#*abrazo de regreso*
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En el vasto lienzo del cosmos, somos chispas efímeras, centelleos de vida en un rincón insignificante. Nuestro tiempo aquí es breve, una melodía fugaz en la sinfonía cósmica. ¿Por qué no saborear cada nota, cada acorde? Las estrellas, esas antiguas luminarias, nos observan desde su lejanía. Han visto imperios nacer y desvanecerse, han presenciado tragedias y triunfos. Pero nosotros, los mortales, apenas rozamos la eternidad. ¿Qué haremos con nuestra efímera existencia? Caminamos sobre la piel de un planeta que gira sin cesar. El viento acaricia nuestras mejillas, y el sol nos calienta como un abrazo maternal. ¿Por qué no danzar con la brisa, abrazar la luz, sentir la tierra bajo nuestros pies? Cada paso es un regalo, cada respiración un milagro. Las personas que cruzan nuestro camino son como constelaciones temporales. Algunas se quedan por un instante, otras por una vida entera. ¿Por qué no aprender de ellas, amarlas, perdonarlas? En sus ojos encontramos reflejos de nosotros mismos, fragmentos de un mismo misterio. Los sueños, esos hilos de plata que tejemos en la noche, son nuestra conexión con lo divino. ¿Por qué no perseguirlos con pasión? ¿Por qué no crear, explorar, imaginar? En cada sueño, en cada anhelo, hay un atisbo de eternidad. La risa, esa música del alma, nos une como hermanos y hermanas. ¿Por qué no compartirla, contagiarla? En el eco de nuestras carcajadas, en la camaradería de un abrazo, encontramos la esencia misma de la vida. Y cuando llegue el crepúsculo final, cuando nuestras estrellas se apaguen, ¿qué recordaremos? No serán los títulos ni las posesiones. Serán los momentos de amor, de risa, de asombro. Será la sensación de haber vivido plenamente, de haber saboreado cada segundo de nuestro breve paso por este universo. Así que, no temas a la noche. Abraza la aurora, celebra el día. Disfruta tu breve paso por este universo como un peregrino agradecido. Y cuando las estrellas nos llamen de regreso al polvo, que nuestra luz siga brillando en los corazones de quienes amamos.
#escritos#reflexiones#universo#cosmos#poesia#letras#literatura#arte#arte contemporaneo#quetzal noah#cortazar#bukowski#benedetti#borges
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HASTA EL AMANECER
Enzo Vogrincic x Reader
Enzo Vogrincic regresa a casa antes de lo esperado por un cambio de vuelo, convirtiendo los sentimientos de un día cansador en un momento para reconectar.
Eran pasadas las dos de la madrugada, la oscuridad envolvía la habitación del apartamento, nada excepto la luz esquinera al borde del sofá y las luces de la televisión. La película her se reproducía en la pantalla frente a mí aunque mis párpados pesaban como el silencio que me inundaba, las gatas estaban durmiendo en mi cama así que los únicos ruidos eran los de la voz de Joaquin Phoenix y los huesos de mi espalda cada vez que cambiaba de posición.
El largo día había dejado mi cuerpo exhausto, no obstante, mi mente seguía revoloteando como un pájaro inquieto, negándose a ceder ante el cansancio. Mis ojos se cerraban intermitentemente, luchando contra la tentación de dejarse llevar por el sueño. En un momento, el sonido de la película se desvaneció en el fondo, transformándose en un susurro indistinguible y caí en un sueño profundo sin más lucha.
Me despertó a las cuatro de la mañana, el inesperado tintineo de las llaves en la puerta principal, que resonó en la sala de estar, rompiendo el silencio de la noche. Me extrañé por la situación –¿Enzo? ¿A esta hora?– con un esfuerzo titánico, luché contra la somnolencia y me senté en el sofá, todavía parpadeando con un ojo cerrado. Mis sentidos se agudizaron mientras pausaba la película, que ya estaba mucho más cerca de su final de lo que recordaba haberla comenzado.
Escuché la puerta al abrirse y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Aunque mi mente estaba en cualquier lado –debido al sueño– la emoción de verlo de nuevo se filtraba entre toda esa fatiga. Seguí bostezando mientras esperaba en el sofá, con la mirada entrecerrada enfocada en la entrada. Mis sentidos estaban alerta, captando cada sonido, cada movimiento. Entonces, lo vi. Enzo entró en la habitación con total cautela, siquiera arrastró su valija, sino que la cargaba cuidando sus pisadas. Su figura apenas iluminada por la luz que llegaba del pasillo trajo una gran calidez a mi alma. Él estaba bellísimo, abrigado con su campera rompevientos de LOEWE –desde que modeló para ellos ya perdí la cuenta de cuántas prendas de esa marca hay en el armario– y con un jean básico que estoy casi seguro es de JACK & JONES fue de los regalos de su hermano menor por su último cumpleaños, el corte del pantalón es relajado y eso le queda tan pero tan bien.
Con un bostezo final, me levanté para recibirlo, dejando atrás el sofá y la película inconclusa. La fatiga se desvaneció momentáneamente, reemplazada por el calor reconfortante de un beso de regreso y un fuerte abrazo.
Yo quería hablar primero pero me distraje entre sus labios.
—¿Qué hacés a esta hora? pensé que ibas a estar durmiendo, quería que fuera una sorpresa el estar de vuelta. —Me dijo mientras hacía muecas como si lo que acababa de hacer fuera algo inimaginable.
—No entiendo, en la última videollamada que hicimos me dijiste que no llegabas hasta la mañana.
Dejó la mochila y las valijas y comenzó a explicarme mientras se desabrochaba la campera dejándola así en el perchero.
—Sí, bueno, copsas pasaron —Se reía— Mira, es así, mi vuelo original tenía una escala larga pero resulta que hubo problemas técnicos con el avión, así que nos desviaron a otra ciudad para hacer una escala no programada y de suerte nomás es que pude conseguir un vuelo de conexión más rápido y lo tomé para poder llegar a casa antes.
Mi ceño se frunció ligeramente mientras procesaba la información –mucho que procesar para alguien que recién despierta además la gesticulación de sus manos me distraía– Banca ¿problemas técnicos? ¿pasó algo durante el vuelo? —Dije angustiado.
—No, no te preocupes —Me agarró de la mano mientras movía la otra para explicar— Fue más un tema logístico que otra cosa. Todo estuvo bien, solo un poco de retraso y un cambio de ruta inesperado. Pero ya estoy acá sano y salvo así que quédate tranqui.
Me acurruqué un poco más cerca de él.
—Me alegra mucho que estés bien. Aunque hubiera preferido que llegaras según lo planeado así te esperaba con alguna sorpresita o algo, pero bueno, estoy feliz de tenerte de vuelta.
Enzo me sonrió y pasó un brazo alrededor de mis hombros, dejando un beso suave en mi frente.
—Tenía unas ganas de verte que no te haces idea —Me dijo mientras vi que su mirada pasaba de estar en mis ojos a estar centrada en la tele— Uy amor, ¿otra vez con esta película? ¿me tendría que preocupar de que me vayas a reemplazar por inteligencia artificial ahora? —Soltó una carcajada mientras jugaba con el control de la televisión.
—No seas boludo. Primero, es un peliculón y lo sabes, si hasta te encantó el soundtrack tanto como a mí. Segundo, no hay robot que me convenza de hacerte a un lado —Le dije al mismo tiempo que le sacaba el control de las manos y le volvía a poner play a la película.
—¿La vas a seguir viendo? ¿No tenés sueño? —Dijo mientras jugaba con mis pelos.
—¿Vos no tenés sueño? Sos vos el que vino de un viaje largo, no yo —Le retruqué.
—Todavía ando con jet lag, de hecho incluso podría decir que estoy estresado, ya sabés que no he parado en toda esta semana,pero ahora quiero estar contigo —Pausó como reflexivo— y ya sé que prácticamente no te dejé en paz con tanto mensaje y llamada pero es que, en serio, no es lo mismo hacer cosas sin que vos estés ahí.
Con una sonrisa traviesa, empujé suavemente a Enzo hacia atrás para que se recostara por completo en nuestro sofá verde. Sus labios otra vez con los míos donde cada beso daba lugar al siguiente. El roce de nuestras prendas se convirtió en un juego tentador, su solo tacto enviaba una corriente eléctrica a través de mi cuerpo, ahora completamente despierto y atento.
—Extrañaba la sensación de tu piel —Susurré entre besos— dejando un rastro de besos en su cuello y hombros.
Él se limitó a soltar pequeñas exhalaciones y gruñidos cortados, más no emitió palabra.
Haciendo un movimiento sutil, me deslicé hacia adelante para sentir la presión de su entrepierna contra mi vientre. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo y creo que también el suyo porque me apretó contra sí. Sin embargo, noté que Enzo desvió su mirada hacia el techo, como buscando una excusa para escapar de la intensidad del momento.
Sus labios se movieron como si estuviera a punto de decir algo, pero ningún sonido salió de ellos. Un gesto de confusión cruzó mi rostro mientras seguía su mirada, intentando comprender lo que estaba pasando.
Entonces, su expresión cambió abruptamente cuando forzó su mirada en la mía, sosteniéndome los cabellos con firmeza. La intensidad en sus ojos me dejó sin aliento, y su voz resonó en la habitación con un tono tenso.
—Esto ya empieza a molestar —murmuró señalando el cinturón que llevaba puesto— Observé cómo movía su mano derecha lentamente por el cuero buscando la hebilla lentamente con sus dedos, liberándose para permitirse más movilidad.
Una sonrisa traviesa bailó en mis labios.
—Vamos a terminar de sacarte ese estrés que tenés, ¿te parece? —murmuré manteniendo mi mirada— Él asintió con una expresión de anticipación y supe que estábamos en la misma sintonía.
Su respiración cambiaba de ritmo con cada cambio de presión, y supe que estaba extasiado por el placer que le estaba brindando. Aunque él aún sostenía mis cabellos, no era para nada bruto, su mano estaba entrelazada de una manera delicada y cariñosa, dedicado a seguir mis movimientos con reverencia.
Agradecimos el inesperado cambio de escalas de avión que había permitido que Enzo llegara antes y que había permitido este momento, necesario para los dos.
Una oportunidad para reconectar después de estar separados, hasta el amanecer.
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Te extraño:
En la oscuridad de la noche, te busco en mis sueños,
extrañando tus besos, como ríos serenos.
En la brisa del viento, escucho tu susurro,
anhelando tu calor, en este frío suplicio oscuro.
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En cada melodía, resuena tu risa alegre,
extrañando tus abrazos, que en mi alma se celebre.
En los días soleados, busco tu sombra amada,
recordando momentos, en los que juntos nos bañaba.
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En las horas de silencio, tu eco me acompaña,
extrañando tus palabras, que en mi alma se baña.
En cada paso que doy, siento tu ausencia profunda,
esperando el día en que vuelvas a mi vida fecunda.
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Extraño tu presencia como el sol extraña la lluvia,
anhelando tu regreso, en esta espera que diluvia.
En la sinfonía del tiempo, tu melodía me llama,
extrañando tu esencia, que en mi ser se derrama.
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En cada latido de mi corazón, resuena tu nombre,
extrañando tu calor, que en mi ser se desplome.
En la vasta inmensidad del universo, te siento cerca,
anhelando el reencuentro, en esta espera que despierta.
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Extraño cada parte de ti, en esta lejanía sin fin,
anhelando el día en que vuelvas, mi único confín.
En cada suspiro, en cada latido, te llevo conmigo,
extrañándote profundamente, en este mar vertiginoso abrigo.
Seguen Oríah.
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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 4 ❃
» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a ansiedad (Han). Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.720.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 5
El resto de días antes del regreso de los miembros fueron como la seda a partir de esa noche. Las veces que Hyunjin salía de la habitación se las pasaba en la de Lis siempre que esta estuviera trabajando. Si no, ambos se quedaban hasta la madrugada hablando en el sofá o simplemente viendo la televisión sin necesidad de compartir nada.
Hyunjin no lo admitiría tan pronto, pero lo cierto es que estar en aquella habitación con su nueva mánager le producía tranquilidad, como si fuera un refugio a todos sus problemas. Así lo había decidido su lobo, quien estaba incluso más intrigado por la muchacha un año mayor que él. Como siempre, seguiría sus instintos hasta el final. Al fin y al cabo...
Habían encajado demasiado bien.
Era como si se conocieran de mucho antes, algo parecido a lo que había sentido Lis el primer día de hablar con Felix, o al volver a ver a Seungmin. Y le resultaba... Extraña la familiaridad. Hyunjin incluso se había tomado la confianza de aproximarse a ella y depositar la cabeza en el hueco de su hombro cuando cocinaba algo, o de estirar las piernas encima de los muslos de ésta si estaban en el sofá.
No es que le molestara, al contrario. Si de esta forma estaba más tranquilo... Ella también lo estaba. Fue el día anterior a que los chicos cogieran el vuelo a Corea que conoció a Han.
Con Hyunjin estirado en su cama detrás jugando a un ruidoso juego de móvil, escuchó a alguien golpear con los nudillos la puerta de la habitación. El bailarín y Lis se miraron, confusos. Era imposible que hubieran llegado ya, ¿no?
— Adelante. —dijo la chica, insegura.
La puerta se abrió lentamente, y de ella emergió una cabeza castaña llena de rizos que le oscurecían la vista. Llevaba una sudadera verde y unos pantalones negros de pijama. Con la actitud tímida con la que entró, parecía incluso más pequeño de lo que realmente era.
— Disculpad las molestias. —musitó. Sus ojos redondos estaban un poco apagados y profundas ojeras violáceas se los enmarcaban—. Soy Han, Han Jisung. Hyunjin me ha hablado muy bien de ti y quería presentarme como es debido una vez estuviera recuperado.
— Oh. —Lis se levantó e hizo una pequeña reverencia—. Lis. Encantada de conocerte.
Jisung asintió con una sonrisa en el rostro, aún sin mirarla del todo.
— Ah... Hyunjin. —se dirigió a él—. Tengo como veinte camisas oversize. ¿Adónde han ido a parar?
— Cinco me las he puesto yo estos días. —contestó desde su privilegiado sitio en la cama—. Tres de ellas han acabado echas trizas y el resto están por lavar. ¿No tienes más?
Han negó.
— ¿Necesitas camisetas holgadas? —quiso saber ella, incorporándose de nuevo.
— Sí. La mayoría de miembros se han llevado la ropa a Japón y... Aún no he hecho la mudanza total a esta nueva casa. Las cajas con mi ropa siguen en el anterior piso.
— Espera.
Lis fue hacia su armario y Han la siguió, alarmado.
— N-No, ¡no! Está bien, tengo la sudadera, puedo aguantar hasta que se laven las camisetas...
— No seas ridículo. No me cuesta nada. —abrió los cajones, con especial cuidado de no mostrar el que escondía los supresores. Tenía cientos de camisas grandes, suficientes como para vivir de ellas un mes entero, por ponerlo de alguna manera. Al fin encontró la que buscaba: Una de color cerezo con una frase motivacional que decía: "¡Abrazos gratis! Es broma, no me toques."—. Aquí está. Es mi camiseta favorita así que cuídala bien, ¿vale?
Al leerla, Han soltó una carcajada, iluminando de forma inmediata el rostro de Hyunjin. Hacía mucho que no oía la risa de su amigo, y el cariño que empezaba a sentir por la nueva mánager increment�� con ese sencillo gesto.
— Con permiso. —dijo Jisung, quitándose la sudadera y revelando la piel desnuda.
Lis tardó unos largos segundos en desviar la vista, y cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Había visto los rasguños y moretones en el delgado torso del chico, signo de lo que había ocurrido durante el celo. Estaba convencida de que no le había importado que Hyunjin lo arañara mientras hacía con su cuerpo lo que se esperaba que hiciera, cómo habría gritado de placer bajo las uñas que le acariciaban los costados... Cómo ella misma habría gritado de haber estado en su lugar.
Bajó la cabeza y tragó saliva. Dios, sentía la boca seca y un doloroso fuego crepitando en su entrepierna. Al bailarín no le pasaron desapercibidas las mejillas sonrosadas y la expresión de deseo. Contuvo una medio sonrisa.
— Acabas de perder para siempre tu "camiseta favorita". Ahora le pertenece. —comentó. Lis sonrió.
— Mientras me la cuide...
La camiseta le quedaba grande, como era de esperar, y la reacción satisfecha del quokka era más que compensación. Sin embargo, en cuanto olió el tejido puso mala cara.
— ¿Qué ocurre? —farfulló Lis, nerviosa—. ¿Huele mal?
— No, es que no huele más que a suavizante de ropa. Hay un leve deje de tu olor, pero... me falta algo más. Supongo que es típico de humanos. No he dicho nada. Ah, una cosa... —le acunó las manos entre las suyas en un apretón amistoso—. Gracias por la comida de estos días. Estaba todo delicioso.
Lis se sonrojó. Era demasiado precioso, por dentro y por fuera. Lo único que se le ocurrió hacer fue ponerle una de las manos en la cabeza y despeinarlo.
— No hay de qué. Has debido de pasarlo muy mal, ¿no?
— Un... poco.
— Me hago una idea. Tómate todo el tiempo que necesites para recuperarte, sin prisa. Yo me encargo del papeleo y demás.
Han tenía ganas de llorar. Echaba de menos a Jung Han por lo buen mánager que había sido, pero jamás lo habían incluido en ninguna actividad íntima de la manada, ni le hubiera contado todo lo que les pasaba por la cabeza a nivel personal.
Quizá fueran sus ojos claros y directos, o puede que la forma en que le hablaba lo que le estaba diciendo a gritos que podía fiarse de ella para lo que fuera. Había sido un clic automático en el rompecabezas de su vida.
Así era la intensidad y la rapidez con la que podía sentir un híbrido de lobo.
Un suave ronroneo le emergió del pecho. Cerró los ojos, dejándose llevar por la caricia. Luego, inclinó la cabeza y se apoyó en el hueco del hombro de la muchacha. Su olor a melocotón y naranja le invadió las fosas, y tuvo que contenerse para no dejarse llevar y exponer su naturaleza.
— ¿Podría...? ¿Podría quedarme aquí un rato? Me gustaría tener compañía. —pidió en un susurro.
Lis dejó escapar una pequeña risita.
— Como si estuvieras en tu habitación. —lo llevó al lado de Hyunjin, y este lo abrazó tiernamente, haciendo que descansara sobre su pecho.
El bailarín la miró un segundo.
— ¿Quieres unirte? —señaló el espacio en la gran cama al otro lado. Lis sacudió la cabeza.
— No, tranquilo. Aún tengo que terminar algunas cosas. —se volvió a sentar en la silla, y tras echarles un rápido vistazo y ver que no había ningún tipo de ansiedad en el ambiente, se dedicó a lo suyo como mánager.
Si tenía que llamar a Jung Han, lo había hecho fuera de allí, en el pasillo. Al cabo de las horas, el móvil de Hyunjin había resbalado hasta el suelo, evidenciando que ambos chicos se habían quedado dormidos. Ya bien entrada la tarde, Lis apagó el ordenador y buscó una manta con la que taparlos.
Iba a hacer cena para que, cuando salieran de esa larga siesta, pudieran llenarse el estómago como es debido.
— ¡YA ESTAMOS AQUÍ! —gritó Changbin desde la puerta. Felix y I.N se taparon las orejas, molestos, mientras que una risa escapó de la boca de Chan. Lee Know y Seungmin lo ignoraron, empujando las maletas hacia el interior de la vivienda. Ellos dos y el líder del grupo fueron los primeros que vieron lo que se cocía delante de la televisión.
— Una semana. —gruñó Minho—. ¿Una semana sin nosotros habéis tardado en acostumbraros a ella? ¿En serio?
A cada lado de Lis y bien espachurrados estaban Hyunjin y Han. En el centro, un gran bol de palomitas saladas y dulces completaba el encuadre. Jisung miró a Minho hinchando los mofletes y los señaló acusatoriamente.
— ¡Al menos nos trata mejor que muchos de vosotros!
— ¿Hay palomitas? ¡Yo quiero! —Felix saltó a la falda de Hyunjin y este aprovechó para rodearle la cintura y depositarle un suave beso en el cuello.
— Bienvenido de vuelta. —le murmuró al oído, arrancándole un escalofrío.
Chan se apoyó en el respaldo del sofá, alargando un brazo para conseguir atrapar una palomita salada, al tiempo que Han jugaba a acertar tirarle una en la boca a Changbin, fallando varias veces. Minho, por supuesto, se quejaba de lo mucho que iba a tener que barrer después, y amenazó con meterlos en la freidora.
Todos parecían estar pasándoselo bien. Todos, excepto I.N y Seungmin. Si bien la sonrisa del maknae parecía tranquila y jovial, el aura que desprendía decía otra cosa.
No podían aceptar a una humana en la manada. Era antinatural. Los humanos eran una especie reducida, casi en peligro de extinción. El hecho de que alguien de una "especie" diferente se involucrara con ellos llegaba al punto del tabú, y nadie parecía querer darse cuenta.
Seungmin lo notó, pero no dijo nada. Sabía lo que estaba pensando porque sería lo mismo que pensaría él de no conocer la verdad. Pese a ello, dudaba que la aceptara incluso al revelarse que era una beta. Por supuesto, sus labios estaban sellados. Respetar las decisiones de su amiga era su máxima prioridad.
Y no quería hacerla pasar por la negación de un alfa. A pesar de haber dos más en la manada, solo con que uno de los tres dijera que no, podría provocar que Lis cayera en estado de "subdrop".
No quería presenciarlo más. Había tenido suficiente con la falsa expulsión de Felix y Lee Know y el revuelo que esto había causado. El subdrop les había pegado tan fuerte que el mismísimo Chan estuvo a nada de caer con ellos. Temía que su amiga se hiciera ilusiones para luego acabar con el corazón roto... Más de lo que ya lo tenía.
— Hoy cocino yo. —dijo Minho, serio.
— ¿Eh?
Lis apartó lentamente las manos del cazo que pretendía llenar con agua cuando el bailarín principal entró como una exhalación en la cocina y la miró con cara de pocos amigos. ¿Cómo se había dado cuenta de sus intenciones si hasta hacía no mucho estaba encerrado en su cuarto? Empezaba a pensar que más que un lobo, era un gato con un oído finísimo.
— Que hoy cocino yo. Ya has hecho bastante.
La chica no entendió a lo que se refería y lo tomó como una reprimenda. Se apartó el pelo de la cara y, bajando la cabeza, empezó a juguetear con los anillos de la mano izquierda.
— ¿Tan mal sabe lo que hago? —musitó Lis por lo bajo.
Minho la miró, confundido y negó.
— La comida que haces es estupenda para ser extranjera. No obstante, la cocina es mi espacio, es lo que yo suelo hacer. Y agradezco que me tomaras el relevo y que hayas cuidado de Hannie y de Jinnie, pero ahora es mi turno.
— Tu turno de cuidarlos.
— Mi turno de cuidaros. —puntualizó.
Tres semanas pasaron. Estaba convencida de que Minho tenía mucho que decir contra ella... Todo infundado al parecer. Las mejillas se le colorearon de rosa y sonrió, sintiéndose bien de ser incluida.
— Gracias.
Significaba mucho para ella, aunque fuera extraño y su cuerpo demostrara la incomodidad. Minho se dio cuenta, no necesitaba ni olerla.
— Estás tensa.
— Estoy bien.
— Y un cuerno.
Se miraron. Minho con su usual semblante impasible se cruzó de brazos en silencio. La chica era preciosa, tenía que admitirlo. Algo en su estómago revoloteaba como loco alrededor de la persona que tenía delante. ¿Su estómago o su lobo interior? Más bien el segundo. Cuando más la miraba, más ronroneaba el pecho del híbrido.
Lis se acercó a su rostro con los ojos entrecerrados a modo de desafío y el bailarín resistió la tentación de apartarse, impresionado. Esperaba que no notara el calor que desprendía ni lo rojas que sentía las puntas de las orejas.
Por su parte, Lis frunció el ceño y se cruzó de brazos. Luego suspiró y se relajó.
— Agradezco tu preocupación, Minho. —dijo—. Solo estoy cansada. Haz mucho arroz, ¿vale? Pondré la mesa y llamaré a los chicos en cuanto esté hecho todo.
El chico asintió, concentrándose en su trabajo. Esa chica iba a ser su perdición.
No pasó ni un minuto desde que se sentó en el sofá tras haber puesto los palillos metálicos y los vasos en la mesa que oyó unos pasos y de pronto tenía a un Felix soñoliento estirándosele encima. Era el primer día que tenían libre al completo en meses.
Apoyó la cabeza rubia en el regazo de la muchacha y la miró con ojos grandes e inquisitivos. Dios, podría perderse cada día en esos orbes castaños, en las pequitas que le adornaban las mejillas sonrosadas.
Echó la cabeza hacia atrás tratando de controlar el ritmo de su corazón, pero se entretuvo en acariciarle el pelo distraídamente.
— Eres cálida. —le dijo el chico de pronto, girándose y apretando la cara contra su cuerpo—. Me gustas.
— Felix...
— ¿Qué? Que no seas híbrida ni de la manada no significa que no puedas caerme bien a nivel personal. Los demás chicos piensan lo mismo, pese a que algunos no quieran admitirlo. No es como si fuéramos a cortejarte ni nada por el estilo, ¿no? Podemos quererte, igual que queríamos al mánager Jung Han. Salvo que con él no teníamos ningún tipo de intimidad física.
— ¿Y conmigo sí crees poder tenerla?
El chico se dio cuenta de su metedura de pata, porque la vergüenza le encendió las mejillas.
— No era lo que... No quería decir eso. —balbuceó—. Quiero decir, somos un grupo poliamoroso. Sería cruel e irrespetuoso privar a nadie de nuestra compañía si es recíproco, aunque... Eh... Dios, cada vez la estoy liando más...
Lis suspiró, volviendo a mirarlo. Sería tan sencillo decirle que sí, desinhibirse y dar rienda suelta a sus instintos... Le quit�� un par de cabellos de la frente y le rozó los labios con las yemas de los dedos. Felix se quedó muy quieto con la boca entreabierta y el corazón latiéndole con fuerza contra las costillas. Solo había sido un roce y necesitaba más.
— ¿Sabes? Mi madre era gamma. —soltó antes de poder callarse. ¿A qué venía eso? Lis... ¡Tú tapadera! —. Y-Y mi padre es humano. —mintió—. Mi madre murió durante el parto por complicaciones. Mi padre no me lo llegó a perdonar. No he tenido demasiado afecto en mi infancia.
Felix ladeó la cabeza, confuso.
— ¿Adónde quieres ir a parar...?
— Sé que para ti la intimidad física es muy importante para conocer a la otra persona, y no hablo solo del sexo. Tú necesitas abrazar para sentirte seguro de lo que sienten los demás, y eso es precioso. Es más, estoy segura de que estás intentando impregnarme de tu olor a fin de hacerme sentir como en casa... Pero no puedes. Al menos no ahora. —tragó saliva y siguió—. Si algo he aprendido estando con vosotros es que jamás os sentiréis completos conmigo... Ni aunque fuera híbrida.
El chico se incorporó, quedando a escasos centímetros de su cara. Solo le llevaría una breve inclinación de cabeza para besarlo si quisiera. Porque no quería, ¿verdad?
— ¿Quién te ha hecho eso? —preguntó.
Lis se removió, incómoda.
— ¿Quién ha hecho qué?
— Hacerte sentir así. Pensar que no eres suficiente. ¿Tu padre?
— Déjalo, Lix.
Por suerte, Minho emergió de la cocina y los vio juntos. Demasiado juntos.
— ¡A comer! —gritó, sobresaltándolos.
— ¡Ah, sí! Se me olvidó que tengo que avisar a la tropa. —No iba a desaprovechar la oportunidad que se le había brindado. Saltó del sofá y comenzó a subir escaleras, dejando a un Felix sentado allí, solo y con cara triste.
El omega tenía un nuevo desafío personal: Hacer que se sintiera amada, costara lo que costase.
La chica llamó a la primera puerta. No recibió respuesta, por lo que abrió la manilla y metió la cabeza por el hueco. I.N tenía los auriculares puestos, pero se los quitó para mirarla en una silenciosa interrogación.
— Minho está llamando a comer. —le dijo únicamente antes de volver a cerrar la puerta.
De todos, el maknae del grupo era el único con el que aún no se sentía cómoda completamente. No por ella, porque saben los cielos que había intentado conversar con él en más de una ocasión, sobretodo en las horas de la comida, y a pesar de su sonrisa, I.N le había contestado con monosílabos y frases que no podían derivar en una plática entera a menos que hubiera más gente alrededor. Era frustrante.
Uno a uno los llamó y salieron de sus habitaciones —algunos juntos, y no quiso saber por qué—, así que ya sentados en la mesa comieron en una charla animada la sopa de costillas, el ramen y el arroz que había preparado el primer beta del grupo. Minho le había hecho caso: Había MUCHO arroz.
— Comes bien. —la admiró Changbin, encandilado por la velocidad y la cantidad que era capaz de engullir—. No pareces tenerles miedo a las calorías.
— Soy una pila alcalina. —le explicó Lis con la boca llena, ganándose una pequeña mirada de disgusto de Chan. Tragó lo que le quedaba y prosiguió—. Antes de llegar al estómago ya lo he quemado.
— Quién lo diría, cuando te pasas los días en tu habitación frente al ordenador con cientos de cosas que hacer por nosotros. —se mofó Hyunjin.
— Eh, el cerebro necesita comer también.
— ¡Eres de las mías! —exclamó el rapero, contento. Ambos chocaron puños al más puro estilo "bro".
— Eso me recuerda... Chicos. La semana que viene bailáis en MCountdown. Estoy intentando conseguir un par de coches de lunas tintadas para entonces, pero si no lo consiguiera, ¿os importaría compartir uno de nueve plazas?
— En absoluto —dijo Chan—. Gracias por el esfuerzo que haces. Espero que la paga sea adecuada.
— ¿Adecuada? Chris. —le agarró las manos, seria—. En un trabajo normal, tendría que ahorrar el 85% de mi sueldo y no comer en doce meses para lograr llegar a lo que voy a cobrar en un mes. Créeme, es más que suficiente.
— ¿Dónde vivías antes? —Han se había llenado las mejillas de comida y la pregunta sonó extraña.
— En un goshiwon. Estando a media jornada es casi imposible pagarse una casa más grande. Podría haberlo hecho, pero... —era su único refugio. Pequeño y privado—. Con este trabajo...
— Podrías comprarte una casa, con el tiempo. —sugirió Seungmin—. Ya sabes, lejos de aquí, a salvo de un grupo de ocho hombres con las feromonas de un adolescente hormonado.
— ¡Oye! —gruñó Hyunjin, juzgándolo con la mirada—. No es como si estuviéramos tan desesperados.
— Ah, ¿no? —se giró hacia él arqueando una ceja—. Eso no es lo que me pareció ayer noche.
El chico soltó una exclamación ahogada y la punta de las orejas se le pusieron rojas de la vergüenza. Algunos se rieron ante su actitud nerviosa y otros como Changbin se quejaron porque no lo habían invitado a la "fiesta".
Sintió a Felix llamándola con un pequeño toque en el hombro.
— Oye, Lis... No te vas a ir, ¿no? —preguntó, bajito. Parecía... ansioso. Al otro lado de él, Han escuchaba atentamente a pesar de simular estar centrado en la comida—. Quiero decir... No se está tan mal aquí, ¿verdad?
La chica sonrió.
— ¿Con lo que me ha costado venir? Ni de broma. —lo tranquilizó—. Vais a tener que aguantarme bastante tiempo, ¿sabes? Siempre que me queráis aquí, por supuesto. Esta es vuestra casa.
El sonido de los cubiertos contra los platos los sobresaltó. Vieron a I.N con una expresión indescifrable en el rostro, —y una oscura sonrisa plastificada en la boca—, levantarse de la mesa y marcharse sin mediar palabra. Sus pasos se hicieron eco a medida que subía las escaleras, y Lis reprimió un escalofrío cuando la puerta de su habitación se cerró de un portazo. Apenas había tocado la comida.
— ¡Jeongin-ah! ¡Oye! ¡Eso ha sido horrible de tu parte! —gritó Changbin, molesto. Minho le palmeó el dorso de la mano para que parara de gritar.
— Déjalo en paz. Tiene sus motivos para estar así.
— ¿He... hecho algo mal? —Lis dejó los palillos, afligida. Chan negó efusivamente.
— Para nada. —le aseguró—. Solo que éramos cercanos al mánager Jung Han y, en fin. —se rascó la cabeza—. Son muchos cambios en las últimas semanas. Pero no tenemos ningún problema contigo, ¿a que no?
Algunos verbalizaron el estar de acuerdo, mientras que otros lo hicieron con gestos. Sin embargo, la semilla de la duda se había instalado en le corazón de la muchacha.
¿Había hecho bien aceptando este trabajo?
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#han jisung#lee know#changbin#bangchan#fanfic#skz#stray kids#skz stay#skz x reader#abo dynamics#stray kids omegaverse#omegaverse#abo#skz fanfic#fanfiction#fanfic writing#skz chan#skz smut
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¿Y quién dijo que estoy sola?
La soledad es un remanso de paz y de emociones encontradas .
Cuando la nostalgia toca mi puerta, entran con ella los recuerdos, los objetos guardados, los poemas olvidados, los libros empolvados, los viejos retratos y hasta las rosas secas que un día perfumaron la primavera de mi juventud.
Realmente no estoy sola .!
Estoy en esos días que afloran los recuerdos
y regresó la máquina del tiempo a esos días de mi niñez, que alegre subía por las ramas de los árboles para aislarme y observar desde lo alto, los nidos, los pájaros, las nubes, el cielo en su extensión y hacia abajo a las personas que lentas, cabizbajas caminaban y otras alegres y de prisa, rostros alegres, rostros tristes .
Regreso a la etapa en que Cupido tocó mi corazón introduciendo esa palabra tan conocida que se llama amor y vienen a mi mente, los besos, los abrazos, las canciones y también lo que se fue y lo que quedó.
No .! No estoy sola .! Estoy en mi remanso de paz .! Esa paz que sólo se siente cuando el alma y la conciencia se unen como el tallo a la flor .💕
Autor desconocido_
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Día 4 Conspiración.
Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La leyenda de los Volcanes y aunque existen tantas versiones les dejo mi favorita.
Una hermosa princesa llamada Iztaccíhuatl, hija del poderoso emperador de Tlaxcala. Su belleza y gracia eran conocidas en toda la región, y muchos pretendientes se acercaban a su padre para pedir su mano en matrimonio. Pero el corazón de Iztaccíhuatl ya estaba ocupado por un guerrero valiente y apuesto llamado Popocatépetl, quien había ganado su corazón con su coraje y su lealtad.
Con la aprobación del emperador, Iztaccíhuatl y Popocatépetl decidieron casarse y pasar el resto de sus vidas juntos. Sin embargo, cuando los aztecas declararon la guerra al imperio, Popocatépetl tuvo que partir para cumplir con su deber como guerrero y defender su tierra natal.
Iztaccíhuatl despidió a su amado con un abrazo y la promesa de esperarlo hasta su regreso. Popocatépetl luchó con todas sus fuerzas durante varios meses hasta lograr vencer a sus enemigos y regresar victorioso al palacio. Pero sus enemigos, anticipando la derrota, hicieron llegar falsos rumores al palacio acerca de la desaparición de Popocatépetl en la guerra. Cuando los rumores llegaron a oídos de Iztaccíhuatl, abrumada por el dolor, cayó en un profundo sueño del cual nunca logró despertar.
Popocatépetl regresó al palacio y devastado por la condición de su amada, decidió llevarla en sus brazos a una montaña muy alta para protegerla y cuidarla. Pronto sus cuerpos se cubrieron con un manto de nieve y hielo.
Después de muchos años, en el lugar donde reposan los enamorados, surgieron dos enormes volcanes: Iztaccíhuatl o Mujer dormida y Popocatépetl o Cerro que humea.
Se dice que el corazón de la princesa sigue latiendo bajo la nieve y el hielo del Iztaccíhuatl, mientras que el valiente guerrero permanece en la cumbre del Popocatépetl, velando por su amada y recordando su amor eterno.
Versión de Paola Artmann e ilustración inspirada en la obra de arte del pintor Jesús de la Helguera.
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corazón a corazón
corazón a corazón, se conectan nuestros recuerdos, nuestra felicidad, nuestro dolor, nuestro solo nuestro.
me di cuenta que tengo ese impulso, ese mal hábito: siempre regreso a dónde, a quiénes, a qué, corazón a corazón chocamos.
no estoy segura de que sea un acto de amor o de dependencia, quizá sólo es que sí: soy terca. -corazón a corazón- me gusta esa frase: es como si hubiera algo más fuera de nuestro entendimiento de simple mortal que conecte, que vincule, que sintonice a dos simples cuerpos, momentos, instantes que individualmente no constan de gracia más en conjunto, -al ser unidos por algo invisible a nuestros ojos- un lazo, un abrazo, un beso, unas palabras o risas son más que un atardecer en la playa, más que una noche con secretos a pecho abierto, más que una melodía sabor a tu propia alma, porque son dos, es un complemento, un refugio, un instante de conexión: es la colisión sin caos de corazón a corazón.
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CAPITULO 44 - EL PESO DE LA VERDAD
Tiempo después, el tour había llegado a su fin y era hora de partir. Todos nos encontrábamos en la salida de la reserva, aún embelesados por la belleza del lugar.
|| Amé la experiencia, pero muero de hambre… Después de esto es la cena, ¿verdad, Liam? || pregunta Drake.
|| Así es. Después de esto será la cena preparada por la familia Lee || responde Liam, mostrando una sonrisa tranquila. El señor Lee, que se encontraba con nosotros, rápidamente interviene.
|| Es un placer recibirlos en mi país, sobre todo al Rey de Cordonia || exclama con una gran sonrisa.
|| Fue una increíble experiencia || responde Liam || Muchas gracias, Tao, por la invitación. Realmente ha sido lo mejor del día ||
|| Su majestad, me siento feliz y halagado cuando los visitantes aprecian la maravilla de estas criaturas. Lamento que su prometida, no haya querido acompañarnos || dice Tao apenado. En ese momento, noto una leve incomodidad en la expresión de Liam. Aunque mantiene su sonrisa, es evidente que le afecta tener que llamar a Madeleine prometida. Si se casan, no compartirán los mismos intereses y esa falta de conexión le pesa.
|| Sin duda, para otra ocasión será, Tao || responde Liam, esforzándose por mantener la compostura. Tao le sonríe.
|| Eso espero, pero realmente ha sido un gusto tenerlo en la reserva || hace una reverencia a Liam y luego se dirige a Drake y Maxwell || Fue un gusto conocerlos || Luego me mira con atención || Riley, estoy muy contento de haberte conocido. Teniendo en cuenta los rumores y algunas de las cosas que había oído de Hana, no estaba seguro de qué esperar. Pero ahora puedo ver por qué mi hija te considera una amiga respetable ||
Le sonrío, sintiéndome aliviada y agradecida por sus palabras.
|| Gracias. Aprecio sus palabras. Y honestamente, fue un gusto conocerlo || le digo con una sonrisa mientras estrechamos las manos.
|| Ahora, si me disculpan, debo revisar algunas cosas antes de la cena || dice Tao, quien le da un pequeño abrazo a su hija antes de marcharse.
|| Bueno, creo que todo fue bien, ¿no? || exclama Hana, mirando a todos con optimismo.
|| Sabía que nos llevaríamos bien || dice Maxwell, visiblemente aliviado.
|| Maxwell, él no sabe que estás saliendo con su hija || dice Drake de manera seria.
|| Gracias por el recordatorio || responden al unísono Hana y Maxwell, mirándolo con seriedad. Él levantó las manos en señal de paz.
|| Solo lo mencionaba || responde encogiéndose de hombros || Pero bueno, muero de hambre y un gran banquete nos espera. ¿Dónde es la cena? Es hora de irnos ||
Mientras Hana y Maxwell caminan junto a Drake hacia la salida, Liam se queda conmigo.
|| Todo saldrá bien esta noche, amor. No te preocupes; no tienes nada que temer || me dijo, tratando de calmarme. Aunque intenté disimular mi preocupación, él me conoce demasiado bien. Lo miré y le sonreí, tratando de controlar mis emociones. Tomó mi mano y la apretó ligeramente, sin importar la mirada de los demás || Ten por seguro que estaré contigo en todo momento mientras hablemos con mi padre || De repente, veo cómo su mirada se llena de tristeza y dolor || Ambos tenemos preguntas que hacerle y, de una manera u otra, esto se resolverá esta noche ||
|| Su Majestad ¿Me permite unas palabras? || exclama un miembro de la corte.
|| Claro || responde Liam, mirándome con una sonrisa. Toma mi mano y la besa tiernamente || Hasta luego, Lady Riley ||
Liam hace una pequeña reverencia y comienza a hablar con el hombre que se le acercó hace poco.
Mientras me dirijo hacia el vehículo, la mezcla de esperanza y ansiedad en mi pecho se intensifica. Con una última mirada a la reserva, me preparo mentalmente para la cena, decidida a enfrentar lo que venga con la misma fuerza y determinación que he encontrado en este día.
**
Después de un tranquilo viaje de regreso, finalmente llegamos al Hotel Pudong Shangri-La. Al ver el elegante edificio iluminado por las luces nocturnas, no pude evitar admirar su imponente fachada. Al entrar en el vestíbulo, me impresionó su esplendor: era amplio y lujoso, decorado con detalles sofisticados que creaban un ambiente acogedor y refinado.
El personal del hotel nos recibió con una cálida cortesía y nos guio hacia el restaurante Gui Hua Lou. Una vez dentro del restaurante, un mesero nos acompañó a todos hasta una mesa cerca de las ventanas, desde donde se podían admirar las impresionantes vistas del río Huangpu y el skyline. La atmósfera era elegante y acogedora, con una iluminación suave que realzaba la sofisticación del lugar. A mi costado, noté cómo Liam y Madeleine eran acomodados en una mesa al frente de la sala, en una posición más central y prominente. Junto a ellos, se sentaron Constantino y Regina, formando un grupo que claramente destacaba.
¡Rayos! No puedo evitar sentir una intensa rabia hacia Constantino en estos momentos. Por su culpa, todo el mundo piensa que soy una zorra y la mujer que engañó a Liam, mientras su propio hijo está atrapado en una relación miserable.
Al sentarnos, mis ojos estaban fijos en Constantino, yo me sentía incapaz de evitar que mi mente se llenara de pensamientos sobre él. De repente, nuestras miradas se cruzaron con Liam, y sin que nadie se diera cuenta, nuestros ojos hablaban en silencio. Sé que él está buscando el momento adecuado para hablar con su padre.
De pronto, la voz de Drake me sacó de mis pensamientos.
|| ¡Tierra llamando a Brown! ¿Estás bien? || preguntó, un poco preocupado.
|| ¿Eh? || Inmediatamente aparté la mirada de Liam || Lo siento, ¿me preguntabas algo? ||
|| Pareces distraída. ¿Es por Constantino? || dijo Drake.
|| Así es. Lamento estar tan preocupada, pero necesito estar atenta para cuando Liam encuentre el momento exacto para hablar con su padre || exclamé con ansiedad. Hana tocó ligeramente mi brazo.
|| No te preocupes, Riley, todo saldrá bien. Recuerda que cuentas con nosotros || De repente, sentí una sombra sentarse a mi lado.
|| Debería haberme imaginado que Madeleine me sentaría con todos ustedes || exclamó Olivia con disgusto, aunque sabía que solo lo decía de labios para afuera.
|| Nadie te obliga a hacerlo || exclamó Drake con fastidio. Olivia le clavó la mirada y, antes de que empezara con sus insultos, hablé rápidamente.
|| Vamos, Liv, confiesa que quieres sentarte aquí porque somos amigos, ¿o no? ||
|| ¿Amigos? || dijo ella, con sarcasmo || Por favor ||
|| Nos has estado ayudando mucho con la investigación, lo que significa que tenemos un objetivo en común. Además, ¿nunca has escuchado el dicho "el enemigo de mi enemigo es mi amigo"? Así que, disfrutemos de la cena juntos || dije finalmente, dejándola sin argumentos.
|| Yo... Este... || Se quedó sin palabras por unos segundos. Luego soltó una pequeña sonrisa || Ok, supongo que he sobrevivido a comidas peores ||
|| ¿Ves? Eso cuenta || respondí con una sonrisa.
|| Bueno, ahora centrémonos en lo importante || dijo Maxwell con urgencia || ¿Cuándo estarán sirviendo la comida? ||
|| Debería llegar pronto, cariño || Hana sonrió y respondió con calma || Hemos seleccionado lo mejor de lo mejor, así que habrá una gran variedad para compartir. Les prometo que será delicioso ||
|| Mientras tanto, podemos disfrutar de nuestras bebidas || Dijo Drake, intentando aligerar el ambiente || ¿Qué tal si empezamos con esta botella? Seguro que la espera valdrá la pena || Añadió señalando con la cabeza hacia una elegante botella de cerámica en el centro de la mesa.
**
Después de una comida fabulosa, como prometió Hana, noté de reojo que Liam y Constantino se levantaban de sus asientos. Rápidamente, busqué la mirada de Liam, quien me hizo un sutil asentimiento antes de dirigirse hacia una elegante terraza privada al aire libre del hotel situada en un rincón apartado del Hotel.
|| ¡Chicos!… Vuelvo enseguida || dije mientras me levantaba para seguir a Liam.
|| ¿Qué? ¿Adónde vas, Riley? || preguntó Olivia, sorprendida.
|| Voy a hablar con Constantino. Max, ¿puedes contarle a Olivia lo que está sucediendo? || respondí, mientras Olivia fruncía el ceño y Maxwell asentía con la cabeza.
|| Tú puedes, Brown || dijo Drake con seguridad.
|| Ten mucho cuidado, Riley || añadió Hana con preocupación. Asentí con la cabeza y, de inmediato, salí en dirección a la terraza.
Con el corazón acelerado, caminé hacia la terraza, esforzándome por no llamar la atención. Enfrentar a Constantino era un desafío abrumador, y mi nerviosismo crecía con cada paso. Sabía que debía mantenerme firme, aunque mi mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas. Cada paso en el pasillo del hotel se sentía más pesado que el anterior. El suave murmullo de las conversaciones se desvanecía a medida que me acercaba a la puerta de la terraza.
La puerta se deslizó casi en silencio mientras entraba en el área exterior, donde el aire fresco de la noche y las luces de la ciudad creaban un ambiente relajado. Con cada paso hacia donde sabía que Liam y Constantino estaban hablando, mi ansiedad aumentaba. Al llegar, me detuve un momento para escuchar la conversación entre Liam y su padre, que se encontraba justo al otro lado. La voz de Constantino, cargada de impaciencia, resonó en el aire.
|| Liam, ¿podrías explicarme cuál es este asunto urgente del que necesitabas hablar conmigo? Tan urgente que interrumpiste nuestra cena || dijo Constantino. En ese momento, los ojos de Liam se encontraron con los míos. Notó mi presencia y me hizo una señal con la mano, indicándome que me acercara. El gesto de Liam me dio una mezcla de alivio y ansiedad. Con el estómago en un nudo, avancé lentamente hacia ellos, consciente de cada movimiento. Cuando Constantino se giró y me vio, su sorpresa era evidente. Sus ojos se abrieron y su expresión cambió de sorpresa a confusión || ¿Lady Riley? || exclamó, con evidente asombro. Luego, se volvió hacia Liam, claramente desconcertado || Liam, ¿qué está haciendo ella aquí? ||
Una oleada de rabia, impotencia e indignación se apoderó de mí. No podía creer que Constantino tuviera la desfachatez de no admitir lo que había hecho y seguir mintiendo.
|| Lo que sucede, papá, es que Riley está aquí para hacerte una pregunta || anunció Liam, con una furia contenida que apenas lograba disimular. Su voz vibraba con una tensión apenas controlada. Constantino giró la cabeza hacia Liam y luego a mí, su expresión reflejaba confusión y desdén.
|| Señor, estoy aquí para enfrentarlo directamente y saber por qué hizo lo que hizo || dije, esforzándome por mantener la compostura || ¿Por qué nos hizo esto a ambos? ||
|| ¿No se d—? || Empezó a decir Constantino quien empezó a responder con un tono que intentaba ser indiferente, pero fue interrumpido por una tos intensa. Liam, visiblemente alterado, se adelantó instintivamente, pero Constantino levantó una mano, indicándole que se detuviera. Tras aclararse la garganta y toser de nuevo, intentó recuperar su postura || No tengo idea de qué estás hablando, Lady Riley || respondió, con una mezcla de desdén y frustración. Liam, con el rostro tenso y la rabia apenas contenida, dio un paso más cerca, su voz llena de enojo.
|| ¿Cómo puedes seguir negándolo? || rugió Liam, su voz cargada de enojo contenido || ¿Cómo puedes mirar a Riley a los ojos y pretender que no sabes nada? ||
El rostro de Constantino se volvió aún más rígido mientras la pregunta de Liam colgaba en el aire, sin recibir respuesta.
|| Liam, realmente no entiendo. ¿Puedes explicarme cuál es el...? || Pero de repente, Constantino fue interrumpido por una tos violenta que lo sacudió. La tos aumentó en intensidad hasta que Constantino se llevó una mano a la garganta, se inclinó hacia adelante y, de repente, se desplomó.
|| ¡PADRE! || gritó Liam, lanzándose hacia él para evitar que su cabeza golpeara el suelo.
|| Liam... no... puedo... respirar || murmuró Constantino, su voz ahogada y entrecortada.
|| Iré por ayuda || dije con urgencia, pero antes de que pudiera moverme, Regina apareció en escena. Sus ojos se abrieron de par en par al ver a su esposo en el suelo.
|| ¡CONSTANTINO! ¿Qué pasó? || exclamó Regina, arrodillándose junto a su marido. Le tomó la mano con desesperación y luego miró a Liam, esperando una explicación.
|| ¡Empezó a toser y luego se desplomó! ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA! || ordenó Liam a los guardias cercanos, su voz llena de pánico. Constantino estaba pálido, tosiendo violentamente y jadeando por aire, mientras Regina lloraba a su lado, con el rostro bañado en lágrimas.
En cuestión de segundos, una ambulancia llegó al lugar. Con rapidez, lo subieron a una camilla para trasladarlo de inmediato al hospital. Nosotros tres bajamos juntos y, justo cuando la ambulancia estaba a punto de partir, Regina se acercó a mí antes de que lo subieran.
|| Espero que no digas ni una sola palabra sobre lo que paso ¿Entiendes? || dijo Regina, su rostro reflejaba rabia y frustración.
|| Pero… ¿qué está pasando con él? || pregunté, confundida. Regina me miró con enojo, su frustración evidente.
|| Eso no es asunto tuyo, y menos... || Pero antes de que pudiera terminar, Liam la miró con desafío y, con una voz firme, exclamó:
|| No es momento de tratar mal a nadie. Así que no te atrevas a hacerlo con Riley. Además, ella viene con nosotros. ¿Está claro? ||
Regina asintió con la cabeza, aun visiblemente frustrada, y subió a la ambulancia. Liam y yo nos dirigimos al auto que nos esperaba para seguir a la ambulancia al hospital, el cual partió en dirección al centro médico.
**
Después de largos minutos, lograron estabilizar a Constantino en el Hospital Huashan. Liam y yo nos encontrábamos en una sala de espera, mientras escuchábamos al médico explicarnos la situación.
|| El ataque de tos fue provocado por su cáncer, que está en una etapa bastante avanzada || explicó el médico con seriedad || Actualmente, su padre está fuera de peligro. Sin embargo, debo ser honesto: su condición general no mejorará con el tiempo || Liam asintió, comprendiendo la gravedad de las palabras del médico || En estos momentos le estamos administrando oxígeno y líquidos intravenosos para estabilizarlo. Si desean, pueden ir a verlo ahora || añadió el médico, con un tono más amable.
|| Gracias, doctor || dijo Liam, estrechando la mano del médico, quien hizo una reverencia antes de retirarse. Miré a Liam, y cuando nuestras miradas se cruzaron, suavemente apreté su mano.
|| Ve a verlo, Liam. Yo te espero aquí || dije con calma. Lamentablemente, en estos momentos no podíamos seguir con el plan. Liam me miró, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y determinación.
|| De ninguna manera. Ven conmigo, hablaremos con él || dijo con firmeza, sorprendiéndome.
|| Liam… Puedo esperar. No creo que sea prudente || dije con preocupación, pero Liam negó rápidamente con la cabeza.
|| No, no podemos esperar. ¿Quién puede decir que tendremos otra oportunidad? Se está muriendo y me niego a que se lleve la verdad a la tumba. No me gusta tener que decir esto, pero es la realidad || Las palabras de Liam, aunque duras, eran ciertas. Asentí con la cabeza.
|| Está bien || Le dije y Liam tomó mi mano con firmeza y comenzamos a caminar por el pasillo del hospital. Cada paso resonaba en el suelo amplificando el silencio tenso que nos rodeaba. Los sonidos distantes de monitores cardíacos y susurros de personal médico se mezclaban con mis pensamientos. A medida que avanzábamos, mi corazón latía con fuerza, consciente de la importancia del momento. La luz blanca y fría de los fluorescentes iluminaba nuestro camino, proyectando sombras largas y difusas. Después de unos minutos, nos detuvimos frente a la puerta de Constantino. Liam me miró con una mezcla de determinación y nerviosismo. Compartimos una mirada que decía más de lo que las palabras podrían expresar. Sabíamos que lo que estaba por venir cambiaría nuestras vidas para siempre.
|| Vamos || dijo Liam, apretando suavemente mi mano antes de soltarla para abrir la puerta. Entramos en la habitación y el aire se volvió más denso. Constantino yacía en la cama, pálido y conectado a cables, tubos intravenosos y oxígeno. La fragilidad del hombre que había sido una figura imponente era impactante. El ex Rey, el hombre más poderoso, a quien Liam había respetado y admirado, ahora se veía débil y vulnerable.
Constantino abrió los ojos al escuchar el ruido de la puerta. Su mirada pasó de la sorpresa al vernos juntos a una mezcla de reconocimiento y tensión. Sus ojos se abrieron más al vernos a ambos, reflejando una mezcla de emociones que él mismo parecía no poder controlar.
|| ¿Liam? || murmuró, su voz ronca y llena de desconcierto. Liam dio un paso adelante, decidido.
|| Padre, tenemos que hablar || exclamó Liam con una voz monótona, mirándolo fijamente. Podía sentir la ola de emociones encontradas que se agolpaban en su corazón en ese momento. Sabía que Liam estaba enojado por lo que su padre le había hecho y furioso por lo que me había hecho pasar a mí. Pero a pesar de toda esa ira, había una tristeza en sus ojos al ver a su padre en ese estado.
|| ¿Qué está haciendo ella aquí? Quien debería estar es Madeleine… No Riley || Dijo Constantino con voz áspera, mientras yo sentía cómo mi corazón se rompía || Lady Riley, te pido que te retires. Este es un asunto privado y familiar. Por lo tanto, es m— || Pero antes de que Constantino pudiera terminar de hablar, Liam lo interrumpió, mirándolo fijamente y sin darle oportunidad de seguir.
|| No, padre, quien debe estar a mi lado es Riley. Siempre ha sido ella, así que no intentes lastimarla con tus palabras. Además, Riley tiene tanto derecho a estar aquí como cualquiera de nosotros. Esto no es solo un asunto familiar; esto es sobre la verdad, y ella merece escucharla. Vio lo que pasó. ¿Te parece que debemos seguir ocultando lo obvio? || dijo Liam con firmeza, mientras Constantino lo miraba fijamente.
|| Muy bien hijo, tienes razón || respondió Constantino, dirigiendo su mirada hacia mí || Como debes saber, tengo cáncer y me estoy muriendo. El cáncer de pulmón está extremadamente avanzado y es muy agresivo. Estoy programado para una cirugía en un par de semanas, esperando que mi condición no empeore. Eso podría darme algunos meses más, pero mis días están contados... Esa es la verdad... ¿Eso satisface sus preguntas? ||
|| Señor, sinceramente lamento escuchar eso. Sé que este no es el mejor momento, pero necesitamos hablar con usted sobre otra cosa || dije, mientras nos acercábamos más a su cama. Liam apretó la mandíbula y se acercó aún más a su padre.
|| No vamos a dejar que sigas evadiendo la verdad. Lo que hiciste, el daño que causaste, no puede quedar sin respuestas || exclamó Liam, mirándolo fijamente || Sé que tú planeaste la trampa para Riley. Sé lo de Sebastián, Penélope, Tariq, las fotos… todo. Lo que no entiendo es por qué. Riley y yo merecemos saber por qué tomaste esas decisiones. Yo, como tu hijo, merezco saber por qué me hiciste eso || dijo Liam, su voz firme y enérgica, mientras Constantino lo miraba atónito, con una mezcla de sorpresa y resignación || Tú sabías lo que siento por Riley, y aun así organizaste todo para sabotearla. ¿Acaso pensaste en las consecuencias de lo que pudo pasarle esa noche? || Constantino luchó por tomar una respiración profunda || Y lo peor de todo es que arrastraste a otros para que hicieran tu sucio trabajo || Constantino seguía mirándonos, pero sin decir ni una sola palabra. Al ver esto, Liam sacudió la cabeza con frustración || ¿No tienes nada que decir por ti mismo? ||
|| Señor, solo quiero saber por qué || exclamé frustrada y al borde de las lágrimas, haciendo que Constantino me mirara con atención || ¿Qué le hice para que me tratara así? ¿Para qué le hiciera eso a su propio hijo? || De repente, la respiración de Constantino se hizo más superficial y apartó la mirada de nosotros, fijando los ojos en el suelo || ¡Usted ha visto todo lo que he sufrido y pasado por su culpa, lo mínimo que puede hacer es responderme! ||
|| Muchachos… ahora no es el momento || respondió Constantino, sus palabras amortiguadas por la máscara de oxígeno. Al escuchar esto, la mandíbula de Liam se tensó y su expresión se endureció.
|| Papá, mírame || exclamó Liam sin apartar la mirada de su padre. Constantino lo miró con vergüenza || No nos iremos hasta que nos des una explicación de lo que hiciste || dijo con firmeza. Constantino, acorralado, suspiró y bajó la cabeza.
|| Muy bien || exclamó Constantino mientras se acomodaba lentamente para sentarse más erguido. Se quitó la máscara de oxígeno lo suficiente para que sus palabras no se silenciaran || Después de recibir el diagnóstico, noté que mi salud empeoraba. Supe que no podría gobernar mucho más tiempo. Liam, lo último que quise fue ponerte la carga de la corona tan pronto, pero no tuve elección. Quería que estuvieras preparado para estos tiempos difíciles en Cordonia. Siempre hemos tenido enemigos, pero en mi reinado se han vuelto más audaces. Al darme cuenta de que no estaría mucho más tiempo para ayudarte a enfrentarlos, tuve que asegurar el futuro de Cordonia ||
|| ¿Y quería asegurar el futuro enviando a un hombre a mi habitación? || exclamé, con lágrimas brotando de mis ojos || ¿O haciendo que un fotógrafo invadiera mi privacidad? Pero lo peor de todo, ¿dejó que la prensa dijera mentiras sobre mí mientras usted respiraba tranquilo sabiendo la verdad? || Dije, indignada, mientras Liam me tomaba de la mano y la apretaba ligeramente. Constantino bajó la cabeza, visiblemente avergonzado.
|| Riley, no contaba con las intenciones de Tariq… Pero el plan ya estaba en marcha. Además, era obvio lo que Liam sentía por ti y, a medida que avanzaba la temporada, esos sentimientos crecían de manera impresionante… Yo sabía que él te elegiría a ti para ser su Reina ||
|| ¿Y si sabías lo que yo sentía… por qué hiciste todo esto? || preguntó Liam, su voz quebrándose || ¿Acaso no querías que fuera feliz, papá? || La frustración y el dolor eran evidentes en sus ojos. Liam soltó mi mano, dando un paso adelante, acercándose a la cama de su padre.
|| ¡Por supuesto que quiero que seas feliz, Liam! || exclamó Constantino, mirando a su hijo || Pero esto es más grande que tú y los sentimientos que tienes por una mujer ||
|| ¿No ves lo que has hecho? || continuó Liam, con la voz temblorosa || Nos has herido a ambos, y todo por tu egoísmo. ¿Qué futuro estabas asegurando al destruir nuestro presente? || Constantino levantó la mirada, sus ojos llenos de arrepentimiento.
|| Hice lo que pensé que era necesario, Liam. No pensé en el daño que causaría, solo en proteger el reino ||
|| Pero nos destrozaste a nosotros en el proceso || replicó Liam, su voz llena de amargura. Constantino cerró los ojos, dejando escapar un suspiro pesado. El silencio llenó la habitación, cargado de emociones no expresadas y preguntas sin respuesta. Luego, Constantino me miró con pesar.
|| Lady Riley, debo admitir que me impresionaste. Tenía pocas expectativas para una plebeya recién llegada a la corte, pero demostraste ser resistente e inteligente. Regina y yo notamos lo feliz que hiciste a Liam, cómo sonrió y se rio más en tu presencia que en mucho tiempo. Pero, aun así, no podías competir con Madeleine. Ella se ha estado preparando para ser reina toda su vida ||
|| ¿Y no cree que pude haber aprendido las mismas cosas que ella? || le pregunté con ansiedad.
|| Tal vez, pero la inexperiencia se ve como debilidad, y la debilidad, incluso en apariencia, es fatal. Y tú, Lady Riley, resultaste ser la debilidad de mi hijo || dijo Constantino, provocando que las lágrimas brotaran de mis ojos || Un paso en falso y Liam podría perder su reino o incluso su vida. He perdido tanto en manos de los enemigos de nuestro reino que no quiero irme dejando a mi hijo solo, sin nadie que lo proteja de esos mismos enemigos. Por eso, Madeleine era mi mejor esperanza para mantenerlo a él y a Cordonia a salvo. Tuve que asegurarme de que él la eligiera a ella en lugar de a ti ||
|| ¿Y Olivia? ¿Usted también la chantajeó? ¿Por qué? || pregunté insegura.
|| Sí, fui yo… || admitió Constantino. Al escuchar esto, Liam lo miró con más dolor y consternación. Constantino volvió su mirada a Liam || Lo hice porque ella es demasiado temeraria para estar en el trono, y sabía que la elegirías antes que a Madeleine simplemente por la amistad que existe entre ustedes. Así que tuve que eliminarla también para asegurarme de que Madeleine fuera la elegida ||
|| Señor, mi nombre y reputación han sido arruinados por su manera de "salvar" a la nación. Además, quiso alejarme a toda costa de Liam y de mis amigos. Pero lo peor de todo es que obligó a su hijo a casarse con una mujer que no ama solo porque usted cree que puede decidir lo que es mejor no solo para Cordonia sino también para él. ¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos descubierto la verdad? Yo tendría que vivir aceptando que la gente hablara pestes de mí, mientras que Liam tendría que haber lidiado con una mujer que no ama por el resto de su vida. ¿Cree que eso es justo? ||
|| Sé que no es justo, Lady Riley, y lo siento. Pero ese era mi deber como Rey de Cordonia || respondió Constantino de manera serena y seria.
|| Es doloroso saber que para usted yo no era suficiente para Liam. Sé que no será fácil olvidar lo que me hizo, pero... || solté un gran suspiro que tenía retenido || Pero a pesar de todo, entiendo sus razones. Al final, lo hizo por el reino, por su legado y por su hijo. Aunque sus métodos fueron crueles, sé que fueron motivados por el amor y la preocupación por Cordonia y por Liam. Entiendo que hizo lo que creyó necesario, incluso si eso significaba sacrificarme a mí ||
Constantino y Liam me miraron asombrados. Aunque mis palabras fueran difíciles de entender, estaban llenas de verdad.
>>Punto de vista de Liam<<
|| ¿Lo comprendes? || pregunté, sorprendido. Riley asintió suavemente. Luego miré a mi padre, también asombrado.
|| Riley, yo... vaya... || mi padre guardó un momento de silencio, buscando las palabras precisas. Después de un gran suspiro, continuó || Estás siendo mucho más amable de lo que yo hubiera sido en tu posición ||
|| No tengo el privilegio de ser madre, pero creo que los padres hacen lo necesario para cuidar y proteger a sus hijos. Usted actuó por preocupación por su hijo, pero tomó un camino muy equivocado. Lamentablemente, su confesión no cambia lo que nos hizo a ambos. Como dije, no puedo asegurarle que vaya a olvidar fácilmente lo que pasó y perdonarlo; realmente me llevará tiempo. Pero no es imposible ||
Ante las palabras de Riley, me quedé atónito. No puedo creer que después de todo lo que mi padre le hizo, ella desee perdonar y olvidar lo ocurrido. Mi padre me miró de nuevo y pude notar en sus ojos arrepentimiento.
|| ¿Te das cuenta del tipo de mujer que es Riley? || le pregunté, con un tono de sincera admiración y pesar.
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El día que me perdí
No lo vi venir, ni siquiera estuve cerca de presentirlo. Ibas tan bien con tu vestido rojo y tu cabello cobrizo volando con el ritmo del viento, la luz del sol se reflejó, pareciera que la misma vida te formó para que ese día fuera perfecto.
Entre luces de coches y velocidades añorantes, incluyendo la de mi corazón, latiendo a mil por hora, claro… Como no notarlo… Cuando todo va bien, siempre algo va mal. Aparecieron las cenizas y el polvo negro contagiando el ambiente; de lejos podía sentirse la neblina aproximándose… ¿Qué? ¿Por qué?
Enseguida saltaron los cristales del auto, todo pasó en cámara lenta, mi alma se disolvía en el aire, pero mi preocupación no era que lo que a mí me pudiese pasar, sino lo que tenía que aguantar de no volver a sentir. Cuando menos lo pensé estaba a metros, sin saber de nada, sin tener ni una sola idea de lo que había pasado, te miré allí de lejos lastimada por mi culpa… ¡Vaya distracción, vaya agonía! Deseaba gritarte, pero mi voz había pasado a estar en otro plano, mi alma abandonaba mi cuerpo mientras más me aferraba a quedarme, con impotencia de no poder sostener tu mano una vez más, sin poder regresar y evitar la ida por no saber que ya no había regreso.
Corriste hacia mí al verme en el suelo, pero bebé, ya era muy tarde mi cuerpo estaba frío y yo te miraba desde el cielo. Cuídate por mí, imagina que estoy allí a pesar de que no puedas escucharme; te juro que te grito cada día que te amo, aunque no puedas oír; tomo tu mano, aunque no puedas sentirla, te abrazo mientras duermes y te observo mientras te ves en el espejo con tu mirada perdida sin saber qué pasó y sin otra alternativa más que aceptarlo.
Ed Sehnsucht
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Hola?. Hola?. Hola?...mis biscochitos, cómo han estado?...yo bien aquí de regreso a mi cuenta de Tumblr y muy contenta 😁...si si si jajaja, espero que ustedes también estén bien, en todo los sentidos me refiero mis amores 😉 jajaja...en fin llegué para servirle y ser buena onda con cada uno de ustedes 💜 😀. Saludos con cariño...besos y abrazos desde la distancia 🙃. Cuidense. PD: los extrañe mucho amigos y amigas 😁✌️
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- El camino es lo bastante largo como para no encontrar el regreso. Cruzo las calles. nadie me reconoce, nadie sabe ni nombre, nadie podría darse cuenta que hago falta si algún día dejo de cruzar estás calles. Llevo toda mi vida viendo en este lugar, cruzando el mismo camino, escuchando las misma palabras. Conozco a cada casa con sus formas roídas y cada persona dentro ella. En la esquina del parque se mudo hace dos años un matrimonio de 60 años, desde entonces comencé a pasar más tiempo en aquella esquina. pido en el puesto que está a la mitad de la calle antes de doblar la esquina; el cual que pertenece a una madre viuda un taza de te claro. llegó a la esquina y les contempló por algunos minutos; a veces solo se sientan cogidos de las manos y se miran entre silencios que parecen recorrer sus bocas e hilar sus ojos, en otras ocasiones alguno de los dos susurra al oído del otro y ríen con un silencio que la voz se les derrite.. supe en una ocasión que en un secreto confesado se enamoraban cada día y que el tiempo para ellos dejo de correr en el momento que se supieron juntos. Siento una mezcla extraña que me exaspera y me ata a volver para solo suspirar, quizás al ver mis zapatos húmedos, el silencio en mi rostro y al no encontrar los rayos del sol, o quizás es el robó que le hago a la vida al pensar cosas que no me atrevo a confesar, ni escribir -
<<Aquí estoy, diciéndole todo sin hacerlo, mientras permanece tan callada como de costumbre. Vuelvo a retomar dándome coraje en cada palmada que doy a mi pierna, ¡vamos hombre, retoma que los miedos son gigantes que se esfuman ante la luz de una voz y al saberse confesados dejan de crecer!>> retomo lentamente mirando el perfil de su rostro.
-Y entre el suspirar por algo tan distante como se encuentra mi voz de mi nombre; así paso los últimos minutos antes de volver a reanudar la caminata. Y voy al único lugar en el que puedo descansar, en el que el tiempo parece detenerse, dónde nada parece caer y siempre está floreciendo cada rincón, llegué a esta banca cuando era un niño, llegué aquí al sentir un llamado y de repente me supe frente a un enorme almendro eternamente florecido. este rincón del mundo es un lugar desierto, uno de esos lugares que huelen a polvo y conserva la humedad entre las palabras de sus habitantes-
Hago una pausa, y su mirada entre largas lágrimas y una risa estridente se hunde de nuevo en mí
- Así has llegado frente almendro. Yo crecí en el otro bando. Lo primero que recuerdo es la corteza de un árbol, el olor de un sol incesante quebrando el polvo, no habían lujos ni una forma compleja de hablar. Solo teníamos nuestros brazos, el sudor de nuestros silencios al trabajar la tierra, una vela como compañía en una mesa de palo, uno que otro disgustos al ver hacia la cuidad y tener que abandonar todo lo que creíamos en ese momento felicidad. No hubieron charlas profundas de algún tema en mi familia, ni sueños que persiguieran las flores, ni supuestos, ni relatividad, se trabajaba de sol a sol con un cuarto de pan y la garganta seca, se mezclaba lo complejo en un sencillo abrazo ¡y vamos para adelante..!, La sonrisa tan escasa que a veces se miraba de un rincón a otro preguntándose existe tal cosa, al igual habían carcajadas con alguna locura que nos hacía correr, más aun entre el calor de la piel corazones profundos latiendo. Y las noches tan silenciosas me buscaban, corrí de un lugar a otro y me encontré enfrente de este camino. Llevaba una sombrilla roja en la mano por si salía el sol, pero llovía y dejé que la lluvia recorriera mi rostro .. comencé avanzar a esta banca, quería ver de cerca el almendro. Se desvaneció la lluvia de repente -
Guardamos silencio, sus ojos en los míos. comenzó la brisa a soplar de nuevo entre las ramas del árbol
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Vuelvo a ti, ángel mío, regreso a esos tus ojos que nadan entre el esmeralda de la verdad de un dios. Recobro mi conciencia de que soy totalmente perfecta ante tu mirada, de que nada me falta, de que todo lo tengo, de que soy amada tal como Soy.
Vuelvo a ti y con suma humildad me hinco ante el resplandor de tu vestido y la desnudez de tus hermosos pies. Oro por la vida y también por el último suspiro de todas las almas que heridas, andamos en este sendero, porque no duela o porque duela sólo un poco; oro porque enjugues las lágrimas de aquellos que aún no creen en tus milagros o de esos que van desesperados sin percibir el consuelo de tus virtuosas alas.
Vuelvo a ti, al abrigo que me otorga la tibieza de tus manos, a la dulzura de tus brazos, a la paciencia de tu pecho. A la perfección que descansa en el ojo que todo lo ve y que lo llevas atado a tu frente como el único cristal que irradia auténticamente los siete colores del arcoíris.
Vuelvo a ti, a tu fuerte abrazo, a ese que también abrazará a mi padre cuando lo tengas pendiendo de tu sagrada conciencia, para que puedas otorgarnos el regalo de mirarnos otros años más, para que me permitas seguir sintiéndome la niña de papá, para que nuestra mesa pueda ser testigo de más poesía, de más historias, de más sonrisas, de más memorias.
Vuelvo a ti, mi amado Padre, virtud sanadora, verde compasión, fulgor prístino de todos los océanos que dan de beber al cosmos…
Extiendo mis manos a ti.
Me desnudo de todo mi ego.
Te entrego el alma del amado puente que me dio la vida y confío en que el manantial de tu consagración sanará lo que deba sanar. Dará paz a lo que deba sosegarse. Adormecerá toda energía que no resuene con la de la luz y hará descansar lo que corresponde que descanse.
—PalomaZerimar.
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Hola?...muy buenos días mis amores, como amanecieron hoy??...espero que muy bien con todo el pawer 😉 jajaja...por mi parte amanecí muy bien con un poco de hambre mmm aquí estoy disfrutando de mi delicioso desayuno 👉👈 jajaja... bueno espero que ustedes también hayan y estén disfrutando de su delicioso desayuno 🤤😋😅...en fin que sigan teniendo un excelente día hoy, que les estén iendo super bien en todo... vamos animo 🙃... besos y abrazos. Cuídense mucho. PD: regreso luego ❤️
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"Atardecer Dorado: Un Poema de Amor y Esperanza"
En la calma dorada de este crepúsculo, tu ausencia se dibuja en las olas, una barca solitaria navega sobre el espejo infinito del mar.
El horizonte, un suspiro de fuego, pinta de oro el adiós del día, y en cada reflejo del sol naciente, se esconde la promesa de tu regreso.
La arena, con sus dunas de caricias, guarda las huellas de un amor eterno, donde mis manos, en un acto de fe, trazan el mapa de nuestros sueños.
Cada grano, un beso detenido, cada ola, un latido en el tiempo, y la barca, solitaria en la distancia, es la esperanza de verte volver.
Tus ojos, luceros en la penumbra, mi brújula en esta travesía, me guían en la penumbra del deseo hacia el abrazo de tu amor distante.
Oh, amor, en este crepúsculo eterno, donde el sol se funde con el mar, mis versos son el eco de tu nombre, un canto que en la brisa se va.
Así, entre sombras y luces de oro, mi corazón late en tu recuerdo, y en cada ola, en cada rayo de sol, vivo el sueño de amarte en silencio.
Y en este horizonte que se apaga, donde la noche tiende su manto, mi alma se convierte en marinero, navegando en las aguas de tu encanto.
Los susurros del viento me llaman, cantan tu nombre en la penumbra, y la barca solitaria, testigo fiel, se adentra en los misterios del ocaso.
En cada ola, en cada brisa suave, siento el latir de tu presencia, como un murmullo dulce y constante que embriaga mi ser de tu esencia.
Las estrellas comienzan su danza, titilando en el lienzo oscuro del cielo, y en ellas veo tus ojos brillar, faros de amor en la inmensidad.
La noche, con su manto de seda, nos envuelve en su magia serena, y en el silencio cómplice del mar, nuestros corazones laten en poema.
Oh, amor, eres la marea que me arrastra, la ola que besa mis orillas, y en esta quietud dorada y profunda, mi espíritu se funde con el tuyo.
Así, en el vaivén eterno de la vida, en el murmullo del mar y del viento, mi amor por ti es un faro en la tormenta, una luz que nunca se extingue en el tiempo.
Que este crepúsculo sea testigo de la promesa que en el alma llevo, de amarte más allá del horizonte, más allá del tiempo y del universo.
Autor: @magneticovitalblog
Imagen : @sky15022010
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Ahhh, Mati maravillado por ser el único centro de atención de Santi. Le encanta la sensación y encima los dos solitos tuvieron una cena re linda y la pasó re bien con el rubio le encanta decirle cualquier boludes con tal de hacerlo reír. Pero... falta Enzo, es lo que piensa Mati de vez en cuando durante su salida con Santi. Porque a Mati tmb le encanta tener la atención de Enzo y también le gusta hacer reír al uruguayo y escuchar esa risa tan estridente que tiene cuando se tienta cuando él lo hace reír.
Obvio que cuando Enzo vuelve del viaje, Mati pretende que no tuvo una crisis emocional en su cabeza esperando su regreso y que todo está igual que siempre además de negar de que haya estado un poco más pegado a Santi durante su ausencia.
¿El silencio y la paz que reina en la casa todo ese tiempo que están solos? Matías encantado porque pueden dormir juntos siempre, Santiago lo despierta todos los días llevándole el desayuno, es súper atento, lo mima 24/7, obedece todas sus órdenes y lo deja hacerle lo que quiere...
Obvio que extraña que Enzo lo esté vigilando todo el tiempo, que lo corrija cuando se desubica (sobre todo las correcciones privadas...), que siempre esté pendiente de él aunque lo haga con el mayor disimulo posible. Le encanta tener todo el poder que tiene sobre Santiago, pero también se aburre porque de vez en cuando también necesita relegar, dejar ese rol dominante y estar bajo el control ajeno.
Cuando llega Enzo, muy temprano y en silencio, Matías se despierta por el ruido de la puerta y deja a Santiago durmiendo para ir a recibir a su persona favorita al mayor. Enzo no se espera el abrazo de bienvenida y tampoco todos los besos, pero no se queja, está feliz de volver y ver que Mati lo extrañó tanto como para portarse así.
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Carta: Heri
En los últimos dos años he experimentado un miedo del cual se necesita mucha valentía y paciencia para afrontarlo, y es: la indiferencia. El sol y la luna han brillado para todos durante miles de años. El hombre ha desarrollado diversas formas de lenguaje. La naturaleza convive en sí misma de manera combativa, sin embargo, negar una segunda oportunidad puede desangrar un alma. Aquel miedo turba tus pasiones, quebranta tus acciones y enlutan tus deseos. Es un miedo que he combatido desde hace meses, y del cual he aprendido a querer y a quererme. A mí no me espasmos sentir miedo, porque el miedo me inspira, al igual que la tristeza. No pienses que soy un hombre triste o que dramatizo cualquier quebranto. No. Te juro por cada nube que habita en los cielos que cada día me esfuerzo por darle sentido a mis tristezas, porque no hay peor tristeza, que una tristeza sin rostro. Aquel miedo hizo que me perdiera tantas veces que ya no temo a volver a aquellos extravíos de errabundos. Espero tu regreso, no lo negaré, pero lo espero entre brisas calidad y nubes color luna y con el corazón lleno de vino rojo. Te espero, querida. Un abrazo.
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