#Escribir en papel esta sobrevalorado
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Si alguien me da una maquina del tiempo yo les juro que voy y mato a colón de la forma más horrible posible y lo mando de vuelta a españa para que a ningún imbecil se le ocurra venir a America porque yo quiero ver como era el sistema de escritura Inca pero los pelotudos de los españoles fueron y destruyeron todo los odio los odio los odio te odio occidente te odio te odio odio al cristianismo
#Como puede uno hacer worldbuilding si toda la información que hay es de culturas europeas asiaticas y arabes eh?#I hate colon#Fucking colonization#I hate europeans#Cristobal colon#ERA MUY INTERESANTE EL SISTEMA DE NUDOS#Escribir en papel esta sobrevalorado
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Nuevo Post: Mantener la calma en tiempos de pánico: increíbles actividades en el hogar para comenzar hoy
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Mantener la calma en tiempos de pánico: increíbles actividades en el hogar para comenzar hoy
A medida que la pandemia se abre paso lentamente en las principales ciudades y pequeños suburbios de todo los países, se vuelve cada vez más difícil mantener la calma y no entrar en pánico.
Las autoridades nos han dicho que nos quedemos en nuestros hogares para evitar la propagación, pero eso no significa que debamos volvernos locos por dentro y dirigir nuestra atención únicamente en lo que está sucediendo con el mundo exterior. Trate de limitar la cantidad de noticias que ve, especialmente algunos de los informes sobrevalorados que solo propagan el miedo y la ansiedad. En primer lugar, obtenga actualizaciones y datos de fuentes confiables y luego centre su atención en otra parte.
Puede evitar el contacto con otras personas y lavarse las manos con más cuidado, pero su capacidad para mantener la calma viene de adentro. Eso significa que tendrá que tomar las medidas necesarias para reducir su estrés y ansiedad y promover la calma mientras el virus sigue su curso.
¡Vamos a repasar tres de las mejores formas en las que puede mantener la calma y la concentración en tiempos de pánico!
Meditación y atención plena
Entonces, está ansioso y estresado como resultado de la rápida propagación del coronavirus. Si nunca ha intentado la meditación o cualquier técnica de atención plena en el pasado, este es el momento perfecto para probarlas y practicar un poco.
Según la Clínica Mayo , la meditación puede desempeñar un papel muy importante para ayudarlo a mantener su salud mental y emocional, incluso beneficiando aspectos de su salud física. Esto es lo que la meditación puede hacer por ti.
Mayor perspectiva de la vida (positividad)
Aumento de la sensación de calma.
Mayor autoconciencia
Niveles reducidos de ansiedad y estrés.
Enfoque mejorado
La mejor parte es : hay muchos tipos diferentes de meditación.
Si puede concentrarse durante largos períodos de tiempo, es posible que desee probar meditaciones guiadas o técnicas de visualización. Cuando esté buscando mantenerse más activo mientras está en cuarentena, ¡puede probar el yoga o Pilates!
Encontrar una salida creativa
Puede que te quedes atrapado en la casa durante las próximas semanas, pero eso no significa que tengas que recurrir a volverte loco. De hecho, ¡eso probablemente solo aumentará sus sentimientos de pánico durante esos momentos difíciles!
Este es un buen momento para probar algunos pasatiempos creativos nuevos (o antiguos). Cuando te concentras en construir o crear algo nuevo, estás reduciendo la concentración en la negatividad que te rodea. Eso significa que la creatividad es una forma sólida de ayudarlo a relajarse.
Una salida creativa puede ser casi cualquier cosa. Aquí hay algunas cosas que podría querer probar (si tiene los suministros en su casa).
Pintar, colorear o dibujar
Cantar o tocar instrumentos musicales.
Tomar fotos o videos de cosas que le gustan
Construir algo con cosas en la casa.
Escribir
Rompecabezas
Leer algo y luego escribir un ensayo al respecto. Esta es una excelente manera de dejar de pensar en los problemas del mundo.
Básicamente, el objetivo aquí es encontrar una actividad o tarea que requiera una concentración intensa y te haga feliz. Ni siquiera notarás que pasaste la última hora dibujando tu personaje de dibujos animados favorito.
Retribuir y ayudar a los demás
Es completamente natural tener miedo a lo desconocido, pero retribuir a los demás puede ayudarte a enfrentar este miedo de una vez por todas. Cuando esté retribuyendo a la comunidad o ayudando a los necesitados, trabajará para difundir la compasión y la felicidad en lugar del miedo y la ansiedad.
Siempre que mantenga la distancia y no exponga a nadie al virus, puede entregar alimentos y abarrotes o hacer cosas como el trabajo de su jardín. ¡Te hará sentir bien contigo mismo y al mismo tiempo ayudará a quienes lo necesiten!��Por lo tanto, llame a sus vecinos, publique algo en su Facebook para que los necesitados sepan que está disponible y cómo ponerse en contacto.
En Conclusión
No puede hacer nada por sí mismo cuando se trata de curar o detener la propagación del COVID-19, pero hay cosas que puede hacer que pueden reducir su pánico e invocar una abrumadora sensación de calma.
Si aprovechas la atención plena, buscas una salida creativa e incluso retribuyes a quienes la necesitan, podrás mantenerte calmado y centrado, ¡incluso ahora!
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Loca firme
Creo que siempre me ha gustado escribir. No hablo de los trabajos académicos del colegio ni los filosóficos que me dejaron en mis dos primeros semestres de arquitectura, y que generalmente mandaba a hacer. Siempre me ha gustado escribir sobre mí, sobre mi vida, lo que está en mi cabeza, lo que siento y lo que me pasa. Todo el tiempo pensé que era alguna afinidad con mi fanatismo hacia Frida con aquello de que me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco, pero en estos 56 días que he tenido que lidiar conmigo y con los recuerdos que el espacio en el que ahora estoy evocan, es muy poco lo que incluso yo sé de mí. Me he dado cuenta de que usualmente me escribo a través de referencias, como las cosas que me rodean, las fotos que encuentro y hasta las películas que me veo. Hablando de eso, en estos días me vi El club de los cinco y quise saber qué escribiría si alguien me pregunta quién creo que soy.
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Soy una persona muy observadora, me encanta analizar y detallar tanto lo que me rodea que hasta hace 56 días podía pasar horas caminando acompañada únicamente de un par de audífonos y las interesantes historias que me contaban las calles. Salía corriendo en las mañanas después de hacerme un intento de desayuno mal hecho con mis cortas habilidades culinarias para alcanzar el primer Transmilenio que, igual, me haría llegar tarde a clase de siete, pero donde me entretenía mirando a todas las personas que ahí iban y que en ocasiones incluso dibujaba. Me gustaba contemplar las polvorientas y negras fachadas de la Caracas a través de la ventana como si nunca más las fuera a ver, leía cada letrero con ayuda de mis gafas de una fórmula más alta de lo que quisiera y buscaba en el más mínimo detalle alguna historia que se robara el reflector de mi día, siempre acompañado de un sentimiento de nostalgia que hasta ahora entiendo, como si la vida me hubiera estado dando pistas de lo que hoy siento. Vivía afuera, disfrutaba sentarme a almorzar en el pasto bajo el incomprensible sol bogotano que me hacía quitar cada cinco minutos todas las prendas que por el frío llevaba encima, buscaba cualquier excusa para ir al centro y escuchar todas las historias que su arquitectura me pudiera contar y cada vez que me perdía dentro de mis cuatro paredes salía a comprar un café en cualquier esquina donde pudiera encontrar alguna fuente de inspiración.
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Soy una persona muy observadora, me encanta analizar y detallar tanto lo que me rodea que desde hace 56 días camino sin rumbo las paredes que ya conté bien, acompañada de la actitud más positiva que puedo tener dentro del pesimismo con el que me protejo de las malas noticias. Me levanto muy temprano todas las mañanas, me hago el desayuno que tengo en el menú que con anticipación organicé, con las excelentes habilidades culinarias que en estos días he desarrollado, para comerlo acompañado de un jugo de naranja recién exprimido y de fondo el audio de la clase que me toque. Me gusta sentarme en el balcón y contemplar el paisaje donde los pájaros siguen cantando más de lo normal, las calles donde todos los días el vecino saca a su perro peludo de manchas negras a eso de las cuatro de la tarde y el jardín que la señora de la casa del frente debe estar feliz de algún día haber salido a regar con un paraguas y una manguera bajo la lluvia. Disfruto el atardecer que solo se puede ver desde el cuarto de mi hermano y cómo se funde el cielo con los arboles y el río donde busco la inspiración que ahora mismo no encuentro entre las 50 paredes que, como dije, ya conté. Mientras los veo me he dado cuenta de que el cielo no es azul, que los árboles no son verdes, que el sol no es amarillo con siete palitos como me enseñaron en preescolar y que yo no soy lo que siempre he creído, ni lo que me han dicho, ni la misma del colegio. Ya no soy la que se encargaba de todos los eventos del curso, no soy la personera, ni la que estaba metida en todo, ni la más aplicada y mucho menos la que pensaban futura arquitecta de alguna obra medio decente de Montería, pero tampoco soy una loca, descarrilada, indecisa, sin futuro o algo similar solo por estudiar Artes Visuales.
Creo que a lo largo de los años, por lo menos en la ciudad donde crecí, nos moldearon con el pensamiento de que tenemos que categorizar todo en blanco o negro. Nos volvimos superficiales y decidimos omitir las características que no encajaban dentro de la categoría en la que alguien más nos puso y por eso mismo pasé mucho tiempo creyéndome extremos, sin darme cuenta de que puedo ser como un dálmata o como una cebra, o podría hasta no encajar dentro del dualismo que nos enseñaron, y diría más bien que soy de un tono amarillo, incluso en los días como hoy que me siento más azul.
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He llegado a la conclusión de que, efectivamente, como he venido repitiendo, soy una persona muy observadora, me encanta analizar y detallar tanto que he durado horas tratando de encajar todas las historias y bobadas que se me han ocurrido que creo que podrían definir quién soy, pero solo me he frustrado y bloqueado al no encontrar un orden.
Siempre he pensado que los espacios son una muestra de lo que somos, por ejemplo, creo que el egoísmo entre los edificios de Bogotá, que se dan la espalda entre ellos y las calles, debe tener algo que ver con que los vecinos no me devuelvan los buenos días cuando voy bajando el ascensor a las siete de la mañana y que el río, los árboles y terrazas de las casas amplias en Montería me saludan constantemente en la forma de un par de señoras en mecedoras echando chisme a las seis de la tarde, mientras le gritan al de la tienda de al lado que por favor les mande dos cabezas de ajo fiadas que quieren hacer patacones pero no tienen efectivo ahorita. Si entran a mi cuarto en este momento me entenderían y prácticamente les estaría dando la bienvenida a lo que sea que esté pasando en mi cabeza. He pospuesto por 56 días la idea de organizar mi tocador, pero como soy una persona muy observadora y me encanta analizar y detallar todo, le he encontrado después de un tiempo un orden a mi desorden y en este momento para poder seguir escribiendo y encontrar el orden que aún no consigo, solo pueden pasar dos cosas; hago lo mismo con mi cabeza u organizo el tocador.
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Soy una persona muy observadora, me encanta analizar y detallar tanto lo que me rodea que cuando estaba pequeña y viajaba con mis papás en carretera no me podía quedar callada porque iba leyendo todo lo que tuviera las letras que ya no alcanzo a ver sin gafas por culpa de la miopía que con el tiempo solo ha empeorado. Cuando crecí y me di cuenta de que ya sabía leer, dejé de fijarme en los letreros de las calles, dejé de interesarme en las letras y de querer gritar cada vez que las entendía porque se volvieron normales, cotidianas y comunes. Es como si mi interés se perdiera con el tiempo de la misma forma que perdí la vista perfecta, como si se me olvidara de la nada que existen las gafas y que si me las pongo podría ver todo mejor, aquí ya no estoy hablando de los letreros ni de la vista, pero no voy a especificar.
Desde que empecé a estudiar artes he ido desbloqueando muchos recuerdos de mi infancia gracias a las reflexiones que me he hecho en algunas clases, he descubierto que la mayoría de las cosas que ahora hago las hacía cuando era niña y por algún motivo las olvidé. Me desentendí y me desvinculé en algún momento de mí misma, de la original, y hasta ahora me estoy encontrando de nuevo. Volví a abrir los álbumes de fotos que estaban en el fondo del armario de mi mamá, exponiéndome a una alergia de esas pesadas que me daban antes por el polvo que los cubría, volví a mirar a través de la ventana tratando de encontrar alguna forma chistosa en las nubes y volví a detallar lo que me rodea; el papel tapiz de mi cuarto deja ver el color rosado escandaloso que tenía antes la pared y lo odio, mi hermano quiere hacerme creer que no me quiere pero siempre que llega lo escucho preguntar por mí y mi mamá ya no debería salir más a hacer mercado porque siempre se pone a llorar, me lo niega pero la delatan las bolsas hinchadas y las tres pestañas que se le juntan, de ahí creo que saqué lo llorona y sensible. Volví a mirar con mis ojos y no con los de alguien más, volví a ser la misma persona observadora, analizadora y detallista, tal vez un poco intensa, pero eso no es novedad.
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Soy intensa cuando hablo, cuando veo, cuando escucho, cuando siento. Soy intensa cuando hablo de las cosas que me gustan y cuando tengo que dar mi punto de vista porque me encanta debatir ideas y argumentar lo que pienso. Soy tan intensa cuando hablo que a veces ni siquiera me entienden porque lo hago muy rápido, es como si las palabras se atoraran en mi cabeza y no supieran cómo salir, como los cajones de mi tocador que no tienen un centímetro de espacio disponible por la cantidad de maricadas que he acumulado a través de los años, tanto así que incluso las confundo y le cambio el orden a las oraciones. Soy intensa cuando hablo, pero si no lo hago lo soy aún más. Al tratar temas que me duelen o me conmueven, aunque conozca las palabras, estas simplemente no fluyen, no porque sean muchas sino porque son tan intensas como yo y solo saben traducirse en forma de lágrimas a través de mis ojos. Soy intensa cuando le digo a mi mamá que la amo, cuando regañaba a mi roomie por no lavar los platos, cuando estoy encerrada recién bañada gritando a ver quién en la casa me escucha para que me lleve una toalla al baño porque se me olvidó meterla y cuando estoy disfrutando tanto una compañía que aunque me esté quedando dormida sigo hablando aunque de mi boca solo salgan incoherencias.
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Soy intensa cuando veo porque no me quedo con la primera impresión, me gusta ir más allá de lo que mis ojos me muestran; odio ser superficial. Además que ya deberían saber que tengo una relación amor-odio con los ojos porque me parece que la vista es el sentido más sobrevalorado, pero bueno, eso es otra discusión que estoy dispuesta a tener con el que quiera después de leer esto. Soy tan intensa cuando veo que cuando voy a un museo me quedo embobada mirando hasta la puerta de la entrada. En verdad, aquí estoy hablando desde mi ser arquitectónico, pero es que hay museos que hacen parte de la exposición, y si no me creen es porque no han entrado al Guggenheim de Nueva York, obra de Frank Lloyd Wright, y bueno, no nos tenemos que ir tan lejos, los invito al MAMBO y conversamos de esas ventanas tan bien puestas de Rogelio Salmona; me quedo embobada viéndolas cada vez que voy aunque ya me las sé de memoria.
Soy intensa cuando miro a la gente, no puedo evitar ver a alguien a los ojos y clavarme ahí hasta que se vuelva incómodo porque ni siquiera hemos hablado. Soy intensa mirando a la gente porque no se me olvida una cara y no quito la mirada hasta saber de dónde lo conozco o a quién se me parece. Por culpa de esto me gané varias escenas de celos, ahora creo que al parecer muy poco sabían de mí. Soy intensa mirando porque creo que, aunque odie lo sobrevalorada que está la vista, el contacto visual es poderoso y en ocasiones, si me saben leer, puedo decir mil veces más por cómo los miro que por lo que les digo porque a veces las palabras no me fluyen, creo que ya se los dije. Soy intensa cuando veo mi película favorita y me doy cuenta de que la paleta de colores de la mayoría de escenas tiene colores complementarios, cuando me veo una serie y adelanto escenas en capítulos porque no aguanto el suspenso y cuando puedo tener en este momento una imagen de todas las cosas que están en mi tocador aunque estén organizadas como escombros de un edificio.
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Soy intensa cuando escucho las canciones que me gustan, las puedo repetir diez veces en un día sin aburrirme y sin darme cuenta de que la estoy repitiendo. Me ha pasado que dejo on repeat una canción en Spotify, me doy un baño largo cantándola sin parar a todo pulmón y no soy consciente hasta que salgo de la ducha, agarro el celular y veo que sigue sonando la misma. Soy intensa escuchando porque me aguanto los sonidos molestos cuando me da pereza apagarlos o cuando por su naturaleza no puedo hacerlo; la alarma para ir a clase de siete, el ruido que hace la carcasa del abanico del comedor porque se zafó del hueco y Manolo cuando empieza a ladrar sin parar porque alguien toca el timbre. Sé que soy intensa escuchando cuando no me molesta que mis amigas me manden notas de voz de cinco minutos. Soy intensa escuchando consejos aunque casi nunca los sigo. Soy intensa escuchando, por eso amo ir a conciertos y poner el parlante a todo volumen en mi cuarto. Me molesta el silencio de la noche en Bogotá porque soy intensa, me hace falta el motor del aire sonando, el abanico girando y la sinfonía de grillos que se ponen en la ventana esperando que la abra con la luz prendida para invadirme. Soy intensa con los sonidos, por eso escucho en mi cabeza mi voz cuando leo y recuerdo las voces de la gente que conozco después de mucho tiempo, por lo menos eso me pasa con la de mi papá y aún lo escucho interpretando alguna canción de Pedro Infante en la puerta de mi cuarto cuando llegaban mis amigas a visitar. Me acabo de dar cuenta de que soy tan intensa escuchando que tengo un capitulo de Friends en remix con un video de Tiktok que quedó sonando porque no bloqueé el celular mientras pienso en voz alta lo que estoy escribiendo. Sé que soy intensa pero, como en todo, hay excepciones, puedo ser tan intensa como dije antes y de la nada mandar a callar a todo el que vaya conmigo en un carro porque no me dejan ver.
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Soy intensa cuando siento, siento mucho y no sé sentir a medias. Soy intensa cuando siento calor y me quito corriendo todo lo que tengo puesto o cuando me muero del frío y le arranco la cobija al que tenga al lado. Soy intensa cuando siento el agua caer por mi cuerpo y por eso siempre termino mis baños de agua tibia con un par de minutos de agua helada. Soy intensa cuando siento al preferir trabajar sentada en el piso para poder estirar todo mi cuerpo y moverme libremente, tengo una excelente relación con él aunque termine siempre con la espalda entumecida. Soy intensa cuando siento y por eso soporto el dolor de las agujas, de hecho hasta me parece interesante ver cuando va saliendo la sangre en el tubito. Soy intensa cuando siento y a veces ignoro los dolores de cabeza o la gripa para no tener que tomar medicamentos, no me ha pasado en estos días, así que, tranquilos, que por Covid no es. Soy intensa cuando siento y al ver una superficie suave o con textura rara no puedo evitar acercarme y tocarlo. Soy intensa cuando disfruto cómo se siente el roce de la suela de los zapatos cuando las limpio en los tapetes de entrada. Soy intensa cuando siento, cuando toco, cuando abrazo, cuando beso, cuando agarro una mano. Soy intensa porque puedo pasar horas consintiendo a alguien o a la almohada de mi cuarto hasta quedarme dormida. Soy intensa cuando siento y siento mucho cuando me enamoro porque creo que ese sentimiento no se agota como el espacio de los cajones de mi tocador y por eso no tengo que medir cuanto entrego. Soy intensa demostrando lo que siento, de cerca o de lejos. Nunca me sobra un mensaje, una llamada, una carta, un detalle. Trato de hacerle saber siempre a los que me rodean lo que siento y por eso a veces soy una intensa. Soy intensa demostrando lo que siento porque alguna vez perdí a la persona que más amaba en el mundo y no quiero sentir nunca insuficientes los besos, los abrazos ni las palabras. Soy intensa cuando siento. Soy intensa.
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Soy intensa cuando tengo que exteriorizar mis sentimientos, todo se me nota en la cara y no me había dado cuenta hasta que me lo dijeron. Cuando estoy triste no puedo contener las lágrimas aunque odio que me vean llorar. Cuando tengo rabia me dan ganas de tirar mi celular contra la pared pero no se asusten que esto lo controlo porque soy consciente, no llego a ese nivel. Cuando estoy estresada me empiezo a molestar las uñas y si tengo esmalte me lo arranco. Cuando estoy concentrada, me muerdo los labios y me rasco la nariz. Cuando estoy feliz, corro y salto con los brazos alzados, se me abren los ojos de par en par y mi cara se vuelve pequeñísima para la sonrisa tan grande que me sale. Soy tan intensa que mi cuerpo me delata y mis gestos de niña chiquita siguen más presentes que nunca.
Soy intensa con todo lo que hago porque no quiero arrepentirme nunca de no haberlo hecho, no quiero estar lamentándome encerrada en mi casa por una pandemia por no haber hablado de más bobadas, abrazado más fuerte, escuchado atentamente o por no haberte mirado a los ojos por cinco minutos más. Soy intensa porque siento que el tiempo se ha vuelto mi peor enemigo, porque una semana es mucho para hacer este texto pero a veces mi cabeza me traiciona, porque dos días no son suficientes para conocer a alguien y porque ya no me quedan más paredes en mi casa para contar.
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Creo que sí soy un poquito loca por estudiar Artes Visuales y por fijarme en tantas bobadas que hago y que pienso. Soy una loca detallista y obsesionada con lo que me rodea. Soy una intensa pensando y escribiendo. Soy las cosas que me gustan, los recuerdos de mi infancia, lo que de alguna forma copié de mis papás. Soy un poquito de todo lo que quieran decir que soy porque esas cosas que dije que hago cuando expreso mis emociones no las noté yo. Soy una persona que cambia todo el tiempo, no me parezco en nada físicamente a lo que era hace dos años y mucho menos desde adentro. Tengo días buenos y días malos. Soy una niña inmadura cuando peleo con mi hermano pero una tía seria y regañona cuando peleo con mi roomie. Soy una loca fiestera cuando estoy con mis amigos y una persona seria y responsable cuando tengo que trabajar. Soy sol pero también soy luna y hasta estrellas fugaces. Soy arcoíris pero también soy lluvia. Soy todo y soy nada.
Creo que nunca me voy a conocer del todo y por eso tampoco ustedes a mí. Me puse a leer mi libreta donde escribo hace no más de ocho meses y me di cuenta de que no hablo de mí por que sepa quién soy, sino para algún día poder hacerlo. Creo que leerme es la forma más honesta de conocerme porque dejo constancia de lo que soy en un momento específico de mi vida, y esto que aquí he escrito es una parte pequeña de mí que soy hoy, aunque solo lo sabré en seis meses cuando lo vuelva a leer.
Después de tratar de responder a la pregunta que Mr. Vernon le hace al club de los cinco sigo preguntándome lo mismo, ¿quién creo que soy? Por ahí escuché que más vale loca firme que cuerda floja, entonces sí, creo que soy Gina, firme por estudiar Arquitectura y loca por estudiar Artes. Loca a fin de cuentas y lo que ustedes siempre han creído.
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Comencé a sentir un hormigueo por ti. No eras el más guapo, pero me bastaba con saber que eres tú. Cuando no hablábamos, sentía la necesidad de sentarme a tu lado e ir a comer juntos. Quería hablarte y decirte lo hermoso que eres cuando sonríes. Cuando comenzamos a salir quería coger tu mano, contarnos los sueños, que compartiéramos nuestros secretos y que el mundo nos encerrara. Comencé a sentir algo a lo que le puse tu nombre, porque cariño, tu nombre es precioso. Era un sentimiento nuevo y al verte tenía la impresión de haber pasado toda mi vida en la oscuridad hasta conocerte. ¿Es amor esto que siento por ti? Me digo que sí, o que al menos es algo que está muy cerca de eso. Sé que el amor que nos tenemos es aquello que nos inspira a acercar nuestros labios, es eso que nos nace de adentro y nos dicta que nos abracemos y haga que quiera tocar tu piel de una manera delicada. Cuando nos besamos siento que en mi cerebro se está creando un Big Bang de emociones y sentimientos que son difíciles de reagrupar. Haces que me convierta en una loca, que pierda la cordura y quiera devorarte hasta los huesos, metafóricamente. Tus labios son tan suaves y delicados, que quisiera tenerlos junto a los míos todo el tiempo. Cuando me tocas lo único que quiero es que me mires a los ojos y notes que tus manos hacen que sea tan fácil de entregarme a ti. Cuando pecamos, por lo regular lo hacemos en la oscuridad; presiento que es una forma de jugar con nuestras mentes. El querer encontrar la forma de tus labios con mis dedos, con mi mirada querer ver lo dilata que está tu pupila, aunque la falta de luz hace que la búsqueda sea más compleja, pero no menos excitante. Las veces que pongo música romántica, canto y bailo mientras te miro; me pregunto sí luzco ridícula. Y sé que lo soy, pero por la forma en la que me miras hace que piense otras cosas. Que comience a creer en la idea que soy la razón por la cual sonríes como un niño cuando le dan su dulce favorito. ¿Sabes que es lo que me gusta de ti? Que seas tú; tan terco, tan egocéntrico, que para todo quieres tener la razón (aunque la mayor parte del tiempo la tienes). La forma que usas metáforas para poder explicarme cosas, tu inteligencia, tu filosofía de la vida. La forma en que escribes. En cierto modo, tú eres el poeta y me encanta saber que yo soy tu musa; me hace sentir que seré eterna, que me convertiste en un ser inmortal. Sé que no crees en la perfección, que eso de creer que hay seres perfectos es una estupidez, pero mi amor, sí te vieras en el espejo más seguido te juro que hasta comenzarías a creer en el cielo y el infierno. Que no es necesario pensar que la perfección está en un ser sobrevalorado como lo es Dios, que está en ti y que tú eres perfecto para mí. Tal vez no lo eres para la demás gente, pero deja te digo qué por cualquier motivo, siento que fuiste creado para mí y que me perteneces. Aunque sé que es al revés, que fui hecha para ti y que yo te pertenezco; que en cierto modo soy tu esclava, tu sumisa, tu mujer, tu Diosa… que soy tuya. Y quiero que eso siga siendo así, quiero seguir creyendo en la idea que por alguna razón nuestro destino ya estaba escrito, solo que nosotros no lo conocíamos. Quisiera escribir tanto de ti, pero sabes que no soy buena con las palabras. Soy una chica que esta perdidamente enamorada y dice cosas al aire con el objetivo de qué lleguen a tus oídos y puedas escucharme. Que no soy buena estructurando versos, que no soy poeta y no sé qué es lo que debe de contener. Escribo por escribir. Escribo porque el expresarme verbalmente tampoco es lo mío. De hecho, a veces considero que no soy buena en nada y es por eso qué me pregunto ¿por qué sigues aquí? La respuesta que puedes darme me asusta demasiado. No te lo voy a negar, a veces quisiera saberla, otras veces no. Sabes que soy muy dramática y que creo ideas de más, cosas que hay un bajo porcentaje que sucedan. Me asusta la idea de que te vayas y que el vacío que había, vuelva a resurgir. Te has convertido en todo para mí y desafortunadamente, siento que he comenzado a depender de tu presencia, de ti. El punto de todo esto; que te des cuenta que me tienes tan perdida, tan enamorada. Que te quiero, y quiero que nuestra historia siga. Ninguno de los dos lleva consigo un papel y un lápiz, pero sé que juntos vamos escribiendo una historia que aún no le encontramos un final. Que juntos hacemos y creamos arte. Que el irnos juntos no es el final, es el comienzo del desarrollo de nuestra historia y que hay muchas cosas por descubrir, por conocer. Que aún tenemos demasiado que conocer el uno del otro, pero mi amor, todo mi tiempo es para nosotros, es nuestro y quisiera que el reloj se detenga y disfrutemos hasta los milisegundos. Deseo llegar a casa y encontrarte en la sala, esperándome y me des un beso de bienvenida. Preparar la comida, y luego, comer mientras vemos nuestra serie favorita. Preparar la bañera, bañarnos y darte un masaje para que ya no estés tenso por el largo día que tuviste. Llegar a nuestra habitación y leer hasta quedarnos dormidos… dormir juntos. Y despertar a tu lado, que seas lo primero que mire por la mañana y lo último por la noche. Me di cuenta que lo único que quiero de esta vida es vivirla contigo, quiero un presente y un futuro contigo, y que cuando se conviertan en pasado, sean los mejores recuerdos que tenga a tu lado.
“Letras a mi Sol.”
Diana García.
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Entrevista de Cancha
Pachuca de Soto, Hidalgo; a 19 de Mayo del 2017.
Alan Pablo Neria Tannos
A lo largo de los años, la comunicación ha evolucionado de forma tanto positiva como negativa, la humanidad ha buscado nuevas formas de expresarse, de buscar alternativas para poder transmitir un determinado mensaje hacia un grupo social.
Desde la creación de la imprenta hasta la implementación de las nuevas tecnologías, la sociedad humana ha cambiado radicalmente. Sus comportamientos y su forma de ver al nuevo mundo, ello debido a que se han creado diferentes maneras de poder entender e influir en la mentalidad del ser humano, una de esas formas de persuadirlo es el periodismo, aquel que hoy llamamos medios masivos, ha transformado desde un simple periódico hasta un tweet, como lo conocemos hoy en día, la instantaneidad ha transformado a la sociedad.
Es por eso que en el ámbito personal, el periodismo, pero en especial el periodismo deportivo ha sido tomado como principal objetivo para tener como carrera, por estar inmerso en la prensa deportiva, aquella que narra y transmite los sucesos más importantes del deporte.
Es así como decidí entrevistar a un personaje el cual tuve el honor de conocer como maestro de la Universidad La Salle Pachuca, y que al ver su carrera periodística siempre me llamó la atención entrevistarlo sobre sus inicios y su opinión sobre la carrera deseada.
Carlos Miguel Bautista Acosta:
-Egresado en La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
-Master Coach en la Escuela Nacional de Locución.
-Ex Corresponsal de Noticieros Televisa en Hidalgo.
-Corresponsal de noticias de Grupo Imagen.
-Locutor en cabina de 98.1 Radio Estatal.
-Locutor Publicitario y voz de Coca-Cola, IFETEL, Nestlé, CONAGUA, etc.
-7 años cubriendo al Club Pachuca como reportero.
1. ¿Cómo puedes definir el periodismo hoy en día?
CB- Sigue siendo un oficio muy maleado, menospreciado, mal pagado y peligroso, ya que las personas que se dedican a él, en realidad les apasiona, les gusta y tienen una cierta preparación, ya que no cualquiera debe dedicarse al periodismo, pero hoy en día se encuentra muy lastimado y manoseado. En México el periodismo se encuentra muy abajo.
2. ¿Cuál es tu opinión del periodismo deportivo actual?
CB- Yo creo que no es muy distinto al panorama genera, lo que pasa en este periodismo es que ya no vas más allá, por la comodidad de los atletas o deportistas, cuando tu entrevistas, por ejemplo, a un futbolista, te dicen lo mismo, ya sabes lo que te van a decir el típico: “vamos a seguir trabajando” o “No se dio pero vamos a seguir echándole ganas”, ya se encuentra muy viciado este ámbito, son pocos los atletas que respetan la labor del periodista deportivo, ya que parece que andas de pedinche o mendigando material o alguna exclusiva, la mayoría de los atletas se encuentran muy sobrevalorados. Se encuentra muy lastimado el periodismo deportivo.
3. ¿Qué es lo que hace a un periodista un líder de opinión?
CB- En mi opinión el periodista y líder son totalmente diferente. Hoy en día la cuestión mediática ayuda a esos “líderes de opinión”, si tienes un medio de comunicación donde te expones masivamente, digas lo que digas, mientras tengan difusión masiva puede que te conviertas en un líder de opinión, podemos ver a los youtubers que hacen programas se convierten en líderes de opinión. La primera característica que debe tener un líder de opinión es ser objetiva, y es lo más complicado de obtener. Hoy en día los líderes se deben de nutrir un poco más de la noticia, no caer en la mafia y en el círculo vicioso de no ser objetivo, crear una credibilidad.
4. ¿Tú crees que las redes sociales han mal informado a la gente sobre el verdadero significado de un líder de opinión?
CB- No creo que las redes sociales sean el problema, más bien la gente es el problema. Yo te comentaba de los youtuber, por ejemplo, Werevertumorro, son chistosos y por eso se hacen líderes de opinión, la gente espera que es lo que dirá tal Youtuber de una noticia de impacto, nosotros como espectadores y consumidores podemos hacer o deshacer a los líderes, es una cuestión más compleja, yo viví periodistas que decidían qué es lo que podía y no salir en la televisión, y uno como espectador vive noticias de “importancia”, por ejemplo, si el Chicharito se besó con tal persona en lugar de ver lo futbolístico. Hay personas que deciden que noticias debe salir, tanto en el deporte como en lo general.
5. ¿Consideras un país libre de expresión?
CB- Esa es una buena pregunta ya que considero que si tiene libre expresión pero no en todos lados, no en todos los medios, no puedes expresar lo que uno piensa, el internet tiene esa ventaja, por eso mucha gente prefiere eso en lugar de la TV o radio, te puedes expresar y decir lo que piensas, en México la expresión es relativa.
6. ¿Tú crees que el internet ha creado esa barrera de libre expresión o crees que se debe más a la TV o Radio?
CB- Yo creo que cuando se creó el internet, eso de subir videos, quien pudiera y quien quisiera, y decir lo que quisiera, yo creo que ahí se abrió una brecha muy importante para la libre expresión, hace poco como medio no podías hablar del presidente, no podías hablar mal del gobierno, no podías hablar mal de muchas cosas. Cuando salió internet hubo un cambio significativo, si hay una gran diferencia entre lo que puedes decir en tv a internet.
7. Para ti, ¿cuál es el papel del periodismo en la sociedad actual?
CB- En general, no por nada le llaman el Cuarto Poder, no por algo al gobierno o a las empresas les interesa mucho lo que se dicen en los medios. Yo sigo creyendo que es el Cuarto Poder, ya que el periodismo tiene tanto poder, que puede llegar a cambiar maneras de ver la vida o de formar a una sociedad. Actualmente, el periodismo tiene un poder muy importante para influir en la política, tan es importante que el gobierno paga para que hablen bien de ellos, de ese tamaño es el poder en México.
8. En torno al Periodismo Deportivo, ¿tú crees que ha revolucionado la forma de ver el deporte?
CB- Definitivamente, para bien y para mal, a mí me tocó las 2 partes. Como estudiante y ahora con el internet es distinto, la información te llega rápidamente, nuevas tendencias deportivas, la ropa, cosas que nunca pensamos, por ejemplo, en comprar unos tenis de 3,000 pesos los cuales usa tal jugador, así de bueno puede ser el periodismo para transmitir un mensaje o para ver a esos deportistas como dioses o seres intocables, se puede levantar a un deportista o destrozarlo, es importante el periodismo deportivo para bien y para mal. Yo apoyaba a los Tuzos hasta que empecé a cubrir a los Tuzos en la Unifut, te das cuenta de toda la mafia y como se maneja, tomamos a los jugadores como seres únicos. Hemos visto jugadores muy buenos que los medios se han encargado de destrozar.
9. ¿Crees que el periodismo está sobre o infra valorado?
CB- Híjole, yo creo que se encuentra infravalorado, en mi experiencia veía como buenos periodistas o chavos que buscaban aprender, que amaban este ámbito, que solamente te tratan como alguien normal, no valoran tu trabajo, me tocó esperar en zona mixta hasta 5 horas a jugadores, solamente por obtener una nota, muchas veces te desesperabas y te frustrabas de esperar por nada, te esperabas de todo y por eso se encuentra despreciada esta ocupación, hay veces que pidiendo acreditaciones es un martirio, haciendo tu trabajo te preguntas, ¿qué necesidad de hacer esto?.
10. ¿Cómo fue tu primer contacto con el periodismo deportivo?
CB- El primer contacto fue cubriendo a los Tuzos, los cubrí por 7 años, me preguntaron: “¿te gusta el futbol?”, Y yo feliz contesté que sí, entonces me dijeron: “Entonces te toca ir a cubrir tal evento deportivo” pero lo que no me había dado cuenta es que nadie se animaba de cubrir al equipo, ya llegando ahí, te encuentras con malos tratos pero no me importaba ya que iba a ver a mis ídolos, literalmente me dijeron: “ponte ahí y estira la mano y no te preocupes”, me tocó el “chacaleo” el cual es cuando toda la prensa se junta sobre cierto deportista para entrevistas, yo solo me paraba ahí, ese fue mi primer acercamiento, mi primer entrevista fue a Enrique Meza, ha habido entrevistas significativas para mí, por ejemplo: Hugo Sánchez, yo me asombraba de entrevistarlo. Tengo fotos de pocos momentos, el primero acercamiento fue agradable pero el convivir con los jugadores, ir cada 3er día, llega un momento en que de pensar: “Wow iré gratis al estadio”, cambias tu visión a: “Necesito un domingo de libertad”.
11. ¿Cuál consideras que sea el principal obstáculo de los nuevos periodistas deportivos?
CB- El principal obstáculo son los periodistas de experiencia, mezclado con la falta de información, el conformarse con lo que sabes, los viejos periodistas no se quieren quitar, a veces se necesita gente fresca, súmale que un chavo quiere ganarse un lugar también influye la actitud. El que sepas mucho de futbol no significa que puedas ser un buen periodista deportivo. Hay que saber de todo para ser un buen periodista pero imagínate alguien joven, puede hacerle competencia a cualquiera.
12. ¿Cómo defines a un buen periodista deportivo?
CB- Un buen periodista deportivo es aquel que es perseverante, un guerrero en pocas palabras, por todo lo que se tiene qué hacer para sacar la nota o una entrevista, aguantando muchas cosas como malos tratos, para que tú como espectador veas la información, la gente no sabe todo el trabajo que hay detrás. Buscar durante días la información, saber manejarla es lo que hace un buen periodista, sumando la objetividad, si tu apoyas a un equipo no debes caer en el fanatismo, me pasó con muchos amigos periodistas fanáticos del Cruz Azul, deben escribir cómo es, no solamente tiene que escribir tirando criticas fuertes, también debes ser objetivo como periodista, para tirar mala leche hay que ser objetivos.
13. En tu experiencia en Pachuca, ¿qué ha sido lo peor que has encontrado como entrevistador?
CB- La peor experiencia fue el sentirse de los jugadores unas divas, las mujeres te dan una entrevista completa, por ejemplo, Paola Espinoza, alguien muy atenta para darte buenas entrevistas, trata bien a los medios, lo más difícil es encontrarte a gente prepotente, nefasta. Ciertas veces te decían que los esperaras a que terminaran de bañarse y se tardaban horas, lo hacían a propósito y tú tenías que esperar para obtener una nota. Los medios han inflado a los jugadores. Es lo peor, te preguntas, ¿dónde queda tu dignidad como periodista? Sienten que te están haciendo un favor.
14. Finalmente, ¿algún consejo para los jóvenes que buscan esa carrera?
CB- Una vez le comenté a mis alumnos, hay que saber buscar, hacerse de muchas relaciones, puedes empezar hoy en día con una cuenta de Twitter, Facebook, y para poder obtener los accesos, haciéndote de relaciones públicas, la capacidad de relacionarte. Poco a poco ir entrando en los medios, ver que deporte quieres cubrir, ser consiente que no solamente el fútbol es todo el deporte, ir solicitando acreditaciones. Relacionarte con el gremio y ver como se mueve te ayudará si quieres entrarle.
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Marta tiene un marcapasos
En caso de no haber cambiado el título de la entrada lo hice porque fue lo primero que se me ocurrió y se me hizo padre, como que es de esos títulos medio hipsters que utilizaría algún ex-colega de la U para alguno de sus poemas o relatos cortos, digo ex-colega porque actualmente lo más cercano que tengo a un colega es mi editor, aunque dudo si puedo llamarlo colega considerando que su labor y aspiración siempre ha sido la de ser lector activo.
Lo que en realidad quiero expresar no puede salir de mi a través de la escritura, de forma oral, con emojis o lenguaje corporal pero puede salir a través de un seudonimo, de un alter ego, de ese yo interno que a veces en mis momentos de crisis pienso es quien debería ser el real y yo lo imaginario, ese ser ideal, mi verdadero amor platonico, mi mejor amigo, mi todo: mi voz narrativa.
El problema es que no puedo seguir dependiendo de esta figura masculina que he creado en mi desesperación de no encontrar a ese platonico, ese amor que en el fondo desearía poder experimentar en lo real, saber lo que se siente amar el alma de una persona, sus pensamientos, ideales y aspiraciones, amar a alguien más allá de lo físico y de la física. Más allá del concepto convencional del amor, dejar corto al romance, aplastarlo, minimizarlo, encontrar a alguien que vea lo sobrevalorado que esta el amor romantico y lo infravalordo que esta el amor platonico. Como sea, me he desviado.
Las palabras no pueden salir por mi mismo, debo recurrir a esta máscara, este seudonimo, y no sé que es lo que me frena o me hace seguir siendo tan co-dependiente de mi ideal masculino, porque todos saben que quien en realidad escribe todo esto soy yo, no él, todos saben que él no es más que un presta nombres, una cara bonita que posa para salir en la contra portada de mis libros. No veo porque sigo inmerso en la necesidad de ocultar mi rostro, ¿verguenza?, ¿de qué?, ¿temor?, ¿tímidez?, no, creo que todo se reduce a la costumbre. Si, sólo es un mal hábito, algunos llegan tarde, otros fuman, yo tengo la maña de escribir utilizando el nombre que me inventé.
Esta noche trato de ser yo, de no usar nombres falsos, de dirigirme a quienes quiero dirigirme con la voz que ahogo la mayor parte del tiempo. “Escribo lo que no me atrevo a decir en voz alta” mi slogan, real pero no deja de ser algo fastidioso que quiero terminar, aunque por otro lado si rompo con eso...me quedaré sin slogan...
Quiero que lean esto con mi voz y si no la han escuchado que me asignen una que concuerde con mi foto de perfil, pero cada que trato de sacarlo, cada que me paro frente al podium hipotetico, cada que veo a los ojos a alguno de mis lectores, solo abro la boca pero no sale nada. Tomó el papel, escribo mi nombre en la parte de arriba, en blanco, la hoja permanece en blanco.
Debería rendirme, el seudonimo es como un marcapasos que ajusta y dirige el ritmo de mis emociones, que me permite expresar lo que necesito expresar, arrancármelo me mataría.
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El tamaño sí importa - la película y mi opinión
Ayer decidimos mi esposa y yo, salir a distraernos un rato, la primer idea que se nos ocurrió fue ir al cine; durante todos los años de noviazgo y hasta antes de que nacieran nuestros primero hijos, íbamos todos los fines de semana al cine, algunas veces también entre semana; siempre hemos sido cinefilos, pero una vez que eres padre, cuando tienes tiempo libre, la mayor parte de las veces prefieres quedarte en casa a descansar o bien, ver una peli en la cama. Cuál fue la película que nos tocó ver? El tamaño sí importa, sus protagonistas, el "actorazo" Vadhir Derbez y Ximena Ayala. Primero, para ver esta película tienes que entrar a la sala con la guardia muy baja y la mente preparada para ver algo de muy poca calidad. Sí, puse anteriormente 'nos tocó', porque por horario y cercanía del cine era la única disponible. Por cierto, por qué son tan malos los proyectores de Cinemex? Por qué le quitan tanto brillo a las proyecciones?, pero bueno. Qué pedo (me había prometido no decir groserías, imposible) con Vadhir Derbez? El tipo es muy mal actor y creo que me estoy viendo generoso, en escenas donde tenía que reír a carcajadas no lo supo hacer, no sabe actuar una carcajada, sonaban tan fingidas, más falsas que las calificaciones de nuestro presidente; y eso solo las carcajadas, ya que toda la película es una cátedra de cómo NO se debe actuar, no tiene carisma, parece una copia mal lograda de su padre y parece (lo más seguro es que sea cierto) que le dan los papeles solo por su apellido, vamos, creo que no ha tomado ni un curso de fin de semana de actuación, pero, y su papá no le ha dicho nada? Si no lo ha hecho, que poca madre, no puedes ver con ojos de amor todo lo que hagan tus hijos, porque sí, Eugenio le ha chambeado, el tipo empezó desde abajo y es claro que le aprendió varios trucos a su señora madre (que Dios tenga en su santa gloria). Y no bueno, no bueeeeno, el hijo ahora quiere hasta cantar? Señor por favor ya llévame... señor Trump, súbale 50 pinches metros más al muro! Y es que si bien, la película no ameritaba las grandes actuaciones, hay que saberle aunque sea un poquito. Todo el tiempo se nota la mala actuación y es que me da la impresión que ahora los directores de películas mexicanas justifican las malas actuaciones haciéndonos creer que hubo improvisaciones, pero no nos quieran ver la cara de babosos, una cosa es improvisación y otra cosa es una pésima actuación en todo momento. Paso ahora con Ximena, ella no lo hace tan mal, se ve que es mejor actriz que su compañero y por mucho; los demás actores súper equis, ya les había dicho que la película no ameritaba las súper actuaciones? Todos muy en su papel de participar en un churrote de película, Mara Escalante de veracruzana exagerada, Jesus Ochoa, creo que uno de los actores más sobrevalorados de nuestro tiempo, hizo lo que tenía que hacer. Estuve a punto de salirme a 10 minutos de la película, ir directo con el gerente, pedirle mi reembolso, hacerlo que me pida perdón por tener en la cartelera tal cosa y de paso decirle lo pésimos que son sus proyectores, pero no, no me gusta hacer escenitas y preferí quedarme a ver esta cosa para poder inspirarme a escribir esto. Así que, por favor, no la vean, nosotros cometimos el error y no lo volveremos a hacer, bueno igual y sí pero solo con la intención de que me de material para mi próximo escrito.
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