althea-valentine
≪•Fall Deeper and Deeper•≫
11 posts
• ° The sirens are singing your song ° •
Don't wanna be here? Send us removal request.
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Cada roce, cada beso, dejaba a su paso pequeñas marcas de calor, que se extendían por toda su nívea piel, dejando un camino de excitación en su cuerpo. Se sentía como un abrasador fuego que recorría todo a su paso, devorando todo a su paso.
Sus ojos se fijaron en el hermoso ser frente a él. Atento, lo siguió con la mirada, preservando en su mente los movimientos que realizaba, grabando con hierro ese momento que esperaba volver a repetir.
Nunca en su vida pensó que ver a un hombre de rodillas le causaría tal éxtasis. Pero allí estaba Valentine, arrodillado y metido entre sus piernas. La intención era clara, se tenía que ser muy tonto para no darse cuenta de lo que e avecinaba.
El aire acarició aquella íntima zona tan pronto quedó liberada se aquel encierro llamado ropa. Cruzaron sus miradas, las estilizadas manos de Valentine tomaron su miembro y, como si fuera un dulce, su lengua recorrió desde la base hasta la punta. Con un pequeño gruñido como compañero, las caderas del espectro de Wyvern se movieron hacia delante; buscando, de manera automática, tener más de esos delgados labios.
Tomó los finos y rosados cabellos entre los dedos de su mano diestra, jalando de ellos para poder crear un poco de separación entre su subordinado y su ingle. Su zurda bajó hasta su entrepierna, tomando su propio pene y acariciándole de forma rítmica, subiendo y bajando desde la base hasta la punta.
— Necesito que abras esa hermosa boquita tuya, Valentine — liberó sus cabellos y lentamente acarició su piel hasta llegar a esos delicados labios, presionando con su dedo pulgar, invitándolo a abrirlos — Quiero poseerte de todas las formas posibles, y no creo tener la paciencia suficiente para seguir esperando —
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
×Mechones mutilados×
Tras largas noches de pensarlo y dedicarle al rubio algunas otras tantas... esa mañana se levantó con ganas de cambiar un poco para lograr su objetivo. Ya no podía conciliar el sueño, gracias a la poca luz que se les permitía conservar le permitió observar una y otra vez las figuras plasmadas en el lienzo pintado de la cúpula de su aposento, pero sin duda estas ya le habían hastiado.
Los innumerables intentos previos que había puesto en práctica para llamar la atención de su superior no habían dado los resultados esperados.
Se había quedado en espera, como un rapaz ansioso de conseguir el oro que le dará cinco minutos de felicidad, torpe e insulso al caer en tales ideas fantasiosas; todo en espera de una mirada distinta, una palabra o frase que sonase diferente, aunque fuese en ese tono siempre agresivo, un sólo momento a su lado mientras el británico bebía su whisky y levantaba su fiera mirada; iluminada apenas por el fuego de la hoguera que adornaba también la silueta de las efigies altas del templo.
No había logrado nada distinto en todo ése tiempo y por más desvalido que se sentía cuando notaba esa indiferencia, estaba ante todo, el honor de mantenerse estoico frente a su señor y dedicarle silenciosos y eternos cumplidos, adorarlo en cada acción como a un dios mientras tanteaba con devoción la orilla del vaso de cristal, justo donde esos labios se habían posado.
Tomó dos hojas afiladas y brillantes. Pudo notar el reflejo de sus ojos claros en el acero antes de acercarlo a su rostro y cortó. Sintió el peso aligerarse y una especie de liberación que fue acompañada de una sonrisa oscura, efímera y pequeña.
Los mechones rosas cayeron apresuradamente resbalando por su espalda y quedando desperdigados por el gélido mármol. Con un ápice de confianza ligeramente mayor, fue al encuentro de su señor en Caina.
Esperó al menos dos veces después de tocar a la puerta, antes de atreverse a posar un pie dentro.
Tumblr media
17 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Enfocó sus azules ojos sobre la puerta tan pronto escuchó el picaporte girar. Un sentimiento se instauró en su ser, una ansiedad que nunca antes había experimentado en su vida, se sentía como si no pudiera hacerle frente a una temible sombra de su pasado, una sombra que sabía, no lo iba a lastimar, pero que le generaba pavor, un miedo que no podía describir.
Nervioso, hizo un examen visual al hombre que ingresó a la habitación. Sus cabellos negro azabache ondeaban con gracia a cada paso que daba, su piel pálida, casi sobrehumana, brillaba majestuosa con la poca luz de la habitación. Y sus ojos, esos profundos ojos verde esmeralda se clavaron como dagas en su cuerpo, haciéndolo desviar la mirada, mientras sentía como su corazón brincaba frenético, como si deseará salir huyendo de su pecho.
El sonido de su voz, contrario a su mirada, le generaba paz. Parecía ser cálida a pesar de lo grave que sonaba, una voz digna del rey del inframundo, porque aún sin haberlo visto antes, sabía que era Hades, la persona que lo había secuestrado.
Giró sus ojos hacía el dios y observó la copa de vino que le estaban ofreciendo. Temeroso, aceptó la bebida y realizó una pequeña cata, un pequeño hábito que tenía desde que empezó a beber, incluso lo hacía con bebidas que ya había probado y con bebidas sin alcohol.
— ¿Esperamos? — no entendía de que hablaba, miró a Hades algo confundido mientras intentaba averiguar, sin éxito, que estaba pasando — Lo lamentó, pero no se de que hablas. Si es sobre una guerra santa, no pienso involucrar de nuevo a los marinas —
La paz había tardado demasiado en llegar y no pensaba arruinar el sacrificio de los valerosos guerreros, tanto propios como de Athena. Ambos dioses dejaron atrás sus rencores pasados y se alzaron en armas contra el olimpo para poder defender la tierra, no iba a arriesgar lo ganado por un promesa que Hades y Poseidón hicieron en el pasado.
— Puedo saber ¿Porqué me trajiste hasta aquí? —
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
⊹⊱••• Promesas •••⊰⊹
Hades x Poseidón/Julian
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Su cabeza dolía como nunca antes lo había hecho. Llevaba días sin poder concentrarse como era debido. Extraños sueños iban y venían a su mente, recuerdos de un ayer que parecía tan lejano pero a la vez muy familiar, como si ya hubiese vivido aquello que soñaba casi a diario.
Todas las noches se levantaba agitado, con un fuerte sentimiento de opresión en su pecho. Resonando en su cabeza la promesa que él mismo le hacía a una persona cuyo rostro le era todo un misterio. Por más que intentara enfocar su mirada, las facciones de aquel ser que lo atormentaba se volvían cada vez más difusas.
Sorrento intentó ayudarlo en más de una ocasión, recitando melodías con su flauta para forzarlo a descansar, incluso para volver más nítidos aquellos melancólicos recuerdos, pero todo era en vano. Incluso intentaron contactar al emperador de los mares pero no había respondido, llevaban semanas sin recibir respuesta alguna. Julian ya se había dado por vencido, aceptando todo eso que lo acompañaba durante sus solitarias noches. 
Apenas sus pies cruzaron el umbral de la mansión Solo, subió casi corriendo a su habitación. Necesitaba descansar. Se sentía agotado a pesar de no hacer mucho durante el día. Sólo asistió a la oficina a firmar varios documentos importantes, Sorrento se había encargado de las juntas corporativas y demás eventos de carácter similar. No había motivos para estar cansado como lo estaba en esos momentos.
Sentía que un tren le pasó por encima repetidas veces.
Apenas tocó la suavidad de las costosas sábanas de seda, su cuerpo se rindió por completo, dejándolo inmóvil sobre la cama mientras poco a poco, sus ojos se iban cerrando y caía rendido en los brazos del dios del sueño.
Acompañado por un suave aroma a flores que no percibió cuando entró a su cuarto, Julian quedó profundamente dormido. Ajeno a la sombra que lo acechaba desde un rincón.
Tumblr media
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
5 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Como en un telar, su mente empezaba a hilar recuerdos que nunca antes había tenido pero que sentía como propios. Memorias de una guerra que nunca libró, noches solitarias anhelando el calor de la persona que lo acompañaba en sus sueños, fragmentos de una promesa que nunca se cumplió por culpa de un anhelante deseo de poder.
Poseidón se lo había dicho en el pasado, cuándo tomó su cuerpo por un instante y envió las armaduras de oro a los elíseos para ayudar a los santos de bronce. Le dijo que algún día ambos serían uno solo, que todo lo que le pertenecía sería de él y viceversa. Que su alma viviría como parte de él, y no en él.
Pero ¿Quien sería entonces? ¿Seguiría siendo Julian Solo o sería Poseidón?
Caricias sobre su piel lo sacaron de su recién formulado dilema de identidad. Fuertes manos recorrían su cuerpo con suaves toques, fríos labios arrancaban gemidos desde lo más profundo de su garganta mientras su ser temblaba sobre un lecho de flores que desprendían un dulce y suave aroma. Sus propias manos se aferraban con pasión al cuerpo que ya conocía y cuya identidad seguía siendo un misterio, sólo podía apreciar finas cascadas negras sobre ese pálido y sudoroso torso.
De sus labios intentaba salir un nombre, pero sus gemidos le imposibilitaban formular palabra alguna. La voz grave del otro hombre le pedía recitar su nombre, una y otra vez le pedía recordar lo que los unió en el pasado y esa promesa que ambos hicieron en los Campos Elíseos. Una fina gota resbaló con suavidad por uno de sus ojos, seguida por un sentimiento de tristeza que nunca antes había experimentado.
Como un susurro que lleva el viento, sus labios clamaron aquel nombre que anhelaba gritar, acompañado de una breve disculpa, siendo envuelto por ese amargo sentimiento de tristeza.
(Lo siento, Hades)
Sus ojos se abrieron de golpe. Su corazón saltaba con tal desespero que parecía querer abrir su pecho y salir huyendo. Intento calmarse, llevando ambas manos hacia el lado izquierdo de su torso, intentando calmar esa sensación que lo estaba perturbando.
Tardó unos minutos en poder controlarse, respirando profundo para calmar los intensos latidos de su corazón. Sus párpados volvieron a abrirse y, para su sorpresa, se encontró en una habitación distinta a la suya. De inmediato pensó que Sorrento, o algún otro general, lo había transportado al santuario marino, pero viendo más a detalle la recámara, se dio cuenta que ese no era el caso.
La arquitectura distaba por completo de las habitaciones que había en el templo submarino. Mientras que en sus dominios todo era reluciente y llamativo, el lugar donde estaba poseía un ambiente por gótico y misterioso, muy al estilo de esas películas sobre vampiros que solía ver cuando estaba aburrido.
— Es muy hermoso — atinó a decir mientras admiraba anonadado el inmenso candelabro que colgaba sobre él y sus dedos acariciaban la suave seda púrpura que habían usado para cubrir la cama, pasando después a la delgada toga de color gris oscuro que le habían puesto en remplazo del elegante traje blanco que había antes de su aparente secuestro.
— Hades — susurró para si mismo, recordando el vívido sueño que había tenido antes de despertar en ese lugar, que muy probablemente debía ser el mismísimo inframundo.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
⊹⊱••• Promesas •••⊰⊹
Hades x Poseidón/Julian
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Su cabeza dolía como nunca antes lo había hecho. Llevaba días sin poder concentrarse como era debido. Extraños sueños iban y venían a su mente, recuerdos de un ayer que parecía tan lejano pero a la vez muy familiar, como si ya hubiese vivido aquello que soñaba casi a diario.
Todas las noches se levantaba agitado, con un fuerte sentimiento de opresión en su pecho. Resonando en su cabeza la promesa que él mismo le hacía a una persona cuyo rostro le era todo un misterio. Por más que intentara enfocar su mirada, las facciones de aquel ser que lo atormentaba se volvían cada vez más difusas.
Sorrento intentó ayudarlo en más de una ocasión, recitando melodías con su flauta para forzarlo a descansar, incluso para volver más nítidos aquellos melancólicos recuerdos, pero todo era en vano. Incluso intentaron contactar al emperador de los mares pero no había respondido, llevaban semanas sin recibir respuesta alguna. Julian ya se había dado por vencido, aceptando todo eso que lo acompañaba durante sus solitarias noches. 
Apenas sus pies cruzaron el umbral de la mansión Solo, subió casi corriendo a su habitación. Necesitaba descansar. Se sentía agotado a pesar de no hacer mucho durante el día. Sólo asistió a la oficina a firmar varios documentos importantes, Sorrento se había encargado de las juntas corporativas y demás eventos de carácter similar. No había motivos para estar cansado como lo estaba en esos momentos.
Sentía que un tren le pasó por encima repetidas veces.
Apenas tocó la suavidad de las costosas sábanas de seda, su cuerpo se rindió por completo, dejándolo inmóvil sobre la cama mientras poco a poco, sus ojos se iban cerrando y caía rendido en los brazos del dios del sueño.
Acompañado por un suave aroma a flores que no percibió cuando entró a su cuarto, Julian quedó profundamente dormido. Ajeno a la sombra que lo acechaba desde un rincón.
Tumblr media
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
5 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Era una verdadera lástima. Realmente quería escuchar porque Valentine le tenía tanto aprecio. Escuchar una (posiblemente extensa) lista de las virtudes que una persona veía en él, hubiera sido suficiente para enaltecer su ya de por si crecido ego. Jamás podría aburrirse escuchando a una persona hablar maravillas de su persona, pero Valentine no quería hablar y él no quería sonar desesperado.
Lo mejor era dejar el tema en paz.
Bebió de su vaso, mucho más calmado que veces pasadas, dejando que el licor bajará lentamente por su garganta, brindándole un placentero calor que siempre le traía paz y le ayudaba a ordenar sus ideas. Aunque por alguna razón, en vez de ayudar, revolvía más su mente, creando un molesto cúmulo de pensamientos desordenados.
El sonido metálico nuevamente hizo acto de presencia. Levantó su rostro y se encontró con una visión casi divina. La delgada tela se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, marcando la musculatura que había ganado desde que se volvió un espectro. A cada paso que daba, apreciaba detalles que nunca hubiese detectado anteriormente, y ese estúpido cabello lo hacia ver cada vez mejor.
Su cuerpo se estremeció con el suave toque en su nuca. Si lo que pensaba en esos momentos, era lo mismo que Valentine tenía en mente, la idea era bien recibida. Intimar con ese hermoso joven no le parecía tan descabellado en esos momentos.
— Adelante Valentine... Ayúdame a liberar todo el estrés que he acumulado durante está semana —
Su mano izquierda subió hasta encontrar una de las manos sobre sus hombros, buscando entrelazar sus dedos con los del contrario, ansiando sentir un poco de su calidez. Un pequeño gesto que no solía compartir con muchos y que uso para decir que también quería hacer más íntimo ese encuentro inesperado. Para él no había vuelta atrás; si Valentine lo quería, él iba a responderle.
— Compláceme Valentine... Tienes el permiso de hacer conmigo lo que quieras —
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
 @ diamondhellish
×Mechones mutilados×
Tras largas noches de pensarlo y dedicarle al rubio algunas otras tantas... esa mañana se levantó con ganas de cambiar un poco para lograr su objetivo. Ya no podía conciliar el sueño, gracias a la poca luz que se les permitía conservar le permitió observar una y otra vez las figuras plasmadas en el lienzo pintado de la cúpula de su aposento, pero sin duda estas ya le habían hastiado.
Los innumerables intentos previos que había puesto en práctica para llamar la atención de su superior no habían dado los resultados esperados.
Se había quedado en espera, como un rapaz ansioso de conseguir el oro que le dará cinco minutos de felicidad, torpe e insulso al caer en tales ideas fantasiosas; todo en espera de una mirada distinta, una palabra o frase que sonase diferente, aunque fuese en ese tono siempre agresivo, un sólo momento a su lado mientras el británico bebía su whisky y levantaba su fiera mirada; iluminada apenas por el fuego de la hoguera que adornaba también la silueta de las efigies altas del templo.
No había logrado nada distinto en todo ése tiempo y por más desvalido que se sentía cuando notaba esa indiferencia, estaba ante todo, el honor de mantenerse estoico frente a su señor y dedicarle silenciosos y eternos cumplidos, adorarlo en cada acción como a un dios mientras tanteaba con devoción la orilla del vaso de cristal, justo donde esos labios se habían posado.
Tomó dos hojas afiladas y brillantes. Pudo notar el reflejo de sus ojos claros en el acero antes de acercarlo a su rostro y cortó. Sintió el peso aligerarse y una especie de liberación que fue acompañada de una sonrisa oscura, efímera y pequeña.
Los mechones rosas cayeron apresuradamente resbalando por su espalda y quedando desperdigados por el gélido mármol. Con un ápice de confianza ligeramente mayor, fue al encuentro de su señor en Caina.
Esperó al menos dos veces después de tocar a la puerta, antes de atreverse a posar un pie dentro.
Tumblr media
17 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Su mirada permaneció clavada sobre su presa como un frío puñal. Cada gesto, cada facción de su delicado rostro, todo en Valentine le hacía sacar lo más oscuro de su alma. Ese sutil gesto con su lengua le excitó, deseaba que en vez de pasear por esos finos labios que poseía y que anhelaba degustar, esa rosada lengua degustara otra zona mucho más íntima, necesitaba caer completamente en esas redes que la Arpía le había tendido sin intención alguna. Un juego más del azar al que todos llaman vida.
Se estremeció al sentir el travieso toque subir por su muslo hasta llegar a un área en especial. A pesar de llevar puesta parte de su armadura, podía sentir los delicados toques, erizando los vellos de su piel conforme iba ascendiendo lenta y tortuosamente.
Cual serpiente, su lengua inició un recorrido para degustar aquella carne. Desde el mentón, fue dejando húmedas caricias, deteniéndose por esos pálidos labios, a los cuáles probó poco a poco, yendo de una comisura a la otra y degustando los pocos (casi nulos) residuos de au propia sangre.
Continuó su viaje hasta la oreja. Brindándole pequeñas caricias antes de decidir usar sus dientes, mordiendo con tal fuerza que uno de sus colmillos fuese capaz de perforar el lóbulo, dejando salir un poco de su sangre, la cuál limpió con su propia lengua. Podría decirse que era una especie de retribución.
— Escúchame bien Valentine. Tu único deber, es servirme y desearme como lo haces ahora —
Tomó en su mano varios de sus mechones de cabello, llevándolos a su nariz para impregnarse con ese dulce aroma que usaba como fragancia. Aspiró hasta quedar satisfecho, ansiando seguir degustando su cuerpo y marcarlo como propio.
— Eres mío, así como yo también te pertenezco — dijo con voz grave, ahogando pequeños gruñidos producto de la excitación que sentía en esos momentos. Tomó nuevamente el rostro del menor con su mano, obligándolo a verse mutuamente sólo para poder juntar sus labios en un efímero toque.
— No lo olvides nunca Valentine. Puedes hacer conmigo lo que te plazca... porque yo haré lo mismo contigo —
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
╰╮Radamanthis x Valentine Roleplay╭╯
¿Cuantas veces había llenado aquel vaso?
¿Tres? ¿Tal vez cinco?
Poco le importaba realmente. Existía un sentimiento de soledad que lo invadía cada noche, sentimiento que intentaba borrar con alcohol, especialmente con whisky. Tal vez la monotonía que vivía en el inframundo era la culpable de su sentir; o tal vez muy dentro de su ser habitaba algún sentimiento que deseaba ser saciado.
Levantó aquel vaso a la altura del rostro, observando su reflejo sobre el húmedo cristal, encontrándose con su férrea y amenazante mirada. Poco a poco el cristal fue perdiendo su estabilidad, fragmentandose lentamente hasta quedar hecho añicos sobre la mano del juez del inframundo.
Sin importar las heridas en su diestra o el desastre sobre la alfombra, el hombre avanzó hacía el enorme escritorio que había en su salón privado, lugar dónde solia recluirse la mayor parte del tiempo, evitando la molesta presencia del resto de espec@tros.
Se dejó caer sobre el mullido asiento tras el escritorio, sobre el cual subió ambas piernas, ignorando la pila de documentos que salieron despedidos hacía el suelo con su acción. Observó su mano derecha, admirando como su propia sangre tenía de carmín los pequeños fragmentos de cristal incrustados en su palma.
El golpeteo de la puerta se hizo presente en la silenciosa habitación. Sabía quien era, así como sabía que entraría sin esperar la orden, no por nada era el hombre a quien le depositaba su entera confianza y él único en tener ese privilegio. Valentine era completamente devoto a él, incluso podia jurar que la devoción que le profesaba se anteponia por sobre la de Hades. Tal devoción le generaba un profundo interés por su subordinado, interés que negaba a aceptar.
— ¿Qué se te ofrece Valentine? — clamó con su muy característica voz autoritaria, sin despegar la mirada de su mano, como si estuviese admirando una obra de arte.
7 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
⊹⊱••• Promesas •••⊰⊹
Hades x Poseidón/Julian
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Su cabeza dolía como nunca antes lo había hecho. Llevaba días sin poder concentrarse como era debido. Extraños sueños iban y venían a su mente, recuerdos de un ayer que parecía tan lejano pero a la vez muy familiar, como si ya hubiese vivido aquello que soñaba casi a diario.
Todas las noches se levantaba agitado, con un fuerte sentimiento de opresión en su pecho. Resonando en su cabeza la promesa que él mismo le hacía a una persona cuyo rostro le era todo un misterio. Por más que intentara enfocar su mirada, las facciones de aquel ser que lo atormentaba se volvían cada vez más difusas.
Sorrento intentó ayudarlo en más de una ocasión, recitando melodías con su flauta para forzarlo a descansar, incluso para volver más nítidos aquellos melancólicos recuerdos, pero todo era en vano. Incluso intentaron contactar al emperador de los mares pero no había respondido, llevaban semanas sin recibir respuesta alguna. Julian ya se había dado por vencido, aceptando todo eso que lo acompañaba durante sus solitarias noches. 
Apenas sus pies cruzaron el umbral de la mansión Solo, subió casi corriendo a su habitación. Necesitaba descansar. Se sentía agotado a pesar de no hacer mucho durante el día. Sólo asistió a la oficina a firmar varios documentos importantes, Sorrento se había encargado de las juntas corporativas y demás eventos de carácter similar. No había motivos para estar cansado como lo estaba en esos momentos.
Sentía que un tren le pasó por encima repetidas veces.
Apenas tocó la suavidad de las costosas sábanas de seda, su cuerpo se rindió por completo, dejándolo inmóvil sobre la cama mientras poco a poco, sus ojos se iban cerrando y caía rendido en los brazos del dios del sueño.
Acompañado por un suave aroma a flores que no percibió cuando entró a su cuarto, Julian quedó profundamente dormido. Ajeno a la sombra que lo acechaba desde un rincón.
Tumblr media
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
5 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
¿Que si no le agradaba?
Radamanthys estaba a nada de lanzarse encima de Valentine como león hambriento dispuesto a devorar a su pobre e indefensa presa. Deseaba hincarle el diente a ese blanco cuello hasta dejarle marcas violetas que tarden semanas en desaparecer. Ese maldito cabello corto lo estaba volviendo loco.
Su luto por el cabello largo se fue tan pronto apareció Valentine y su cabello corto en sus insanos y lujuriosos pensamientos. Poco le importó haber tirado la pila de papeles ya firmados y sellados en la que estuvo trabajando desde hace algunos días, sólo se sentó en el escritorio y bebió de golpe todo el contenido del vaso. Limpiándose con el dorso de la mano los pequeños hilos de licor que escaparon por la comisura de sus labios.
Su rostro se giró hacía Valentine al escucharlo decir que desde hace mucho tiempo había querido estar a su lado. Arqueó la ceja y sostuvo la mirada sobre él, intentando descifrar porque le tenia tanto afecto, cariño, devoción o lo que sea que Valentine sintiera por él.
El propio Radamanthys sabía el carácter que se cargaba. Era gruñón, le gustaba dar ordenes y odiaba a casi todo el mundo, nunca mostraba consideración por nadie y tenia fama de ser un amante de la soledad. ¿Que encontraba tan interesante en él para seguirlo como un perro a su amo?
— ¿Porque quieres estar a mi lado? No soy presisamente la mejor compañía — sorprendentemente su voz salió mas tranquila de lo habitual, aunque no por ello dejaba de sonar gruesa e imponente, simplemente no parecía estar dando órdenes.
— Y... ese corte de cabello te queda bien —
Dijo con una sinceridad impropia de él. Probablemente ya estaba bastante alcoholizado y no se había dado cuenta, por eso actuaba de forma extraña y pensaba en hacerle cosas no aptas para todas las edades a su subordinado.
Se levantó del escritorio de un salto, ignorando a Valentine y caminando hacia un pequeño mueble que había junto a uno de los libreros, donde solía guardar sus licores. Buscó algún residuo de Whisky pero al parecer todas las botellas que tenia se las había tomado a lo largo de la semana y no habia mandado a rellenarlas, sólo tenía una botella de Brandy a medias, una botella de Coñac más vacía que su alma y una botella miniatura de Tequila que Minos le regaló en su cumpleaños. Tomo el Brandy algo molestó y se fue a sentar de nuevo junto a Valentine, rellenando su vaso mientras ponía su típica cara de pocos amigos.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
@diamondhellish
×Mechones mutilados×
Tras largas noches de pensarlo y dedicarle al rubio algunas otras tantas... esa mañana se levantó con ganas de cambiar un poco para lograr su objetivo. Ya no podía conciliar el sueño, gracias a la poca luz que se les permitía conservar le permitió observar una y otra vez las figuras plasmadas en el lienzo pintado de la cúpula de su aposento, pero sin duda estas ya le habían hastiado.
Los innumerables intentos previos que había puesto en práctica para llamar la atención de su superior no habían dado los resultados esperados.
Se había quedado en espera, como un rapaz ansioso de conseguir el oro que le dará cinco minutos de felicidad, torpe e insulso al caer en tales ideas fantasiosas; todo en espera de una mirada distinta, una palabra o frase que sonase diferente, aunque fuese en ese tono siempre agresivo, un sólo momento a su lado mientras el británico bebía su whisky y levantaba su fiera mirada; iluminada apenas por el fuego de la hoguera que adornaba también la silueta de las efigies altas del templo.
No había logrado nada distinto en todo ése tiempo y por más desvalido que se sentía cuando notaba esa indiferencia, estaba ante todo, el honor de mantenerse estoico frente a su señor y dedicarle silenciosos y eternos cumplidos, adorarlo en cada acción como a un dios mientras tanteaba con devoción la orilla del vaso de cristal, justo donde esos labios se habían posado.
Tomó dos hojas afiladas y brillantes. Pudo notar el reflejo de sus ojos claros en el acero antes de acercarlo a su rostro y cortó. Sintió el peso aligerarse y una especie de liberación que fue acompañada de una sonrisa oscura, efímera y pequeña.
Los mechones rosas cayeron apresuradamente resbalando por su espalda y quedando desperdigados por el gélido mármol. Con un ápice de confianza ligeramente mayor, fue al encuentro de su señor en Caina.
Esperó al menos dos veces después de tocar a la puerta, antes de atreverse a posar un pie dentro.
Tumblr media
17 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
Estaba realmente molesto. No con Valentine, n por haberse cortado sus largos y sedosos cabellos. El menor se veía endemoniadamente bien con ese nuevo corte, tenía su hermoso cuello completamente a su merced, listo para ser mordido mientras lo sometía contra su cama y lo hacia suyo una y otra vez.
Estaba molesto consigo mismo. Tantas oportunidades que tuvo para poseer a Valentine y las dejó pasar por su propia necedad, porque consideraba los sentimientos que tenía por su subordinado como una debilidad. Y ahora se arrepentía de su indecisión.
¿Cuánto tiempo tendría que esperar para que recuperará su antiguo largo? Pasarían meses enteros sin poder apreciar aquellas delegadas y largas fibras desparramadas sobre sus sábanas. Uno de sus más grandes deseos se iba a la basura por su propi estupidez y por el repentino cambio de look de Valentine.
Infló su pecho con aire, aspirando tanto como sus pulmones le permitieran, para despues de unos instantes dejarlo salir de golpe mientras gruñía para sus adentros. Valentine no tenía la culpa, el cambio de cabello lo hacía ver igual (incluso más) hermoso que antes. Su enfado era solo por sus estúpidas, y hasta cierto punto infantiles, fantasías íntimas.
— No estoy molesto — intentó parecer calmado pero su tono de voz no le era mucho de ayuda, su voz parecía estar configurada solo para dar órdenes.
— Sólo... me tomaste por sorpresa  —
Se dio media vuelta y miró los nuevos documentos sobre su escritorio, suspiró con enfado mientras maldecía a todos los muertos que llegaban al inframundo, incluidos sus poco responsables compañeros, de quienes empezaba a sospechar que le daban parte de su trabajo.
— No pienso castigarte… A menos que consideres como un castigo el tener que beber conmigo —
Mandando al diablo su trabajo, buscó un par de vasos limpios y sirvió de la primer botella de licor que encontró. Ni idea de que estaba ofreciéndole de beber pero le extendió el vaso, esperando que aceptará su invitación.
— Si no quieres puedes largarte —
×Mechones mutilados×
Tras largas noches de pensarlo y dedicarle al rubio algunas otras tantas... esa mañana se levantó con ganas de cambiar un poco para lograr su objetivo. Ya no podía conciliar el sueño, gracias a la poca luz que se les permitía conservar le permitió observar una y otra vez las figuras plasmadas en el lienzo pintado de la cúpula de su aposento, pero sin duda estas ya le habían hastiado.
Los innumerables intentos previos que había puesto en práctica para llamar la atención de su superior no habían dado los resultados esperados.
Se había quedado en espera, como un rapaz ansioso de conseguir el oro que le dará cinco minutos de felicidad, torpe e insulso al caer en tales ideas fantasiosas; todo en espera de una mirada distinta, una palabra o frase que sonase diferente, aunque fuese en ese tono siempre agresivo, un sólo momento a su lado mientras el británico bebía su whisky y levantaba su fiera mirada; iluminada apenas por el fuego de la hoguera que adornaba también la silueta de las efigies altas del templo.
No había logrado nada distinto en todo ése tiempo y por más desvalido que se sentía cuando notaba esa indiferencia, estaba ante todo, el honor de mantenerse estoico frente a su señor y dedicarle silenciosos y eternos cumplidos, adorarlo en cada acción como a un dios mientras tanteaba con devoción la orilla del vaso de cristal, justo donde esos labios se habían posado.
Tomó dos hojas afiladas y brillantes. Pudo notar el reflejo de sus ojos claros en el acero antes de acercarlo a su rostro y cortó. Sintió el peso aligerarse y una especie de liberación que fue acompañada de una sonrisa oscura, efímera y pequeña.
Los mechones rosas cayeron apresuradamente resbalando por su espalda y quedando desperdigados por el gélido mármol. Con un ápice de confianza ligeramente mayor, fue al encuentro de su señor en Caina.
Esperó al menos dos veces después de tocar a la puerta, antes de atreverse a posar un pie dentro.
Tumblr media
17 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
Percibió el resonar metálico de la armadura de la Arpía abriéndose paso por la habitación, acercándose con cautela hasta el sofá donde resposaba mientras admiraba su pequeña obra de arte, viendo caer los delgados hilos de sangre por su muñeca hasta perderse en la oscuridad de su túnica.
Lo observó por el rabillo del ojo por un breve instante. Como si quisiera comprobar que era Valentine quien lo visitaba y no alguna presencia poco grata, como lo eran Minos o Aiacos, que si bien apreciaba, no deseaba verlos o hablar con ellos en esos momentos. Por alguna razón, sólo era el originario de Chipre quien le daba un poco de paz, su sola presencia era un remedio para su dañada alma.
Escuchó atentamente sus palabras mientras su rostro parecía mantenerse incorruptible ante el llamado de la representante de Hades. Sabía el motivo de la reunión, no era la primera vez y muy probablemente, tampoco la última. Y como toda las veces, la rechazaba de la manera más cordial, solo le brindaba una compañía que no sobrepasará los límites de un superior y un subordinado.
Como un efímero destello, su carmesí obra de arte desapareció de su mira. Clavó su mirada en el ladrón de arte, que con sus aterciopeladas manos cubría con genuina dedicación las heridas que el mismo había provocado. Poco a poco la fina seda violeta fungió como improvisado vendaje, cubriendo casi por completo su palma herida.
Clavó su mirada en Valentine al escuchar sus palabras, mirando con detenimiento el rosado músculo que paseaba por su piel, limpiando la tibia sangre que aún salía de sus heridas. Todo su ser se estremeció desde la punta de sus pies hasta su cabeza, enviando una corriente eléctrica por toda su columna vertebral.
Deseaba romper ese vínculo de superior y subordinado con Valentine, por él, y solo por él, sería capaz de romper esa línea y esa estúpida norma que el mismo habia establecido años atrás, jurandose nunca involucrarse con alguien de su misma facción. No comprendía su profundo interés en el espectro de la Arpía, tal vez era víctima de algún hechizo y solo deseaba devorar su alma.
Si ese era el caso, lo había logrado.
Con su otra mano, tomó su barbilla y lo obligó a cruzar miradas. Se perdió en aquellos destellantes ojos dorados, mientras sus más profundos deseos luchaban por salir de golpe por cada poro de su ser, anhelando mancillar su níveo cuerpo hasta quedar ambos exhaustos.
— No se que me hiciste Valentine — vocalizó desde lo mas profundo de su garganta, acercándose lentamente a ese delicado rostro sobre su mano, haciendo que sus respiraciones se unieran en una sola — Has calado en lo mas profundo de mi ser, que me es imposible arrancate... Será mejor que te prepares para las consecuencias —
╰╮Radamanthis x Valentine Roleplay╭╯
¿Cuantas veces había llenado aquel vaso?
¿Tres? ¿Tal vez cinco?
Poco le importaba realmente. Existía un sentimiento de soledad que lo invadía cada noche, sentimiento que intentaba borrar con alcohol, especialmente con whisky. Tal vez la monotonía que vivía en el inframundo era la culpable de su sentir; o tal vez muy dentro de su ser habitaba algún sentimiento que deseaba ser saciado.
Levantó aquel vaso a la altura del rostro, observando su reflejo sobre el húmedo cristal, encontrándose con su férrea y amenazante mirada. Poco a poco el cristal fue perdiendo su estabilidad, fragmentandose lentamente hasta quedar hecho añicos sobre la mano del juez del inframundo.
Sin importar las heridas en su diestra o el desastre sobre la alfombra, el hombre avanzó hacía el enorme escritorio que había en su salón privado, lugar dónde solia recluirse la mayor parte del tiempo, evitando la molesta presencia del resto de espec@tros.
Se dejó caer sobre el mullido asiento tras el escritorio, sobre el cual subió ambas piernas, ignorando la pila de documentos que salieron despedidos hacía el suelo con su acción. Observó su mano derecha, admirando como su propia sangre tenía de carmín los pequeños fragmentos de cristal incrustados en su palma.
El golpeteo de la puerta se hizo presente en la silenciosa habitación. Sabía quien era, así como sabía que entraría sin esperar la orden, no por nada era el hombre a quien le depositaba su entera confianza y él único en tener ese privilegio. Valentine era completamente devoto a él, incluso podia jurar que la devoción que le profesaba se anteponia por sobre la de Hades. Tal devoción le generaba un profundo interés por su subordinado, interés que negaba a aceptar.
— ¿Qué se te ofrece Valentine? — clamó con su muy característica voz autoritaria, sin despegar la mirada de su mano, como si estuviese admirando una obra de arte.
7 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
La pila de documentos frente a él parecia cada vez interminable, las almas llegaban como parvadas de aves en migración y aumentaban cada vez más su trabajo como uno de los jueces del inframundo. Minos y Aiacos no eran presisamente las personas más responsables, dejaban su trabajo a cargo de sus subiordinados, quienes a su vez no eran presisamente eficaces en sus labores. Tal vez Lune era la unica excepción a la norma.
Si pudiera comparar al espectro de Balrog con alguno de sus subordinados, sin duda alguna seria con Valentine. Ambos leales a su respectivo dirigente, dispuestos a seguir las ordenes que les sean impuestas, solo para complacerlos.
Pero existia algo que diferenciaba a ambos. Lune podría ser devoto a Minos, pero si Hades le daba una orden, respondería sin dudarlo y no le importaría en lo absoluto lo que dijera o pensará el espectro de Grifo.
Valentine no era así.
Él era completamente devoto a su persona. Sabía que Valentine estaba dispuesto a todo por él; incluso podría apostar que, si le diera la orden, traicionaría al mismísimo Hades. Valentine estaba dispuesto a todo para complacerlo.
Adoraba ver como se dedicaba por completo a satisfacer sus deseos, por mas simples que estos fueran. Verlo desvivirse por llamar su atención, encendía su ego y alimentaba el deseo oculto en su interior. Un deseo que prefería guardarse en su interior, pues más grande era su orgullo que la pasión.
La puerta de la habitación se abrió y, cómo si lo hubiese invocado, apareció la persona que rondaba en sus pensamientos desde hace algunas semanas atrás, cuándo empezó a prestar más atención en el hermoso espectro de la Arpía. Sus labios se curvaron en una media sonrisa que se borró de golpe al percatarse de un detalle que le pareció agridulce.
— ¿Porqué diablos te cortaste el cabello? — su gruesa y profunda voz resono por toda la habitación, haciendo eco de su aparente enfado.
Se levantó de golpe de su asiento y caminó a pasos agigantados hasta llegar con su querido subordinado, tomando molesto los ahora cortos mechones de cabello rosado, lamentándose no poder haberlos tocado antes.
×Mechones mutilados×
Tras largas noches de pensarlo y dedicarle al rubio algunas otras tantas... esa mañana se levantó con ganas de cambiar un poco para lograr su objetivo. Ya no podía conciliar el sueño, gracias a la poca luz que se les permitía conservar le permitió observar una y otra vez las figuras plasmadas en el lienzo pintado de la cúpula de su aposento, pero sin duda estas ya le habían hastiado.
Los innumerables intentos previos que había puesto en práctica para llamar la atención de su superior no habían dado los resultados esperados.
Se había quedado en espera, como un rapaz ansioso de conseguir el oro que le dará cinco minutos de felicidad, torpe e insulso al caer en tales ideas fantasiosas; todo en espera de una mirada distinta, una palabra o frase que sonase diferente, aunque fuese en ese tono siempre agresivo, un sólo momento a su lado mientras el británico bebía su whisky y levantaba su fiera mirada; iluminada apenas por el fuego de la hoguera que adornaba también la silueta de las efigies altas del templo.
No había logrado nada distinto en todo ése tiempo y por más desvalido que se sentía cuando notaba esa indiferencia, estaba ante todo, el honor de mantenerse estoico frente a su señor y dedicarle silenciosos y eternos cumplidos, adorarlo en cada acción como a un dios mientras tanteaba con devoción la orilla del vaso de cristal, justo donde esos labios se habían posado.
Tomó dos hojas afiladas y brillantes. Pudo notar el reflejo de sus ojos claros en el acero antes de acercarlo a su rostro y cortó. Sintió el peso aligerarse y una especie de liberación que fue acompañada de una sonrisa oscura, efímera y pequeña.
Los mechones rosas cayeron apresuradamente resbalando por su espalda y quedando desperdigados por el gélido mármol. Con un ápice de confianza ligeramente mayor, fue al encuentro de su señor en Caina.
Esperó al menos dos veces después de tocar a la puerta, antes de atreverse a posar un pie dentro.
Tumblr media
17 notes · View notes
althea-valentine · 3 years ago
Text
╰╮Radamanthis x Valentine Roleplay╭╯
¿Cuantas veces había llenado aquel vaso?
¿Tres? ¿Tal vez cinco?
Poco le importaba realmente. Existía un sentimiento de soledad que lo invadía cada noche, sentimiento que intentaba borrar con alcohol, especialmente con whisky. Tal vez la monotonía que vivía en el inframundo era la culpable de su sentir; o tal vez muy dentro de su ser habitaba algún sentimiento que deseaba ser saciado.
Levantó aquel vaso a la altura del rostro, observando su reflejo sobre el húmedo cristal, encontrándose con su férrea y amenazante mirada. Poco a poco el cristal fue perdiendo su estabilidad, fragmentandose lentamente hasta quedar hecho añicos sobre la mano del juez del inframundo.
Sin importar las heridas en su diestra o el desastre sobre la alfombra, el hombre avanzó hacía el enorme escritorio que había en su salón privado, lugar dónde solia recluirse la mayor parte del tiempo, evitando la molesta presencia del resto de espec@tros.
Se dejó caer sobre el mullido asiento tras el escritorio, sobre el cual subió ambas piernas, ignorando la pila de documentos que salieron despedidos hacía el suelo con su acción. Observó su mano derecha, admirando como su propia sangre tenía de carmín los pequeños fragmentos de cristal incrustados en su palma.
El golpeteo de la puerta se hizo presente en la silenciosa habitación. Sabía quien era, así como sabía que entraría sin esperar la orden, no por nada era el hombre a quien le depositaba su entera confianza y él único en tener ese privilegio. Valentine era completamente devoto a él, incluso podia jurar que la devoción que le profesaba se anteponia por sobre la de Hades. Tal devoción le generaba un profundo interés por su subordinado, interés que negaba a aceptar.
— ¿Qué se te ofrece Valentine? — clamó con su muy característica voz autoritaria, sin despegar la mirada de su mano, como si estuviese admirando una obra de arte.
7 notes · View notes