes: en lugar de alojarse en hoteles lujosos o playas paradisíacas, alquiló una casa rodante y se embarcó en un viaje gastronómico por todo el país.
Su primera parada fue en una pequeña hamburguesería en las afueras de la ciudad. El reto era simple: comer una docena de hamburguesas gigantes en menos de una hora. Carlos se relamió los labios y se zambulló en la montaña de carne, queso y pan. El sudor corría por su frente mientras masticaba y tragaba, pero no se rindió. Al final, con el estómago a punto de reventar, logró completar el desafío.
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La siguiente parada fue en un pueblo famoso por su pastelería. Allí, Carlos se enfrentó a un pastel del tamaño de una rueda de carro. Las capas de chocolate, crema y frutas parecían interminables. Carlos se sentó frente al pastel y comenzó a cavar con su tenedor. Cada bocado era una explosión de dulzura en su boca. Al final, con las migas esparcidas por toda la mesa, Carlos se levantó victorioso.
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El burrito gigante lo esperaba en un restaurante mexicano en el desierto. Carlos se envolvió en una manta para protegerse del calor abrasador y se enfrentó al monstruo de tortilla, carne, frijoles y guacamole. Cada mordisco era como una expedición a través de sabores intensos y picantes. Carlos sudaba y se reía mientras luchaba por terminar el burrito. Pero lo hizo, y se sintió como un auténtico luchador.
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La pizza gigante estaba en una pizzería junto al mar. Carlos miró la enorme masa cubierta de queso derretido y toppings coloridos. Se sentó en la terraza con vista al océano y comenzó a devorar porciones del tamaño de su cabeza. El queso se estiraba entre sus dedos mientras masticaba con entusiasmo. Al final, con la barriga hinchada y una sonrisa en el rostro, Carlos se recostó en su silla.
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Por último, el filete de carne grande lo llevó a una granja en las montañas. El chef asó un enorme corte de carne en una parrilla al aire libre. Carlos lo acompañó con papas asadas y verduras frescas. Cada bocado era tierno, jugoso y lleno de sabor. Carlos se sintió como un rey en su trono de carne.
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Al final del viaje, Carlos regresó a casa con kilos de más y una sonrisa satisfecha. Su casa rodante estaba llena de recuerdos culinarios y muebles que crujían bajo su peso. Pero no se arrepentía. Después de todo, la vida es demasiado corta para no disfrutar de la comida al máximo.
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alasdepaloma · 2 months
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Ese atardecer te fuiste con la ola del mar. Ya el ocaso anunciaba la despedida. Pronuncié tu nombre y te di un beso suave en los labios, pero ya no había calidez en ellos… La magia se había evaporado. Poco nos duró el ideal de vida que soñábamos con los pies plantados en la tierra; poco nos duró la risa, la mirada brillante, el resplandor del futuro, la muerte del pasado y el mutismo de las penas. Pero, no lo supe… Aún no lo sabía, y no creo haberte abrazado lo suficiente aunque en ese abrazo, de tan fuerte, asfixié a mi corazón. Te echo mucho de menos, amigo mío. Echo mucho de menos tu calor, ese que como hoguera hacía derretir a mis gélidos fantasmas. Hoy permanezco fría, con la vista en un horizonte donde sólo late —aunque poco— un nombre, el mío. Éramos tanto. No éramos dos, sino uno. Dos niños enamorados que se sentían infinitos e invencibles… Y en este ahora, yo te miro, tú me miras; sin embargo, ya no danzan las miradas… ni el diciembre, ni el enero, ni el julio o el septiembre, ni la ilusión de caminar por la orilla del océano, de abrazarnos entre la nívea nieve de la sierra… Y esa cabaña en la que construimos nuestras cartas, ha perdido su color.
Hoy te lloro. Amigo mío. Y te extraño… te he extrañado… No puedo hacer más ya.
—PalomaZerimar.
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caostalgia · 1 year
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Cuando el corazón pronuncia las palabras soñadas, las golondrinas bailan al son de una canción eterna, y el sol se pone en tu pecho irradiando toda su grandeza en el cuerpo que habitas; se ruboriza el tiempo envolviéndose como un capullo de malva sobre el cielo.
El viento danza en lenta caída y se mece como un deseo inefable que asciende acariciándote.
El mar sopla un destello que abre un profundo océano en el centro de tu corazón, un torbellino donde la vida se arremolina incesante en el tejido de los días y suspira la sal del agua en una melodía donde brota la vida.
filopoetica
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miky59-blog · 2 years
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whispersatmidnight · 4 months
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El vacío nuevamente gobierna mi alma
Nuevamente he recaído en el sentimiento del vacío, nuevamente estoy suplicando por la liberación de esta sombra que se cierne sobre mi alma. Es un eco constante de dolor, un lamento mudo que resuena en los rincones más oscuros de mi ser. La vida se desdibuja en un gris perpetuo, donde los días pasan como hojas muertas arrastradas por un viento sin rumbo.
Cada aliento se siente pesado, cargado de una melancolía que no se disipa, una tristeza que se adhiere a a mí como una segunda piel. Los recuerdos felices se tornan en espejismos, inalcanzables y lejanos, mientras la realidad se convierte en una prisión sin barrotes visibles, pero inquebrantables en su esencia.
En la profundidad de mis pensamientos, busco respuestas en el silencio, pero solo encuentro el eco de mi propia desesperanza. Las lágrimas se convierten en compañeras fieles, silenciosas testigos de una batalla interna que parece no tener fin. Me pregunto si alguna vez encontraré la paz, si alguna vez esta tormenta se calmará y el sol volverá a brillar.
La soledad es un mar oscuro y vasto, donde navego sin brújula, sin estrellas que guíen mi camino. Anhelo el consuelo de una mano amiga, el refugio de un abrazo sincero, pero cada vez más me hundo en este abismo de desolación. Las palabras pierden su sentido, las promesas se desvanecen como susurros en el viento, y solo queda este dolor punzante, esta herida abierta que no encuentra cura.
Y así, en este vaivén de emociones tristes y melancólicas, sigo suplicando por la liberación. Una liberación que se siente como un sueño distante, un anhelo que se escapa entre los dedos como la arena. Quizás algún día, en algún rincón de esta existencia, encuentre la luz que disipe estas sombras y me devuelva la esperanza perdida. Mientras tanto, seguiré navegando en este océano de tristeza, buscando un puerto donde pueda, finalmente, descansar.
elle.
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boybeblue · 3 months
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La lluvia no siempre es la misma, y las palabras tampoco. La lluvia cae y parece estar limpiando tu dolor, pero luego solo cae sobre ti, te moja, la sientes en tu piel, pero solo está ahí, solo forma parte de la tristeza que inunda tu cuerpo y parece aumentar el peso de tu piel. Otras veces, la lluvia cae sobre tu rostro, se desliza, entra en tus ojos, empapa tus pestañas y cabello, te hace sonreír, te hace querer beberla, te hace querer sentirla. Pero las gotas, como las palabras, son solo emociones de tu existir, un cúmulo de emociones y circunstancias que circulan por tus venas, queriendo llenar de vida tu cuerpo.
No saber qué se siente, no saber qué se quiere, no saber qué se piensa; intentar articular emociones como palabras, intentar desviar el agua por un solo torrente parece casi imposible en ocasiones, solo fluye, a veces solo debes dejar que fluya, que ese no saber sea suficiente para saber que sabes no saber.
No puedo escribir como si fuera el más erudito, no puedo expresarme como si supiera lo que siento o como si tuviera el conocimiento de mis pensamientos y emociones como un sabio podría tenerlo. Solo parece ser como una tormenta. Una tormenta que cae y cuya singularidad depende del momento.
He aprendido a respirar bajo el agua, he aprendido a sentir las lágrimas en mis ojos, he aprendido a entender ese líquido salado que parece extraño a mi ser. La coherencia de su sentir, la coherencia de su fluir. A veces olvido respirar porque no estoy en el agua; parece ser que el agua ha sido mi maestra para respirar y cuando está en mí, cuando la lluvia cae de mis ojos, parece ser momento de restablecer las enseñanzas, parece ser momento de mirar esa tormenta que fluye de mis ojos, parece ser importante entender el azul de lágrimas que fluye.
¿Coherencia?
¿Algo la tiene?
¿Mis ideas tienen coherencia?
¿La tormenta la tiene?
¿Acaso las lágrimas de una tormenta caen con coherencia, saben dónde van a caer, saben su movimiento exacto?
Quizás puedas predecir la caída de una gota en una suave llovizna,
pero cuando se trata de una tormenta, ¿qué es una gota con la bocanada de aire que aparece de la nada?
Las tormentas son distintas.
Las lloviznas son distintas.
Los colores que se forman de una tormenta son distintos.
He aprendido de las tormentas azules y de las multicolor.
Quiero atrapar las gotas que caen de mis ojos, quiero entender cada una de esas gotas.
Quiero ser capaz de percibir su tonalidad de azul, ¿acaso todas son azul marino o azul celeste?
El agua cae del cielo, se precipita, flota en el aire, cae con fuerza sobre el suelo de la ciudad y se une a todas las gotas que junto a ella cayeron.
¿Son una sola gota?
¿No son una gota?
Un charco.
Un conjunto.
Un movimiento.
Un río.
Un mar.
Un océano.
Un ecosistema.
Un planeta.
Un universo.
Se mueve, se transforma, respira y asciende de nuevo al mismo cielo que la vio caer.
Sal sabe mi boca, así como el mar.
Mis ojos están rojos, rojos como a punto de estallar de calor.
Rojos como un volcán a punto de erupcionar, o acaso ya erupcionó, está activo.
El rojo de un recuerdo, un recuerdo de lágrimas azules.
¿Coherencia, la hay?
¿Mis lágrimas son coherentes? ¿Mis sentimientos lo son? ¿Mis pensamientos lo son? ¿Lo es la existencia? ¿Lo eres tú quien lee esto?
La gota de lluvia que cae sobre mi piel no es la misma gota de la lágrima que se desliza por mi mejilla.
Agua, se mezcla y forma un solo ser, un átomo lleno de energía y de incoherencia.
Un océano completo que parece estar tan calmado como si fuese una laguna en la mitad de un páramo,
silencioso y calmado,
lleno del más mínimo sonido presente en la ausencia de ruido.
La tranquilidad en el sentir.
Los pensamientos dejan de sonar o adquieren orden,
incoherentes pero coherentes con su idea.
Lloviznas y tormentas caen sobre ese océano que solo recibe y parece ser infinito, capaz de soportar la tempestad y la calma de cada una de las gotas que caen sobre él.
Es tan azul, tan magnífico, tan transparente y penetrable, tan oscuro y envolvente,
contradictorio en calma,
calma que se precipita,
calma que respira con fuerza,
calma que quiere encontrar respiración en lo más profundo del mismo océano.
Un sin sentido que necesita ser ordenado.
El cosquilleo de buscar el orden.
El corazón desordenado.
El respirar precipitado.
La calma que se busca.
Respirar bajo el agua, entender el océano, entender el ruido,
entender la arena que se mezcla cada vez que las olas chocan en el borde de la playa.
¿Hay coherencia?
¿Hay ideas, hay palabras?
¿Hay lluvia, hay tormenta?
¿Hay yo, hay tú?
Esa arena cae de nuevo en la playa y el agua transparente deja ver el cielo completamente azul que se refleja en ella.
No necesito entender cada gota, cada llovizna y cada tormenta, pero he sido capaz de sentirlas, miedo en ellas, reírme en ellas, respirarlas, articularlas.
Se mueven al caer en el suelo, al fluir hacia el río y seguir su camino hasta desembocar en lo más profundo del océano.
El océano parece abrazarlas y aceptarlas con tranquilidad utópica.
Es océano, es profundidad, es ligereza.
Es.
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softaikiria · 3 months
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Hoy subí a barco por primera vez, el barco, sin embargo, estaba detenido sobre el agua, inmóvil y sin olas que danzaran a su par. Yo, por otra parte, diminuta sobre él mientras veía sus banderas de colores balancearse cerca del cielo, deseaba inútilmente que las cuerdas que lo sostenían junto a tierra se rompieran y que conmigo en él partieran. Quería irme, ir a proa y alzar mis brazos para que el viento del mar me abrace y ser salpicada por sus saladas gotas que quemarían mi piel.
Desee irme sobre un barco que no iba a ninguna parte.
Hace unos años creí haber empezado a amar sin poseer, a acompañar sin invadir, a vivir sin depender. Qué crueles son los cambios del destino que nos cambian las formas de haber crecido alguna vez. He vuelto al principio, aprendí que por mucho que aprenda*, siempre todo es una nueva enseñanza y que hay cosas que nos harán retroceder. Perdí a quien amaba y con ella se fue parte de mi oxígeno. Me sentí ahogada en un enorme mundo e invisible a los ojos de cualquiera. ¡Qué tonto! Sé que me hallaran y emprenderé un nuevo camino. Hasta entonces, deseo escapar. Escape tanto que hallé paz alejada del mundo exterior por haber dicho hace mucho tiempo que no hay peor infierno que una casa sin paz, ¡ja! Pero yo era la casa y mi mente quien gritaba y mis ojos donde no hay silencio porque siempre se rompen en océanos sin fin. Quiero ya no desear escapar y habitar de mi cuerpo y esta vida no me sea un gran castigo.
¿Oh dios, mírame a los ojos, cuanto más debo rezar?
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black-beauty-poetry · 7 months
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La soledad, oh, la soledad.
Mi verdadera amiga. Mi letal enemiga.
Ella tiende a sumergirme en su océano, ahogándome en su oscura profundidad con mis inseguridades, impulsos y pensamientos suicidas.
A causa de ella me siento desentendido, pero ¿cómo es posible? Si es la única que me comprende.
Con su compañía puedo ser yo, sin disfraces coloridos que relucir, sin personalidades que fingir, sin máscaras para sonreír.
Pero también me rompe al entender que nunca seré así de valiente para mostrarle mi verdad a alguien más.
Verás, la soledad es como un cuchillo de doble filo. Su tiro puede terminar saliendo por la culata cuando apriete el gatillo.
Aunque la soledad me torne vacío y solitario, aquí donde me encierra está silencioso e iluminado; en cambio, el mundo afuera está hundido en penumbras y las personas pueden herir con una palabra o mirada y el ruido que forman está cargado de odio y agobio.
Nadie mirará a través de mí y encontrará mi caos de la misma forma en que la soledad lo hace.
Ella es mi consuelo, me enseña un refugio y una manera de morir.
Cuando el mundo está en llamas, ella es una lluvia que sólo llueve en mi habitación cuando me aíslo. Cuando no pertenezco, ella me hace encajar en su mundo. Cuando necesito liberar las emociones que me sobrecargan, ¿qué mejores oídos que los de la soledad?
Y cuando me encuentro varado en medio del mar y sé que no tendré ni brújula ni salvación, ¿qué mejor consejo que el de la soledad diciéndome que debería saltar y dejarme llevar por la corriente?
Y es ahí cuando no sé si la soledad es mi verdugo o mi heroína, pero cuando toma mi mano sé que será dulce la sensación si acepto desaparecer con ella.
La soledad, oh, la soledad.
-Dark prince
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